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CRITICA
Por: PACO CASADO
La ciencia ficción fílmica trata de evolucionar y de hallar nuevos caminos para no estacionarse, para renovarse, procurando encontrar argumentos diferentes.
Esta vez es un hombre máquina venido del año 2029 para eliminar a una mujer que será la madre de un futuro salvador en el mundo del que procede.
Pero junto a él vendrá también alguien que tratará de protegerla para que sobreviva y se cumplan los planes previstos.
Es como contar esta historia en flash-back.
La película se puede reducir, en términos elementales, a una lucha entre el bien y el mal, en este caso el último representado por las máquinas, los robots al servicio del mal, mientras que el hombre defiende el bien.
En el aspecto fílmico no es original. Por la forma y empleo de la violencia se nos antoja algo semejante a las cintas australianas de 'Mad Max salvajes de autopista'.
Todo se reduce a una constante persecución, con múltiples carreras, disparos con armas de gran calibre y violencia por doquier, ante un enemigo prácticamente invencible, indestructible, por más que se deshaga en pedazos, lo que origina alguna que otra sorpresa cuando aparentemente está ya roto.
James Cameron había colaborado con John Carpenter en '1997: Rescate en Nueva York' y dirigido la secuela 'Piraña 2: Los vampiros del mar', que también escribió, como ocurre igualmente en esta ocasión a la que a base de un montaje rápido quiere imprimir más violencia a las imágenes, lo que a veces creemos es un error.
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