Un tipo de esos que hay siempre dispuestos a amargar el día a los demás coincidió en una reunión con Gary Cooper. Estaba el actor en lo mejor de su carrera, y el tipo ése, no teniendo otra forma de meterse con él, habló de la pega que tenía el ser tan alto. "A usted le sobran unos cuantos centimetros", le espetó a Cooper, a lo que con sorpresa Cooper le dijo: "¿A mí?". "A usted. Sea sincero. Seguro que le molesta ser tan alto". Y para zanjar la cuestión Cooper respondió: "Pues verá. No. Quizá porque me haya sido fácil acostumbrarme, ya que yo, ¿sabe?, fui creciendo poco a poco".