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Basada en la novela de ficción histórica del escritor canadiense Dale Eisler titulada Anton, The Trotsky Secret and the Russian Revolution, la película cuenta la apasionante historia de una amistad capaz de sobrevivir a la revolución, a la venganza y al miedo, en un pequeño pueblo ucraniano en 1919.
La película marca la culminación de la carrera cinematográfica del aclamado director Zaza Urushadze, prematura y repentinamente fallecido por causas naturales en diciembre de 2019, en plena postproducción del filme. El lanzamiento de la película se retrasó aún más debido a la pandemia mundial causada por el COVID. El anterior trabajo de Urushadze, Mandarinas, fue nominado al Oscar y a los Globos de Oro en 2015.
En medio de la revolución comunista, Anton su amigo y la Revolución Rusa explora las raíces de la división y el conflicto entre Ucrania y Rusia, que mantiene secuelas a día de hoy.
Ambientada en un pequeño pueblo de granjeros inmigrantes alemanes, recrea el enfrentamiento motivado por la división política, y la diversidad étnica y religiosa, entre los revolucionarios bolcheviques fieles a Rusia y los vecinos del pueblo, considerados anticomunistas. La película se centra en la amistad entre Anton, alemán y católico, y su amigo judío Jacob. Los chicos encuentran consuelo en su entrañable vínculo infantil, que los protege de la violencia que se respira en el pueblo.
Filmada en Ucrania, Anton, su amigo y la Revolución Rusa es una adaptación de la novela de ficción histórica de Eisler titulada “Anton, a young boy, his friend and the Russian Revolution”, basada en una historia real.
Con su última película, Urushadze traslada a la pantalla lo poco que se conoce de todo lo que sufrieron los Inmigrantes alemanes que vivían en Rusia durante la Revolución Bolchevique. La historia refleja la experiencia de cientos de familias que debieron emigrar a Norteamérica durante los primeros años del siglo XX. Llegaron huyendo de la persecución y el conflicto, con la esperanza de encontrar una vida más digna y mejores oportunidades en el “Nuevo Mundo”.
“Para un director, Anton, su amigo y la Revolución Rusa proporciona una rara oportunidad de explotar no solo un desconocido período histórico, sino también las poderosas y complejas emociones que se desatan en tiempos revolucionarios. Combina tragedia con venganza, miedo con esperanza, y todo contrastado con la inocencia de la infancia”, afirmó Urushadze sobre su película.
Aunque aparentemente separados por la religión y la etnia, los dos chicos están unidos por su común imaginación y por los pequeños juegos que dan sentido a sus jóvenes vidas.
“Básicamente, la historia trata sobre las experiencias humanas que nos afectan y moldean a todos. Una es el poder y el significado de la amistad infantil. La otra es el anhelo de una nueva vida, que es la esencia de la experiencia de la emigración”, explica Eisler.
Anton, su amigo y la Revolución Rusa es una coproducción entre Ucrania, Georgia, EE.UU. y Canadá. Se rodó en un pequeño pueblo de Ucrania cerca del Mar Negro, donde habían vivido un buen número de alemanes antes de emigrar a Norteamérica.
Las impresionantes imágenes de la película son el resultado del trabajo del director de fotografía Mikail Petrenko, formado en Toronto. La película se rodó en alemán y ruso con subtítulos en inglés, para capturar la autenticidad de la región en ese periodo.