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LOS VENGADORES DE LA MAGIA...
   Hace diez años, los Jinetes desaparecieron de la vida pública con la misma pericia con la que ejecutan sus inexplicables trucos. Desde entonces, un trío de jóvenes magos ha recogido el testigo de sus maestros. La vida les ha dado algún que otro revés y Charlie (Justice Smith), June (Ariana Greenblatt) y Bosco (Dominic Sessa) han encontrado en la magia un refugio para salir adelante.
  June es una carterista que dejaría boquiabierto al mismismo Lazarillo de Tormes con sus dotes de picaresca. Es intrépida, descarada y hace gala de un sentido del humor negro y cáustico que combina con una energía arrolladora. June domina el parkour y las artes marciales y es siempre leal a la nueva banda de los Jinetes. Ariana Greenblatt describe a June como «una chica dura, valiente, reflexiva e imprevisible. Charlie y Bosco son como sus hermanos y comparten una relación muy especial. Han creado su propia familia porque solo se tienen los unos a los otros. Por otra parte, June también es divertida y no tiene pelos en la lengua, nunca sabes bien por dónde va a salir. Siempre va dos pasos por delante del resto».
  Dominic Sessa interpreta a Bosco, un pillo muy misterioso. Iba para actor, pero ahora busca el subidón de un buen truco de magia y se ha convertido en un as de la prestidigitación. A menudo se deja llevar por la rabia y el resentimiento, según Sessa, «por sus ganas de engañar a la gente. Esa pasivo-agresividad, junto con su inseguridad, le llevan a ser un chulito. Mientras que a June y Charlie les gusta el rollo justiciero de los Jinetes, a Bosco simplemente le gusta enredar. Aunque quizá acabe queriendo usar su magia para hacer el bien».
  El tercero en discordia es Charlie, un verdadero coco con conocimientos enciclopédicos sobre la historia de la magia y los magos. Vive su arte con pasión y es megafan de los Jinetes originales. «Charlie prefiere mantenerse en segundo plano», explica Justice Smith. «Diseña los trucos del grupo y a veces la pasión por la magia se le va de las manos. Le impone mucho conocer a los Jinetes originales, pero, por otro lado, siente una gran devoción por sus compañeros. Sabe que cuando trabajan juntos, son imparables».
  El grupo lleva años curtiéndose en las calles y en espectáculos clandestinos. Cuando desaparecen los Jinetes originales, los tres chavales se convierten en una especie de grupo tributo que invoca la presencia de sus héroes en actuaciones en un almacén abarrotado en Brooklyn. Las cosas se tuercen cuando se hacen famosos en internet y llaman la atención del mismísimo J. Daniel Atlas, el ilusionista arrogante y controlador que fuera el cabecilla de los Cuatro Jinetes originales.
  Jesse Eisenberg vuelve a meterse en uno de sus papeles más conocidos. «De primeras, Atlas trata a los nuevos con condescendencia», comenta. «Les echa en cara que hayan utilizado técnicas de deep fake para invocar a los Jinetes y que la policía haya vuelto a rondarle en consecuencia. También critica su espectáculo porque, según Atlas, está poco trabajado».
  Eisenberg añade, «Atlas quiere ser su maestro y guía, pero también se le agota la paciencia con ellos porque no escuchan. Pasa una cosa interesante y es que Atlas por un lado se pone competitivo con estos jóvenes porque piensa que no están a la altura de la misión, aunque por otro, ve que apuntan maneras».
  Pero antes de que Atlas pueda poner en marcha sus planes con los «nuevos» Jinetes, tiene que reunir a los antiguos miembros del grupo que están desperdigados… quién sabe dónde.
  Los Jinetes llevaban una década sin asomar cabeza y, llegado a ese punto, el productor Bobby Cohen comenta que «han perdido el idealismo de sus años mozos porque ahora el mundo ha cambiado. Ya no están juntos. Se han vuelto cínicos».
  El personaje que mejor ilustra ese cinismo es Merritt McKinney (Woody Harrelson), hipnotista, mentalista y autoproclamado médium. Según Harrelson, «Ahora Merritt está bastante desencantado. Cuando el grupo vuelve a las andadas, de primeras se muestra reticente, aunque acaba volcándose con el proyecto. Merritt sigue apreciando a los Jinetes originales y poco a poco se le va ablandando el corazón con los novatos».
  El único Jinete que sigue teniendo «mano» en el mundo de la magia es Jack Wilder (Dave Franco), si bien está bastante de capa caída. Carterista, lanzador de cartas e imitador de renombre, Jack ahora se ha vendido y trabaja en cruceros y salas de fiestas.
  «Los Jinetes llevan años sin hablarse», explica Franco. «Cada uno lidia con lo suyo. Van a su bola y están en horas bajas. Jack ahora hace trucos de magia baratos en cruceros. No pasa nada por estar trabajando en un barco, solo que sus shows son de lo más casposo. Se ha olvidado de ese componente de justicia social y ha abrazado un nuevo mantra que sostiene que los magos son animadores y no superhéroes».
  «Cuando los Jinetes conocen al trío de jóvenes magos, consiguen limar asperezas y unen fuerzas para intentar derrotar a Veronika Vanderberg (Rosamund Pike), que forma parte de una familia de traficantes de diamantes corruptos», apunta Franco. «La misión fracasará si no trabajan como equipo».
  Justice Smith añade que la película llegará a diferentes generaciones. «Creo que también toca un tema muy importante, que es el de la brecha generacional. De la relación entre los jóvenes y la gente de más edad… Al principio, los Jinetes más mayores no están por la labor de ayudar a los jóvenes magos, pero según avanza su relación, los Jinetes aprenden muchas cosas de estos chavales que se enfrentan a un mundo distinto y desarrollan sus habilidades en un panorama que no tiene mucho que ver con el que ellos conocían».
  Los Jinetes originales no estarían al completo sin su cuarto miembro, Henley Reeves (Isla Fisher). Antaño una reconocida escapista que le daba un toque alternativo al grupo, últimamente Henley ha estado centrada en su faceta de madre, y sus días de dejar al público boquiabierto han dado paso a las cucamonas y a las obligaciones de la crianza. Paradójicamente, Fisher rechazó el papel de Henley en la segunda película de la saga cuando se quedó embarazada en la vida real, por lo que se ha identificado plenamente con su personaje en esta nueva entrega.
  «Me ha hecho mucha ilusión volver a la saga Ahora me ves porque estas películas son una celebración de la magia», comenta Fisher. «Henley ha cambiado un montón estos años. Ahora es madre y tiene muchas responsabilidades, pero aun así, siente la llamada de la magia. Quiere participar en la misión y reencontrarse con la panda. Sabe que los Jinetes pueden conseguir lo que se propongan si alían fuerzas. Ha sido un placer meterme de nuevo en este papel».
  Tras reencontrarse durante el robo del diamante corazón, una joya de valor incalculable, los Jinetes originales acompañados de sus jóvenes discípulos van descifrando un mapa a través de unas cartas de tarot. Las pistas los llevarán a adentrarse en la campiña francesa hasta dar con la antigua sede de El Ojo. El grupo se queda de piedra al encontrarse a Thaddeus (Morgan Freeman) dispuesto a darles la bienvenida.
  «Thaddeus pasó de ser el malo de la primera película a convertirse en aliado en la segunda entrega y una especie de abuelo en este filme», explica Freeman. «Sigue teniendo algún que otro as en la manga».

MAGIA REAL Y TANGIBLE...
  El director Ruben Fleischer ha querido recuperar la sensación de estar participando en un espectáculo de ilusionismo. En lugar de tirar de efectos visuales, se ha decantado por trucos que se desarrollan en tiempo real. Los nuevos miembros del reparto pasaron varios meses formándose con algunos de los magos más reconocidos del mundo antes de trasladarse a Budapest para empezar el rodaje principal del filme.
  El supervisor del departamento de magia Randy Pitchford, propietario del mítico Magic Castle de Los Ángeles, fue quien los puso en contacto con magos de primer orden.
  Algunos de los miembros más destacados del grupo eran Nils Bennett, asesor de magia; los ilustres Jim Steinmeyer y Toby Halbrooks, que participaron en el desarrollo de trucos; y John «Handsome Jack» Lovick, Jared Kopf y Ben Seidman, habituales del Magic Castle y conocidos por sus giras, cada uno encargado de formar a las caras nuevas en sus especialidades.
  «En esta ocasión hemos colaborado con el equipo de asesores de una forma diferente porque han estado más involucrados que en las entregas anteriores», comenta Cohen. «En este filme los magos nos han acompañado en todo el proceso, desde el desarrollo del guion hasta el rodaje».
  Greenblatt y Smith ensayaron en el Magic Castle, mientras que Sessa se reunió por Zoom con Seidman. Avanzaron paso a paso. «Cuando me uní al proyecto no sabía ni barajar bien las cartas», admite Sessa. «Pero me lo he currado mucho. Barajaba hasta en sueños, tanto que me obsesioné. Al cabo de unos meses ya me salían varios trucos».
  Para algunos de los Jinetes originales fue solo cuestión de desempolvar viejas habilidades y darles un poco de lustre añadiendo trucos nuevos. Dave Franco, cuyo personaje lanza cartas a modo de armas, trabajó codo con codo con Lovick para aprender a utilizar el fuego.
  «Aprendí a convertir una llama en una baraja de cartas», desvela Franco. «Se hace con un papel especial de fibra de celulosa tratada con nitrato y le da un toque bien majo al espectáculo».
  En el gran salón de la mansión los siete jinetes celebran un concurso de magia épico, donde cada personaje realiza un truco basado en sus habilidades específicas antes de pasarle el turno al siguiente. Por si eso fuera poco, venía con un reto añadido: la escena se rodaría en un plano secuencia, con una sola toma.
  El reparto lo dio todo para conseguir rodarlo como planteaba el director. «Hay un plano secuencia en el que todos los personajes están haciendo un truco de magia», recuerda Dave Franco. «No fue nada fácil. De hecho, nos llevó más de veinte tomas conseguirlo, pero cuando lo vea el público, se dará cuenta de que somos nosotros los que estamos haciendo los trucos». Todas las clases y los ensayos interminables dieron sus frutos y los actores se convirtieron en ilusionistas convincentes.
  «Como purista de la magia, Ruben insistió mucho en que todos los trucos fueran reales. Para esta entrega hemos mantenido los pies en la tierra en cuanto al ilusionismo, si bien luego acompañamos la magia de escenarios espectaculares, acrobacias asombrosas y personajes increíbles», comenta Isla.
  «Ruben quiso que los trucos se hicieran de verdad y eso está genial porque así el público alucina tanto como si estuviera viendo un espectáculo en persona», añade Justice. Esa forma de trabajar se aplicó a todos los departamentos. «Los intérpretes aprendimos a hacer magia, el departamento de arte tiró de ilusionismo al crear las diferentes estancias, el equipo de vestuario viajó a Francia para trabajar con el mejor transformista del mundo».
  Ben Seidman, asesor y mago, lo resume así: «El público nota cuando una película depende demasiado de efectos digitales. Aquí encajaban mejor los trucos reales porque queríamos que la magia llegara a los espectadores como si estuvieran viéndola en la vida real».

LA REINA DE DIAMANTES...
  AHORA ME VES 3 está protagonizada por una villana arrolladora, compleja y divertida. Al meterse en la piel de Veronika Vanderberg, magnate y estrella mediática, Pike engloba todas esas características y aporta alguna otra de su cosecha.
  La intérprete era una gran aficionada a la saga. «Me encanta el sentido del humor de estas películas», explica. «Y el reparto hace un trabajo espectacular, clavan los personajes, los trucos y todo lo que hacen. También me llama muchísimo ese lado de “Robin Hood” de las misiones, eso de usar la magia para robar a los ricos y dárselo a los pobres».
  Para Pike ha sido una gozada crear un personaje tan polifacético como Vanderberg. «Me encanta que sea tan vanidosa, está encantada de conocerse. Sé que como villana, cuanto más engreída seas y más superior te sientas, más dura será la caída. Veronika es presumida, vanidosa, arrogante y divertida. Siempre se lo pasa en grande».
  El reparto ha disfrutado mucho del personaje que ha creado Pike. «Atlas describe a Vanderberg como la banquera del diablo», dice Eisenberg. «Roz lo clava, porque ha creado una mujer que no solo es malvada, sino que también es elegante y graciosa. Es hipnótica. Nuestros personajes se enfrentan a alguien que tiene casi los mismos dones que ellos. Veronika siempre tiene un as en la manga. Es una villana de película clásica porque la odias pero también la amas».
  «Tenemos una escena los dos juntos y el día que la rodamos fue una de las jornadas más emocionantes del proyecto», añade. «Su personaje es tan maligno que te pone los pelos de punta, pero te atrapa igualmente. Es imposible apartar la mirada».

APUNTES SOBRE LA PRODUCCIÓN...
  El abarrotado espectáculo que pone en marcha la trama, cuando los tres jóvenes magos ejecutan el truco de ilusionismo que reúne a los Cuatro Jinetes sobre el escenario, se rodó en un enorme estudio en Budapest, que hizo las veces del almacén de Brooklyn.
  Una mansión de 150 años en las afueras de la capital húngara se utilizó para la fachada de la antigua sociedad secreta de magos conocida como El Ojo. Atlas, Merritt, Jack y Henley, acompañados del trío de jóvenes, descifran un mapa compuesto por cartas de tarot que los lleva a atravesar un bosque hasta llegar a la impresionante entrada principal de la finca en la que se encuentra esta mansión neogótica de estilo Tudor conocida como el castillo Nádasdy.
  Después, el equipo se trasladó a Bélgica para pasar tres días rodando en el conocido Grote Markt en Amberes y la estación central (de tren) de la ciudad. Según atraviesa la plaza abarrotada de visitantes, Atlas va explicando a los nuevos Jinetes el incalculable valor del diamante corazón y comenta que, por primera vez en la historia, se va a trasladar desde una caja fuerte en el desierto de Arabia hasta Amberes para su inclusión en una subasta exclusiva. Ahí es donde entran ellos en acción, para intentar pararle los pies a la malvada Veronika Vanderberg.
  «La estación central es tan espectacular que reescribimos una escena para poder rodarla allí», cuenta Cohen. «El director de fotografía George Richmond ha utilizado una lente anamórfica muy amplia que permite abarcar a los personajes mientras recorren la estación antes de enfocar el conocido reloj histórico, con el sol entrando por los grandes ventanales. Eso no lo podíamos recrear en ningún sitio. Sabíamos que había que rodarlo in situ».
  Dado que el eje de la trama gira en torno al robo de un diamante, estaba claro que pasarían por Amberes, la capital internacional de estas gemas. La película también mantiene el alma viajera de las entregas anteriores, que ha permitido al público acompañar a los personajes a emplazamientos espectaculares.
  Todas las escenas de Morgan Freeman se desarrollan dentro del Chateau de Roussillon, la sede secreta de El Ojo.
Las salas están repletas de curiosidades, incluidas una réplica de la camisa de fuerza de Houdini y un montón de objetos que los ilusionistas utilizan en sus espectáculos. También hay decenas de libros sobre magia, entre los que destaca The Discoverie of Witchcraft, considerado el libro definitivo sobre este arte, escrito por Reginald Scot y publicado en 1584.
  Para crear los escenarios interiores del Chateau, el equipo de arte logró transformar dos platós de Stern Studios en ambientes que recordaban al Magic Castle de Los Ángeles. «A la hora de diseñarlo, pensamos en cómo se imaginan los niños que es la guarida de los magos», comenta Fleischer. «Por eso hemos incluido trampillas, cámaras secretas, escaleras infinitas, compartimentos ocultos y un montón de cosas más».
  Isla Fisher alucina, «El diseño del decorado nos dejó a todos boquiabiertos. La biblioteca estaba llena de libros de verdad, las paredes se movían y pudimos trastear con reliquias originales». «El Chateau lo han diseñado magos y se nota porque en todos los rincones hay trucos de magia, los cuadros engañan, las paredes ocultan enigmas… Es un paraíso del ilusionismo», añade Eisenberg.
  Al intentar escapar de la gendarmería francesa, los protagonistas huyen a través de diferentes estancias mágicas, como una habitación de Ames. Esta ilusión óptica se basa en un diseño no rectangular que a primera vista parece una habitación normal, pero utiliza un truco de perspectiva que consigue que en un rincón alguien pueda parecer diminuto, mientras que en otro aparenta ser gigante. Es la primera vez que una habitación de Ames se utiliza en un largometraje y ha entrado por la puerta grande con esta pelea tan particular.
  Según Dave Franco, «La escena de la pelea en la habitación de Ames es espectacular. Al ir moviéndose por la estancia, la imagen de los personajes se distorsiona y van creciendo y menguando según donde estén. Es una ilusión óptica que solo podría existir en un filme como este».
  Atlas y Bosco intentan zafarse de la policía a través de un pasillo que va dando vueltas como el tambor de una lavadora. «Nunca he hecho algo igual», recuerda Eisenberg. «La coreografía estaba montada al detalle para que todo fluyera en una escena que es básicamente una pelea en un espacio giratorio. El centro de gravedad va cambiando constantemente. La complicación está en que los pasos no se pueden ensayar en un estudio, por lo que tuvimos que practicar en una sala que iba rotando. Fue emocionante, agotador, divertido, extenuante y fascinante. Creo que ha sido la semana más complicada a la que he sometido a mi cuerpo en un rodaje».
  Otro escenario «mágico» incluía una escalera infinita con espejos que reflejaba hasta 78 veces el mismo objeto. «Lo que parece que está arriba, en realidad está abajo. Y viceversa. Es alucinante. Desafía toda lógica porque nada es lo que parece», explica Woody Harrelson.

UN ESPECTÁCULO EN EL DESIERTO: ABU DABI...
  AHORA ME VES 3 se rodó en los paisajes espectaculares de Abu Dabi, captando la cultura, la opulencia, los horizontes futuristas y los imponentes paisajes desérticos que sirven de fondo a la explosiva secuencia final del filme.
  Todo empieza cuando Veronika presenta el bólido con el que competirá la escudería Vanderberg en la Fórmula 1 durante una fiesta en el W, un resort de cinco estrellas con un diseño espectacular. No solo está construido sobre tierra y agua, sino que está atravesado por un circuito de gran premio de Fórmula 1.
  «Es el único hotel en el mundo con su propio circuito de Fórmula 1», apunta Fleischer. «Además de ser heredera de una familia de marchantes de diamantes, como toda buena billonaria, Veronika tiene su propio equipo de F1. En cuanto vimos el W, con el circuito, el puerto deportivo y la iluminación que corona el hotel, supimos que teníamos que incluirlo en la película».
  Otro de los escenarios que quita el aliento es el Louvre de Abu Dabi, el primer museo universal del mundo árabe. Es una maravilla de la arquitectura moderna que flota sobre el agua bajo una enorme cúpula metálica.
  «El Louvre es la estructura más extraordinaria que he visto en mi vida y ha sido un regalo rodar aquí», comenta Cohen. «Es un edificio que está en el interior y el exterior, está construido sobre agua y cubierto por una increíble bóveda de acero. Esta maravilla arquitectónica le viene de lujo a nuestros Jinetes, tanto los originales como los jóvenes, porque es el escenario perfecto para dejar al público de piedra con el grandioso truco final».

LA ILUSIÓN DE LA MODA...
  El trabajo de la diseñadora de vestuario Sophie Canale ha unido alta costura y prestidigitación en el filme. Gracias a su colaboración con un reconocido transformista francés, el departamento de magia y el director Ruben Fleischer, Canale ha creado diseños que se transforman en segundos, para que los cambios de vestuario parezcan una ilusión óptica más.
  «Por otra parte, cada uno de los Jinetes originales tiene un estilo característico asentado ya en las entregas anteriores, pero he añadido un elemento nuevo», comenta Canale. «La moda cambia y he reflejado un estilo más moderno en su forma de vestir».
  El trío de nuevos Jinetes va madurando según avanza el largo, algo que se refleja en su vestuario y la paleta de colores elegida. «Los jóvenes son Gen Z y son mucho más conscientes de la moda. Tienen un estilo muy personal y empiezan vistiendo colores llamativos, pero según se van afianzando en el equipo, tienden hacia tonos más oscuros y uniformes que pasan más desapercibidos», añade Canale.
  Donde más despunta la magia de Canale es en sus diseños para Veronika, el personaje de Rosamund Pike, con quien ya trabajó en Saltburn. Se alejaron de los trajes de chaqueta de corte recto con hombreras exageradas y le dieron un estilo muy particular. El resultado es una de las villanas mejor vestidas del cine.
  «El vestuario de Veronika está hecho a medida y combina piezas de diseño con algunos elementos que son de mi creación», explica Canale. «En la fiesta de presentación del diamante lleva un espectacular vestido de piedras preciosas. Veronika es la personificación de la opulencia y quería que la gente se planteara que pudiera llevar un vestido hecho de diamantes».

EL MUNDO NECESITA MAGIA Y LA RESPUESTA ESTÁ EN LAS SALAS...
  Diamantes. Magia. Glamour. Coches de carreras. Robos. Huidas imposibles. Una aventura vertiginosa que pasa de la antigua Europa a los paisajes futuristas de la ciudad de Abu Dabi. Por nombrar solo algunos de los ingredientes que componen el cóctel de diversión y emociones que nos brinda AHORA ME VES 3, en la que los míticos Jinetes regresan acompañados de tres intrépidos socios para demostrar que el mundo sigue ávido de magia.
  Según Fleischer, donde mejor luce el filme es en el cine. «Esta película hay que verla en una pantalla grande para disfrutar al máximo de los efectos visuales y los espectaculares escenarios», explica. «En casa no se ve igual. Hay estrellas de Hollywood, localizaciones increíbles, decorados gigantescos y trucos de magia reales. No es que merezca la pena ir al cine, sino que es absolutamente necesario disfrutar de AHORA ME VES 3 en salas para vivir la experiencia completa».
  Por otra parte, no hace falta haber visto las dos primeras entregas antes de esta porque la trama es independiente, si bien tiene toda la magia, la acción y la diversión a la que están acostumbrados los fans de la saga. «Se percibe lo bien que nos lo hemos pasado todos los días», comparte Ariana Greenblatt. «La gente que no haya visto Ahora me ves y Ahora me ves 2 va a descubrir una saga superdivertida y emocionante. Y después van a querer ver las películas anteriores para disfrutar de las aventuras de estos personajes, antes de repetir con la tercera para quedarse con buen sabor de boca».
  Para Jesse Eisenberg el filme supone la culminación de una experiencia única en la que los magos «se alían para utilizar sus habilidades y llevar la magia al mundo real para hacer justicia. Me ha encantado habitar este mundo».
  «La película encadena una sorpresa tras otra a un ritmo frenético. El público disfrutará de este viaje que celebra la inteligencia, la imaginación desmedida y el trabajo en equipo».
  Al resumir la experiencia, Cohen comenta que esta entrega lleva la conocida saga a nuevas cimas. «Le damos al público todo lo que espera de una película de Ahora me ves en cuanto al estilo visual, la química, las ilusiones y los escenarios internacionales, pero lo hemos multiplicado, sin efectos visuales exagerados. Dominic, Ariana y Justice han creado una nueva generación de Jinetes a la altura de la vieja guardia y han sabido acompañarlos en esta gran aventura. La alquimia ha funcionado. La verdad es que creo que con esta película nos hemos superado».

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