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NOTAS DEL DIRECTOR...
Cuando me preguntan por el género de 'Anochece en la India', no sé muy bien qué contestar. Quizás sea un drama de aventuras con toques de comedia, o una comedia dramática en el contexto de una aventura iniciática.
A las películas que me gustan y que me sirven de referencia para esta propuesta les pasa un poco lo mismo, que son difíciles de catalogar en un género determinado: tienen todas en común que son historias con pocos personajes, pero muy característicos, y que estos dirimen sus conflictos en movimiento.
Son películas como 'París, Texas', 'Una historia verdadera', 'Thelma y Louise' o 'Pequeña Miss Sunshine', algunas de las mejores road movies que nos ha dado el cine independiente norteamericano desde los años setenta hasta nuestros días.
La aventura de Ricardo, y el personaje en sí, están inspirados en una persona real y en un libro que publiqué sobre su historia en el año 2003. Él se llama Lorenzo del Amo, y el libro, Anochece en Katmandú.
Lorenzo vivió en la India en los años setenta y allí conoció a Adinda, la mujer que inspira el personaje “fantasma” de Gadhali. Con ella vivió los años más felices de su vida hasta que ella le abandonó por un norteamericano con más dinero y menos hippy que él.
De vuelta a Europa, Lorenzo se compró un camión y empezó a mover viajeros, hacia oriente primero, y a África más tarde. Allí, bañándose en el río Níger, sufrió un accidente y quedó parapléjico. Desde entonces, vive incrustado en su silla de ruedas soñando con volver algún día a la India.
En el año 2000, yo hice ese viaje en su lugar a la búsqueda de Adinda. En el libro, se cuenta esa peripecia viajera. Nada de esto se encuentra en la película, pero la inspira, le aporta músculo emocional y sentido dramático. Lorenzo no tiene ninguna intención de morirse, en todo caso de risa, pero se siente identificado con Ricardo, con su apuesta por la libertad de elegir.