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   Basadas en el popular manga creado por Yusei Matsui en 2012, las versiones en imagen real de “Assassination Classroom” ya pueden considerarse un paso natural en un fenómeno de auténtica escala mundial. No es de extrañar, pues, que la primera entrega recaudase solo en Japón unos 24 millones de dólares. La secuela, “Assassination Classroom: La Graduación”, conseguiría casi 32 millones, superando con facilidad el estreno japonés de “Batman v Superman”. La dirección de esta adaptación a la gran pantalla recayó en las manos de Eiichiro Hasumi, experimentado director de series de televisión (“Mozu”), quien contó con un elenco de actores extraordinario encabezado por Ryosuke Yamada (“Fullmetal Alchemist”), Masaki Suda (“Gintama”) y Kazunari Ninomiya (“Cartas desde Iwo Jima”).

LA ADAPTACIÓN DEL MANGA...
   Las adaptaciones de mangas siempre son algo quisquillosas, teniendo en cuenta que hay que sintetizar los múltiples arcos de personajes en tan solo unas pocas horas, procurando mantener la esencia del original y el ritmo narrativo de la propia película. Por eso, Yusei Matsui, creador de la serie original, insistió en colaborar con el equipo de guionistas en su tarea.
  Matsui siempre ha participado en el proceso adaptativo de sus obras a otros formatos (estuvo detrás, por ejemplo, de la producción del anime de “Assassination Classroom”). Esto viene de las malas críticas que tuvo la adaptación a anime de su serie “Neuro: Supernatural Detective” en 2007, que sufrió cambios muy significativos en cuanto a tono e historia para hacerla más accesible al público televisivo.
  Así es que para los dos live-action Matsui indicó una serie de puntos que, según su opinión, formaban parte de la esencia del manga y debían permanecer intocados. El resultado es una película fiel, que capta los gags más icónicos de la serie (desde los rituales matutinos de asesinato hasta las salidas pervertidas de Korosensei) y conserva el dramatismo detrás de las incursiones al pasado de los protagonistas.
  De hecho, el live-action y el manga corren en tanta sintonía que se programó la publicación del último tomo del manga, en marzo de 2016, para que coincidiese con el estreno de la segunda parte del díptico. Podría ser casualidad, pero la conclusión de una historia de tal complejidad requiere mucha planificación, por lo que es fácil deducir que Matsui quiso cerrar su historia tanto en papel como en la gran pantalla.
  La primera película cubre aproximadamente hasta el capítulo 88 del manga (dentro del décimo tomo), mientras que “Assassination Classroom: La Graduación” avanza hasta el cierre de la historia. Aparte de los aspectos puramente narrativos, se ha mantenido una gran fidelidad respecto a la recreación de los personajes principales, capitaneados por el andrógino Nagisa Shiota y el cínico Karma Akabane, poniendo un énfasis especial en la creación del icónico Korosensei. Su traspaso a las tres dimensiones era especialmente complejo por la popularidad que ha adquirido su cara amarilla y sonriente en todo el globo y por lo difícil que era implementar el carácter de cartoon de su cuerpo tentaculoso a un objeto tridimensional. Finalmente, el profesor se recreó en CGI con la voz de Kazunari Ninomiya, cantante en el grupo idol Arashi y actor en películas como “Cartas desde Iwo Jima” y “Gantz”. El carisma de su interpretación y la dedicación al trabajo con las imágenes en CGI acabaron de convencer a los fans más reticentes.

EL CONCEPTO...
  Detrás del excéntrico concepto del que parte la historia y más allá de lo curioso que pueda resultar la figura de este profesor amarillo, el gran tema de las dos películas, su mensaje ulterior, es la crítica a un sistema educativo absolutamente clasista y caduco. Desde los primeros minutos se nos deja claro que la ordenación de las clases (de la A a la E) corresponde a criterios estrictamente sociales, siendo los alumnos de la clase A los destinados a liderar el país en un futuro y relegando a los de la E a la completa marginación. Recluídos en un viejo barracón e insultados por el resto de miembros de la comunidad académica, los alumnos de la clase 3-E parecen destinados a convertirse en criminales de la peor calaña.
  Y, a pesar de todo, Korosensei logra sacar lo mejor de cada uno de ellos, renunciando a perpetuar un sistema educativo que solo admite una visión del éxito y que somete a los jóvenes a un tratamiento estandarizado e inamovible. La criatura de preocupa de sus estudiantes, poniendo siempre la motivación de éstos por delante incluso de su seguridad. ¿Qué otro profesor se bebería el veneno creado por sus pupilos solo para comprobar si funciona?
  Que los protagonistas de las películas sean el coro de alumnos formado por todos los estudiantes de la clase 3-E no significa que dentro de ésta todo se desenvuelva en harmonía. Uno de los momentos más interesantes de toda la trama sucede cuando unos cuantos alumnos, encabezados por Shiota, proponen intentar salvar, en lugar de asesinar, a su profesor. Esto despierta reacciones negativas en la otra mitad de la clase, con Karma (Masaki Suda) al frente, que argumenta que su deber es matarlo a pesar del afecto que Korosensei ha despertado en ellos.
  El guion, en lugar de plantar inmediatamente una de las dos opciones como la correcta, deja espacio para que los personajes dialoguen y lo decidan a su manera, sabiendo que ninguna de las dos opciones es perfecta. La ambigüedad moral también tiene espacio cuando se trata de matar a criaturas tentaculosas. Eso solo porque la historia rechaza el maniqueísmo que la mayoría de enfrentamientos con villanos terminan con una nota positiva. Con honorables excepciones, todo aquel que tenga un motivo válido para acabar con Korosensei podrá unirse, finalmente, a la clase 3-E.
  En la clase 3-E no hay nadie que quede exento de enfrentarse a un pasado algo traumático, pero esto no compromete en ningún momento el espíritu cómico y festivo de la acción. La historia, repleta de gags físicos (hay un enorme componente de slapstick en la forma en que el profesor se mueve), está orquestada para potenciar las absurdas situaciones que generan los poderes sobrehumanos de Korosensei. Con la divertida música de Maki Sato, compositor de las bandas sonoras de las versiones de imagen real de “Samurai X” y “Parásito”, cada intento de asesinato resulta más juguetón y entretenido. Las armas, con una apariencia deliberadamente infantil, también buscan aligerar una premisa que a primera vista podría parecer demasiado seria o violenta.
  Otro de los grandes aciertos de la película es la subversión constante del estereotipo individualista y triunfador del héroe adolescente japonés, siempre dispuesto a luchar por el bien del planeta. Ninguno de los jóvenes pupilos de Korosensei quiere acabar con él por un “bien superior” (solo el dinero de la recompensa parece motivarles), y sus intentos de asesinato son un desastre absoluto. Los protagonistas fallan constantemente y son conscientes de sus ridículos métodos, siguiendo la tendencia que inauguraba Shinji Ikari en Neon Genesis Evangelion (Hideaki Anno, 1995-96) aunque con un tono definitivamente mucho más alegre.

EL MANGA...
  El manga original fue serializado en la Weekly Shonen Jump desde 2012 hasta 2016. Su edición en volúmenes físicos vendió hasta 24 millones de copias, un número excelente para este tipo de manga. Desde hace años en la revista, muy conocida por la publicación de series como “Dragon Ball”, “One Piece” o “Naruto”, ha habido un gran interés por conocer, a través de encuestas periódicas, la popularidad de las series que incluye. Tanto es así que los votos de los lectores determinan la ordenación de los capítulos de los distintos mangas dentro de un número, siendo los favoritos del público los primeros en aparecer. “Assassination Classroom” se mantuvo siempre entre las primeras páginas.
  A la serie original la siguió “Koro Sensei Quest”, un spin-off escrito por Kizuku Watanabe e ilustrado por Jo Aoto que sigue publicándose hoy en día en la revista bimensual Saikyo Jump. También un anime de 22 episodios dirigido por Seiji Kishi, cuyo nombre está detrás de títulos como “Angel Beats”, la serie de animación de “Persona 4” y las distintas temporadas de “Dangaropa 3”. Kishi también se encargó de “Assassination Classroom the Movie: 365 Days”, la película que resumía la historia de la serie.
  Hoy en día, la cara de Korosensei sigue siendo de las más icónicas de la historia del manga reciente. Desde peluches hasta panqueques, pasando por todo tipo de utensilios domésticos, pocas series pueden presumir de tener un protagonista tan fácilmente reconocible.

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