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BORIS SIN BÉATRICE
INFORM MACIÓN
Titulo original: Boris Sans Béatrice
Año Producción: 2016
Nacionalidad: Canadá
Duración: 93 Minutos
Calificación: Autorizada para todos los públicos
Género: Drama
Director: Denis Côte
Guión: Denis Côte
Fotografía: Jessica Lee Gagné
Música: Ghislain Poirier
FECHA DE ESTRENO
España: 19 Mayo 2017
DISTRIBUCIÓN EN ESPAÑA
 


SINOPSIS

Béatrice y Boris son un matrimonio que no pasa por el mejor de los momentos. Mientras Béatrice se mantiene a duras penas gracias a una grave enfermedad, Boris decide mantener una relación con otra mujer simplemente para satisfacer su apetito libidinoso...

INTÉRPRETES

JAMES HYNDMAN, SIMONE-ÉLISE GIRARD, DENIS LAVANT, ISOLDA DYCHAUK, DOUNIA SICHOV, LAETITIA ISAMBERT-DENIS, LOUISE LAPRADE, BRUCE LA BRUCE, OLIVIER AUBIN, DANU BOUDREAULT, VIOLAINE ESTÉREZ, INKA MALOVIC, LUDIVINE REDING, HAMIDOU SAVADOGO

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NOTAS DEL DIRECTOR...
   Estaba interesado en un personaje fuerte que conoce al mismo tiempo el precio y la recompensa del trabajo duro, que no quiere nada ni acepta el fracaso de ningún tipo: social, emocional o financiero. Disfruta de la vida y se protege con la palabra, con el conocimiento adquirido, con su visible y ocasional ostentación social. No es ni desagradable ni muy simpático, Boris Malinovsky vive su vida con orgullo y sin negarse nada.
  Quería mostrar el rostro de cierto Quebec contemporáneo. Me parece que el empuje de este emprendedor ansioso son las cualidades, las fortalezas, las debilidades y las profundidades de un Quebec apasionado, sorteando oleadas de pesimismo y regocijo. Un Quebec satisfecho, acostumbrado a sus comodidades socialdemócratas pero tentado por la aventura del neoliberalismo, incluso el liberalismo libertario. El mundo interior de Boris, felizmente adormecido hasta el momento, sufre una fuerte sacudida. Los efectos y las marcas de tal temblor repentino continuarán desarrollándose a través de toda la película. 
  Al mismo tiempo, la historia que narra la película es universal, sin ningún tipo de regionalismo o capricho. Los personajes se expresan en un lenguaje elevado y son el producto de la gran mezcla de culturas de la sociedad actual.
  El mundo de Boris Malinovsky es claro, está bien establecido, bien posicionado y arraigado en las virtudes del éxito. No diría que la historia se desarrolla entre la burguesía y los nuevos ricos. Más bien sugiero que se lleva a cabo en un Quebec moderno, un lugar donde el éxito no es nada de lo que avergonzarse pero siempre te sitúa al borde de un precipicio.
  De todo esto, surge una pregunta aparentemente simple para Boris (una pregunta que todos nos hacemos). Y esta pregunta está presente en toda la película: ¿Soy una buena persona? ¿Para quién? En alguna parte, en el interior de Boris está la respuesta a esas preguntas y la clave de su enigma. Tendrá que juntar las piezas de un rompecabezas abstracto y, si puede poner esas piezas en el lugar correcto, tal vez será recompensado por su esfuerzo y sus buenas acciones por una especie de figura Comandante. El público debería salir de esta historia con la sensación de haber sido testigo de un viaje distorsionado de desarrollo personal, un camino tortuoso, un viaje con el que espero que muchas personas puedan identificarse.
  Imaginé ciertos sucesos sobre los que Boris ostenta el control y otros que suponen claramente un obstáculo para su crecimiento. Imaginé una galería de personajes que tuvieran el potencial para ayudarlo a prosperar, y al mismo tiempo la capacidad de retenerlo y restringirlo.
  Cuando comienza la historia, la incomodidad de Boris está arraigada en un hecho concreto: la enfermedad de Béatrice. Pero, de pronto, todo cambia y Boris empieza a preguntarse qué responsabilidad tiene en la enfermedad de su esposa. ¿Ha hecho daño a alguien? ¿Ha estado viviendo una mala vida? ¿Merece ser castigado? ¿Por su riqueza? ¿Su éxito? ¿Sus excesos? ¿Quién decide el valor del camino que ha tomado nuestro héroe? Boris podría seguir recorriendo el mismo camino y esperar a que Béatrice se recuperara finalmente, pero ahora duda, la semilla de la duda crece en su interior. ¿A qué tribunal debe responder ahora? La suya no es ninguna clase de búsqueda judeo-cristiana.
  No se trata de buscar la redención o alguna manera de demostrarse algo a sí mismo. Simplemente debe vivir, aceptar y comprender su duda, una duda que ha crecido en su interior, una duda que viene de otra parte, una duda que, en un momento u otro, creo que nos asalta a todos.

ENTREVISTA AL DIRECTOR...
¿Cómo decidiste situar Boris sin Béatrice en un contexto de riqueza y privilegio?...
Después de 8 largometrajes, uno se pregunta si ha visitado la mayoría de los rincones de su interior. Parece que he dibujado y creado un montón de personajes necesitados, mudos o desafortunados y sentí la necesidad de abordar otro ámbito. También sentí la necesidad de explorar el tema del éxito. Boris pertenece a un mundo acomodado y tiene todo lo que necesita. Desde ese punto de partida, quería contar una historia que no fuera antiburguesa ni cínica, sino realmente sobre un hombre poderoso, privilegiado, asaltado por la duda y confrontado a su conciencia. Este tipo de personas también tiene sus problemas a su nivel, intenté hacer una película que no fuera burguesa ni superficial. Espero y creo que muchos aspectos del problema de Boris son universales y no están conectados con ninguna clase social en particular.

¿Qué es importante para usted en la relación entre Boris y su esposa, Béatrice?...
Es muy importante ver la película como la historia de un hombre poderoso enfrentado al mundo que le rodea. Un hombre que se ve obligado a cuestionar todo lo que ha logrado y a considerar lo que ha perdido o descuidado en el proceso.
Un día, la duda irrumpe en su vida en forma de un hombre misterioso.
Por ello, no he dejado mucho espacio para explicar el personaje de Béatrice, soy consciente de ello.
Béatrice es el principal daño colateral en la actitud de Boris ante la vida.
Me aseguré de que Béatrice resultara misteriosa, sin apenas diálogo. No quería cambiar el enfoque hacia ella, hacia sus logros, su personalidad, sus metas, lo que hizo, lo que perdió o cualquier cosa relacionada con su futuro. Sentí que era otra película, otra historia. Sabemos que ella tiene mucha importancia para Boris.
Sabemos que Boris la ama de verdad.
Sabemos que ella, siendo político, pertenece al mismo ambiente poderoso que él. Pero su presencia está abierta, hecha de luz y misterio.
Sin prestar mucha atención a su psicología precisamente para concentrar el enfoque en la lucha al concebir la película.

¿Cómo son las relaciones de Boris con las diferentes mujeres de la película, todas muy potentes: su esposa, su cuidadora, su amante y su hija?...
Es interesante ver cómo los hombres ricos y exitosos suelen rodearse de mujeres, mientras que las empresarias poderosas o ricas suelen asustar a la mayoría de los hombres.
Tal vez lo que acabo de decir es un cliché. Tal vez. Pero esto pertenece todavía al triste mundo que nos rodea y sobran ejemplos para demostrarlo.
La ironía es, por supuesto, que Boris no puede hacer su camino por la vida sin el apoyo físico y emocional de las mujeres. De hecho, las mujeres son fuertes y equilibradas y Boris aparece como el personaje más débil de la película. Así que al final, ¿quién es el que está enfermo? ¿Béatrice? ¿De verdad? ¿Tenemos pruebas de eso? No. Y como dije, me aseguré de que Simone-Elise Girard creara una Béatrice que fuera enigmática e intrigante, no una enferma que inspirara compasión.

Al referirse al mito griego de Tántalo, ¿quería enmarcar la historia de Boris como una especie de mito contemporáneo o búsqueda moral?...
No quería que la película fuera un cuento judeo-cristiano de redención.
Boris realmente no tiene que redimirse de nada. No ha hecho nada explícitamente “mal”. Veo a Boris como alguien que disfruta de la vida de tal manera que a veces puede olvidarse de su condición de mortal.
Es orgulloso y en cierto modo arrogante, pero no ha cometido ningún pecado grave. Una mañana, como todos nosotros, es sorprendido por la duda y se pregunta: “¿Soy realmente una buena persona?” ¿Debe uno sentirse mal por tenerlo fácil en la vida? No puede concretar lo que ha hecho mal, pero aún así empieza a llevar ese peso abstracto sobre los hombros. De esa manera Boris es una especie de Tántalo de los Tiempos Modernos y por ello uso algunos ecos en diferentes partes de la película.

¿Cómo ha sido su colaboración con dos héroes de culto de Canadá y Francia, Bruce LaBruce y Denis Lavant, en Boris sin Béatrice?...
Pensé que era un todo un acontecimiento tener a un Primer Ministro de Canadá en una de mis películas y que no veía la forma de pedirle a cualquier actor al azar que hiciera el papel. Pensé que Bruce sería una figura muy divertida para ese papel. Primero, la idea me hizo reír mucho, pero luego me lo tomé muy en serio y decidí contactarlo. Estaba tan feliz cuando dijo que sí.
En cuanto a Denis Lavant, había rumores de que estaba realmente abierto a nuevos proyectos. Denis es un actor estupendo, amable y de nuevo tuve la ocasión de ver que es un ser humano maravilloso y sabía que le daría a mi ‘extraño’ personaje algo absolutamente único. Misión cumplida.

 

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