|
SINOPSIS
Un actor acostumbrado a interpretar a un superhéroe intenta cambiar de vida y para ello pretende recuperar a su familia mientras se prepara para debutar en una obra teatral...
INTÉRPRETES
MICHAEL KEATON, EMMA STONE, EDWARD NORTON, NAOMI WATTS, ANDREA RISEBOROUGH, ZACH GALIFIANAKIS, AMY RYAN, MERRITT WEAVER, JOEL GARLAND, NATALIE GOLD
MÁS INFORMACIÓN DE INTERÉS
VIDEO ENTREVISTAS
AUDIOS
PREMIERE
PREMIOS Y FESTIVALES
- Oscar 2015: Mejor película, director, guion original, fotografía
- Globos de Oro 2015: Mejor actor de comedia Michael Keaton, guión original
- Baftfa 2015: Mejor actor Michael Keaton, actor secundario Edward Norton, actriz Emma Stone, fotografía, montaje, música
_______________________
INFORMACIÓN EXCLUSIVA
En “Birdman' o (la inesperada virtud de la ignorancia)”, la comedia negra de Alejandro G. Iñárritu, Riggan Thomson espera que encabezando una nueva y ambiciosa obra en Broadway logrará, entre otras cosas, dar nueva vida a su moribunda carrera. En muchos sentidos es un iniciativa profundamente insensata, pero el antiguo superhéroe del cine tiene grandes esperanzas de que este ardid creativo le legitimará como artista y demostrará a todos –incluido él mismo– que es algo más que una vieja gloria de Hollywood. Iñárritu observa que algunos elementos de la historia de Riggan tenían un significado especial para él; en particular, la efímera naturaleza del éxito y la cuestión de la relevancia. “Yo estaba interesado en examinar los combates con el ego, la idea de que el éxito que uno alcance, independientemente de que sea económico o de prestigio, siempre es una ilusión. Es transitorio. Cuando uno persigue las cosas que cree que quiere y hace posible que el público dé validez a sus aspiraciones; cuando por fin lo consigue, no tarda en descubrir que esa alegría es fugaz”. “Riggan es profundamente humano”, afirma Iñárritu. “Yo lo vi como una especie de don Quijote, cuyo humor nace de la disparidad y permanente desacoplamiento de sus elevadas ambiciones y la innoble realidad que lo rodea. Básicamente, es la historia de todos nosotros”. Keaton dice sobre su personaje que “me limité a ver a Riggan como una persona. Sin embargo, ser actor es una tarea que exige un tipo específico de personalidad. Uno ya es propenso a caer en una afectación extrema, a estar sometido a su ego y todo lo demás. En este caso, tenemos a un individuo en el que, por decirlo suavemente, todas esas cualidades están causando estragos”. “Birdman es el superego de Riggan y desde el punto de vista de Birdman, Riggan ha perdido el juicio haciendo esta obra que, a todas luces, está por debajo de su nivel. Desde el punto de vista de Riggan, es Birdman el que ha enloquecido. Desde el punto de vista de los tiempos que corren, uno y otro son intranscendentes”. Como todas las películas de Iñárritu, “BIRDMAN o (la inesperada virtud de la ignorancia)”, echa un profundo vistazo sobre la existencia humana tal y como la ven los personajes, tomando a Riggan como punto de apoyo, pero su tono hace equilibrismos entre la comedia y el patetismo; entre la ilusión y la realidad, dejando margen para numerosas interpretaciones. “Yo siempre dije que, cumplidos los cuarenta, no merece la pena hacer nada que no te dé verdadero miedo. Y esto me asustaba hasta los tuétanos. Era un terreno nuevo y yo estaba, sin duda alguna, lejos de que lo me era familiar,” afirma Iñárritu. “Es una obra basada en los personajes, y un intenso drama de personajes acompañado de elementos cómicos. Era una nueva clase de película para Alejandro”, asegura el productor John Lesher. “Está muy especializado en el terreno de la condición humana”. “Todo gira siempre en torno al proyecto, a la película, al argumento, a las personas, a sentirlo verdaderamente y a que, efectivamente, signifique algo. Desde ese punto de vista, no es posible mejorarlo”, dice Keaton. Aunque la película se centre en las tribulaciones de los actores, Iñárritu ve su búsqueda de gratificación como una aspiración universal. Mucho antes de su rodaje, la película fue concebida, su guión escrito y pretendió ser una experiencia vital ininterrunpida. “Desde la primera página del guión, yo supe que quería que estuviera viva y así lograr que el público experimentase una verdadera perspectiva del principal personaje de forma radical. Esto representaba para mí y para todas las personas involucradas un enfoque completamente nuevo; de modo que el reto empezó desde el guión, llegando hasta los últimos fotogramas de la postproducción”, dice Iñárritu. La naturaleza extensa, intuitiva e ininterrumpida de estas tomas, conseguida mediante la Steadicam y cámaras de mano, supuso que la iluminación no se realizara con el tradicional equipo cinematográfico. Los movimientos de los personajes y el diálogo estaban precisamente sincronizados con el movimiento de la cámara. En consecuencia, tenía menos de plató de película y más del teatro en el que se desarrolla gran parte de la acción. “Primero trazamos los movimientos, ensayamos y diseñamos las tomas en un plató vacío con actores suplentes. En la comedia, el ritmo es el rey. Así que, a través de este proceso, no sólo encontré el ritmo interno de las escenas, sino que, además, los platós y los espacios fueron diseñados con enorme precisión después de lo que todos aprendimos con ello”, explica Iñárritu. “Chivo (alias Emmanuel Lubezki) fue el mejor socio que pude haber tenido. No sólo es un maestro de la luz, sino que creo que pocos directores de fotografía habrían sido capaces de manejar los requisitos técnicos de esta película. No pudimos iluminar a los actores de la forma tradicional; con la cobertura convencional, se ilumina cada ángulo y dispones de tiempo para hacerlo. Que él fuera capaz de lograr la iluminación de esta forma sin comprometer la apariencia de la película, exigió un arte y una habilidad extraordinarios y creo que solamente Chivo podría haberlo logrado”, dice Iñárritu. Como el trabajo de cámara era tan específico, Iñárritu insistió en ensayos exhaustivos con todos los actores. “Ellos tenían que entender realmente lo que yo estaba haciendo: cada movimiento, cada paso, cada giro del rostro habían sido previamente decididos y meticulosamente coreografiados. Nada era improvisado; era un estudio de sincronización con la precisión de un reloj”, explica Iñárritu. “Cada día fue rodado como una sola escena. Se rueda en continuidad. Habitualmente, se logran cinco tomas aquí, doce allí, primeros planos… son muchas las opciones para confeccionar una actuación. Aquí no había nada de eso. Actuábamos sin red. Sólo disponíamos de un intento. Y todo ello tenía que encajar y cada actor tenía que hacerlo bien”, dice Keaton. A Norton le entusiasmó el enfoque de travelling del rodaje de “BIRDMAN o (la inesperada virtud de la ignorancia)” y observa que ello no sólo pone de relieve los vínculos, ocasionalmente extraños, retorcidos y afectuosos existentes entre los personajes; es el siguiente paso lógico en el canon cinematográfico de Iñárritu. Como corresponde a una película sobre una obra teatral, Norton señala que, además, aporta teatralidad a la producción.
“BIRDMAN o (la inesperada virtud de la ignorancia)” se rodó durante 30 días íntegramente en Nueva York, siendo ésta la primera película de Iñárritu en Gotham sin que los realizadores hubieran nunca pensado en sustituirla por ninguna otra ciudad. “La ciudad y Broadway son personajes de la película en sí mismos. Para lograr que la película diera una sensación de autenticidad tan grande como fuera posible, ¿qué mejor lugar que Nueva York? Lo grande es que haya en Nueva York una reserva de artistas y técnicos de gran talento, justamente el adecuado equilibro entre personas de la escena y la pantalla que Alejandro quería”, dice el productor John Lesher. Los realizadores también optaron por rodar la película fundamentalmente en el orden en el que se desarrolla el argumento, algo inhabitual en cualquier producción pero especialmente ambicioso en una fotografiada de forma tan específica con un calendario de rodaje tan breve. “La continuidad era esencial para el proceso de Alejandro, así como para examinar la trayectoria interior de Riggan; era un apoyo para la película. Cada día Michael hizo un trabajo impagable determinando el tono y el ritmo adecuados para la transformación de su personaje; estuvo verdaderamente asombroso”, afirma el productor Jim Skotchdopole. La producción rodó gran parte de la película en el auténtico teatro de Broadway, el St. James, de la calle 44, en el corazón de Times Square. El St. James tiene una dilatada trayectoria. Construido en el lugar ocupado por el original Sardi’s Restaurant, se inauguró en 1927 y muchas producciones notables han sido estrenadas ahí; entre ellas, “Native Son”, “Oklahoma”, “El rey y yo”, “The Pajama Game”, “Beckett” y, más recientemente, “Gypsy”, “American Idiot”, “Hair” y “Balas sobre Broadway”. “No tiene precedentes que una producción se introduzca en una sala abierta de Broadway y ruede escenas de interiores durante tanto tiempo como hicimos nosotros. Pero el teatro era el ancla de todo en la película”, dice el director de escenarios Joaquín Prange. El diseñador de producción Kevin Thompson recibió el encargo de encajar el St. James con una trasera de escenario y un conjunto de camerinos recreados que su equipo había construido en los Estudios Kaufman Astoria. “Mi primera conversación con Alejandro giró en torno al mundo físico del teatro en escena y entre bastidores. Estaba muy interesado en que ambas partes surgieran y se superpusiesen. Me pareció que sería un reto extraordinario hacer que esos dos mundos coincidieran. Y la idea de rodar en un auténtico teatro de Broadway, diseñando escenarios para el rodaje y para la obra, más los camerinos de detrás de la escena y el laberinto de corredores, era verdaderamente fascinante”, explica Thompson. Los ensayos se convirtieron en planos para los platós y éstos acabaron transformándose gradualmente a lo largo de la producción, no sólo para acomodar los movimientos de la cámara sino también para reflejar el estado mental de Riggan. Thompson también habla de la iluminación y de la gama de colores de la película. “A Alejandro le gusta introducir el color de manera cuidadosa y controlada. La forma como se logró en mi departamento fue mediante la iluminación de Chivo. Usamos soportes prácticos de principio a fin porque teníamos que poder mover la cámara libremente sin que la iluminación de la película invadiera el campo visual de la toma ni la estorbara. Así que utilizamos muchas temperaturas de color de la luz, desde el frío tungsteno hasta un incandescente más cálido. La iluminación era para una película, no para el teatro; las producciones de Broadway tienen una versión más acentuada de las luces rojas y azules, pero las nuestras eran más parecidas a colores fríos y cálidos que chocaran entre sí y formasen capas unos encima de otros. Chivo iluminó el plató de una forma muy singular, con un gran LED en el techo y pudiendo cambiar el color y mover la luz a medida que rodábamos”, explica Thompson.
A los montadores Stephen Mirrione y Douglas Crise se les encomendó la tarea de unir en un todo estos elementos distintivos sin desvirtuar las líneas elegantes y perfectas de la fotografía. Ambos han trabajado juntos con Iñárritu en anteriores películas, y los dos comprendían la importancia crucial que tenía el montaje para ésta. “Durante la producción, Alejandro me dijo muchas veces: ‘Ahora tengo que pensar en todo. En cada una de las otras películas, podía arreglarlo después en la sala de montaje…’”, asegura Crise. “Antes incluso de que las cámaras comenzaran a rodar, ya teníamos confeccionado un conjunto del metraje de los ensayos y algunos miembros del equipo lo habían revisado; de modo que, junto con Alejandro, pudimos empezar a calcular cómo serían el aspecto y el sonido de la película, dónde sobraba una conversación, dónde estarían los movimientos. Así que pudimos empezar muy pronto”, explica Mirrione.