Título Original: | CAMINO DE SANTIAGO, EL ORIGEN | |
Año Producción: | 2004 | |
Nacionalidad: | ESPAÑA | |
Director: | JORGE ALGORA | |
Guión: | JORGE ALGORA y FRANCISCO GARCÍA | |
Fotografía: | SUSO BELLO | |
Música: | ||
Intérpretes: VICENTE MÉNDEZ, JESÚS SALGADO, ROBERTO LEAL, PANCHO MARTÍNEZ, MIRO MAGARIÑOS, TUTO VÁZQUEZ, RUBÉN RODRÍGUEZ y VICENTE MONTOTO | ||
Sinopsis: Siglo XIII, una aldea de montaña situada en algún lugar de Francia. En ella vive Mathieu, un joven interesado por el conocimiento que ha oído hablar de la existencia de un Camino que conduce a Santiago de Compostela donde dicen se encuentran enterrados los restos del Apóstol Santiago. Otras lenguas atribuyen al camino la capacidad de transformar al viajero, lo elevan a la categoría de camino de iniciación: “toda persona que emprenda esta peregrinación acaba convirtiéndose en un ser más sabio, más conocedor de sí mismo” Mathieu sabe que no es un viaje exento de peligros, es probable que no consiga llegar a su destino, es probable que no regrese a su tierra. Aun así decide partir, su ansia de adquirir conocimiento es más intensa que su miedo. Mathieu se cruza con mucha gente durante su periplo y cada encuentro le enseña algo nuevo de los demás y de sí mismo. A partir de la atenta observación de lo que le rodea, Mathieu descubre la simbología implícita en el juego de la oca, el significado de espirales, laberintos y crismones, la brujería y sus amuletos, entra en contacto con órdenes religiosas como la de los templarios y con algunos de los diversos gremios que florecieron e esta Europa primigenia a orillas del Camino: vendedores de conchas, azabacheros, canteros... Su viaje transcurre por varios lugares emblemáticos del norte de España. Visita monasterios como el de San Juan de la Peña, en Aragón; el de Leyre, en Navarra; o el de Sahagún, en León, y repara en toda la simbología que los maestros canteros esculpieron en sus piedras. Se sorprende también al ver como en iglesias como la de San Juan de Ortega o de Santa Marta de Tera un capitel es iluminado directamente por los rayos del sol los días de equinoccio. Mathieu tiene que superar muchas pruebas a lo largo de su camino. Alguna de ellas le lleva casi hasta la muerte como cuando es asaltado por unos bandoleros que se hacen pasar por peregrinos, algo habitual en la época. Afortunadamente, en el siglo XIII ya existían multitud de albergues y hospitales a lo largo del Camino que habían sido construidos por los monjes cluniacenses para ayudar al viajero. En uno de estos hospitales, Mathieu descansa y se recupera de sus heridas. Después de este altercado, el viaje de Mathieu termina en un lugar en la costa de nombre Fisterra, en aquella época último rincón occidental del mundo y lugar en el que empieza el país de los muertos. Allí verá como el sol experimenta cada día una particular muerte iniciatica. |