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INFORMACIÓN
Titulo original: Horrible Bosses
Año Producción: 2014
Nacionalidad: EE.UU
Duración: 108 Minutos
Calificación: No recomendada para menores de 12 años
Género: Comedia
Director:  Sean Anders
Guión: Sean Anders, John Morris. Basados en una historia de Jonathan M., John Francis Daley, Sean Anders, John Morris. Basados en los personajes creados por Michael Markowitz  
Fotografía: Julio Macat 
Música: Cristopher Lennertz
FECHAS DE ESTRENO
España: 1 Enero 2015
DISTRIBUCIÓN EN ESPAÑA
Warner Bros.

 


SINOPSIS

Nick, Dale y Kurt se han decidido a montar su propio negocio, pero la persona que iba a invertir, se ha quitado de en medio, así que los tres amigos deciden secuestrar al hijo mayor del inversor y pedir un rescate, así no necesitarán de nadie para llevar adelante su nueva empresa...

INTÉRPRETES

JASON BATEMON, JASON SUDEIKIS, CHARLIE DAY, JENNIFER ANISTON, CHRIS PINE, CHRISTOPH WALTZ, KEVIN SPACEY, KELLY STABLES, JAMIE FOXX, KEELEY HAZELL, BRIANNE HOWEY  

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{slider Festivales y premiosPREMIOS Y FESTIVALES}

_______________________

{slider Informacion exclusivaINFORMACIÓN EXCLUSIVA}

En 2011, el público de todo el mundo conoció a Nick, Dale y Kurt, los desafortunados héroes de “Cómo acabar con tu jefe”, quienes soportaban el yugo de unos superiores tan horribles y fuera de control que pensaron que lo único que podían hacer era quitarlos de en medio. Por suerte, tuvieron un fracaso estrepitoso, y convirtieron su proyecto en un ciclo cada vez más intenso de pánico y malas decisiones que les catapultaron al éxito en taquilla y nos hicieron pensar que no todo el mundo está hecho para el homicidio, por muy justificable que este pueda parecer. Además, los tres también podrían replantearse su futuro profesional…
Y eso es exactamente lo que hacen en “Cómo acabar sin tu jefe 2”, con un invento original en una reedición del viejo sueño americano.
“Desarrollan un producto que creen que pueden fabricar, comercializar y vender”, explica Jason Bateman. “Han invertido todo lo que tienen, y deciden apostar por ellos mismos, lo cual no es una muy buena idea en su caso particular. Las cosas no tardarán en torcerse”.
La nueva entrega los lleva a un territorio desconocido y les enfrenta a formidables nuevos enemigos, pero con la misma química insuperable, energía desenfrenada y entusiasmo desbocado que Bateman, Charlie Day y Jason Sudeikis desplegaron en la primera película.
El director y coguionista Sean Anders, que coincidió con Sudeikis el año pasado en la exitosa “Somos los Miller”, afirma “Se llevan de maravilla”. “Pasamos mucho tiempo trabajando en el guion uno o dos meses antes del rodaje y, luego, cuando llegaba el día, hablaban entre ellos y aportaban nuevas ideas. Lográbamos rodar una o dos tomas más o menos como aparecían en el guion antes de que se volvieran locos, y así fue como surgieron algunos de los momentos más divertidos”.
Anders fue muy específico acerca de lo que quería ofrecer con esta secuela: “Nuestra idea era que tenía que tener su propia historia, sin limitarnos a presentar a tres nuevos jefes y tres formas diferentes de matarlos. Queríamos que estos tipos, que son muy divertidos y a los que todos queremos, se enfrentaran a una nueva aventura que les llevara a una desesperación con la que no contaban, y a las soluciones desesperadas que se derivan de ello”.
“Como a la mayoría de la gente, lo que me encantó de la primera película fue no solo su concepto, sino también su fenomenal interactuación cómica”, afirma el productor Chris Bender. “Me hizo tener curiosidad por saber qué les ocurriría a los tres más adelante. Son unos personajes tan buenos que quisimos colocarlos en otra situación imposible, dejarlos sueltos y ver qué pasaba”.
Esta vez, son sus nuevos sueños de emprendedores los que se vienen abajo cuando un inversor sin escrúpulos les roba su invento y todo el dinero que tienen. O, teniendo en cuenta el préstamo que pende sobre sus cabeza, todo el dinero que puedan llegar a tener en algún momento.
A propósito de ese potencial, el productor John Morris, coguionista de “Cómo acabar sin tu jefe 2” junto con Anders, afirma: “Nos encantaba la idea de que urdieran y prepararon un plan de secuestro en el que es la propia víctima quienes les obliga a seguir adelante. Además, los coloca a los tres, que no tienen ningún don para el crimen, en la tesitura de tener que pensar en qué hacer basándose en las películas que han visto”.

“Cómo acabar sin tu jefe 2” combina mucha acción y risas: pulsos de pulgares y golpes, asaltos, armas, personas que acaban dentro del maletero de un coche y una trepidante persecución nocturna por el centro de Los Ángeles en la que participan varios coches de policía, un tren, un puente y una valla de tela metálica muy resistente.
La persecución es un cóctel de acrobacias, efectos especiales y croma, tal y como señala Anders. “Rodamos distintas partes durante semanas. Nuestro supervisor de efectos especiales, Jeremy Hays, fue un verdadero miembro más del reparto; se llegó a subir a la valla para tratar de imaginar cómo hacer que el coche pudiera seguir circulando. El equipo de efectos visuales, por su parte, se volvió loco tratando de rodar la tela metálica con un gran croma. En última instancia, tuvimos que tirar el coche y dejarlo colgando de un puente. Fue una noche estupenda, me encantó estar ahí y hacer todas esas cosas”, admite sin ocultar que es un fanático del cine. “Me encanta todo esto”.
Para coreografiar esta desquiciada escena a gran velocidad, el equipo recurrió al coordinador de acrobacias Thomas Robinson Harper, entre cuyos trabajos anteriores destacan la compleja carrera de “Matrix Reloaded”. Harper destaca la idea que Anders tenía de que “en una comedia física como esta, es importante que las cosas resulten lo más reales posible, ya que se logra un mayor impacto. Ya sabes lo que dicen, todo es muy divertido hasta que alguien pierde un ojo… y entonces resulta desternillante”.
“Conducir en sentido contrario del tráfico es, se crea o no, más peligroso que volcar a 120 km por hora”, añade Harper. “Participaron unos 18 especialistas del más alto nivel, y el conductor del coche que llevaba la cámara, Mike Majesky, es uno de los mejores en lo suyo”.
Con tres Rancheros del modelo antiguo para rodar la carrera vintage de Jones, a partir de una sugerencia de Anders, el equipo de Harper los remodeló dotándolos de nuevos neumáticos, frenos y parachoques. Luego, explica: “Instalamos el cambio trasero. Creamos una marcha inferior denominada tracción positiva, que hace que las dos ruedas traseras giren al mismo tiempo y puedan deslizarse. También teníamos un freno de giro, con un cilindro maestro que actuaba sobre los frenos traseros bloqueando ambas ruedas para un mayor deslizamiento. Por último, colocamos argollas en el suelo para amarrar los cinturones de seguridad de los especialistas”.
También utilizaron lo último en arneses, e introdujeron grandes bloques de espuma en el tren trasero del vehículo para absorber los impactos contra el suelo. “Sabíamos que teníamos que estar a altura del tipo de comedia que se traían entre manos”, explica Harper.
Pero no solo los especialistas tuvieron que darlo todo. Jamie Foxx, como conductor del coche, y Jason Bateman, Charlie Day y Jason Sudeikis, como sus aterrados aunque extrañamente fascinados pasajeros, también tuvieron un papel destacado en la escena.
“Sean quería que estuviera llena de vida y acción”, comenta el supervisor de efectos visuales Bruce Jones, responsable de combinar el metraje rodado por especialistas y fondos de 360 grados con la interpretación de los actores en una réplica del vehículo sobre un croma. “Era un vehículo totalmente pivotante con airbags, así que, cuando teníamos que simular un giro marcado a la derecha o a la izquierda, lo dejábamos caer rápidamente y todos se apelotonaban dentro, con lo que parecía que estaban virando a toda la velocidad en las esquinas, deslizándose de izquierda a derecha, de atrás hacia delante, o, si frenaban bruscamente, salían disparados”.
Con un tono falsamente escandalizado, Day recuerda: “Estábamos, no sé, a unos 7 o 10 metros del suelo en el coche, y un tío dijo de repente a través de una especie de interfono ‘Vamos a voltear el coche 90 grados’, y corta. Luego, gritaron acción y voltearon el coche. Pero suerte, les salió bien, y pudimos contarla, pero la cosa podía haber acabado muy mal…”
Los actores nunca estuvieron en peligro, aunque no se dieran cuenta. Según John Rickard: “El supervisor de efectos especiales había colocado una plancha para que pudieran apoyar los pies mientras estaban volteando el coche, pero no se dieron cuenta, así que sintieron de verdad que estaban cayendo, como si fuera una montaña rusa”.

Además de rodarse en el centro de la ciudad en calles tan conocidas como Hill, Grand, Olive, Olympic, la calle 6, la calle 11 y Broadway, la producción volvió al Licha’s Bar and Grill en la calle 7, donde los protagonistas conocen a “MF” Jones en “Cómo acabar con tu jefe” y en el sigue usando como oficina un reservado mal iluminado a la vieja usanza. Otras localizaciones en la ciudad de Los Ángeles y sus alrededores incluyen el Staples Center, el campo de golf Trump International junto a la costa en Palos Verdes, y el paso a nivel de la calle 22 y Signal, en el cercano San Pedro.
El diseñador de producción Clayton Hartley recreó algunas partes de la consulta de la dentista Julia Harris en un plató, al que sumó un recibidor, pasillos y un baño para una escena en la que Dale y Kurt añaden el robo a su lista de cargos. El espacioso despacho de Bert Hanson presenta una eléctrica colección de amenazantes esqueletos de animales, artefactos militares y recuerdos deportivos y populares únicos para crear un efecto general de riqueza intimidante, descarada e inalcanzable. Una casa particular en lo alto de una colina de Los Ángeles fue utilizaba para rodar los exteriores e interiores de la ultramoderna y ostentosa residencia de Rex, donde los protagonistas ponen en marcha su plan de secuestro en una escena que resulta muy diferente —y mucho más divertida— de lo que habían imaginado.
La diversión era sin duda la palabra mágica, tanto si estaban rodando como si no.
“Creo que lo que la gente espera de una segunda parte, y lo que nosotros queríamos también, era ver de nuevo a Bateman, Day y Sudeikis juntos”, afirma Anders, “y que Nick, Dale y Kurt intentaran algo nuevo que no deberían hacer”.
“Es evidente que los actores sienten mucho cariño por sus personajes, al igual que el público”, concluye. “Son el tipo de personas con las que te gustaría tomarte una copa y esa la verdadera alegría y satisfacción de hacer una película como esta. Si los actores se sienten libres y de verdad están disfrutando con su trabajo, creo que la diversión y la química traspasan la pantalla. La gente la nota, y les trasmite que están ahí para pasárselo bien”.

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En 2011, el público de todo el mundo conoció a Nick, Dale y Kurt, los desafortunados héroes de “Cómo acabar con tu jefe”, quienes soportaban el yugo de unos superiores tan horribles y fuera de control que pensaron que lo único que podían hacer era quitarlos de en medio. Por suerte, tuvieron un fracaso estrepitoso, y convirtieron su proyecto en un ciclo cada vez más intenso de pánico y malas decisiones que les catapultaron al éxito en taquilla y nos hicieron pensar que no todo el mundo está hecho para el homicidio, por muy justificable que este pueda parecer. Además, los tres también podrían replantearse su futuro profesional…
Y eso es exactamente lo que hacen en “Cómo acabar sin tu jefe 2”, con un invento original en una reedición del viejo sueño americano.
“Desarrollan un producto que creen que pueden fabricar, comercializar y vender”, explica Jason Bateman. “Han invertido todo lo que tienen, y deciden apostar por ellos mismos, lo cual no es una muy buena idea en su caso particular. Las cosas no tardarán en torcerse”.
La nueva entrega los lleva a un territorio desconocido y les enfrenta a formidables nuevos enemigos, pero con la misma química insuperable, energía desenfrenada y entusiasmo desbocado que Bateman, Charlie Day y Jason Sudeikis desplegaron en la primera película.
El director y coguionista Sean Anders, que coincidió con Sudeikis el año pasado en la exitosa “Somos los Miller”, afirma “Se llevan de maravilla”. “Pasamos mucho tiempo trabajando en el guion uno o dos meses antes del rodaje y, luego, cuando llegaba el día, hablaban entre ellos y aportaban nuevas ideas. Lográbamos rodar una o dos tomas más o menos como aparecían en el guion antes de que se volvieran locos, y así fue como surgieron algunos de los momentos más divertidos”.
Anders fue muy específico acerca de lo que quería ofrecer con esta secuela: “Nuestra idea era que tenía que tener su propia historia, sin limitarnos a presentar a tres nuevos jefes y tres formas diferentes de matarlos. Queríamos que estos tipos, que son muy divertidos y a los que todos queremos, se enfrentaran a una nueva aventura que les llevara a una desesperación con la que no contaban, y a las soluciones desesperadas que se derivan de ello”.
“Como a la mayoría de la gente, lo que me encantó de la primera película fue no solo su concepto, sino también su fenomenal interactuación cómica”, afirma el productor Chris Bender. “Me hizo tener curiosidad por saber qué les ocurriría a los tres más adelante. Son unos personajes tan buenos que quisimos colocarlos en otra situación imposible, dejarlos sueltos y ver qué pasaba”.
Esta vez, son sus nuevos sueños de emprendedores los que se vienen abajo cuando un inversor sin escrúpulos les roba su invento y todo el dinero que tienen. O, teniendo en cuenta el préstamo que pende sobre sus cabeza, todo el dinero que puedan llegar a tener en algún momento.
A propósito de ese potencial, el productor John Morris, coguionista de “Cómo acabar sin tu jefe 2” junto con Anders, afirma: “Nos encantaba la idea de que urdieran y prepararon un plan de secuestro en el que es la propia víctima quienes les obliga a seguir adelante. Además, los coloca a los tres, que no tienen ningún don para el crimen, en la tesitura de tener que pensar en qué hacer basándose en las películas que han visto”.

“Cómo acabar sin tu jefe 2” combina mucha acción y risas: pulsos de pulgares y golpes, asaltos, armas, personas que acaban dentro del maletero de un coche y una trepidante persecución nocturna por el centro de Los Ángeles en la que participan varios coches de policía, un tren, un puente y una valla de tela metálica muy resistente.
La persecución es un cóctel de acrobacias, efectos especiales y croma, tal y como señala Anders. “Rodamos distintas partes durante semanas. Nuestro supervisor de efectos especiales, Jeremy Hays, fue un verdadero miembro más del reparto; se llegó a subir a la valla para tratar de imaginar cómo hacer que el coche pudiera seguir circulando. El equipo de efectos visuales, por su parte, se volvió loco tratando de rodar la tela metálica con un gran croma. En última instancia, tuvimos que tirar el coche y dejarlo colgando de un puente. Fue una noche estupenda, me encantó estar ahí y hacer todas esas cosas”, admite sin ocultar que es un fanático del cine. “Me encanta todo esto”.
Para coreografiar esta desquiciada escena a gran velocidad, el equipo recurrió al coordinador de acrobacias Thomas Robinson Harper, entre cuyos trabajos anteriores destacan la compleja carrera de “Matrix Reloaded”. Harper destaca la idea que Anders tenía de que “en una comedia física como esta, es importante que las cosas resulten lo más reales posible, ya que se logra un mayor impacto. Ya sabes lo que dicen, todo es muy divertido hasta que alguien pierde un ojo… y entonces resulta desternillante”.
“Conducir en sentido contrario del tráfico es, se crea o no, más peligroso que volcar a 120 km por hora”, añade Harper. “Participaron unos 18 especialistas del más alto nivel, y el conductor del coche que llevaba la cámara, Mike Majesky, es uno de los mejores en lo suyo”.
Con tres Rancheros del modelo antiguo para rodar la carrera vintage de Jones, a partir de una sugerencia de Anders, el equipo de Harper los remodeló dotándolos de nuevos neumáticos, frenos y parachoques. Luego, explica: “Instalamos el cambio trasero. Creamos una marcha inferior denominada tracción positiva, que hace que las dos ruedas traseras giren al mismo tiempo y puedan deslizarse. También teníamos un freno de giro, con un cilindro maestro que actuaba sobre los frenos traseros bloqueando ambas ruedas para un mayor deslizamiento. Por último, colocamos argollas en el suelo para amarrar los cinturones de seguridad de los especialistas”.
También utilizaron lo último en arneses, e introdujeron grandes bloques de espuma en el tren trasero del vehículo para absorber los impactos contra el suelo. “Sabíamos que teníamos que estar a altura del tipo de comedia que se traían entre manos”, explica Harper.
Pero no solo los especialistas tuvieron que darlo todo. Jamie Foxx, como conductor del coche, y Jason Bateman, Charlie Day y Jason Sudeikis, como sus aterrados aunque extrañamente fascinados pasajeros, también tuvieron un papel destacado en la escena.
“Sean quería que estuviera llena de vida y acción”, comenta el supervisor de efectos visuales Bruce Jones, responsable de combinar el metraje rodado por especialistas y fondos de 360 grados con la interpretación de los actores en una réplica del vehículo sobre un croma. “Era un vehículo totalmente pivotante con airbags, así que, cuando teníamos que simular un giro marcado a la derecha o a la izquierda, lo dejábamos caer rápidamente y todos se apelotonaban dentro, con lo que parecía que estaban virando a toda la velocidad en las esquinas, deslizándose de izquierda a derecha, de atrás hacia delante, o, si frenaban bruscamente, salían disparados”.
Con un tono falsamente escandalizado, Day recuerda: “Estábamos, no sé, a unos 7 o 10 metros del suelo en el coche, y un tío dijo de repente a través de una especie de interfono ‘Vamos a voltear el coche 90 grados’, y corta. Luego, gritaron acción y voltearon el coche. Pero suerte, les salió bien, y pudimos contarla, pero la cosa podía haber acabado muy mal…”
Los actores nunca estuvieron en peligro, aunque no se dieran cuenta. Según John Rickard: “El supervisor de efectos especiales había colocado una plancha para que pudieran apoyar los pies mientras estaban volteando el coche, pero no se dieron cuenta, así que sintieron de verdad que estaban cayendo, como si fuera una montaña rusa”.

Además de rodarse en el centro de la ciudad en calles tan conocidas como Hill, Grand, Olive, Olympic, la calle 6, la calle 11 y Broadway, la producción volvió al Licha’s Bar and Grill en la calle 7, donde los protagonistas conocen a “MF” Jones en “Cómo acabar con tu jefe” y en el sigue usando como oficina un reservado mal iluminado a la vieja usanza. Otras localizaciones en la ciudad de Los Ángeles y sus alrededores incluyen el Staples Center, el campo de golf Trump International junto a la costa en Palos Verdes, y el paso a nivel de la calle 22 y Signal, en el cercano San Pedro.
El diseñador de producción Clayton Hartley recreó algunas partes de la consulta de la dentista Julia Harris en un plató, al que sumó un recibidor, pasillos y un baño para una escena en la que Dale y Kurt añaden el robo a su lista de cargos. El espacioso despacho de Bert Hanson presenta una eléctrica colección de amenazantes esqueletos de animales, artefactos militares y recuerdos deportivos y populares únicos para crear un efecto general de riqueza intimidante, descarada e inalcanzable. Una casa particular en lo alto de una colina de Los Ángeles fue utilizaba para rodar los exteriores e interiores de la ultramoderna y ostentosa residencia de Rex, donde los protagonistas ponen en marcha su plan de secuestro en una escena que resulta muy diferente —y mucho más divertida— de lo que habían imaginado.
La diversión era sin duda la palabra mágica, tanto si estaban rodando como si no.
“Creo que lo que la gente espera de una segunda parte, y lo que nosotros queríamos también, era ver de nuevo a Bateman, Day y Sudeikis juntos”, afirma Anders, “y que Nick, Dale y Kurt intentaran algo nuevo que no deberían hacer”.
“Es evidente que los actores sienten mucho cariño por sus personajes, al igual que el público”, concluye. “Son el tipo de personas con las que te gustaría tomarte una copa y esa la verdadera alegría y satisfacción de hacer una película como esta. Si los actores se sienten libres y de verdad están disfrutando con su trabajo, creo que la diversión y la química traspasan la pantalla. La gente la nota, y les trasmite que están ahí para pasárselo bien”.

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