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Titulo original: The Man Who Invented Christmas
Año Producción: 2017
Nacionalidad: Irlanda, Canadá
Duración: 104 Minutos
Calificación: Autorizada para todos los públicos
Género: Comedia, Drama, Biografía
Director: Bharat Nalluri
Guión: Susan Coyne. Basado en la novela escrita por Les Standiford
Fotografía: Ben Smithard
Música: Mychael Danna
FECHAS DE ESTRENO
España: 30 Noviembre 2018
DISTRIBUCIÓN EN ESPAÑA
DeaPlaneta


SINOPSIS

Estamos en 1843 cuando Charles Dickens ha encadenado tres fracasos novelísticos y los gastos en su casa se han acumulado. Pero Dickens no está dispuesto a venirse abajo por lo que comienza a escribir una novela de carácter navideño. Mientras se dedica en cuerpo y alma a su nueva novela debe hacer frente a sus demonios personales...

INTÉRPRETES

DAN STEVENS, CHRISTOPHER PLUMMER, JONATHAN PRYCE, SIMON CALLOW, MIRIAM MARGOLYES, IAN McNEICE, MORFYDD CLARKD, VALERIA BANDINO, DONALD SUMPTER, COSIMO FUSCO, MILES JUPP, ANNETTE BADLAND, JUSTIN EDWARDS

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   La novela corta de Charles Dickens Canción de Navidad, conocida igualmente en España como Cuento de Navidad, ha fascinado y deleitado a lectores, artistas, dramaturgos y cineastas desde hace casi dos siglos, con temas como la familia, la bondad, la benevolencia y la celebración. De hecho, sentó un nuevo modelo para esta festividad, renovando el espíritu de las Navidades victorianas tradicionales y dando comienzo a multitud de costumbres que hoy día siguen siendo populares. Pero aunque la mayoría de los lectores conocen este entrañable relato, pocos conocen la historia que hay detrás.
  Les Standiford, autor del libro que inspiró la película y prolífico escritor tanto de ficción como de ensayo, averiguó que Canción de Navidad estuvo a punto de no publicarse.
  «No tenía ni idea de que Dickens tuvo que pagar él mismo la publicación», comenta. «A ningún editor le interesaba, pero el libro cambió la trayectoria de su carrera. Me puse a buscar un libro que contara todo aquello, pero, para mi sorpresa, descubrí que no existía tal libro».
  Así pues, Standiford decidió escribirlo él mismo. Se trata de un fascinante retrato al proceso creativo de uno de los mayores narradores de la historia, y los derechos fueron rápidamente adquiridos por el productor Robert Mickelson y los productores ejecutivos Paula Mazur y Mitchell Kaplan. Grandes admiradores de Dickens, al igual que muchos de los implicados en la creación de EL HOMBRE QUE INVENTÓ LA NAVIDAD, los productores descubrieron hace unos ocho años la crónica de Standiford, meticulosamente documentada, sobre este periodo de la vida del autor. «Paula y Mitch me dieron el libro», recuerda Mickelson. «Era una historia que no conocíamos en aquel momento, y me fascinó explorar el proceso creativo de Dickens y su vida».
  Kaplan añade: «He vendido libros durante 35 años y soy un buen amigo de Les, y sabía que su cautivadora narración de cómo Dickens consiguió que su clásico se publicara calaba profundamente en los lectores, y que si colocábamos las piezas correctamente crearíamos algo muy especial también para los espectadores».
  Para Mazur, el libro ofrecía una nueva perspectiva de Canción de Navidad. «En 1843,  a los 31 años, Dickens era una superestrella literaria, y eso hace que la historia sea muy actual», explica. «Tenía un éxito apabullante, y estaba abrumado por todos los problemas que eso conlleva».
  El relato Canción de Navidad, publicado en 1843, fue un intento desesperado de Dickens por conseguir dinero para el tren de vida al que tanto él como su familia se habían acostumbrado. Pero aquel libro profusamente ilustrado resultó ser mucho más que una forma rápida de hacer dinero: también renovó el interés y el entusiasmo por una festividad que había caído en desgracia.
  Aunque ha habido otras películas biográficas sobre Dickens a lo largo de los años, EL HOMBRE QUE INVENTÓ LA NAVIDAD se centra en las intensas seis semanas durante las cuales escribió y autopublicó Canción de Navidad. Los responsables de la película querían un guion que presentara a Dickens como un hombre moderno: con defectos, temperamental y gracioso al mismo tiempo. La guionista Susan Coyne, cocreadora de «Slings and Arrows», una teleserie canadiense sobre un festival actual de teatro de Shakespeare, había impresionado a Robert Mickelson con la sensibilidad poco convencional que había infundido a la serie. «Su estilo tiene encanto y carácter, y también grandes dosis de humor», afirma el productor. «Soy un fan incondicional».
  Coyne concibió una narrativa desenfadada en la que Dickens interactúa con sus personajes cuando da vida al relato de Ebenezer Scrooge. En el guion de Coyne, Dickens tiene largas charlas con sus creaciones mientras sus historias se despliegan ante él. «Los personajes se vuelven reales para él», observa. «Sabemos que Dickens mantenía conversaciones con sus personajes, así que nos hemos basado en la realidad, aunque inventándonos sus pensamientos. Él solía decir que los personajes de sus obras eran más reales para él en ciertos aspectos que las personas de su propia vida».
  Coyne se identificaba con la ansiedad que sienten las personas creativas cuando se encuentran bajo presión. «Dickens estaba en la indigencia en ese momento», explica.
  «Había cosechado grandes éxitos con libros como Los papeles póstumos del club Pickwick, Nicholas Nickleby y Oliver Twist. Y luego tuvo algunos fracasos. Cuanto más leía sobre él, más fascinante me parecía. Tenía una mezcla de ambición, humanidad, mezquindad y grandeza de espíritu… era una persona compleja y extraordinaria».
  Bloqueado por una crisis creativa, Dickens desarrolla una relación antagónica con sus personajes, sobre todo con Scrooge. «Scrooge se convierte en su archienemigo», comenta el productor Robert Mickelson. «Y Dickens se convierte en un personaje de la historia que está intentando escribir. Es como si hubiera entrado en su propia novela dickensiana. Es una historia que tiene muchas capas».
  El guion atrajo inmediatamente el interés del productor Ian Sharples, de The MobFilm Company. «La impresión que me crea el material es fundamental», explica. «EL HOMBRE QUE INVENTÓ LA NAVIDAD tiene un elemento de modernidad. Aunque estamos hablando de una persona real de hace más de un siglo, Dickens se nos hace cercano, y para mí, como cineasta, su viaje me resulta muy familiar. La lucha por llevar una pieza literaria a las librerías de su época era igual de difícil que sacar una película hoy día».
  El director Bharat Nalluri, conocido por su encantadora comedia de época Un gran día para ellas, fue el elegido para llevar las riendas de la película. «Bharat tiene un toque muy ligero», señala Robert Mickelson. «Consigue interpretaciones fabulosas de su reparto.
  Pensamos que aportaría un equilibrio perfecto y que sabría transmitir tanto el humor como la energía de Dickens».
Nalluri se quedó impresionado por los numerosos niveles de significado que Coyne infundió al guion. «Es un lujo poco habitual disponer de un guion tan sólido», sentencia. «Es una obra divertida y agradable con grandes personajes y un fulgor muy visual. Pero en el fondo tiene algo que decir sobre el mundo en el que vivimos. En cierto modo emula a Dickens, que creaba esos personajes tan grandilocuentes y a menudo cómicos, y los usaba para contar historias que dejaban una profunda huella en la sociedad y además eran amenas».
  Con poco tiempo para rodar y una historia compleja que contar, Nalluri demostró ser un líder hábil. «Es fantástico», le elogia la productora Paula Mazur. «Había muchos cabos visuales que atar. Él es uno de esos escasos directores que controlan igual de bien la estética como la narración. Bharat fue capaz de estructurarlo todo en su cabeza y de ajustarlo a un calendario de rodaje bastante acelerado y complicado. También trabajó tremendamente bien con los actores».
  El autor Les Standiford, que pasó cierto tiempo en el set de Dublín, estaba maravillado de ver cómo la historia cobraba vida en la pantalla. «Estos cineastas han sacado la esencia del libro en la película, y eso es muy gratificante», celebra. «Creo que quienes vean la película se van a quedar fascinados por ella».
  También les entretendrá y les divertirá, según Susan Mullen, la socia productora de la película en Irlanda. «Es divertida, y es profunda. Creo que lo que Dickens quería era que nos responsabilizáramos de ser más generosos. Que debemos echar una mano, preocuparnos por los demás… es un hermoso mensaje. Y verdaderamente cambió la forma en que todos entendemos la Navidad».

LA CREACIÓN DE PERSONAJES INOLVIDABLES...
  Algunos de los actores más distinguidos del Reino Unido accedieron a asumir los papeles principales y secundarios de EL HOMBRE QUE INVENTÓ LA NAVIDAD. El casting, según el productor Robert Mickelson, siempre empieza con el guion, y cuando aparece uno bueno, la gente hace cola para participar. «Para nuestra alegría, un montón de buenos actores de fuera de Londres lo habían leído y estaban deseando venir, incluso para un solo día. Fue memorable. Y cada uno de ellos aportaba al llegar algo nuevo y maravilloso al proyecto».
  Dickens, que tenía tan solo 31 años cuando escribió Canción de Navidad, era un apuesto joven londinense. Teniendo esto en cuenta, los cineastas ofrecieron el papel a Dan Stevens, conocido por millones de fans de la serie «Downton Abbey» por su papel del malhadado heredero Matthew Crawley. En lugar de la seriedad con que asociamos al Dickens maduro, Stevens llena el papel de energía juvenil, carisma y curiosidad.
  «Es un guion cautivador», afirma el actor. «No es una biografía reverente. Es la historia del impulso creativo de un gran artista y de la presión que se pone a sí mismo para seguir produciendo. En ese momento, Dickens tenía cuatro hijos y otro más por llegar. Yo también esperaba uno cuando lo estaba leyendo, y eso me llegó. También explora la  complicada relación con su padre y la historia de cómo se escribió una de las mejores obras de todos los tiempos. Canción de Navidad impregna nuestra cultura como no lo ha hecho ningún otro relato de Navidad... excepto tal vez la Natividad en sí».
  Nalluri describe el trabajo de Stevens como «jubiloso, emocionante y dinámico, como el mismo Dickens. Nunca se quedaba quieto. Dan ha sabido recoger eso para ofrecer una visión maravillosa y muy moderna que impulsa la película entera. Creo que ha nacido para ese papel».
  Para cualquier espectador que solo lo conozca por «Downton Abbey», añade el productor Ian Sharples, la actuación de Stevens será una revelación. «Está en prácticamente todas las escenas. Eso es mucho peso sobre los hombros de una sola persona, pero él es increíble. Siempre traía todo su entusiasmo y energía al set».
  En su trabajo de preparación para el papel, Stevens recurrió a respetados estudios sobre el escritor, como Becoming Dickens, escrito por Robert Douglas-Fairhurst. «Trata precisamente del periodo justo anterior a nuestra película. Entonces no era el venerable Dickens que todos conocemos y reverenciamos, sino un escritor emergente más bien espabilado y ambicioso. También leí la edición comentada de Canción de Navidad de Michael Patrick Hearn. Algunos de los detalles que entraron a formar parte de la película, como eso de que se pusiera delante del espejo ensayando muecas y voces extrañas, viene de cartas de amigos y familiares de Dickens».
  El oscarizado actor Christopher Plummer es quien da la réplica a Stevens en el papel de la más famosa creación de Dickens y en cierto modo su parte oscura, Ebenezer Scrooge. Este personaje, cuyo nombre ha acabado asociándose a la amargura y la codicia, nunca ha sido interpretado con tanto encanto. «No puedo imaginarme a nadie mejor para el papel», afirma la guionista Susan Coyne. «Christopher retrata tanto el carácter amenazador de Scrooge como la tremenda calidez y la ironía que humaniza al personaje».
  Según la productora Paula Mazur, la forma de Plummer de interpretar el papel es única. «Es un Scrooge callado y tenso con unos momentos muy graciosos. Chris encontró el modo de convertirle en el alter ego del escritor, en la parte de Dickens que le desagradaba de sí mismo». Dan Stevens coincide: «Christopher ha descubierto algo muy diferente e interesante del personaje. Lo hace incluso dulce y travieso».
  Plummer se ha implicado en el proyecto casi desde el principio. «Susan Coyne ha creado una historia extraordinaria y mágica para el cine», comenta. «Cuando me preguntaron si quería participar en ella, dije que cómo no iba a querer. Soy un tío con suerte. He asumido muchos papeles importantes, pero nunca el de Scrooge. Casi resulta inevitable después del rey Lear».
  Como fan incondicional de «Downton Abbey», Plummer se deshace en elogios para Stevens. «Ha defendido muy bien un papel muy complejo», afirma el veterano actor. «Es perfecto para Dickens, tanto por su físico como por la forma en que ha abordado el papel. Charles Dickens no siempre era un hombre amable, y Dan ha sacado todos esos matices».
  Plummer se rinde igualmente ante Nalluri, de quien afirma que ha sabido manejar con gran destreza el humor de la película. «No todos los directores tienen un sentido teatral del humor. Para mí fue una sorpresa muy agradable. Es un tío muy gracioso con una picardía encantadora, y posee sin duda un gran talento».
  La presencia del legendario actor en el estudio de rodaje llenó de emoción incluso a los cineastas más curtidos. Nalluri reconoce que lleva deseando trabajar con Plummer desde que vio, a los 12 años, El hombre que pudo reinar. «Fue algo muy especial», comenta sobre haber dirigido a su ídolo de siempre. «Yo apenas tenía que hacer nada. Nos sentábamos todos a admirarle mientras él recitaba su parte y luego se iba del set. Y cada vez lo bordaba».
  Según la productora Susan Mullen, la relación de Dickens con su padre apuntala toda la narración. John Dickens, que presuntamente sirvió de inspiración para el despilfarrador señor Micawber de David Copperfield, era un personaje excéntrico que sobrevivía gracias a su astucia, y que fue una gran decepción para su hijo. Terminó viviendo del nombre de Dickens, vendiendo fragmentos de borradores del escritor tirados a la basura.
  «Aunque Dickens adoraba a su padre, a menudo se sintió traicionado por él», afirma Paula Mazur. «Cuando su padre se arruinó, obligó al joven Dickens a trabajar en una horrible fábrica de betún. ¡Dickens fue Oliver Twist! Así que creamos un triángulo entre Dickens, su padre y Scrooge, en el que Scrooge obliga a Charles a reconciliarse con su padre para poder acabar Canción de Navidad».
  En su papel de John Dickens, Jonathan Pryce rebosa confianza y afabilidad, por lo que resulta difícil despreciarle o juzgar sus acciones. «Jonathan transita maravillosamente por una finísima línea: “¿Estará haciendo lo correcto o no?”», observa el productor Robert Mickelson.
  Pryce se documentó sobre la vida de Dickens padre, pero su experiencia interpretando a personajes de la vida real le ha enseñado a basarse siempre en el guion como fuente principal. «En realidad, lo que quieres hacer es ser fiel al guion», explica. «El personaje tiene que sostenerse por sí mismo, no hay que confiar en que el público conozca sus circunstancias. Si el guion es bueno, es que el guionista ha hecho toda la investigación necesaria».
  Los responsables del proyecto se reunieron inicialmente con Simon Callow, un reconocido experto en Dickens, mientras se documentaban para el guion. Más adelante le pidieron que interpretara a John Leech, el brillante ilustrador que creó inolvidables evocaciones de Scrooge y de los fantasmas que le rondaban.
  Callow conoció la obra de Dickens a los 13 años, cuando guardaba cama por la varicela. «La varicela es una enfermedad insufrible que hace que quieras pasarte el día rascándote», recuerda. «Mi adorada abuela me entregó un ejemplar de Los papeles póstumos del club Pickwick para que me distrajera. Quedé absolutamente fascinado. Me leí todos los libros uno tras otro. El genio de Dickens consistía en concebir personajes que creaban una impresión inmediata y que se convertían instantáneamente en arquetipos».
  A Callow le impresionó la forma en que el guion utiliza la creación de Canción de Navidad para retratar a Dickens, como escritor y como hombre. «Demuestra inventiva cinematográfica y literaria, del mismo modo que Canción de Navidad demuestra inventiva literaria. Entrelaza perfectamente el realismo y la fantasía».
  Callow confía en que el haber retratado a Dickens en su juventud transforme la idea que tenemos de él como un adusto escritor victoriano. «Todos tenemos grabada la imagen de Dickens con esa barba y esos ojos visionarios», comenta Callow. «Pero antes fue un apuesto joven de enorme atractivo, muy agudo y gracioso, y un fantástico conversador. Toda una generación de personas podrá conocer ahora al Dickens real».
  Miriam Margolyes, que interpreta a la señora Fiske, sirvienta de la familia Dickens, muestra un entusiasmo similar por el guion. «Fue una lectura embriagadora», afirma. «La guionista nos presenta ese mundo del siglo XIX, que nos parece muy lejano, pero que ya guarda en sí las semillas de nuestro propio mundo».
  Margolyes también descubrió a Dickens de muy joven, empezando a los 11 años con Oliver Twist. Se ha leído la totalidad de sus novelas, ensayos e incluso las cartas, las 14.000 que se conservan. «Es una pasión personal», confiesa la actriz británica. «Fue el mayor escritor en prosa de nuestra literatura. Creó más personajes que nadie en la Historia, ¡más de 2.000! Ascendió sin tapujos en la escala social; no siempre fue intachable, pero siempre estuvo profundamente interesado en el camino de la vida».
  Según ella, Dan Stevens es el actor perfecto para encarnar a Dickens. «En primer lugar, tiene un enorme parecido físico con él. Al igual que Dan, el joven Dickens tenía una figura esbelta, etérea. Dan posee un interior dulce, como Dickens, pero como es un actor fabuloso, es capaz de invocar en su ser un aterrador lado oscuro que en gran medida formaba parte de Dickens».
  Para Dickens, la fama a menudo implicaba verse rodeado de acólitos de dudosas intenciones, pero una de sus personas de confianza fue su amigo John Foster, interpretado por Justin Edwards. El actor describe su personaje como el agente literario no oficial de Dickens. «En la peli es una especie de ayudante de Dickens, y al mismo tiempo un gran admirador suyo», explica Edwards. «Pero al mismo tiempo también era escritor, un hombre de letras. Con el tiempo publicó una respetada biografía de su amigo. Foster intentó por todos los medios conseguirle el dinero que necesitaba y apoyarle cuando empezó a desesperarse con el libro».
  Además de los aspectos históricos de la película, Edwards destaca el trepidante guion. «La trama avanza a un ritmo fantástico conforme intentan conseguir que se publique el libro a tiempo para las Navidades», resalta. «Aunque sabemos lo que va a pasar, ver cómo ocurrió es fascinante. Todo se decidió verdaderamente en un alarmante último minuto».

UNA VISIÓN AMBICIOSA DEL LONDRES DE DICKENS...
  EL HOMBRE QUE INVENTÓ LA NAVIDAD retrata la lujosa vida de los victorianos acaudalados al mismo tiempo que las penurias de los londinenses en el siglo XIX. «Es una historia dentro de una historia dentro de otra historia dentro de la cabeza de una persona» comenta Bharat Nalluri. «Los personajes aparecen y desaparecen. Y cada uno tiene una perspectiva diferente». De hecho, el director afirma que se trata del proyecto más complejo que ha asumido nunca. Utilizando un estudio de rodaje de Dublín de gran autenticidad y profusión de detalles, ha reproducido el duro contraste entre ricos y pobres en un exuberante drama histórico con elementos de fantasía y crudas escenas callejeras, sin utilizar apenas efectos digitales.
  Rodar la película casi íntegramente «a pie de cámara» complicó muchas cosas, pero también es parte de lo que hace tan especial esta película para el director. «Es muy fácil poner una pantalla verde y hacer aparecer el fantasma de las Navidades pasadas», reflexiona Nalluri. «Pero ¿cómo conseguir eso sin efectos, y que al mismo tiempo parezca real y creíble a ojos del público moderno? Hay un montón de trucos simples, de la vieja escuela. Toda la película se cuenta a través de la imaginación de Dickens, ¡y él nunca había visto una película con efectos especiales!».
  El director concede un mérito enorme al equipo de diseño de producción, empezando por el diseñador, Paki Smith, por la asombrosa estética de la película. «Cuando hablé con los jefes de departamento, dije dos palabras: “sed valientes”», recuerda Nalluri. «No vamos a hacer la típica película histórica. Vamos a jugárnosla, y triunfaremos o fracasaremos según lo valientes que seamos».
  Smith afirma que siempre había querido hacer películas navideñas, y reconoce que para él son una especie de debilidad. «Me encantó el guion», recuerda el diseñador de producción. «Me reí de principio a fin. Es una película bastante ambiciosa con un presupuesto relativamente bajo, pero es uno de esos escasos proyectos en los que he sentido que no había nadie que no estuviera enamorado de lo que estaba haciendo».
  El equipo de Smith tuvo la suerte de poder disponer del inmenso decorado del Londres victoriano creado para la serie de televisión «Penny Dreadful». Con su fiel recreación de las calles, casas y comercios de la ciudad, el set proporciona a la película una autenticidad que difícilmente se alcanzaría con un presupuesto de película independiente.
  El reto más difícil que afrontó el diseñador fue tal vez el de crear el estudio de Dickens, donde transcurre una parte significativa de la historia. El diseño del cuartucho destartalado en el que el escritor se encerraba para trabajar se basa en referencias que Smith extrajo de una antigua sección de periódico llamada «La habitación del escritor», que incluía fotografías de los espacios de trabajo de escritores famosos. «Evitaba trabajar en el estudio igual que un niño evita hacer los deberes», confiesa. «Esbocé todos los demás decorados con mucha antelación, pero este me costaba plasmarlo sobre el papel. Al final acabó siendo un cruce entre un despacho, el estudio de un pintor y una buhardilla. Me gusta mucho lo que hicimos con él».
  Cuando estuvieron ultimados los sets, Smith colaboró con el director de fotografía, Ben Smithard, para formar un plan de iluminación específico para la película. «Su carácter teatral me permitió ser menos convencional con la iluminación y la forma en que se mueve la cámara», observa el director de cinematografía, que ha trabajado en películas como Belle y Mi semana con Marilyn. «El propio Dickens era poco convencional en la vida, y eso aporta un poco de color a la película. Paki Smith y su equipo han hecho un trabajo sensacional, y yo me sentía obligado a resaltarlo».
  La diseñadora de vestuario Leonie Prendergast investigó a fondo la moda de la época antes de vestir a los actores. «He hecho mucha ropa victoriana, pero no de 1843», explica. «Es una época muy bonita, con faldas hasta los pies y mangas abullonadas para las mujeres, y chaqués y levitas para los hombres».
  Poder poner un sello personal a los fantasmas de las Navidades pasadas, presentes y futuras fue una oportunidad especial para la figurinista, que se permitió crear una indumentaria fantasiosa para los tres espectros. Con la colaboración de Paki Smith, creó para ellos una silueta alargada con un toque de la Grecia clásica. «El de las Navidades presentes apunta a Dioniso, y el de las pasadas es más etéreo», observa.
  Para el personaje de Dickens, encarnado por Dan Stevens, Prendergast tomó nota de una frase que pronuncia el escritor al principio de la película: «Si hay algo que he aprendido de mi padre, es que la gente creerá lo que sea si vas bien vestido».
  «A Dan todo le queda bien, tanto la moda actual como la estética de 1843», comenta la diseñadora. «Todas sus prendas las confeccionó un sastre maravilloso, Sean Jackson. Usamos una paleta que realza sus fabulosos ojos azules».
  Plummer, que interpreta a Scrooge, viste casi totalmente de negro, pero Prendergast combinó diversas texturas y tonos para añadir profundidad al conjunto. «Todos esos negros son ligeramente distintos», explica la figurinista. «Por ejemplo, el chaleco es negro carbón con un suave estampado de cachemir. Christopher me escribió por correo electrónico y me preguntó si podía enviarle mis dibujos e ideas. Se alegró al comprobar que teníamos la misma idea sobre cómo debía vestir Scrooge para tener un aspecto más cadavérico y siniestro».
  Como casi todos los actores llevan peluca, a la diseñadora de peluquería Lorraine Glynn no le faltó trabajo. «Cogimos un montón de imágenes de referencia de esa época y ensayamos varios estilos con ellas», explica. «Por ejemplo, hay varios retratos del joven Dickens. Era bastante esbelto y tenía una buena melena. Dan se le parece mucho, ¡lo que no deja de ser inquietante!».
  Según Glynn, Plummer fue muy explícito sobre cómo quería llevar el pelo: «Le enviamos algunas imágenes antes de que llegara a Dublín. Teníamos sombreros de copa, casquetes, pelo ralo. Recibimos una peluca de Londres, y Christopher me hizo recortarla por arriba con una navaja con él sentado en una silla. Esta tarea la haría normalmente en un soporte para pelucas, y hacerla sobre su cabeza fue un poco estresante».
  Para Sonia Dolan, jefa del equipo de maquillaje, fue un trabajo de ensueño. «¡Una película de época con un elemento de fantasía y un tema navideño!», exclama. «Pero solo teníamos una semana para los preparativos. De modo que fueron unos días muy estimulantes de estrecha colaboración entre los departamentos de peluquería, de vestuario y artístico».
  Al igual que a Prendergast, a Dolan la estética de los fantasmas le pareció especialmente interesante. «Para ellos empleamos un maquillaje más intenso, más teatral. Nos inspiramos tanto en las ilustraciones originales de Canción de Navidad como en adaptaciones anteriores».
  Los nombres de Ebenezer Scrooge, Jacob Marley, Bob Cratchit y, claro está, el pequeño Tim, son instantáneamente reconocibles para mucha gente. La guionista, Susan Coyne, cree que han perdurado tanto debido a la humanidad de la que los dotó su creador. Nacido hace 206 años, Charles Dickens logró crear personajes que siguen siendo creíbles, cercanos e inolvidables hoy en día. «Dickens nos recuerda que en la vida hay cosas más importantes que nuestros intereses egoístas», apostilla.
  Una vida entera estudiando al escritor ha convencido a la actriz Miriam Margolyes de que el valor imperecedero de Dickens reside en su capacidad de representar las fortalezas y flaquezas humanas, que sigue inspirándonos casi dos siglos después. «Dickens era profundamente humano, con todos los defectos y los encantos que eso conlleva», reflexiona. «Estaba imbuido por la noción de que la vida es un viaje ascendente y de que tenía que hacer que el mundo fuera un lugar mejor. Creo que por eso le leemos todavía hoy».
  Su influencia sigue sintiéndose en las celebraciones navideñas anuales, cuando las familias se reúnen, las personas intercambian regalos, la generosidad se extiende y se sirven banquetes a lo largo y ancho del mundo. «La suprema relevancia de Dickens radica en que nos da esperanza», sentencia Bharat Nalluri. «Nos hace reír, nos hace llorar y nos hace pensar en el mundo que nos rodea».

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