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NOTAS DEL DIRECTOR...
Juan Antonio Bardem decía que "una película debe dar testimonio de la realidad, o sencillamente no será nada". Hoy regreso a sus palabras y contemplo a mi generación huyendo lejos de Europa. Amigos, compañeros de trabajo, gente a la que quiero. Pienso en Europa y la veo arder, pienso en nuestro futuro y veo a mis amigos arder. Nos veo a todos nosotros en un desierro similar al de la década de los cincuenta, en busca de la tierra prometida. Aquellas personas volvieron a casa siendo otras.
Esta película gira en torno a la idea del no retorno en un tiempo que agoniza cuando el siglo XXI cumple la mayoría de edad.
Imagino un hipotético origen, el 1 de enero de 2018, y a una pareja que acaba de conocerse. Regresan de una intensa noche de fiesta.
Una brecha temporal se abre, trasladándoles a la nochevieja de 1999. Ambos siglos funcionan por oporsición, y desplazan la realidad hacia un espejo deformado, con la celebración de una fiesta que agoniza como telón de fondo.
Europa discurre en un largo sueño del que todavía no hemos despertado.
En este contexto, Lise y Viktor - o Julie y Alex en el pasado., son dos almas que tratan de encontrarse a ambos lados del espejo. Con ellos me planteo si realmente hemos cambiado. Me pregunto si podemos comprometernos en las obligadas circunstancias que nos ha tocado vivir llamándonos generación.
Aunque el compromiso que adoptemos represente un papel tan minúsculo dentro de la sociedad com o lo pueden ser una película o una relación de pareja.