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   'El sueño de Malinche' es el proyecto cinematográfico más reciente de Gonzalo Suárez, que ha creado una pieza poemática y una fábula atemporal, de una belleza rara. Como al Guernica de Picasso, su carácter de fábula atemporal no le resta veracidad testimonial.
  'El sueño de Malinche' narra el encuentro entre Cortés y Moctezuma a través de una mujer dotada de un arma de secreto poder: la palabra.
Gonzalo Suárez, con la ayuda de Antonio Saura y Hélène Girard, su mujer, se documentó durante años en las crónicas castellanas, en las translaciones del náhuatl y códices aztecas, así como en los historiadores que han abordado el tema de la conquista de México. Para adaptarlo a la pantalla, decidió trabajar con el dibujante de comics Pablo Auladell que, con su reconocida maestría, ha ilustrado clásicos y textos contemporáneos. Según Gonzalo Suárez, en 'El sueño de Malinche' los dibujos de Auladell, «cobran reminiscencias pictóricas más allá de la mímesis folclórica».
  La producción de la película ha corrido a cargo de una productora independiente, no obstante, Gonzalo Suárez quiere agradecer la contribución de aquellos técnicos, actrices y actores que han aportado su trabajo y su talento de forma desinteresada para que este proyecto pudiera ver la luz.
  La editorial La Huerta Grande, ha participado en el proyecto publicando en su colección de «Narrativa ilustrada» el libro que recoge los textos y los dibujos que dan forma a la película.

ENTREVISTA A GONZALO SUÁREZ...
Ha dicho en otras ocasiones que no se plantea qué cine va a hacer, sino que éste surge. ¿Cómo surgió El sueño de Malinche y qué le llevó a querer
narrar una historia universal con un componente épico y mítico tan fuerte como fue la llegada de los españoles a México?...
Pues, en el caso de El sueño de Malinche, la génesis parte de hace muchos años y la documentación exhaustiva se la debo a mi mujer Hélène y a Antonio Saura, que también colaboraron en Remando al viento. Lo fortuito ha sido el reencuentro con el músico Luis Mendo y la decisión de grabar los textos con actores que colaboraron desinteresadamente, incluido el técnico de mezclas.
Sus nombres constan en los créditos y mi gratitud en mi memoria. Fue un trabajo espontáneo sin contrapartidas económicas que duró más de dos años.
Empezamos la casa por el tejado, con una banda sonora, sin saber qué clase de imágenes la sustentaría y sin posibilidad alguna de terminar el proyecto.
Entonces, apareció Joaquín García-Quirós que nos ofreció su apoyo y luego, el encuentro con los dibujos de Pablo Auladell. Ambos fueron decisivos.

Usted siempre ha defendido que la literatura viene primero, y luego lo demás. En el caso de El sueño de Malinche es algo que resulta evidente, y el resultado es que estamos ante una rareza, es un documento muy especial. Más bien una pieza de arte. En el fondo el creador siempre tiene esa pretensión y este trabajo parece en ese sentido una declaración de intenciones...
Mi obsesión en 'El sueño de Malinche' era mostrar cómo la palabra en boca de una mujer condicionó de forma decisiva la relación con Moctezuma y la conquista de México. Pero no pretendía hacer un relato más de lo sucedido sino dar un tratamiento poemático a los textos indígenas y las crónicas españolas.
En esa medida, optamos con Joaquín por la vía de los museos antes de abordar cualquier enfoque comercial. La aspiración es que El sueño de Malinche se convierta en un nexo entre españoles y mexicanos más allá de las disidencias históricas, pero sin eludir los aspectos cruentos.

¿Cómo fue trabajar con Pablo Auladell? ¿Por qué lo eligió a él para que pusiera imagen a sus palabras? ¿O a las palabras de “los héroes”, de los dioses y de la Historia?...
Cuando cayó en mis manos su libro El Paraíso Perdido me puse inmediatamente en contacto con él. Eso era lo que andaba buscando. Es un dibujante excepcional y tiene un estilo que lo emancipaba de los estereotipos y proporcionaba emoción a las palabras. Con Juanjo, el montador, y con la música de Luis y Bernardo, encontramos la cadencia adecuada en la que los dibujos se integran con el carácter poemático de la narración en un todo.

No parece una película hecha para un recorrido tradicional o comercial. ¿Quién le gustaría que viera la película? ¿Y dónde le gustaría que se viera?...
Me gustaría que se viera con el estupor con el que descubrimos las pinturas prehistóricas en las paredes de una cueva. Con la misma mirada con la que ha sido realizada.

Lo que empezó en la literatura acaba entre las tapas de un libro y en una librería. ¿El libro que ha editado La Huerta Grande sería una consecuencia lógica de todo ese proceso creativa?...
Y, además, el libro reclama también una mirada inocente que lo equipara a los libros de cuentos terribles de nuestra infancia. De hecho, la historia de Malinche, vendida por su madre a los traficantes de esclavos, nos suscita reminiscencias de Blancanieves. Pero ese carácter de cuento ilustrado no resta veracidad a los testimonios del castellano y del náhuatl.


ENTREVISTA A PABLO AULADELL...
¿Cómo definiría El sueño de Malinche?...
Es como un descenso al Hades de la Historia, donde el narrador se encuentra con las sombras de los personajes que protagonizaron algo tan fascinante, y aún lleno de misterio, como la conquista de México; y esas sombras repiten eternamente el mismo gesto, el mismo discurso, son como el eco ensimismado de una épica en la que han quedado atrapados o condenados, de un destino al que se vieron abocados sin remedio, actores obligados a una representación continua de la obra que les dio fama.

¿Qué le hizo aceptar este trabajo?...
Sobre todo, la calidad del libreto que me mostró Gonzalo Suárez, la gran afinidad que sentí con el enfoque poético que él utiliza.

¿Cómo fue el proceso? ¿En qué se basó para dibujar a personajes tan universales y casi míticos como son La Malinche, Cortés o Moctezuma?...
El proceso fue realmente arduo, no sólo por la gran cantidad de dibujos que hubo que realizar sino, mucho más importante, por la búsqueda del tono adecuado para responder gráficamente al mundo poético desplegado por Gonzalo. Encontrar el tono de una obra y mantenerlo es, en mi opinión, algo fundamental. La referencia para dibujar a los personajes fueron siempre las palabras que pronunciaban, ellas me daban el gesto y el misterio.

¿Cómo trabajó con Gonzalo Suárez?...
Nos reuníamos en Madrid o nos escribíamos por correo o hablábamos por teléfono. Yo iba proponiendo soluciones para los distintos tramos de la película, o bien Gonzalo me explicaba alguna visión, alguna imagen que le había obsesionado ya desde la escritura del guion, alguna referencia visual muy concreta que le interesaba utilizar, y yo trataba de desarrollarla y hacerla carne.

¿Había trabajado antes en algún proyecto para cine?...
Había trabajado en algunos proyectos audiovisuales, pero nunca para cine.


ENTREVISTA AL PRODUCTOR JOAQUÍN GARCÍA-QUIRÓS...
Gran parte de su vida se ha dedicado al mundo de la empresa. Desde hace poco está involucrándose en proyectos culturales y educativos. Primero fue el mundo editorial, luego el educativo y ahora este proyecto de cine con Gonzalo Suárez. ¿Cómo llegó al proyecto y por qué decidió producirlo?...
Estas decisiones siempre provienen de una mezcla de oportunidad y reflexión.
Mi mujer y yo llevábamos tiempo pensando sobre cómo aportar y devolver algo a nuestra comunidad (en el sentido anglosajón de la filantropía) con proyectos que generen riqueza. Y en ese inquieto proceso apareció Gonzalo Suárez, en el momento perfecto, nos lo presentó nuestro amigo el escritor Adolfo García Ortega. Gonzalo llegó por casualidad a nuestras vidas con su avasalladora energía y la magia de su palabra escrita.

Este proyecto se ha hecho con financiación privada y con la colaboración de muchas personas. ¿Ahora que va conociendo un poco mejor nuestras industrias culturales, cómo ve el mundo de la cultura desde su visión y formación empresarial?...
La falta de dinero, tanto privado como de las instituciones públicas, de manera consistente y en el largo plazo, ha generado en la industria cultural una “manera de trabajar” basada en el favor personal y en la “cesión gratuita” del trabajo.
Esta falta de recursos puede generar a veces una manera poco profesional de trabajar (que no tiene nada que ver con la calidad) y que incluso devalúa el trabajo artístico o la propia cultura. Pero, en fin, eso es tema largo y arduo…

Dadas las características tan especiales de este proyecto, han decidido no promocionar esta película en el circuito de festivales. ¿Cómo lo harán?...
Desde mis primeras conversaciones con Gonzalo, he soñado con una pieza de arte, capaz de transmitir a través de la emoción, como todo buen arte por otro lado, un tiempo histórico fundamental y fundacional de nuestro carácter y valores. Por lo tanto, siempre lo vi como un proyecto educativo y destinado a museos.

¿A qué público les gustaría que llegara? ¿Y qué cree que enseña o aporta El sueño de Malinche...
Tal y como digo en la pregunta anterior, me gustaría que la película y el libro llegaran a jóvenes, para que conozcan su historia, y al público en general, para que interpreten y revivan la historia que conocen desde una visión más emocional y artística.

¿Tuvo oportunidad de ver trabajar a Pablo Auladell y a Gonzalo Suárez? ¿Cómo es compartir una experiencia junto a dos personas con tanto talento?...
Ver trabajar a dos maestros en su arte como son Gonzalo y Pablo, sobre todo ha ratificado lo que ya intuía, el enorme esfuerzo, tesón y trabajo que requiere tener y ejercer el talento.

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