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NOTAS DE LA DIRECTORA...
Unos hermanos se reencuentran en España con motivo de una herencia familiar: una casa en ruinas rodeada de viñedos. Gustave, transportista al borde de la bancarrota, Jules, activista anarquista que vive en comunidad, y Lou, la más joven, perdida entre sus dos hermanos y sus deseos de descubrir otros horizontes. Cada uno tiene su propia visión del mundo y sus proyectos para esta herencia.
Los personajes:
El personaje central de la historiaes la relación entre hermanos.
Así que no hay un punto de vista dominante, sino tres: el de Gustave (el mayor, conductor de camión conformista y de espíritu liberal), Lou (la más joven, atrapada entre la dependencia de su madre y el yugo paternalista de Gustave) y Jules (que ha estado al margen de su familia y de la sociedad, pero a quien cada vez le resulta más difícil conciliar su forma de vida y su paternidad).
La relación entre hermanos está en el centro de mis películas, me divierte hacer coexistir personajes que no desean estar juntos. Las relaciones fraternales unen seres que no se han escogido y que, por tanto, comparten una intimidad, crecen hombro con hombro sustentando un pasado común, poblado de risas, peleas y dramas. La edad adulta está lejos de facilitar estas relaciones.
Las distintas direcciones que toman los individuos cavan una zanja entre los hermanos. Surge entonces la incomprensión entre ellos, una incapacidad de percibir el sentido de la existencia que ha escogido el otro.
Los hermanos con sus desavenencias, y sin referentes claros, pretenden ser una alegoría del mundo en busca de su propio camino. Los tres personajes corresponden a posiciones que los sociólogos han definido como respuestas a la crisis: los “seguritistas” que tienen miedo y se encierran en sí mismos (Gustave); los soñadores que reinventan el mundo e intentan, a veces con torpeza, encontrar soluciones (Jules) y la gran mayoría, los indecisos, los que están perdidos y no saben a qué santo encomendarse (Lou).
El conflicto en torno a la casa que heredan permite cristalizar la visión que cada uno tiene sobre la vida. Los protagonistas defienden con convicción puntos de vista divergentes. No se trataba de construir personajes que estuvieran equivocados y otros no: cada uno muestra sus defectos y su lado más conmovedor.
Los actores:
Los actores de Escapada tienen antecedentes y experiencias muy diversas.
Para los personajes principales, quería dar la oportunidad a actores que no habían tenido todavía papeles importantes en el cine. François Neycken, con quien tuve el placer de colaborar en mi primer cortometraje, Raphaëlle Corbisier, que acababa de salir de INSAS (Escuela belga de cine y teatro) y que me pareció impresionante en su espectáculo de fin de curso, y Yohan Manca, el francés, que me había enviado una cinta de casting muy chula antes de reunirse conmigo en Bruselas.
Estos tres actores dan la réplica a actores consagrados como son Sergi López (el trabajador social), Fermi Reixach (el tío), Bruna Cusí (la prima) o María León (Lucía).
Con el fin de inyectar una energía colectiva, viva y participativa en la película, era fundamental trabajar con actores amateurs, afines al movimiento okupa. Con Elisabet Lladó (directora catalana formada en el IAD /Institut des Arts de la Diffusion en Lovaina la Nueva), llevamos a cabo un trabajo de casting salvaje para encontrar activistas anarquistas, anticapitalistas y antipatriarcales como, por ejemplo, Iván Altimira (Jesús) o Marta Durruti (Andrea), descendiente de Buenaventura Durruti.
El movimiento okupa:
En el movimiento okupa se aboga por valores de solidaridad, ayuda mutua, y desobediencia civil. Los militantes defienden el derecho a la vivienda y ponen en cuestión la propiedad privada ocupando espacios en desuso que a menudo pertenecen a bancos o al estado. Y los convierten generalmente en centro social que aporta al vecindario un lugar de intercambio y de actividades culturales y sociales. He querido mezclar estos asuntos de herencia y de resistencia para relacionar la esfera íntima, familiar, a una esfera más política con objeto de confrontar diferentes visiones del mundo y explorar lo colectivo y el vivir en comunidad.
La música:
La composición y la interpretación musical corre a cargo de la Skeleton Band con la que he colaborado en mis cortometrajes y cuya música se asocia perfectamente al viaje y a la confrontación entre personas. El grupo se inspira en la música folk, el post-rock y la música latina. La banda se ha basado en la acústica y la fricción de los instrumentos de cuerda.
Un espacio sonoro, suavemente melancólico. El diálogo con la imagen se construye de fragmentos nostálgicos y cálidas fugas en el impulso comunicativo.
La imagen:
El trabajo visual se cimenta en la elección de los decorados, de los paisajes catalanes, de los colores dominantes y de las luces naturales. La película está rodada casi exclusivamente cámara al hombro para captar la energía de los personajes, impregnada del tono anaranjado de un sol que se despide del verano para recibir el otoño. Escapada es una tragicomedia agridulce, una feel good movie sobre un universo coloreado y luminoso que invita al espectador a salir de la película con ganas de compartir y de permanecer en compañía.