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NOTAS DEL DIRECTOR...
Hace cientos de años, la sociedad medieval vivia rodeada de bosques. Los asaltos a las aldeas y villas se sucedían frecuentemente. Para evitar las emboscadas, decidieron eliminar parte del bosque. Entresacaron numerosos árboles y erradicaron el matorral. Del bosque aclarado como defensa surgió la Dehesa, de donde parece provenir su nombre.
Existe modelo forestal se fue extendiendo paulatinamente por numerosas zonas de la Península Ibérica y, las encinas, alcornoques y quejigos, han venido dando forma a este tipo de bosques netamente ibérico, donde el aprovechamiento ganadero, agrícola y forestal ha convivido en armonía con la vida salvaje.
Desde entonces hasta nuestros días, estos viejos árboles, han sobrevivido a la historia y, sobre sus ramas, las especies más legendarias de aves del mediterráneo ibérico han construido sus nidos, viendo como las nuevas generaciones despegaban desde sus copas en busca de nuevos territorios. A su cobija, se reunían infinidad de seres para participar del banquete que les proporcionaban sus frutos y en sus oquedades, se refugiaron multitud de criaturas.
La Dehesa, es por encima de todo un campo de batalla, ellugar donde se retan los grandes herbívoros, donde cazan las formidables águilas, donde conviven bajo la presión de las mangostas los reptiles más grandes de Europa y donde las flores esconden depredadores con camuflajes sorprendentes. Pero también es un lugar amble que recibe cada año a miles de viajeros de larga distancia, que tienen en estos parajes sus cuarteles de invierno o sus lugares de reproducción. Muchos vienen desde el norte de Europa, buscando un clima más cálido y el alimento más preciado, el oro de la dehesa, las bellotas. La moneda de cambio que estos árboles utilizan con los animales para preservar su existencia.
Nuestra película comenzará en uno de los bosques más antiguos de Europa, los bosques primigenios de la Era Terciaria.
En lo más profundo de los canutos de esta selva mediterránea, existen unas condiciones climáticas muy especiales que han permitido a lo largo de millones de años que sigan subsistiendo especies tan arcaicas como el rododendro o los espectaculares helechos reales.
A lo largo de 80 minutos vamos a desvelar historias increíbles. Momentos de la vida salvaje de gran belleza cargados de conductas sorprendentes. Asistiremos a las luchas de los grandes herbívoros en paisajes casi africanos. Veremos cazar a criaturas del pequeño mundo, utilizando estrategias insólitas, como las de las arañas cangrejo. Volaremos con el águila imperial, la perdicera y la culebrera, las sierras más abruptas que lindan con las dehesas y conoceremos de primera mano, a las presas que les sirven de alimento. El meloncillo y lince ibérico serán algunos de los principales objetivos de nuestras cámaras. Pero también seremos testigos de algunos de los acuerdos que el hombre firmó con el bosque extrayendo su corcho a cambio de darle protección contra el fuego.
Ríos y pequeños arroyos se abren camino entre los pastos canalizando el agua de las lluvias, son las arterias de la dehesa. En sus riberas anfibios, invertebrados y multitud de aves inundan de sonidos y color el ambiente. Entre ellos, el martín pescador, será uno de los personajes que nos ayudará a descubrir este entorno.
Una calma aparente y los idílicos paisajes nos confunden cuando nos acercamos a la Dehesa.
Los depredadores no descansan y someten a una presión continúa a sus presas, que se ven obligadas a utilizar diferentes estrategias para conseguir llegar al día siguiente.
Nuestras cámaras recogerán los momentos más dramáticos de sus habitantes, en su lucha por la vida.
La Dehesa es uno de los ecosistemas con mayor biodiversidad del mundo y, lo que es más importante, es exclusivo de la Península Ibérica. Pero también es un ecosistema frágil.
El hombre y la vida salvaje han de convivir en un espacio exclusivo, en armonía y equilibrio. De lo contrario, podría llegar a desaparecer.
Dándolo a conocer, podremos ponerlo en valor para fomentar su conversación.