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EL SUEÑO DE SIGENA
INFORMACIÓN
Titulo original: El Sueño de Sigena
Año Producción: 2021
Nacionalidad: España
Duración: 106 Minutos
Calificación: No recomendada para menores de 7 años
Género: Documental
Director: Jesús García Lambert
Guión: Xavier Atance, Gemma Sanz
Fotografía: Carles Gusi
Música: Andrea Motis
FECHA DE ESTRENO
España: 9 Noviembre 2021
DISTRIBUCIÓN EN ESPAÑA
Alfa Pictures


SINOPSIS

Documental sobre las pinturas del Monasterio de Sigena (Huesca), que permitirá conocer el aspecto original de su Sala Capitular, conocida como la Capilla Sixtina del románico europeo. Narra el proyecto de reconstrucción que ha impulsado Juan Naya, vecino de Villanueva de Sigena y astrofísico de la NASA, de las pinturas románicas del Monasterio. La gran mayoría se perdieron o quedaron dañadas de manera irreversible durante un incendio en la Guerra Civil...

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Documental

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PRESENTACIÓN por JUAN E. NAYA (Astrofísico)...
   Recuerdo siendo niño a mis abuelos contándome historias sobre el Monasterio de Sigena, lugar que me ha sobrecogido y cautivado hasta el día de hoy. Con cinco años me fui a vivir con ellos donde pasé seis años maravillosos. En las tardes soleadas, solía acompañar a mi abuelo a la huerta donde me encantaba imitarle con una pequeña azada y, sobre todo, llevar las riendas del mulo que tiraba del carro. Para él, yo era su acompañante y su juguete: “el zagal nuestro” me llamaba. Para mí, él era un sabio que tenía respuesta a todas mis preguntas.
  Su huerta era vecina al monasterio y al pasar por delante me impresionaba ver ese lugar de piedra arenisca, majestuoso, imponente a la vez que intrigante, medio en ruinas y abandonado, y siempre aprovechaba para que me contara su historia. Yo, que era muy preguntón, asediaba a mi abuelo con una cadena de “porqués” para tratar de entenderlo todo. Mi abuelo, cariñoso y paciente, me relataba cómo ese lugar lo había fundado una Reina, Sancha, hacía casi ochocientos años. Que estaba enterrada allí junto a su hija Dulce y su hijo el Rey Pedro II, que había sido un gran guerrero. Que este lugar pertenecía a la orden de la Cruz de Malta y que había sido muy rico e importante. Cuando le preguntaba sobre el porqué estaba medio ruinoso y abandonado me contaba que cuarenta años atrás había habido una cruel guerra en España y que el monasterio había sido quemado. Siempre me impactaba esta historia que le hacía repetir una y otra vez cuando pasábamos por delante. Al volver a casa, situada en el centro del pueblo a un kilómetro de distancia, no acababa de entender y aceptar el porqué había sucedido algo así y, buscando un final esperanzador a nuestra conversación, le preguntaba cuándo iban a arreglarlo. Él siempre me daba la misma respuesta: “…había costado 700 años construirlo y no había dinero suficiente en el mundo para poder devolverle su esplendor original”.
  Al llegar a casa, mi abuela me esperaba con una buena merienda, probablemente pan con vino, y entonces aprovechaba para intentar desentrañar un poco más las claves de aquel intrigante y misterioso lugar. Era en ese momento cuando le preguntaba sobre cómo era por dentro el monasterio. Ella siempre me respondía con un lamento y voz melancólica, iniciando su relato con un suspiro: “Ay hijo mío! Sigena era un lugar precioso. Cuando
era pequeña les llevaba pan y huevos a las monjas y éstas me dejaban pasar dentro de la zona de clausura. Recuerdo la sillería del coro, hecha de madera labrada y que llegaba hasta el techo, una maravilla de la que no queda nada porque fue quemada. Y de lo que más me acuerdo es de la sala Capitular, grande y majestuosa. Tenía cinco arcos, techos altos y toda ella estaba decorada con escenas de la biblia y retratos de un tamaño que parecían reales. Los techos eran muy ricos, con maderas grandes y talladas, doradas y pintadas con preciosas figuras y vivos colores. Aquello era maravilloso, no puedo explicar lo que sentía al estar allí. Todo eso lo quemaron un día para la guerra y hoy no queda prácticamente nada. Ay, en fin, hijo mío!”.
  Recuerdo esta historia contada una y otra vez que me conmovía, me hacía pensar y trataba de imaginar cómo debía haber sido en realidad todo aquello que me describía con palabras.
  Un día a los nueve años tuve un sueño. Soñé que era mayor y me dedicaba a la recuperación de ese extraordinario lugar. Que por fin podía ver con mis ojos las maravillas que mis abuelos habían visto y me habían contado. Que mi abuela ya no tendría que lamentarse más por aquél tesoro perdido.
  Hoy, cuarenta años más tarde, mis abuelos ya no están aquí pero su recuerdo y su espíritu han sido los que me han dado la determinación y la perseverancia para convertir ese sueño en una realidad: la magia de un sueño.
  Este proyecto de recuperación de la Sala Capitular de Sigena se lo dedico a mis yayos, Carmen y Joaquín, y a todos aquellos que han inspirado y siguen inspirando a sus nietos a hacer realidad sus mejores sueños. Os queremos.

NOTAS DEL DIRECTOR...
  El motor narrativo del film es la gran pasión de Juan por reconstruir ese lugar que reside en sus sueños y que pertenece al patrimonio artístico de la humanidad. La obsesión de Juan lo lleva a viajar por varios continentes, a excavar en lo más profundo de sus recuerdos, a buscar lo invisible como un investigador de policía, a dar forma a lo intangible y dar color a la magia de su sueño.
  El film tendrá varios niveles de narración, un puzzle donde el objetivo será crear una experiencia de inmersión que ayudará al espectador a sentirse en el centro de la investigación, a ser parte de ella, a descubrir junto con Juan cómo fue este maravilloso lugar llamado Sala Capitular del Monasterio de Sigena.

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Sagas del 7º Arte...

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