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NOTAS DEL DIRECTOR...
La obra Escape Room, escrita y dirigida por Joel Joan y yo mismo, se ha convertido en un auténtico fenómeno en el ámbito teatral de nuestro país. Que su adaptación cinematográfica sea mi opera prima es un gran honor y también un reto, puesto que, por un lado, tenía que ser fiel a los elementos que han hecho que la obra funcione, pero también era necesario expandir y adaptar muchos de sus elementos al lenguaje cinematográfico, una transición que no siempre es fácil.
Uno de los elementos clave y más delicados en el proceso de adaptación ha sido el tono. La obra original era una combinación de distintos géneros que iban desde la comedia al thriller pasando por el drama y la crítica social. Esto, que en teatro ya es inusual, en cine todavía lo es más. Hay muy pocas películas que combinen todos estos géneros de forma efectiva sin que quede descompensada. Así pues, encontrar este delicado equilibrio ha sido desde el principio mi gran obsesión.
Afortunadamente, he podido contar con el apoyo y la complicidad de un equipo artístico y técnico extraordinario. Por un lado, los cuatro actores (tres de ellos ya habían protagonizado la versión teatral) entregados en cuerpo y alma y con el arte de oscilar entre el drama, el terror que viven sus personajes y la comedia que también necesita la historia.
La trama de la película, aunque con muchos elementos de comedia, es básicamente de género y, por ello, todo tiene que resultar lo máximo creíble. En este sentido, la fotografía y el diseño de arte son fundamentales. He tenido la gran suerte de tener a mi lado a profesionales de la talla de Xavi Giménez como director de fotografía y al equipo de Zero Quatre en la dirección de arte. Conjuntamente con ellos, hemos ideado un espacio, el decorado del escape room, pensado para maximizar las opciones fotográficas y dar el máximo de variedad a la película.