INFORMACIÓN EXCLUSIVA

ENTREVISTA A LA DIRECTORA...
¿Cómo nace el proyecto de Els Encantats?...
El proyecto de Els Encantats empieza siendo un cúmulo de notas antes incluso de rodar Las Distancias, cuyo proceso de financiación se dilató tanto en el tiempo que me pareció saludable darle vueltas a otra historia por si finalmente no lográbamos rodar aquella.
En ese momento la maternidad había transformado completamente mi vida y sentía la necesidad de hablar de una serie de circunstancias sobre las cuales encontraba escasos relatos o referentes.

La película participó en la Sección Oficial del Festival de Málaga donde recibió el Premio al Mejor Guion. Con Miguel Ibáñez Monroy ya habías trabajado en Las Distancias. ¿Cómo os repartís a la hora de escribir, cómo es vuestro método de trabajo?...
Me cuesta explicar cómo trabajamos con Miguel porque nos conocemos tanto que todo surge de manera fluida y muy natural. Creo que lo más importante es que somos amigos y hay plena confianza en el otro. Siento que cada uno aporta algo distinto al guion y que ambos puntos de vista se complementan.
Hasta ahora lo que ha sucedido es que pongo encima de la mesa una idea, un tema, unos personajes y un universo. A partir de eso empezamos a hablar con Miguel de qué queremos contar, cuál es el mejor punto de vista y el tono de la historia. Y poco a poco vamos armando trama, estructura, etc...
El que escribe es Miguel. Y dialoga. Cosas que hace de manera maravillosa.
Vamos intercambiando el texto y haciendo modificaciones a partir de notas en las que yo ya voy concretando la puesta en escena; puliendo y pensando también en la parte de dirección.

La película trata la maternidad desde un punto de vista poco habitual y pone el foco en la madre que por primera vez se separa de su hija tras la separación de una pareja. ¿Qué te interesaba plasmar al desarrollar esta idea?...
Me interesaba hablar de un proceso en el que habitualmente se pone el foco en la pareja, en la ruptura sentimental. La parte de los hijos parece un daño colateral cuando es algo profundamente doloroso y muy complejo de gestionar, sobre todo cuando los hijos son pequeños.
Es una circunstancia que tendrá como consecuencia una nueva manera de vivir la maternidad, alrededor de ausencias y de momentos no compartidos. Una maternidad muy alejada de lo que mi protagonista había imaginado.
Quería hablar de ese dolor y de la dificultad de gestionarlo.

¿Qué otros temas te interesaba destacar en la película?...
En el relato de este momento vital de mi personaje, gravitan también el tema del volver a empezar, de estar perdida, de volver a conectarse como mujer con facetas que la maternidad ha puesto en pausa, de la necesidad de hacer un duelo, de aprender a estar sola, de dónde están nuestras raíces y de qué significan los vínculos: la familia y la amistad.

Laia Costa es la protagonista de la historia, ¿cómo describirías su personaje?...
Irene, el personaje interpretado por Laia Costa, es una mujer de 38 años que después de un largo proceso de deterioro de su relación de pareja, ha decidido separarse.
Es una mujer resuelta y fuerte, que creía estar preparada para lo que iba a venir porque en su momento no dudó en salir de un proyecto en el que ya no era feliz. Tiene los recursos económicos para dar ese paso, pero no los emocionales. En esos primeros días alejada de su hija emprenderá una huida hacia adelante que sin querer la llevará a confrontarse con esa herida abierta.

Pep Cruz, Dani Pérez Prada y Aina Clotet son otras caras conocidas de la película, ¿qué aportan sus personajes a la historia?...
Cada uno de los personajes que acompaña a Irene nos ayuda a dibujar esos temas que gravitan alrededor del conflicto principal. El personaje de Pep Cruz representa el hogar, la familia, las raíces.
El de Daniel Pérez Prada nos permite hablar de la intimidad, de la dificultad de que ésta se produzca y de que llegue en el momento adecuado.
Aina Clotet es Ingrid, una amiga de la infancia que personaliza la familia perfecta, de un modelo heteropatriarcal respecto al que Irene ha dejado de sentirse representada.

Ainara Elejalde debuta en el cine con esta película, ¿cómo te hace sentir el hecho de ser tú quien dé su primera oportunidad a una actriz?...
Encontrar a la actriz que interpretase a Gina no fue una tarea fácil y para la película ha sido un regalo que diésemos con Ainara.
No imagino una mejor Gina posible y ambas cosas, trabajar con Ainara y que ésta haya sido su primera película, me hacen inmensamente feliz.

El pueblo donde se desarrolla la historia es Antist. ¿Lo conocías o fue casualidad rodar allí?...
Conocía Antist porque los padres de una amiga tienen una casa allí. Es un lugar muy especial, no solamente por su ubicación sino también por su historia. En un momento del proceso de escritura del guion, Júlia nos propuso subir para estar aislados y tranquilos, y una vez allí nos dimos cuenta de que ese era el sitio perfecto para situar el grueso principal de la acción.
En esa huida hacia adelante de Irene, el irse a la casa familiar termina teniendo un efecto inesperado, puesto que allí el silencio y el paisaje son abrumadores y resulta imposible no confrontarse con su dolor y sus miedos.

Antist es un pueblo pequeño y precioso y se encuentra alejado de grandes núcleos urbanos. ¿Ha supuesto esto alguna dificultad a la hora de rodar allí?...
La principal dificultad ha sido la de manejar los cambios climatológicos del otoño en alta montaña. A nivel logístico hemos contado con la ayuda imprescindible de la gente de la zona, que se han entregado al proyecto y nos han acogido de una manera muy emocionante.
Nos han facilitado el acceso a zonas recónditas y aisladas mostrándonos el mejor camino y transportándonos al equipo y al material con sus propios vehículos. Hemos aprendido mucho de la gente de la Vall y estoy inmensamente agradecida por su generosidad.

La leyenda de Els Encantats es una metáfora perfecta de cómo se siente la protagonista en ese momento vital por el que atraviesa. ¿Conocías la leyenda antes de escribir el guion?...
No. Encontré la leyenda en el libro Guia dels indrets mítics i llegendaris del Pallars Jussà, de Pep Coll*. Cuando decidimos que la película transcurriría en Antist, empecé a buscar un elemento que estableciese un vínculo entre el territorio y la historia.
Encontré esta leyenda sobre estos seres que viven atrapados en las grietas de la roca y me pareció precioso, puesto que Irene está en una especie de limbo, de punto muerto, del que aún no sabe cómo salir. Leyendo la descripción de estos seres concluimos que Irene estaba también “Encantada”.

¿Hay algo de Irene, el personaje que interpreta Laia Costa, en ti?...
Sí y no, porque en realidad siento que hay cosas de mi en todos los personajes, como también sucedía en Las distancias. Intento distanciarme de la idea de estar haciendo una autoficción, pero es innegable que en el punto de partida hay emociones y circunstancias que conozco y me son muy cercanas.

GALERÍA DE FOTOS