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NOTAS DEL DIRECTOR...
En esta película he querido subrayar la belleza que comparte el lenguaje de signos con los movimientos del boxeo", afirma el director, que recibió clases de boxeo y de lenguaje de signos a la vez que sus protagonistas: "He experimentado la belleza de un tipo de comunicación que utiliza el movimiento corporal y las expresiones faciales en lugar del lenguaje verbal. Entrenar en silencio es como un baile, muy cinematográfico.
La película está rodada en 16mm, toda una rareza en la era digital: "Trabajar con una cantidad limitada de película me obligaba a editar de antemano cada escena con mucha precisión", explica Miyake, que de este modo se aseguraba de proteger a sus actores de la repetición extenuante de tomas, algo contraproducente en una película sobre boxeo, que exige mucho sacrificio físico de sus intérpretes. "Desde el punto de vista estético, este formato me permitió crear una imagen, no exactamente de documental, pero sí más suave y nostálgica. La historia requería esa calidad y esa belleza".