INFORMACIÓN EXCLUSIVA
SOBRE LA PELÍCULA...
'El amigo de todos' es un puzzle de situaciones y personajes que se mueven entre contradicciones sin ponerse de acuerdo en un retrato firme respecto a Pattist. Sin embargo, todos coinciden en que el teniente de las Waffen SS era un tipo camaleónico, “amigo de todos”, que se mimetizó con sorprendente facilidad con todas las esferas de una España franquista -más tarde democrática- que no quería ver, pero sí oír y callar.
En el narrador de El amigo de todos se produce una dolorosa metamorfosis. La fascinación infantil da lugar al desencanto y al horror, pasando por la fragilidad de la memoria histórica.
NOTAS DEL DIRECTOR...
“El amigo de todos nace de un suceso en mi infancia: un tal Pattist frecuentaba el bar de mis padres cuando venía como intérprete traductor a las minas de Asturias.
Aquel hombre llegó a fascinarme, yo tenía nueve o diez años de edad. Hablaba varios idiomas, al menos eso creía yo, y fue él quien me provocó la curiosidad por conocer otros mundos. En definitiva, yo quería ser como él. Con el paso del tiempo esa fascinación se convirtió en desencanto y decepción.
¿Qué culpa tengo yo de haber sido un niño y estar hechizado por un NAZI? Un nazi llamado Auke Bert Pattist.
Tuvo que resultar chocante ver a un tipo adentrarse en las montañas de Asturias subido a una moto en los años 50. Auke Bert Pattist apenas se cruzaba con nadie porque casi nadie viajaba . Afirmaba que vino como agente comercial de productos para las fábricas y que finalmente fue en Asturias donde se quedó y se integró. En los 60 y los 70, hizo de intérprete y traductor acompañando a ingenieros alemanes y holandeses que venían a mejorar la seguridad en las minas.
Pattist hizo amigos, tenía valiosos contactos, pocos sabían de dónde venía y qué había hecho. Algunos cuentan que deslumbraba con su presencia. Otros que llegaron a conocerle, ven con ironía y estupor a una sociedad dormida que miraba hacia otro lado. Le llamaban el alemán, aunque era holandés. Nadie prestaba atención a su pasado, hasta que empezó a estar en el punto de mira. Mientras él seguía disfrutando con sus
amigos, y de su familia numerosa , Países Bajos pidió en tres ocasiones su extradición. Hasta el famoso cazanazis Simon Wiesenthal se interesó por Pattist.
Cuando se acabó la dictadura franquista y llegó la democracia, la sociedad aún era capaz de ver, oir y callar.
Los numerosos cambios sociales y políticos dejaron de lado la persecución a Pattist, entre otros nazis que se ocultaban en España. Por cierto, Auke Pattist nunca se escondió, incluso se vanaglorió de tener amigos periodistas.
Sin embargo, ya avanzados los 90, Pattist ya no se sentía tan seguro, o eso parecía… volvió a retomarse la petición de extradición,- era la tercera- y gracias a ello, descubrimos las contradiciones de un país que en los inicios le condenó a muerte y con el paso de tiempo pedían la cadena perpetua.
En El amigo de todos tuve que hacer esfuerzos para asumir esa transición de la infancia a través de los recuerdos hasta llegar a adulto. Tras muchas pesquisas, viajes a Países Bajos, etc, llegué a la conclusión que a estas alturas, todos estamos familiarizados con el mal y otros tantos intentan enterrar el pasado.”