INFORMACIÓN EXCLUSIVA

   EN LA NAVE DEL ENCANTO parte de una experiencia muy personal de Pedro Alonso O’choro, y viaja por los márgenes de la geografía mexicana al encuentro de los maestros del chamanismo con los que comparte en primera persona miradas, protocolos y rituales.

  Se presentó recientemente en Rizoma, Festival Internacional de Cine y Cultura entrelazada, y en el Festival Internacional de Cine de Almería con una gran acogida.

NOTAS DEL DIRECTOR...
   La nave es una longitud de onda. Al final, el chamanismo es un tipo de mirada que te ayuda a localizarte de otra manera, menos mental y más holística. Cuando participas en una ceremonia de visión, la reacción normal es decirte “lo he flipado”, entonces intentas volverte a anclar en lo ordinario y tienes esa pelea durante un tiempo. Hasta que dejas la lucha porque asumes que la realidad es mucho más amplia e inabarcable de lo que uno cree. Empiezas a ceder, a entender que esa configuración no es la del mundo en el que vivimos, sino una más abierta y sutil. De alguna manera uno la va recordando. Es una nave a la que uno se puede subir.
  Tú te puedes subir a esa nave.

El mundo MEDICINA...
  Tenemos miedo a la muerte. Miedo al dolor. Miedo a aceptar el trauma, miedo a.. todos esos eufemismos que nos convierten en una sociedad infantilizada. Lo somos hasta en el trato a nuestros propios hijos, con tanta sobreprotección. El miedo hace que salgamos a la calle y no entendamos nada de lo que pasa. Pero en la película vemos que en los ritos de iniciación, se evita la autocondescendencia.
  En Europa, en el contexto médico, se atienden los síntomas pero normalmente los problemas de fondo se tapan, ocurre lo mismo con la muerte. Aprender a sostenerse es uno de los grandes aprendizajes del mundo medicina. Saca lo que hay debajo de lo que te pasa, sácalo y sostenlo para desarrollarte.
  En el documental hay mucho de buscar las herramientas que te ayudan a enfrentarte a lo que te roza, y a cómo se van afinando esos instrumentos.
  El racionalismo nos ha empujado a pensar que el ser humano está por encima de todo lo que nos rodea. Vemos la naturaleza como cosas de las que uno puede disponer pensando solo en términos de producción y rentabilidad. Eso lo ha desbaratado todo. La industralización compulsiva nos ha llevado a la enajenación. Es perturbador pensar que posiblemente hasta que no colapse todo, este ritmo no va a parar. O quizá, hasta que no se encuentre una fórmula económicamente rentable que permita pararlo. Entretanto, quizá debamos aprender a respirar de nuevo. Pero…, ¿cómo?.

De dónde viene el ENCANTO...
  Algunos chamanes llevan una bolsa de piedras y en lugar de auscultarte con el endoscopio te acercan las piedras. Es una forma de ajustar la atención, se convierten en su canal de escucha según otra clase de ciencia. En una de mis ceremonias en el Amazonas llevé una piedra que me habían regalado pensando que era un péndulo. De pronto la piedra estaba viva, se movía, me hablaba. Cuando le pregunté al maestro que había pasado, me dijo: Has descubierto tu encanto, tu piedra de ver. Ahora la llevo siempre encima, con ella medito. De ahí viene parte del título del proyecto.

Carta de amor a MÉXICO...
  En cierta manera, esta película es una carta de amor a Mexico.
Hay en el país una diversidad que no te cabe en la cabeza y esa diversidad mexicana no es solo un valor de producción, es también un personaje. En nuestro plan original, el rodaje acababa en Sonora en la noche de Año Nuevo. Da vértigo recordar lo que podía haber pasado en Sonora: ahí le vimos las orejas al lobo. Pero por otro lado es valioso que ese peligro haya quedado de alguna manera presente. Este camino, como todos, tiene luces y sombras.
  En el mundo medicina todo va de acuerdos, de hacer o de romper acuerdos; de los que eliges, muchas veces por miedo en base a cosas que te han pasado. Por eso cuando detectas un patrón conductual peligroso, tóxico, es capital deshacer el acuerdo para poder sanar. En algunas comunidades hay unos cuchillos de sílex con los que se corta el acuerdo.

CLAVES VISUALES...
  Queríamos que los espacios impregnaran nuestra mirada. No es lo mismo la selva que el bosque o el desierto y nosotros no debíamos filmarlo igual. Es verdad que nosotros también fuimos aprendiendo y la película se nos reveló en toda su magnitud a medida que iba avanzando el viaje. Al principio, por nuestra propia resistencia física y psíquica había dos tiempos muy marcados (el del rodaje y el de la vida). Rápidamente nos dimos cuenta de que lo que queríamos rodar era precisamente aquello que sucede entre “¡corten!” y “¡acción!”. Queríamos filmar en los lugares donde se cuecen las cosas. Fue así como las cocinas se revelaron como lugares paradigmáticos de eso: la cocina del maestro Gabriel, la cocina de la casa de King Deivid, la cocina abierta del restaurante donde Emiliano nos explica el cuentito del nacimiento del sol en el Quemado, la montaña sagrada de los huicholes.

El rol de los PAISAJES...
LA SELVA. Pasear con Nico por el jardín de su casa (la selva) es aprender un tipo de conocimiento muy codificado pero que, al mismo tiempo, apela a una sola razón esencial: el respeto profundo por todo aquello que te rodea. La selva es el lugar donde empezar de cero, el lugar donde hacer un temazcal para limpiarse y dejar atrás nuestros conocimientos adquiridos. La selva te enseña a estar atento y a abrirte. Al otro y a lo otro. La selva tiene unas dinámicas y hay que resetearse para gozar del viaje en toda su plenitud. TIERRA.

EL BOSQUE. El bosque no deja de ser una selva más clara y es el epígrafe que resume el segundo acto. Ahí llegamos a Oaxaca, primero a Huautla de Jiménez, lugar de peregrinación de un cierto esoterismo pop, donde decidimos pasar de largo para adentrarnos en las entrañas de la sierra mazateca. De la mano del maestro Gabriel, asistimos a un mundo natural amenazado por la mano (mejor cabría decir por la máquina) del hombre que pone en riesgo la (super)vivencia de un medio natural que es fuente de riqueza y sabiduría para la comunidad. Y luego, en Valle de Bravo, ya entramos en el corazón de la película y en el nuestro propio para hacer el trabajo que en verdad importa. AGUA

LA CIUDAD. La ciudad como tal no tiene segmento pero es la hoja en blanco desde la cual trabajamos. Ciudad de México (y, más concretamente, nuestro centro de operaciones en Coyoacán) es el lugar de la logística. Ciudad de México es siempre el lugar del que salimos y el lugar al que volvemos.

AIRE EL DESIERTO. El desierto es el lugar donde todo se derrama. Es el lugar que nos pone definitivamente a prueba. El salón de lo espejos. Quiénes somos y dónde estamos. Qué lugar ocupamos en toda este linaje que hemos ido conformando. Allí veremos toda la magia (y toda la mafia) del mundo medicina rumbo a nuestra propia mitología. Nos adentraremos en un territorio de hombres rudos en los que la energía femenina finalmente se impone. Uno de los aprendizajes del desierto es que, pese a que seamos una nave, el camino de cada quien es único, personal, intransferible.

De guiar y supervisar: las CEREMONIAS...
Hay tres vertientes en el mundo de la ceremonia:
1. LA PURGA. Eso de lo que se está volviendo a hablar ahora: de la inteligencia del estómago (la fauna que nos coloniza desde el estómago necesita una cura).
2. El AUTONOCONOCIMIENTO. La comprensión de tus patrones conductuales para poder volver a ser (herencia, ambiente, educación, cultura…).
3. LO ESPIRITUAL. El acceso a una frecuencia muchísimo más alta: lo metafísico. Otro nivel de entendimiento en la base de lo invisible. Lo que algunos llaman dios. Vibración pura.
  Esta película es un pretexto para plantearnos cómo podemos sanear el software con el que vivimos ahora mismo y que evidentemente tiene problemas. Hay algo en nuestra configuración actual que no nos está haciendo bien. Algo que está generando en occidente obvios problemas de salud mental, de salud pública.
  Yo estoy probando y comparto mi propia búsqueda desde las vías meditativas y el chamanismo: un universo de riqueza que estuvo presente en todas las culturas (incluida la nuestra), pero que por diversas razones fue editado.
  Es sorprendente la cantidad de puntos en común que se están encontrando entre la neurología, la física cuántica y el chamanismo y, por extensión, con el mundo esotérico en su sentido más amplio. Los vedas hablaron de cosas que solo podían haber presentido meditativamente y que ahora está confirmando la ciencia más puntera. Cómo funcionan los procesos hormonales, neuronales, la teoría de cuerdas… y los chamanes te hablan de eso desde otro lugar, según su ciencia, una capaz de identificar patrones y que, a la vez, nos permite preguntarnos qué es conciencia, qué es el ego. Por otra parte, también puede haber mucha comedia en el chamanismo. Entender nuestro sistema operativo de forma intuitiva puede deshacer algunos de nuestros dramas en una gran broma.

DESAFÍOS...
  La película tenía que respirar cine y eso era algo que teníamos claro desde el primer momento. Eso nos parecía asumible en situaciones donde el paisaje se impone a nuestra presencia.
  Los momentos en que la naturaleza habla son, de por sí, cinematográficos: el desierto en toda su magnitud, la selva, el fuego iluminando las ceremonias…Pero el mayor desafío para nosotros era respetar la mirada medicina que pretendíamos retratar con una manera de rodar consecuente.
  Allí es donde no nos podíamos dejar llevar por lo aprendido en la academia para tratar de rodar según una respiración abierta, no programada y genuinamente abierta al misterio. Todas nuestras intuiciones se fueron puliendo, a veces desde el vértigo, según cruzábamos el país desde la zona húmeda a la zona seca. Lo que de entrada podría parecer una crónica, según avanza el metraje, se va volviendo más y más ceremonia. En cierto sentido, más ficción cuanto más verdadera. Y más cine, más película.
  La vida y el cine mismo como ceremonia, sí. Y luego las personas, personajes memorables que fuimos encontrando y que nadie en sus cabales podría haber escrito.

MÚSICA...
  Al tratarse de una road movie, la música juega un papel determinante. Desde el principio no queríamos caer en un bucle new age o que solo apareciese la música propia de los rituales, también queríamos que aquello tuviese su punto pirata. Y carretera. Y el viento, y el fuego, y los animales de la selva. Nos interesaba toda esa cosa polifónica. Luego el hallazgo del tema de Hola a todo el mundo fue una maravillosa pauta que marcó por dónde ir basculando. Era espiritual, era respetuosa pero, al mismo tiempo, albergaba un tono colectivo, juguetón y gozoso que nos parecía muy oportuno. Así fueron subiéndose a la nave temas y más temas de distintos grupos de corte indie que, mostrándose ellos y marcando el beat, también nos acabaron mostrando a nosotros.

GALERÍA DE FOTOS