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Hace más de una década, el guionista Scott Z. Burns pasó varias semanas documentándose en el famoso centro psiquiátrico del hospital Bellevue de Nueva York. Burns, que estaba entonces trabajando en el alabado drama médico de televisión “Wonderland”, habló con los psiquiatras de la plantilla y los vio trabajar con pacientes con problemas mentales, entre los cuales había muchos con antecedentes penales.
“Fue una de las experiencias más extraordinarias de mi vida”, asegura Burns. “Tenían gente allí que eran criminales verdaderamente aterradores. También había gente que estaba tan enferma que era incapaz de comprender las reglas por las que opera una sociedad civilizada, por lo que no se podía esperar de ellos que las cumplieran”.
La experiencia se convirtió en el germen de una idea que acabó floreciendo en la imaginación de Burns. “Quería escribir un thriller al estilo del cine negro, que atrapara al espectador y lo engañara con sus giros, como ‘Perdición’ o ‘Fuego en el cuerpo’, ambientado en el mundo de la psicofarmacología”, explica Burns. “Me inspiré en películas que trataban sobre engaños muy astutos y elaborados, ambientados en la sociedad en la que viven realmente los espectadores. Parece que se han dejado de hacer ese tipo de historias, pero a mí siempre me ha encantado ese género”.
Burns empezó a trabajar en el guión que acabaría por convertirse en ‘Efectos secundarios’ con la ayuda del Dr. Sasha Bardey, que por aquel entonces era el subdirector de psiquiatría forense del hospital Bellevue.
Mientras elaboraba su narración, Burns se documentó a la vez de manera exhaustiva sobre el creciente uso de antidepresivos en Estados Unidos, con ayuda del Dr. Bardey, que acabaría ejerciendo de coproductor y de asesor durante el rodaje.
Burns encontró testimonios en las noticias sobre cómo la misma medicación empleada para tratar la depresión, la ansiedad y otros problemas psicológicos estaba provocando también comportamientos inexplicables en un número de pacientes reducido pero significativo.
Igual de fascinantes para Burns resultaron las historias que descubrió sobre la mala conducta de doctores respetados.
A medida que su guión seguía evolucionando, Burns recurrió a un par de colaboradores de confianza, el realizador ganador del Oscar Steven Soderbergh y el productor Lorenzo di Bonaventura.
Burns tenía pensado desde el principio dirigir él mismo la película pero, cuando Soderbergh le preguntó si podía dirigirla él, al guionista no le costó mucho aceptar.
'Efectos secundarios' se rodó fundamentalmente en exteriores de la ciudad de Nueva York y alrededores, lo que, en opinión de Soderbergh, puede resultar un tanto intimidante. “Se han rodado muchas grandes películas en Nueva York”, explica el director.
“Steven ha intentado en todas sus películas ser lo más realista posible”, aporta el productor Gregory Jacobs. “Le gusta rodar en los lugares reales siempre que le es posible”.
El director dependía del diseñador de producción Howard Cummings, veterano de cinco producciones anteriores de Soderbergh, para ayudarle a encontrar los exteriores únicos y evocadores utilizados. “Con Steven, siempre tengo que empezar desde el primer momento a toda marcha”, señala Cummings. “Es el ritmo al que trabaja. Le gusta que cada lugar ayude a contar la historia. Tomamos decisiones insólitas e inesperadas, pero siempre con una base real”.
A la producción se le permitió además el acceso a una sala de tribunal en el número 100 de Center Street, donde se celebran realmente juicios por asesinato en New York, algo que rara vez se consigue.
Cada noche, Soderbergh montaba el metraje filmado durante ese día. “Vimos cosas a diario que normalmente yo no vería hasta pasadas cuatro o cinco semanas del final del rodaje”, observa di Bonaventura.
Di Bonaventura asegura que el filme ha sido una de las películas más sencillas que ha producido jamás. “Todo el equipo trabajó muy unido, algo de lo que es directamente responsable Steven”, sostiene. “Aborda cada guión teniendo muy claro lo que pretende conseguir, eso nos proporciona también a los demás una gran claridad sobre la clase de película que estamos haciendo. Empezamos y acabamos con una base muy firme”.