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‘El hombre más buscado’, la tercera película dirigida por el realizador holandés Anton Corbijn, es a la vez un thriller de espionaje tenso y emocionante y un retrato de la soledad, basado en la novela homónima de John le Carré publicada en 2008 con gran éxito de ventas.
“Es una historia muy europea, así que buscábamos un director europeo”, explica Gail Egan, uno de los productores de la película. “Pensamos que el estilo de Anton y su forma de ver la historia eran muy emocionantes”.
El tema del guion despertó el interés de Corbijn, que conocía bien la ciudad alemana de Hamburgo y había dirigido allí su primer vídeo musical (para Palais Schaumburg) en 1983. “Estamos tratando con un mundo que ha cambiado mucho desde 2001. Juzgamos a la gente muy rápido, todo tiene que ser blanco o negro. Creo que es algo que está afectando a todas nuestras vidas”, asegura.
“Uno de los aspectos más interesantes de ‘El hombre más buscado’ es que no tiene realmente un antagonista”, dice Cornwell. “Tiene a muchas personas que están todas convencidas de estar haciendo lo correcto, pero sus motivos son diferentes. Entran en conflicto en torno a un objetivo central, que es el hombre más buscado, al que todos ven desde una perspectiva diferente y al que quieren por motivos diferentes”. Corbijn y Bovell se reunieron un par de veces, una de ellas incluso en Hamburgo, para hablar de la adaptación. Bovell escribió la mayor parte del guión en Australia, pero Corbijn prefirió esperar a tener una versión acabada en sus manos antes de darle su propio toque. Una forma que tuvo Corbijn de hacer el proyecto algo más suyo fue insistir en realizar el rodaje en otoño. Consiguió contar para ello con el apoyo de su actor principal, el ganador del Óscar Philip Seymour Hoffman.
“Quería que la película tuviera un aspecto otoñal, con la gama de colores de las hojas de otoño. Philip quería el verano libre, así que le dije que presionara a los productores para conseguirlo”, bromea Corbijn.
‘El hombre más buscado’ se rodó enteramente en Alemania, 38 días en Hamburgo, con dos días más en Berlín al final del rodaje, entre septiembre y octubre de 2012. Los productores consiguieron subvenciones financieras del programa federal alemán de incentivos, el DFFF, así como de fondos regionales alemanes, como el FilmForderung Hamburg Schelswig Holstein.
El propio le Carré visitó varias veces el rodaje para prestar su apoyo y sus ánimos al proyecto. Como veterano observador del traslado de sus obras de la página a la gran pantalla, le Carré cree que sus novelas necesitan evolucionar para que esa transformación ofrezca buenos resultados. Para que ello suceda, no tiene ningún problema en dar libertad de acción al equipo de la película.
La novela es suya, pero la película será de Anton y esa es una transición que apoya y con la que disfruta de verdad”, comenta Stephen Cornwell.
El dinámico estilo de realización de Corbijn ayudó a que en el rodaje se respirara un ambiente positivo y lleno de energía. “Anton posee una agilidad que proviene de su experiencia como fotógrafo”, observa Egan. “Está constantemente buscando un lenguaje visual que capte el momento y cuente la historia de una forma muy económica”.
La capacidad de Corbijn de reaccionar rápidamente a lo que fuera sucediendo resultó muy útil en un rodaje que a menudo exigía pasar por varias localizaciones distintas en un mismo día en distintos puntos de Hamburgo.
“Era un guión muy largo para rodar en 40 días, así que teníamos que avanzar rápido”, explica Egan. Corbijn supo dar a sus actores una sensación de libertad de acción que sirvió para asegurar que se sintieran plenamente parte del proceso. Corbijn dice que siempre hay sitio para las contribuciones de los actores y los anima a improvisar, pero sólo cuando resulta apropiado
La historia de ‘El hombre más buscado’ es también la historia de la propia Hamburgo. Es una ciudad portuaria histórica y rica, en la que viven desde hace tiempo los magnates navieros más ricos de Europa y cuyas zonas más deprimidas están pasando en la actualidad por un proceso de gentrificación y refinamiento. “En la novela, todos los lugares están descritos con sumo detalle y precisión, es evidente que está hecho por alguien que conoce bien el lugar”, observa Grunert.
La experiencia de rodar en Hamburgo resultó inestimable para el reparto.