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SINOPSIS
Lola llega junto a su hijo autista, Tristán, hasta la Patagonia para encontrarse con un guardafauna que mantiene una relación privilegiada con las orcas del lugar. La vida de estas tres personas cambiarán de repente...
INTÉRPRETES
JOAQUÍN FURRIEL, MARIBEL VERDÚ, QUINCHU RAPALANI ANA CELENTANO, CIRO MIRO, OSVALDO SANTORO, FEDERICO BARGA, ZOE HOCHBAUM, ALAN JUAN PABLO MOYA, JUAN ANTONIO SÁNCHEZ
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CARTA DEL DIRECTOR...
Hace unos seis años, rodando la 'Gran final' en Mongolia, vino a visitarme mi productor, José María Morales. Una tarde, andábamos paseando por un lago helado en las montañas del Altai, cuando me contó la historia de Beto Bubas, un guardafaunas argentino que conoció un par de años antes en la Patagonia. Beto había logrado entablar una relación muy especial con orcas salvajes y hacía algo único; se metía en el mar tocando su armónica y las orcas se le acercaban para que él pudiera acariciarlas. La historia era fascinante y José María quería llevarla al cine.
Ocho años más tarde, y tras el éxito de 'Entrelobos', mi última película de ficción, creemos que ha llegado el momento de llevar este proyecto a cabo. Al igual que 'Entrelobos', vamos a unir la naturaleza con la ficción para contar una historia real; la que vivió Beto con las orcas, y con un niño autista, que un buen día apareció por Península Valdés junto a su madre.
Basada en hechos reales, tiene por eje la búsqueda de los valores esenciales de la vida y su encuentro con el espíritu de la Naturaleza. Es un viaje hacia el reencuentro de una madre con su hijo, y al mismo tiempo, una travesía movilizadora hacia la búsqueda que cada ser humano emprende al nacer.
La imponente belleza de las orcas, la fuerza de la naturaleza, lo inhóspito del paisaje, la soledad, la simpleza y generosidad con que los lugareños se brindan a su paso, crean la atmósfera propicia para que el proceso se produzca. Y las experiencias resultan transformadoras no sólo para el niño y su madre, sino para todos los que intervienen en la historia.
Finalmente, nunca sabremos a ciencia cierta si fueron las vivencias conmovedoras, la magia de las orcas, o la totalidad reunida por la extraña alquimia del destino, lo que causó la sanación del muchacho. Lo verdaderamente importante es que el pequeño autista, el niño-orca, se animó por fin a desandar el camino y comenzó a transitar el puente de regreso hacia el mundo de los hombres.
ENTREVISTA AL DIRECTOR...
Háblenos del título, ¿qué le hizo escogerlo? ¿Tiene algo que ver con la guerra?...
.- Buscamos un título que reflejara el significado de los pequeños y tiernos dolores cotidianos de la vida familiar comparados a las grandes experiencias y ambiciones de una madre que siempre está fuera porque es corresponsal de guerra. Me intriga que el dolor no sea comparable. También es el título del primer álbum estadounidense del grupo The Smiths, un disco recopilatorio. Pero descubrí que ellos lo habían sacado de un libro de la poetisa Elizabeth Smart, By Grand Central Station I Sat Down and Wept (En Grand Central Station me senté y lloré). Me gustó que la frase tuviera una resonancia tan americana, ya que la película transcurre en Estados Unidos.
¿Cómo nació el proyecto?...
.- Después de mi primera película, Reprise, varios productores estadounidenses me mandaron guiones y me hicieron ofertas. Conocí a gente muy interesante, pero ningún proyecto acababa de encajar con lo que quería expresar. Sin embargo, el guionista Eskil Vogt y yo teníamos muchas ideas, y me pareció más natural empezar desde cero en vez de aceptar un guión. Debe tener en cuenta que solo unos cinco millones de personas hablan mi idioma materno. Es una de las razones por las que fui a estudiar cine a Londres, donde rodé tres premiados cortometrajes. Eskil y yo siempre hemos querido hacer películas para un público internacional, y fue muy gratificante el recibimiento a Reprise y a Oslo, 31 de agosto en diversos países. Y lo mejor fue descubrir que su especificidad cultural convertía a las películas en universales. Con esta experiencia, nos documentamos a fondo sobre los ambientes y los personajes estadounidenses antes de lanzarnos a escribir MÁS FUERTE QUE LAS BOMBAS. Sinceramente, creo que el idioma hablado no define a un cineasta, sino el lenguaje y el estilo cinematográfico que crea. Además, una película en inglés nos ofrecía la oportunidad de trabajar con geniales actores internacionales, algo que deseaba hacer desde hacía tiempo. Siempre me gustó el cine y crecí viendo películas de todos los países. Una tarde cualquiera en la filmoteca de Oslo podía ver una película francesa de Louis Malle seguida por una japonesa de Ozu para acabar con una estadounidense de Sidney Lumet. Siempre he pensado que el cine debe trascender las barreras idiomáticas.
¿Estaba familiarizado con los rodajes estadounidenses?, Háblenos de su experiencia americana...
.- Rodar en Nueva York significa trabajar con un equipo mucho mayor del que estaba acostumbrado en Noruega. Una de las responsabilidades de un director es crear cierto ambiente alrededor de la cámara que encaje con la historia y los actores, por lo que me comporté exactamente como en cualquier otra producción. Pude ensayar con los intérpretes y me esforcé en establecer el mismo tipo de confianza que en mis dos películas anteriores. Es algo esencial, se ruede donde se ruede. A medida que avanzaba el rodaje, le preguntaba a mi colaborar más cercano, el director de fotografía Jakob Ihre, cosas como: "Es lo mismo de siempre, ¿verdad? No estamos haciendo nada diferente, ¿no?" El reto era el mismo, había que arriesgarse, aprovechar el momento y crear un ambiente de trabajo cómodo y seguro en el que los actores pudieran explorar y no sentir que debían dar en el clavo cada vez que abrían la boca.
Es la primera vez que trabaja con un reparto tan grande y tan prestigioso, ¿en algún momento se sintió intimidado?...
.- Bueno, cualquier película puede llegar a intimidar en un momento dado. Los actores siempre fueron muy generosos. Y no, nunca me intimidaron. Todos se tomaron sus personajes muy en serio y aportaron algo personal a la historia. No se puede pedir más.
Háblenos de Gene, al que encarna Gabriel Byrne...
.- Gene es el retrato de un padre moderno. Con eso quiero decir que, comparado al patriarca clásico, es un hombre que se implica emocionalmente en el hogar. Prefirió abandonar su carrera de actor y dar clases para estar más cerca de sus dos hijos. Gene intenta mantener a su familia cohesionada, pero le cuesta conectar con su hijo Conrad, de 15 años, un apasionado de los videojuegos y de la vida online, algo que el padre no acaba de entender. Esto da pie a diversos momentos cómicos, como por ejemplo la escena en que Gene crea un avatar y se aventura en un videojuego con consecuencias totalmente imprevisibles. Gene es un personaje cálido, tierno. Su fuerza está basada en la facilidad con que lee a los demás, pero no sabe qué quiere para sí mismo, no sabe qué hacer con su vida. La mezcla de inteligencia y calidez de Gabriel Byrne fue muy importante para construir el personaje. Los dos hablamos y coincidimos en que estábamos cansados de los eternos retratos de padres que aparecen en tantas historias, del padre autoritario ante el que los hijos deben demostrar lo que son. Gene no es un padre típico emocionalmente, y Gabriel ha sabido aportar mucha veracidad y humor al personaje. Creo que era el actor idóneo para una historia como esta.
Háblenos de Jonah, interpretado por Jesse Eisenberg...
.- Jonah tiene tendencia al perfeccionismo y siente que nadie entendía a su madre como él. En muchos aspectos, su historia es la de un duelo a destiempo. Muestra la fachada de un joven y ambicioso académico, que acaba de ser padre, se derrumba cuando debe revaluar la imagen de su madre. Jesse Eisenberg es un actor tan preciso como divertido, y me alegro de que estuviera dispuesto a explorar personajes diferentes y a enseñar una vertiente más vulnerable. En la vida real, Jesse es muy inteligente y creativo, además de un dramaturgo genial, una faceta suya que mucha gente desconoce. Disfruté enormemente hablando de teatro con él.
Háblenos de Conrad, al que da vida Devin Druid...
.- Conrad en un tímido adolescente de 15 años y, al principio de la película, parece ser el que más ha sufrido por la pérdida de su madre, pero a medida que progresa la historia, acaba siendo el personaje más sorprendente. Me apetecía mostrar que el comportamiento social de una persona no siempre refleja su vida interior, e intenté encontrar una forma cinematográfica para explorarlo a través de su personaje, enseñando su vida emocional, su vertiente romántica, su forma de acercarse a las chicas y su necesidad de expresarse de modo inesperado. Mientras escribíamos 'Más fuerte que las bombas', pensaba que la mayor dificultad sería encontrar a la persona perfecta para interpretar a Conrad. Conocer a Devin Druid fue una absoluta victoria. Es un gran actor, no puedo añadir mucho más. Me enorgullece haber trabajado con él antes de que todo el mundo descubra su enorme talento.
¿Qué puede decirnos de Isabelle Reed, encarnada por Isabelle Huppert?...
.- Quería hablar de la familia y del precio de la ambición, del admirable trabajo de una periodista de guerra que se enfrenta a la tremenda necesidad de estar con su familia y de hacer su trabajo, un conflicto con el que mucha gente se sentirá reflejada, creo. Me inspiré en conocidos fotógrafos de guerra a los que había conocido o estudiado, pero no es una historia en torno a la profesión en sí. Es una historia acerca de la relación entre padres e hijos, y de las dificultades emocionales de una familia. Hace mucho que soy fan de Isabelle Huppert. La conocí personalmente hace unos años en el Festival de Cine de Estocolmo. Después seguimos en contacto y me entusiasmé cuando acepto el papel de la madre. Su personaje no es el que más tiempo aparece en pantalla, pero su presencia siempre está allí a medida que avanza la historia. No imagino a otra actriz en el papel de un personaje tan fascinante y enigmático.
¿Y las fotos de Isabelle Reed?...
.- Me documenté mucho sobre las fotos de guerra, pero vuelvo a decir que la película no gira solo en torno a eso. En Oslo, 31 de agosto, el protagonista había sido un adicto, pero la película trata de otros momentos de su vida. Aquí ocurre lo mismo, quería que todos los detalles de su vida como fotógrafa de guerra fueran correctos. Dos grandes agencias, Magnum y VII, nos prestaron una valiosa ayuda. Usamos fotos de varios profesionales, entre ellos la fotógrafa francesa Alexandra Boujart, a la que admiro mucho. Sus fotos dejan traspasar un gran humanismo y una sensibilidad que realmente la diferencian de los demás.
Parece que la película trata de los recuerdos individuales y colectivos de Isabelle. ¿Cuál fue la dinámica y que tienen los recuerdos que tanto le fascinan?...
.- Me fascinan y me desconciertan los recuerdos, la idea que tenemos de nosotros mismos y de nuestra identidad. En la película, intento mostrar cómo funciona el proceso del recuerdo. Quería evitar el típico drama en el que la madre muere y todos están en la habitación llorando. La historia empieza tres años después de la muerte de la madre y plasma el efecto dominó de su trágica muerte y de cómo afectó a los tres hombres mientras cada uno intenta seguir con su vida. Es interesante ver a la familia obligando a sus miembros a revaluarse constantemente. ¿Por qué los hermanos ven a sus padres de forma tan diferente? ¿Cómo puede encontrarse un lenguaje común y sentir a la vez la necesidad de alejarse? Los recuerdos son una mezcla de desesperación y de esperanza. Durante un periodo de dolor, la gente habla a menudo de una sensación estática del recuerdo. En la película, intento mostrar que una revaluación constante de nosotros mismos nos da la posibilidad de liberarnos de ese inmovilismo. En una escena, Conrad, el hermano más joven, recuerda haberse escondido para que su madre no le encontrara. Y mientras piensa en esto por primera vez en años, se da cuenta de que su madre también quería jugar, ya que fingió no saber dónde estaba escondido. Siempre cabe la posibilidad de tener otros puntos de vista dentro de nuestro sentido personal de la historia, por eso creo que 'Más fuerte que las bombas', a pesar de su melancolía, es una película optimista.
Gran parte de la película no se cuenta de forma cronológica, ¿por qué?...
.- Actualmente, muchos dramas en torno a personajes han emigrado a la pequeña pantalla. Sigo creyendo profundamente en el espacio singular del cine. Un primer plano en una pantalla de cine es algo único. Es un acercamiento que ninguna otra forma artística ofrece. ¿Dónde puede verse una cara tan grande? Intento crear historias con perspectivas múltiples para obtener una percepción más profunda de la vida de los personajes. En una novela no tiene nada de sorprendente pasar de un tiempo a otro y meterse en la cabeza de los personajes. Me sorprende que se considere inhabitual en el cine. Cuanto mayor se hace la máquina que rodea al cineasta, este debe recordar constantemente que está para experimentar con la narración. Solo a través de una visión personal como narrador puede uno acercarse al espectador. No tiene nada que ver con el presupuesto ni el número de caravanas rodeando el plató.
GALERÍA DE FOTOS
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