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SINOPSIS
John Petersen vive con su novio Eric y la hija adoptiva de ambos, Mónica, en el sur de California. Su padre Willis un granjero tradicional y conservador, decide viajar a Los Ángeles y quedarse en casa de John mientras busca el llugar idóneo para jubilarse. Durante su estancia en la casa, los dos mundos chocan hurgando en viejas heridas y abriendo nuevas...
INTÉRPRETES
VIGGO MORTENSEN, LAURA LINNEY, HANNAH GROSS, BO MARTYN, LANCE HENRIKSEN, DAVID CRONENBERG, TERRY CHEN, SVERRIR GUDNASON, ELLA JONAS FARLINGER, ETIENNE KELLICI, CARINA BATTRICK, BRACKEN BURNS, WILLIAM HEALY
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LOS ORÍGENES DE FALLING...
Existen pocas relaciones tan fundamentales y complejas como las de padre e hijo, y pocos sucesos son tan desestabilizadores como la pérdida de un progenitor, ese momento en que se cortan las ataduras que te conectan con la tierra. Fue en este momento cambiante y reflexivo de su vida cuando el polifacético actor, artista, editor y poeta Viggo Mortensen empezó a escribir la historia que se convertiría en su debut como director.
Si bien no se trata de una historia plenamente autobiográfica, hablar con Mortensen sobre FALLING ofrece una mirada inusitadamente reveladora de un momento singular de la vida del artista: “La idea de FALLING se me ocurrió mientras cruzaba el Atlántico en avión tras el funeral de mi madre. No podía dormir; mi mente estaba inundada de ecos e imágenes de ella y de nuestra familia en distintos estadios de nuestra vida compartida. Al sentir la necesidad de describirlos, empecé a anotar una serie de incidentes y fragmentos de diálogo que recordaba de mi infancia. Cuanto más escribía sobre mi madre, más pensaba en mi padre. Durante ese vuelo nocturno las impresiones que había estado apuntando se habían transformado en una historia compuesta primordialmente por conversaciones y momentos que en realidad nunca habían ocurrido, líneas paralelas y divergentes que de algún modo encajaban, que ampliaban la perspectiva de los recuerdos reales que había construido alrededor de nuestra familia. Parecía que estas secuencias inventadas me permitieran acercarme más a la verdad de mis sentimientos hacia mi madre y mi padre que una simple enumeración directa de recuerdos específicos. El resultado fue una historia padre-hijo titulada ‘FALLING’, sobre una familia ficticia que comparte algunos rasgos con la mía. En el cuaderno de notas tenía la estructura básica de lo que con el tiempo se convertiría en el guión actual”.
“Unos días más tarde eché un vistazo al cuento que había escrito en el avión, sin demasiadas esperanzas de encontrar algún mérito en él. Sin embargo, al repasar lo que había escrito, descubrí que fluía bastante bien. La cronología y la estructura de los flashbacks que finalmente utilicé en el guión ya estaban más o menos en su lugar, y los aspectos visuales se me antojaban potentes. Podía “ver” la historia. ‘Esto podría ser una película…’, pensé”.
No es sorprendente que un artista que ha explorado tantos medios distintos se interesara por fin en escribir y dirigir una película propia. Como actor, Mortensen se ha beneficiado de trabajar con algunos de los mejores directores del mundo (Jane Campion, Peter Jackson, David Oelhoffen, Matt Ross, Peter Weir, o su colaborador y amigo íntimo David Cronenberg) y ha aprovechado de manera activa el tiempo que ha pasado en sus rodajes.
“Soy muy afortunado”, explica. “He aprendido de directores muy buenos y he tratado de aplicar esas lecciones a la hora de preparar una toma y comunicarme eficazmente con los actores y el equipo. Como actor, creo que siempre he sido bastante entrometido. Me interesa saber por qué han elegido ese objetivo, por qué y cómo han iluminado una escena de un modo determinado, por qué se ha elegido un abrigo o un vestido en concreto. Siempre me ha gustado el aspecto colaborativo de la realización de una película, la oportunidad de presenciar y participar plenamente en el proceso de contar una historia. Si una película funciona, solo funciona tan bien como el compromiso de todos los que participan en ella, el sacrificio conjunto de un equipo de personas creativas. Creo que los mejores directores comprenden muy bien que ellos solos no son la película, que la película es una culminación de las contribuciones de muchas personas, que establecen un diálogo activo con las demás a lo largo de un extenso periodo de tiempo”.
Casi cuatro años después de haber completado el primer borrador de FALLING (y tras un par de intentos frustrados de encontrar la financiación necesaria para hacer la película), la oportunidad de colocarse por fin tras la cámara e iniciar ese proceso de colaboración se presentó cuando conoció al productor radicado en Toronto, Daniel Bekerman de Scythia Films, que había formado parte del equipo de la aclamada película The Witch, y al productor británico Chris Curling de Zephyr Films, productor de The Bookshop de Isabel Coixet y The Last Station de Michael Hoffman. Mortensen había trabajado previamente en películas en Canadá, de manera muy notable con David Cronenberg. Había establecido una buena relación con los equipos de rodaje de Toronto y estaba ansioso por continuarla, de manera que la decisión de rodar en Ontario fue fácil. El equipo volvió a reunirse y se inició un largo periodo de meticulosos preparativos que incluyeron la búsqueda de localizaciones y la filmación de paisajes muchos meses antes del rodaje, planeado para invierno. Esto se consiguió a base de repetidos viajes con la diseñadora de producción Carol Spier y el director de fotografía Marcel Zyskind durante el verano y el otoño a las zonas rurales en las que la historia se iba a desarrollar.
“Como actor, Viggo es conocido por la exhaustividad de su preparación y por la atención al detalle que aporta a cada personaje al que se enfrenta”, comenta el productor Chris Curling. “Puedes ver esta atención al detalle en todo su trabajo, sea la interpretación, la escritura, la pintura, la fotografía o la edición. Traslada el mismo rigor a su tarea como director; lo experimentamos desde el principio en su manera de enfocar la dirección de FALLING. Creo de veras que este compromiso con cada detalle de la interpretación, de la imagen y del sonido, esa atención profunda a conseguir que cada elemento contribuya a un todo creativo, es lo que convierte a FALLING en una película extraordinaria”.
HISTORIA Y PERSONAJES...
En FALLING, ambientada en el invierno de 2009, John (interpretado por Mortensen) es un ex oficial de la Fuerza Aérea reconvertido en piloto comercial que vive Los Ángeles con su compañero Eric (Terry Chen) y la hija adoptada de ambos, Mónica (Gabby Velis). Su padre Willis (Lance Henriksen) continua viviendo en una zona rural del nordeste en la granja extensa y aislada donde John y su hermana Sarah (Laura Linney) se criaron, pero ahora se enfrenta a una demencia incipiente. Willis, consciente de que llevar la granja en solitario se está volviendo cada vez más difícil, accede a viajar a California con John para encontrar un lugar más adecuado en el que vivir. Las diferencias entre la vida y la sensibilidad modernas y urbanas de John y la concepción más conservadora y los prejuicios arraigados de Willis forman un crudo contraste. A medida que se desarrolla la historia, la película retrocede y avanza en el tiempo, poniendo gradualmente al descubierto (a través de los recuerdos individuales y compartidos de ambos hombres) los sucesos fundamentales que han definido su compleja relación.
“La dinámica de su relación está impulsada por las divisiones generacionales y geográficas entre un granjero conservador y anciano y un hijo al que ve como una persona caprichosa y moralmente débil”, comenta Mortensen. “También es un contraste entre el corazón rural de los Estados Unidos y la sociedad progresista y urbana de la Costa Oeste. Al final, los lazos dañados de afecto familiar que una vez los unieron y que la historia visita a través de los divergentes recuerdos subjetivos de ambos, los ayudan a superar parte del dolor que se han causado mutuamente y a sí mismos durante las décadas que han pasado desde la infancia de John”.
Si bien no están específicamente extraídos de la propia infancia de Mortensen, algunos detalles de la película se basan en sucesos o conversaciones reales: “Mi padre fue una presencia abrumadora en la vida de mi madre, y su amarga separación cuando yo tenía once años y mis hermanos ocho y seis, nos cambiaron a los tres de manera profunda. La sombra de mi padre se cernió durante años sobre el nuevo hogar que construimos con nuestra madre después de que ambos siguieran adelante y encontraran nuevas parejas. Hacia la época en que mi madre falleció, mi padre estaba en las primeras fases de la demencia senil y había empezado a confundirme de vez en cuando con su propio padre, sumergiéndose ocasionalmente en el pasado lejano de su propia infancia y adolescencia en Dinamarca. Si bien FALLING no es realmente una historia autobiográfica, algunos de sus elementos, incluyendo los flashbacks relacionados con la infancia de John, se basan en sucesos y conversaciones reales que recuerdo de mi juventud”.
A pesar de que inicialmente era reacio a interpretar un papel en la película que había escrito y que iba a dirigir, Mortensen accedió a interpretar el papel del hijo adulto para asegurar la financiación de la película. John, que está casado con una persona de su mismo sexo y tiene una hija adoptada, es la imagen de un cierto tipo de progresista de la Costa Oeste. En contraste, Willis, nacido y criado en el corazón de los Estados Unidos y granjero independiente de oficio, es la definición de un hombre conservador y tradicional. La película, si bien se centra principalmente en una historia sobre la familia, la memoria y la aceptación ganada a base de golpes, es también un estudio conmovedor sobre la evolución de los puntos de vista sobre la masculinidad.
En 2008, Mortensen protagonizó Appaloosa, una película escrita y dirigida por Ed Harris, en la que conoció a Lance Henriksen, el icónico actor conocido principalmente por sus papeles en Aliens y The Terminator. Henriksen es tan reconocible por su físico duro y curtido como por su rugosa voz de barítono. Mortensen propuso a Henriksen que interpretara el difícil y complejo papel de Willis, un hombre cuya principal cualidad es la autosuficiencia, pero que está empezando a enfrentarse a la demencia.
“Willis está entrando en una fase de confusión en su vida, todos sus recuerdos están regresando como fantasmas”, dice Henriksen. “Es consciente de que la mente le está jugando malas pasadas y está enojado por ello”. El actor, que tantas veces ha sido elegido para interpretar papeles de villano, se entusiasmó ante la oportunidad de dar vida a una figura compleja y patriarcal y acometer el desafío de retratar a una persona con demencia. También apreció el crudo retrato que el guion hace de la familia: “FALLING retrata la enorme resistencia que implica el simple hecho de pertenecer a una familia, algo que no había visto retratado anteriormente de un modo tan potente en ninguna película. El puro desafío de tener que pasar por ello… es toda una revelación”.
A medida que la película va compaginando el pasado con el presente, también conocemos a Willis de joven, en la época en que conoce al amor de su vida y forma una joven familia (un hombre que, si bien ya es obstinado, no está tan endurecido y amargado como llegará a ser). El actor islandés Sverrir Gudnason, conocido por sus papeles en Borg vs McEnroe y The Girl in the Spider’s Web, interpreta al joven Willis. Ariadna Gil ya le había señalado a Mortensen en una ocasión que Gudnason se parecía ligeramente a él, físicamente y en su manera de ser. “Existe una rara cualidad, una expresión que conecta a Viggo, Lance y Sverrir”, dice el productor Daniel Bekerman. “Sverrir también posee una cualidad mística y enigmática que realza la incógnita de cómo Willis ha llegado a convertirse en el amargado hombre mayor al que vamos conociendo en la historia. Sverrir es, esencialmente, el vehículo que sirve para ir desvelando ese misterio”.
“Creo que Willis es, en gran medida, de esos tipos que van por la vida en plan, ‘lo hacemos a mi manera o ya puedes largarte’”, señala Gudnason. “No se le da nada bien ponerse en el lugar del prójimo y comprender sus sentimientos. Espera, más o menos, que los demás piensen y actúen como él. Y si no lo hacen, no tiene mucha paciencia. Quiere a su hijo y a su familia. Trabaja muy duro. Provee para ellos, les pone un plato en la mesa. Pero al mismo tiempo, emocionalmente, es como una isla. Está constantemente en guerra, y no comprende que, si una relación es una guerra, nunca podrá ganarla”.
A medida que Willis se va haciendo mayor, su inflexibilidad conduce finalmente a la madre de John, Gwen (el amor de la vida de Willis), a abandonarlo, llevándose consigo a John y a su hermana Sarah. La película avanza y retrocede en busca de pistas que revelen dónde empezó el distanciamiento. “Gran parte de la película trata de comprender por qué ha ocurrido esa ruptura. John trata de aceptar a su padre y Willis intenta aceptar a John, y un aspecto muy importante reside en cómo ambos aceptan sus sentimientos hacia la madre de John”, comenta Mortensen.
Gwen está interpretada por Hannah Gross, que recientemente ganó notoriedad mediante su participación en Joker de Todd Phillips y su papel protagonista en la serie de Netflix “Mindhunter”, en la que David Fincher actuó como productor ejecutivo. “Para mí, Gwen es la consciencia de la película”, dice Mortensen. “Es el eje sobre el que gravitan los personajes principales”.
“Gwen es una persona que ama la vida y que disfruta del momento sin un esfuerzo aparente”, dice Gross. “Hay en ella una auténtica cualidad de búsqueda, es alguien que disfruta ampliando su mundo de modos distintos y sencillos, una persona que siente curiosidad por las cosas. Y esa curiosidad está imbuida de un profundo sentimiento de cariño. Creo que, como muchas mujeres de aquella época, posee este anhelo, esta cualidad de búsqueda, pero a la vez no está del todo segura de cómo expresarlos. Y al encontrarse con la resistencia de la persona que en teoría debería amarla y apoyarla, las cosas se vuelven muy difíciles”.
Esta rigidez por parte de Willis es el núcleo de las dinámicas de relación que explora FALLING. “Hacemos esfuerzos ingentes por convertir a las personas en lo que queremos que sean”, dice Mortensen. “En vez de verlas tal como son y dejar que sean de ese modo. De manera inevitable, hay discrepancias entre cómo percibimos las cosas, cómo recordamos las cosas, y cómo sucedieron en realidad. Esto crea una falta de comprensión y una tensión que con el tiempo se van acumulando”.
“FALLING aborda el tema de las relaciones con los progenitores desde muchos ángulos distintos”, añade el productor Daniel Bekerman. “Creo que, a medida que nos hacemos mayores, tendemos a meter a nuestros padres en cierta casilla de lo que creemos que son, y empezamos a descartar de nuestra comprensión la vida plena que en realidad han llevado. Una manera de mirar esta película, creo, es la revelación, por parte de un hijo, del pleno alcance de la vida que cualquier progenitor ha vivido”.
Gudnason añade: “Cuando eres niño, hay muchas cosas que no comprendes. Luego, al hacerte mayor, llegas a conocer a tus padres desde un punto de vista más amplio, pero al mismo tiempo su mundo ha empezado a contraerse de algún modo. Esta es una historia sobre el hecho de envejecer y de volver a la infancia al mismo tiempo”.
La subjetividad de la percepción y la falta de fiabilidad de la memoria son temas igual de importantes en FALLING, que subyacen en el desarrollo de la trama y en nuestra comprensión de los personajes. “FALLING es una historia compleja. Está llena de recuerdos, y los recuerdos son imperfectos”, explica Mortensen. “Una persona recordará el mismo momento, la misma escena, la misma persona, de un modo distinto a otra persona. Solemos obsesionarnos con unos recuerdos imperfectos que llegan a definir cómo nos percibimos y cómo percibimos a los demás”.
ENFOQUE VISUAL E IMPRESIONES CINEMATOGRÁFICAS...
Durante el proceso de realización de la película, se respiraba la sensación de trabajar para expresar una verdad intangible pero lúcida y reconocible. El estilo visual de FALLING es natural y poco afectado, y los movimientos de cámara están restringidos a momentos genuinamente motivados.
El director de fotografía danés Marcel Zyskind (conocido principalmente por su trabajo con Michael Winterbottom) conoció a Mortensen en Londres durante el rodaje de Eastern Promises, de David Cronenberg. Zyskind tenía amigos en el equipo y fue a visitarlos. Mortensen y él conectaron de inmediato por su interés común por la fotografía y por la posibilidad para comunicarse en danés.
Unos años más tarde, Zyskind dirigió la fotografía de Two Faces of January de Hossein Amini, protagonizada por Mortensen. Fue una ocasión para que la pareja se conociera mejor, y poco después de aquel rodaje, Mortensen empezó a hablar con Zyskind de algunas ideas cinematográficas.
“Viggo es muy visual”, dice Zyskind. “Cuando hablábamos sobre su película, me envió imágenes y fotos - algunas fotos suyas, así como otras referencias - pero además de discutir cuestiones visuales, dedicamos mucho tiempo a hablar del sentimiento que intentábamos captar en cada escena.”.
Cuando FALLING empezó a tomar forma, viajaron a zonas rurales de Ontario en diversas ocasiones para empezar a capturar el paisaje en distintas estaciones, lo que les dio la oportunidad de ir desarrollando un lenguaje visual específico, rodando fragmentos de recuerdos que iban a utilizarse para los personajes de Willis, John y Sarah. Fue durante este periodo exploratorio cuando su relación de colaboración empezó a desarrollarse en serio.
“Necesitábamos rodar tantos paisajes como fuera posible en cada estación, y queríamos ver cómo sentaría a la película trabajar con pantalla panorámica. Enseguida descubrí que Marcel y yo teníamos un enfoque similar a la hora de encuadrar los planos. Salíamos a rodar toda clase de imágenes en el bosque y en el campo. Casi no hacía falta que habláramos. Estábamos en la misma onda, trabajamos juntos de un modo muy intuitivo”, dice Mortensen. Zyskind añade, “Empezamos a encontrar un universo visual de recuerdos”.
Mortensen menciona como referencia al minimalista cineasta japonés Yasujirô Ozu al hablar de su enfoque visual. Reconocido por sus tranquilos y discretos dramas familiares, que a menudo tratan del conflicto generacional, las películas de Ozu usaban un estilo austero y observador que a menudo permitía que las escenas se alargaran en un único plano. “Debes encontrar el momento adecuado para mover la cámara. Muchos de los directores que más me gustan suelen mantener la discreción, te muestran la habitación y la escena respira, puedes ver el comportamiento y los gestos. Es algo que hicimos, sobre todo al principio, con algunos de los flashbacks de la granja, e intentamos ser muy juiciosos a la hora de elegir el momento para alejarnos de ese enfoque.
“En la fase de montaje, también tuvimos cuidado de no cortar antes de que fuera estrictamente necesario de plano a plano, de secuencia en secuencia. Con esto no quiero decir que tratáramos de replicar nada de lo que Ozu u otro director hayan hecho. Marcel y yo trabajamos la composición y la colocación de la cámara estrictamente de acuerdo con lo que sentíamos que exigía cada secuencia de FALLING. Mientras montábamos la película, nos preocupábamos de que cada fragmento, por breve o largo que terminara siendo, hablara por sí mismo, que nos dijera el tiempo y el ritmo que necesitaba.
“En cuanto a los enfoques de fotografía y montaje que consiguen capturar la percepción subjetiva de tiempo y memoria, existen logros únicos a cargo de maestros como Tarkovsky, Resnais, Welles, Dreyer o Varda, para nombrar solo algunos, a los que admiro profundamente pero a los que nunca copiaría. Encontramos nuestros propios caminos para evocar el peso del pasado en los distintos personajes de FALLING, y para representar la naturaleza cambiante del tiempo tal como se percibe en cualquier momento de nuestra historia”.
El productor Curling añade: “FALLING conduce al público en un viaje exigente, cuenta una historia americana pero lo hace con una sensibilidad y un tono europeos. Es una película que emocionará al espectador y que lo invitará a la reflexión”.
La naturaleza no lineal de la historia permitió a Mortensen y a Zyskind seguir su intuición para crear el tono emocional que estaban buscando para cada escena determinada: “En general, las secuencias de recuerdos tienen un tono más cálido, pero también me gusta trabajar con el clima que encontremos en cada día concreto. La libertad de una historia basada en los recuerdos reside en que no estás supeditado a una continuidad de la luz y puedes entregarte a las sensaciones, seguir lo que sientes cada día”, comenta Zyskind.
“En realidad, la memoria es un sentimiento”, continua Zyskind. “Al final, todo es un sentimiento, pues no puedes recordar la especificidad de cada cosa, pero en cambio puedes evocar de un modo palpable lo que sentiste”.
Es posible que esta cualidad efímera pero única y personal de la historia sea su rasgo definitorio. “Lo que más me impacta de FALLING es el modo en que captura un conflicto muy fundamental en el corazón de las relaciones y de la existencia”, dice el productor Bekerman.
“En general, aceptamos una versión bastante en blanco y negro de aquello que percibimos como la verdad, la verdad de quienes somos y de lo que nos ha sucedido en la vida. Pero la memoria no es algo tan inalterable como nos gustaría creer. Elegimos qué recuerdos vamos a guardar y solo recordamos los sucesos de nuestras vidas desde nuestro punto de vista. Y posteriormente esos recuerdos imperfectos nos definen a nosotros y lo que hemos llegado a ser. Estamos definidos por estos momentos autoseleccionados en los que permanecemos encallados durante mucho tiempo, a veces para siempre. Es algo bastante notable.”
Como comenta Hannah Gross: “Creo que, en esta historia, Viggo ha traducido una cualidad, una especie de cualidad inefable y enigmática que es realmente excepcional, sobre todo en un medio tan literal como es el cine. Existe una articulación de la verdad que él consigue captar de algún modo. No es claramente descifrable pero en cambio es inmediatamente reconocible”.
Al final, en FALLING, nada queda resuelto de un modo perfecto: “No todo el mundo encuentra el perdón. No todo el mundo descubre una manera de comunicarse. Algunas personas lo intentan y fracasan. Otras ni siquiera lo intentan. El modo de conseguir la aceptación y el perdón en esta historia (y tal vez en la mayoría de historias) es cometiendo errores y, por lo menos de vez en cuando, reconociendo que has cometido esos errores”, dice Mortensen. “Así es como el padre y el hijo de nuestra historia van encontrando el modo de descubrirse por fin el uno al otro.” Básicamente, en esta primera incursión en la dirección, su objetivo era centrarse en la tarea creativa que tenía por delante y trabajar paso a paso. “Pienso que, como artista, tanto si estás haciendo un dibujo o escribiendo un poema o componiendo música, interpretando o dirigiendo, debes complacerte a ti mismo. Si crees en lo que estás haciendo, a nivel individual y como equipo, y consigues que los acontecimientos se desarrollen de un modo que sientes que es correcto, un modo específico que parece auténtico para los personajes de un momento al siguiente, en ese caso existe la posibilidad de que los demás crean en tu historia, que se sientan atraídos hacia ella. Como director, barajas un montón de elementos. Existe una historia general que estás intentando contar. Pero solo puedes hacerlo paso a paso. Como en la vida, en realidad. Y a cada paso, te centras únicamente en ese momento, con todos los elementos que comporta la escena, el modo en el que la iluminación, el vestuario, la peluquería, el maquillaje, los tonos de voz y los gestos funcionan juntos en un ambiente específico. Si todo eso se fusiona armoniosamente, podemos avanzar y dar el siguiente paso, y el siguiente”.
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