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NOTAS DE LOS DIRECTORES...
   Es difícil encontrar palabras lo suficientemente sucintas y efectivas para describir los temas que queríamos abordar en nuestro segundo proyecto. Este hecho, además, es el motivo por el que elegimos el medio audiovisual para contar la historia en lugar de hacerlo solo en un libro. La escritura es demasiado precisa, demasiado inequívoca. No era suficiente para esta historia. Hay mucho silencio en nuestra película y cuando los personajes hablan, paradójicamente, se comunican menos.
  La inquietud, la soledad y la aprensión encuentran un lugar destacado dentro de las familias en esta historia. El hogar, lo que antes se pensaba como un nido, aunque quizás tiernamente limitante, es ahora el nexo de intolerancia, frialdad y ansiedad. Basta considerar las estadísticas sobre asesinatos domésticos para darse cuenta de que, a menudo, esta es la verdad.
  Queremos investigar la ruptura de la comunicación en estas familias, inmersas en el estancamiento de rutinas estériles, donde quizás solo las tragedias tienen la capacidad de sacudir las cosas. Familias normales y cotidianas que todo el mundo puede reconocer, sin la excusa de ser "marginales" o a la distancia cómoda de la "burguesía". Una especie de 'Spoon River Anthology' para el nuevo milenio, que habla tanto de los suburbios estadounidenses como del estado de bienestar europeo.
  Creemos que nuestra historia efectivamente comunica una sensación de sufrimiento palpable. No solo relata el sufrimiento, lo encarna. En una poderosa forma ancestral, la metáfora por excelencia: la fábula.
  Nuestra película es un oscuro cuento de hadas que relata los peores aspectos de una forma de capitalismo que no nos pertenece por cultura o tradición, pero que, como ciudadanos (provinciales) del mundo, de alguna manera sentimos que nos merecemos.
  Una historia compleja que se combina con una puesta en escena llamativa y desdeñosa, alejada del realismo de nuestra anterior película Terra dell’Abbastanza (Boys Cry), que transfigura el presente en un lenguaje cinematográfico atemporal.
  Creemos que esta historia podría haber surgido de las páginas de Updike, Vonnegut, Yates, Ibsen, o más obviamente, de las obras completas de los hermanos Grimm, comenzando por el título.
  Un mundo de sensaciones, colores vivos y olores; sin embargo, en la distancia, todo está que arde. Y como en todo cuento de hadas que se precie, hay un narrador que explica los acontecimientos. Un narrador burlón al que le gusta barajar las cartas, leer la ambigüedad en el gesto más común y normalizar lo inhumano. Cada película es un sueño, después de todo.
  Queridos vecinos (Favolacce / Bad Tales) trata sobre un sueño roto. El sueño destrozado de una generación de hombres y mujeres jóvenes que imaginaron su futuro con una esperanza que ha resultado en vano.
  Y sus hijos, que no quieren tener un futuro similar.

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