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SINOPSIS
Un padre de familia dispara a un hombre que irrumpe de repente en su casa. A partir de ese momento será aclamado como un héroe, pero al mismo tiempo, comenzará a caer en una espiral de violencia y corrupción...
INTÉRPRETES
MICHAEL C. HALL, DON JOHNSON, SAM SHEPARD, VINESSA SHAW, NICK DAMICI, WYATT RUSSELL, BILL SAGE, LARRY FLAHERTY, BRIANDA AGROMONTE, BROGAN HALL
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ENTREVISTA AL DIRECTOR...
Por qué decidiste adaptar una novel de Joe R. Landsdale?, ¿Eres seguidor de su obra literaria?...
.- He sido un gran fan de Joe R. Landsdale desde que vi la película 'Bubba Ho-Tep'. Después de disfrutar de ella, me sumergí en el universo de sus relatos breves y me quede fascinado de cómo podía combinar sutilmente diversos géneros y estilos. Mientras terminaba el montaje de sonido de 'Mullberry street', escogí un montón de novelas de Joe, esperando escapar mentalmente del mundo urbano de la ciudad de Nueva York que refleja esa película y huir hacia un lugar radicalmente diferente. 'Frío en julio' estaba en el medio de la pila de libros y, una vez comencé a leerlo, no pude dejar de hacerlo. Además, se trataba de un ejemplar viejo, arrugado y amarillento, que encajaba perfectamente con el tono que yo buscaba para mi siguiente film. Para mí, la historia era la mezcla perfecta de película de cine B con un toque pulp y exploración real del personaje de un hombre que yo creo que se esconde en el interior de cada tipo del planeta. El relato narraba la historia del cumplimiento del deseo de un cowboy contemporáneo y los ecos de las relaciones entre padre e hijos aportaban el contrapunto adecuado. También me entusiasmó que su obra solo hubiera sido adaptada para el cine en el caso de 'Bubba To-Hep' y en su episodio de 'Masters of horror'. El cuenta con trabajos aún más siniestros y brutales que 'Frío en julio' en su inicios, pero sentí que éste concretamente era el ideal por su intensidad dramática combinada con toques de humor.
Eres conocido sobre todo como director de género. Después de rodar tres films que pueden considerarse ‘películas de terror’, ¿Por qué has rodado un thriller después?...
.- Solo sigo al pie de la letra la historia y no me importa qué género abordar mientras que me satisfaga adentrarme en ella y sienta que hay un relato que contar contando con elementos de género. 'Frío en julio' siempre pretendí que fuera la segunda película después de 'Mulberry street' y me gustaba la idea de debutar con una cinta de terror y después mostrar de inmediato que éramos capaces de ir más allá. En cualquier caso, el terror es más fácil de hacer, así que 'Stake land' y 'We are waht we are' se acabaron rodando antes. Si ahora miro hacia atrás, me hace feliz que todo saliera así. 'Frío en julio' tiene muchos detalles que necesitaban ser apuntalados narrativamente y estilísticamente para que fuera efectiva. Si hubiera sido mi segunda película, no estoy seguro de que hubiera contado con la suficiente experiencia y seguridad para hacer afrontar algunos riesgos y probablemente el resultado hubiera sido un poco más convencional. Sin embargo, por su curiosa intensidad, 'Frío en julio' a mí me parece la película más de género de las cuatro. Las otras son realmente films de terror, pero también creo que me salí del patrón experimentando en ellas y poniendo más énfasis en los elementos dramáticos de las historias y dejando que los elementos de terror buscasen su lugar en la trama de forma natural. Con 'Frío en julio' estaba feliz con sus orígenes de film de género y, al mismo tiempo, espero que la película parezca un thriller de acción de los ochenta.
Por primera vez, trabajas con actores muy conocidos. ¿Cómo fue dirigir a gente como Michael C. Hall, Sam Shepard y Don Johnson?...
.- En cierto sentido, es mucho más fácil y en otro sentido, mucho más duro. A veces, la experiencia hace a un actor más testarudo acerca de las decisiones que debe tomar. Después de muchos rodajes, los actores pueden llegar a crear un mecanismo de defensa hacia ideas que ven que no funcionarán o que saben que resultarán falsas y poco creíbles de la forma en que ellos están abordando el personaje. Como joven director, fue un reto aceptar sus propuestas y controlar una agenda tan apretada con un montón de elementos que coordinar además de las interpretaciones, pero también fue estupendo poder conseguir que mejore el resultado final gracias a su aportación. En nuestro caso, aquello que nos llevó a parar el proceso y comentar determinados detalles, simplificando secuencias complicadas o reescribiendo los diálogos en el rodaje o durante la noche anterior, creo que mereció la pena y creo que sugerimos mejores ideas gracias al trabajo en equipo. Además, actores como éstos pueden hacerte además la vida increíblemente fácil. A menudo, teníamos un trozo de diálogo que a mí me parecía superficial y Nick Damici y yo habíamos hecho mil cambios en el guión para minimizarlo sobre el papel. Si se lo mencionaba a Michael o a Don, ellos decían inmediatamente ‘Ya sé lo que hacer’ y ellos en su propia actuación podían darle la vuelta y convertir sus frases en las más naturales del mundo. Creo que la experiencia en televisión pone su músculo actoral en forma creativa y que están preparados para todo. En el caso de Sam, su capacidad como escritor le convierte en un increíble aliado. El reescribió una de las escenas más duras para nosotros y literalmente nos salvó. Creo además que él asimismo cambió un personaje que sobre el papel despertaba muchos interrogantes en los lectores acerca de qué le estaba ocurriendo psicológicamente porque le habíamos escrito muy poco diálogo. Sam lo hizo suyo instantáneamente y le dio cuerpo de forma tan convincente que después el resto del reparto borró un montón de notas previas del guión que habíamos obtenido entre líneas.
Tu película tiene un look muy de los 80. ¿Eres seguidor de las películas de esa década? ¿Qué hay acerca de la banda sonora muy al estilo de Carpenter?...
.- Para mí fue una década de baches artísticos tras la grandeza de los 70 y 'Blue velvet' fue la única cinta que me encantó de esa década. Sin embargo, al buscar referencias de imágenes y sonidos para la película, volví a enamorarme de esa década y volvieron a mi mente las películas con las que había crecido.
Creo que me picó el mosquito de la nostalgia por los tipos de letra, los colores y la música y que todos esos recuerdos sonoros y visuales fueron canalizados hacia esta película. Siempre quisimos que tuviera lugar en 1989 (cuando el libro fue escrito) pero lo decidimos cuando comprobamos que todos los homenajes a los 80 encontraron su espacio correcto en la película. En ese sentido, le debemos mucho a Michael C. Hall. Tan pronto como terminó 'Dexter', llamó y me consultó: ‘Tu crees que Richard debe estar explorando las primeras etapas de crecimiento un salmonete?’ Una vez apareció caracterizado con el vestuario y dispuesto a crear el personaje, nos motivó a todos para tener libertad para explorar estilísticamente en el resto de las facetas.
Yo recuerdo así mismo un montón de aportaciones divertidas de los 80 en el plano estilístico, que se han ido extinguiendo. Por ejemplo, la luz de luna azul fue una de las cosas que siempre me encantó y, sin embargo, después fue evolucionando hacia un look más común plateado o blanquecino que se utilizaría desde entonces para iluminar los exteriores nocturnos. Nosotros fuimos capaces de obtener el gel azul perfecto y nuestro Director de Fotografía Ryan Samul nos sorprendió con un color llamado ‘Peacock’, que tenía un toque de verde y parecía un homenaje al pasado pero con un toque contemporáneo.
La música evolucionó muchísimo sobre la marcha. Me encanta explorar con la música temporal durante el primer corte y descubrir aspectos inesperados. En nuestro caso, Jeff Grace y yo habíamos hablado desde el principio acerca de contar con temas de Western y guitarras eléctricas, pero para cuando empezamos a rodar lo teníamos muy claro. Yo me lo pasé genial viendo viejos Blu Rays de John Carpenter y nuestro editor Paul Horstmann ponía de fondo las bandas sonoras de 'Halloween 3' y 'La niebla' (The fog) e instantáneamente el resto de los detalles empezaron a encajar. Yo habitualmente utilizo uno o dos temas de 'La cosa' en la pista temporal durante el montaje y esta vez tuvo sentido mantener esta música sonando durante todo el proceso y dejar a la música definitiva convertirse en un personaje por si misma. Jeff consiguió que pareciera auténtica. El había creado maravillosos sonidos orquestales en 'Stake Land' y 'We are what we are' y estaba expectante ante su capacidad de disimular sutilmente los sonidos de los ardientes sintetizadores en esta ocasión.