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SINOPSIS
El jefe de policía del bosque Gordon está a punto de retirarse y debe encontrar un nuevo asistente. Paddy, una ratoncita inteligente con un gran sentido del olfato parece ser la candidata adecuada. Juntos tienen que resolver el último caso de Gordon: el misterio de las nueces de la ardilla desaparecidas ¿Podría ser el zorro el que se las ha llevado? Gordon y Paddy lo descubrirán enseguida....
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Gordon y Paddy es una película policíaca para todas las edades – con pequeños toques de humor para los mayores -, que nos muestra la vida cotidiana de un bosque tiene leyes, familias, escuelas, oficios, comodidades y relaciones.
La historia de Gordon y Paddy es emocionante como un thriller con policías y ladrones, secuestros y emboscadas, y pausada como la relación entre un sapo y una ratoncilla.
Esta trama tierna, divertida y emocionante película narra la historia de la amistad entre Gordon, un sapo viejo, cansado y con ganas de jubilarse, y Paddy, una ratoncilla joven, a quien Gordon le pasa el relevo de su cargo de inspector de policía y le enseña su manera de trabajar “cada cosa a su tiempo y preguntando uno a uno”. Al final será ella quien le devuelva una lección, de oficio y de vida: “Gordon debe acostumbrarse a que no siempre es culpa de la Zorra.”
La película nos habla sobre todo de la amistad y de cómo encontrar la verdad con la observación, sin las gafas turbias de los prejuicios (puede que el peligro sea la zorra, pero también la codicia obsesiva de la ardilla Valdemar, o la precipitación con que acusan a Karin de la fuga y la pelea que provoca).
La película es una adaptación de la serie de libros de Ulf Nilsson ilustrados por Gitte Spee, que en España fueron publicados por la editorial Harper Collins. Todo el grafismo del film está trabajado a partir de las ilustraciones a lápiz de línea clara de Gitte Spee, añadiéndoles color y la estructura del movimiento filmada en actores.
ENTREVISTA A LA DIRECTORA...
Gordon & Paddy es la adaptación de una serie del libro de Ulf Nilsson. ¿Qué te atrajo de él, en primer lugar?...
Suelo ir a una librería pequeñita que queda en la esquina de casa. De vez en cuando, compro algún libro y así fue como descubrí las historias del detective Gordon y Paddy. Me gustaban mucho las ilustraciones, pero, cuando empecé a leer uno titulado El primer caso, me encantó el tono. Ulf Nilsson explica la historia de una manera muy calmada. Nos dice que seamos amables y cordiales los unos con los otros, pero, a la vez, te entran ganas de leer la página siguiente para ver qué pasa. Va de esa amistad tan improbable, pero también de hacerse viejos. De prepararse para la jubilación a la vez que descubres que no es tan buena como esperabas. He leído mucha literatura infantil, porque soy madre, y hay muy poca que realmente me guste.
Por eso siempre vuelvo a ciertos autores, él es uno de ellos.
¿Prefieres hacer filmes basados en materiales de tu elección?...
Tardo unos tres años en hacer una película. Tienes que vivir con el material a diario, por lo que te tiene que gustar.
De otro modo, no hay quien lo aguante [se ríe]. Yo siempre lo he hecho así. Me enamoro de algo y me empecino en hacerlo. A veces, Ulf Nilsson toca temas muy serios, como en aquel otro libro por el que lo premiaron, Goodbye Mr. Muffin, sobre un conejito de indias que se muere. Ulf lo cuenta de una manera muy comprensible para los niños y niñas, pero también para los adultos.
Roald Dahl también tenía este don, aunque era completamente opuesto a Nilsson. Si eres un buen narrador, hallarás la manera de hablar para todas y todos, más allá de las edades.
Esta calma que comentas también se nota en el film. ¿Has pretendido darle un toque de sabor escandinavo?...
El mundo del film está sacado de los libros, claro, pero nosotros queríamos dirigirnos un poco más a las familias. La primera escena, con los conejos, ya lo muestra. Creo que sí, que es muy nórdico: que el padre haga la cena, y pregunte a los niños cómo les ha ido en la escuela. Socializamos mucho con los pequeños. La película va de la vida cotidiana. Las galletas que come Gordon nos muestran sus rutinas diarias, pero también son importantes para el fika sueco, que significa “tomar café con alguien”. En los viejos tiempos, una buena ama de casa siempre les ofrecía galletas a sus invitados. Ahora ya no tenemos amas de casa. Pero tenemos a Gordon.
El mensaje de la película es inconteniblemente positivo: no debes juzgar por las apariencias. Es más, Gordon & Paddy se aleja mucho de la dulzura de Disney...
Algunas cosas no son como piensas, no debes tener perjuicios. La vida te mostrará distintos ángulos de todo y de todo el mundo, y deberías intentar descubrir quién es el otro, en realidad.
Hay que sentir curiosidad por los demás, en lugar de considerarles malos. Es lo que queríamos expresar.
Es una llamada a la tolerancia, que la zorra no parece dispuesta a escuchar...
¿Ha visto The Selfish Giant de Clio Barnard? Hay una escena en que los dos chicos están en un vertedero, robando el cable de cobre. Yo quería que la zorra dijera: “¡No volváis jamás!
¡La próxima vez, podría ser peligroso!”
Como alguien que te quiere asustar, por tu bien. Eso es exactamente lo que pasa aquí. La lección es sencilla: ojo con la zorra. Esta vez ha sido simpática, pero ¿quién sabe? Igual otro día te come. No me gustan las historias alegres en que todo conduce hacia un final perfecto. En Gordon & Paddy estamos en el bosque entre animales de verdad. Que, en ocasiones, se comen entre ellos. Para mí era importante señalarlo porque eso no está en el libro. Esos animalillos viven en su mundo. La zorra es más grande, no es uno más. Queríamos acentuarlo con la cámara en mano, así como con el hecho de que es el único animal que no habla. Al principio lo intentamos, pero no funcionó. Queríamos que quedara claro que es una amenaza, así que le dijimos que se callara [se ríe]. Por suerte, los demás pueden hablar. Hasta Gordon, que lo hace nada más y nada menos que con la voz de Stellan Skarsgård. Ya había hecho The Moomins, así que estaba familiarizado con la animación. Había trabajado con él antes, en un film que produje [The Brokiga Films] y le vi clarísimo en este personaje. Es fantástico trabajar con Stellan. Curiosamente, en esta ocasión no hicimos una típica sesión de doblaje.
Lo filmaron haciendo su papel, así los animadores podían utilizar después sus movimientos y sus expresiones faciales.
Con Melinda Kinnaman y Felix Herngren hicimos lo mismo. A los animadores les resultaba muy útil, y a mí también. Vi cómo eran y podía escribir los personajes pensando en ellos. Me gusta mezclar actores y profesionales de la voz con amateurs y que salga mi familia en las películas que hago. Les doy algún papelito, para mantener su interés por mi trabajo, que tanto me absorbe. Uno de los niños es mi hijo Mingus. Mi marido es uno de los pájaros. De vez en cuando, tienes esos toques de humor que quizás los pequeños no entiendan. Lo que nos lleva al dilema definitivo: ¿cómo hacer animación que sea divertida también para los adultos? Yo no hago filmes para niños. Los niños las ven, sí, pero los hago para mí. Cuando era pequeña, me gustaba mucho hacer collages. Y ahora veo mi trabajo de la misma manera. No soy una animadora, hago un collage con todo lo que tengo. Soy una directora de orquesta. Con mi guionista, Janne Vierth, no escribimos para dar risa. No pensamos: “¡Oh, no, tiene que ser divertido!”. Se trata más bien de hacer que las escenas sean más ligeras, o que nos resulten más atractivas. La gente me pregunta si me gustaría hacer películas de acción real, pero a mí me gusta esto. Me gusta sentir que la historia se me va metiendo en el cuerpo. Es lo que más disfruto de la animación. No es cada día como una seda y hay momentos de saturación, pero cuando empieza a crecer en ti, ya lo tienes. Al cabo de un año pasa a ser parte de ti, como un brazo, o una pierna. Voy cada día en bicicleta al trabajo y, a veces, cuando pienso en los personajes, estallaría en una carcajada. Es lo mejor de mi trabajo, que te permite jugar. Cuando ya lo has estrenado, sin embargo, ¡qué descanso! Estás tan harta del material que ya solo tienes ganes de que vuele solo. Y le dices: “¡Adiós! ¡Goodbye!”
¿Fue interesante, visualmente, volver al bosque? En el 2014 hizo What if XX que también nos presenta a las criaturas del bosque...
Cuando adapto un libro, me parece muy importante conservar su mundo en la medida de los posibles, porque en definitiva es lo que ha hecho que me enamorara de él. Claro, también quieres que tu film tenga vida propia, que se relacione con el libro. Que estén conectados, pero, a la vez, que también vivan vides separadas. Las ilustraciones originales de Gitte Spee eran a lápiz, pero me gusta mucho su línea clara.
Consigue mostrarlos como son en sus cuerpos, como se mueven. Queríamos que fueran como son, añadiendo un poco de color al mundo de Gitte.
En la actualidad, el mundo de la animación está dominado por los grandes estudios. ¿Eso te dificulta tu trabajo?...
Si hablamos del mercado sueco, tenemos Pixar y Disney, y luego todo el resto. Juegan en su propia liga porque todo el mundo va a ver sus películas. Es imposible competir con ellos. Pero también hay interés por otros filmes. Es importante que la gente tenga donde escoger, necesitamos algo más que Misión Imposible de Tom Cruise. El Swedish Film Institute y otras entidades cuidan bien de ello. Además, si quieres hacer una película en 3D, a veces necesitas más conocimientos técnicos que de narrativa. Tal vez por eso me siento tan cómoda haciendo lo que hago en 2D. Es más lento, pero siempre puedes ir hacia atrás y repasar cada fotograma. Me gusta mucho el trabajo artístico de Song of the Sea, de Tom Moore, era tan preciosa... Con los grandes estudios, es como ver a Microsoft y a Apple peleándose para ser el número uno. Yo no quiero competir con ellos. Dejaré que compitan entre ellos y yo haré lo que me sale mejor.
¿Te interesa también como madre? ¿Para que tus hijos estén expuestos a otro tipo de contenidos?...
Evidentemente. Hace poco, llevé a mis hijos a ver danza moderna. A mí me pareció fantástico, pero mi hija se aburrió. Después fuimos a ver un musical, y ya le gustó más.
Probablemente porque es más fácil, pero yo creo que, si les ofreces las dos cosas, habrán visto dos y luego escogerán la que quieran. A los niños y niñas de hoy les gusta mucho mirar YouTube, pero eso no significa que no los podamos llevar al cine a ver una película y comentarla luego con los padres. Charlar un rato con ellos al respecto. Si todo va bien, dentro de 10 años miraremos atrás diciendo: “¡Qué locos estábamos entonces!”.
Necesitamos levantar la cabeza de los iPhones, porque necesitamos variedad.
Me gusta Pixar, y también Lars Von Trier. Te pueden gustar cosas por motivos distintos.
GALERÍA DE FOTOS
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