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SINOPSIS
Sam tenía solo 12 años cuando su madre Scarlet, una asesina de élite, se vio obligada a abandonarla. Sam fue criada por “La Firma”, el despiadado sindicato del crimen para el que trabajaba su madre. Ahora, 15 años después, Sam ha seguido los pasos de su madre y se ha convertido en una cruel asesina a sueldo, tan eficiente como leal. Ella usa sus "talentos" para limpiar los líos más peligrosos de “La Firma”. Pero cuando un trabajo de alto riesgo sale mal, Sam debe elegir entre servir a “La Firma” y proteger la vida de una niña inocente de 8 años: Emily. Con una diana en su espalda, Sam solo tiene una oportunidad para sobrevivir: reunirse con su madre y sus letales socias: “Las bibliotecarias”. Estas tres generaciones de mujeres deberán aprender a confiar las unas en las otras, enfrentarse a “La Firma” y a su ejército de secuaces, y hacer frente a todos aquellos que se interpongan en su camino...
INTÉRPRETES
KAREN GILLAN, CARLA GUGINO, LENA HEADEY, FREYA ALLAN, MICHELLE YEOH, ANGELA BASSETT, PAUL GIAMATTI, CHLOE COLEMAN, RALPH INESON, ADAM NAGAITIS, SAMUEL ANDERSON, IVAN KAYE, ROBERT MAASER, ED BIRCH, JOANNA BOBIN
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LOS ANTECEDENTES...
Tras saltar a la fama internacional con la galardonada Big Bad Wolves, película que codirigió junto a Aharon Keshales en 2014, el director israelí Navot Papushado nos trae este desgarrador thriller con perspectiva femenina sobre tres generaciones de asesinas profesionales que unen sus fuerzas para enfrentarse a un poderoso sindicato del crimen.
El proceso creativo, señala Papushado, comenzó con una sencilla idea. «La historia empieza con una madre que descubre que la hija a la que se vio obligada a abandonar cuando era niña ha seguido sus pasos y ahora se dedica a la misma peligrosa profesión que ella», comenta. «Cuando empiezas a escribir, no sabes cómo vas a acabar. Tu idea cobra vida propia. Pero yo tenía claro que en la película debían aparecer bibliotecarias, ya que siempre me han fascinado. Cuando iba al colegio me pasaba casi todo el día escondido en la biblioteca leyendo libros de ciencia ficción. Y los bibliotecarios siempre me producían curiosidad y respeto; son como sheriffs, auténticos vigilantes de la paz.
Se me ocurrió que el oficio de bibliotecaria sería la tapadera y el álter ego perfecto para un grupo de asesinas profesionales. Pero al mismo tiempo constituye una metáfora: una biblioteca alberga posiblemente el arma más potente de todas, el conocimiento. Encajaba a la perfección: la biblioteca sería el arsenal y las bibliotecarias serían las asesinas, mientras que los libros serían la metáfora del conocimiento y a la vez un buen lugar para esconder las armas».
Papushado se dispuso entonces a crear los diferentes mundos que componen la película: «Nuestra idea era que hubiera dos organizaciones criminales. Una de ellas es más de tipo familiar y la otra más de tipo empresarial, y de repente aparece en medio de todo ello una nueva generación. Así, si Scarlet y las bibliotecarias simbolizan el pasado y su hija Sam simboliza el presente, mucho más rebelde, el futuro viene representado por Emily, la joven a la que Sam tiene que rescatar. De este modo tenemos una historia sobre tres generaciones de mujeres que luchan por ocupar su lugar en este mundo».
Al igual que ocurría en sus anteriores trabajos, el tono de la película está inspirado en sus directores más admirados, desde Buster Keaton y Charlie Chaplin hasta Quentin Tarantino y los hermanos Coen, pasando por Jean-Pierre Melville, Michael Mann, John Woo, Johnnie To y Jackie Chan. «Ya en Rabia asesina y en Big Bad Wolves mezclé violencia con humor, cosa que siempre hacen mis directores favoritos», comenta. «La violencia siempre está ahí, pero la comedia también. Introducir violencia a secas puede resultar un poco nihilista, pero si eres capaz de pasar esa violencia por el filtro de la comedia y mostrar su carácter absurdo, entonces ya no estás simplemente mostrando una anatomía de la violencia, sino más bien una realidad caricaturizada, un divertimento, una reflexión sobre cómo percibimos la violencia. La mayor parte del componente de violencia de la película ya aparecía en el guion, pero otra parte proviene del montaje y de la banda sonora, que contribuyen a unificar el conjunto», añade.
«Dado que en esta película se mezclan tantos géneros y tantas ideas, la música debía ser el elemento cohesionador. Esa fue la idea que hizo que funcionara Big Bad Wolves y la que hace que funcionen, en mi opinión, la mayoría de películas que veo en las que se mezclan varios géneros», prosigue Papushado. «En mis primeras conversaciones con Frankie [Haim Frank Ilfman], nuestro compositor, le comenté que mi idea era unir el tono wéstern de Ennio Morricone con la elegancia italiana de Stelvio Cipriani y la violencia y el suspense de Bernard Herrmann. El resultado es una mezcla de wéstern, elegancia italiana retro, el suspense de Bernard Herrmann y un toque electrónico del propio Frankie. Es una banda sonora retro pero moderna, que podrías escuchar tanto en un vinilo como en Spotify».
En 2018, una vez tuvo el guion escrito, Papushado se reunió con los productores Andrew Rona y Alex Heineman, de The Picture Company. Rona comenta: «Yo era un gran admirador de Big Bad Wolves. Era una comedia sofisticada y de bajo presupuesto que apareció de la nada y pilló a todo el mundo por sorpresa aquel año. Toda la película transcurría en un único espacio y, aunque ese tipo de puesta en escena la habíamos visto ya millones de veces antes, Navot y su colega Aharon Keshales supieron aportarle un tono increíblemente original, así como unas interpretaciones asombrosas.»
El nuevo guion de Papushado, que combinaba acción y violencia con humor, tuvo una inmediata respuesta por parte de Rona y Heineman. «Era sencillamente divertidísimo», recuerda Rona. «Me encantan los dramas policíacos sofisticados, y GUNPOWDER MILKSHAKE (CÓCTEL EXPLOSIVO) se ajustaba a ese perfil. Es un universo que me encanta. Claramente estaba escrito por alguien que ama el cine. El género de gánsteres es algo que has visto mil veces, pero aquí había un punto de vista original. Y además era un guion muy bien escrito, muy actual, divertido e irreverente.»
«Tenía el equilibrio perfecto entre humor y violencia», añade Rona. «Me recordaba a las películas de Quentin Tarantino, en las que el humor y la acción van de la mano y no puede existir el uno sin la otra, llegando casi al absurdo».
Alex Heineman, socio productor de Rona en The Picture Company, coincide: «Navot es un cinéfilo, un gran guionista y un director visionario. Big Bad Wolves destacaba por la combinación de géneros que ofrecía: es un thriller, pero, durante todo el metraje, también tiene momentos desenfadados, grandes personajes y giros inesperados. Para nosotros, Navot es uno de esos directores que parten del cine de género, pero después lo moldean según su propio estilo, como Quentin Tarantino o Edgar Wright, capaces de manejar géneros concretos, pero desde una perspectiva que los hace únicos. En cuanto leímos el guion Andrew y yo ya sabíamos que iba a hacer algo dentro del género policíaco pero que lo haría según su propia receta, lo cual resultaba muy emocionante».
El guion de Papushado trata sobre aprender lecciones y romper cadenas: cuando Sam se ve obligada a elegir entre salvar a la pequeña Emily o abandonarla, es lo bastante valiente para hacer lo correcto, a diferencia de lo que, quince años atrás, hizo su madre, Scarlet, Y también es una historia sobre empoderamiento femenino y sobre la estrecha relación que surge entre Emily, Sam y Scarlet, todo ello aderezado con impredecibles giros y vueltas de tuerca y encarnado por todo un elenco de pintorescos e inolvidables personajes. Y de estos, las más importantes son las bibliotecarias que son los que dan refugio a Sam, Scarlet y Emily.
Andrew Rona señala: «Las bibliotecarias, interpretadas por Angela Bassett, Michelle Yeoh and Carla Gugino, no son las típicas bibliotecarias: las tres forman un equipo, de asesinas profesionales muy bien equipadas y muy bien entrenadas en diferentes técnicas de combate. La biblioteca será su guarida y, desde ahí, combatirán y se enfrentarán a la organización que las ha aterrorizado durante años».
En lo que se refiere al apartado estilístico, Papushado tenía una idea muy clara del aspecto visual que quería para la película.
«GUNPOWDER MILKSHAKE (CÓCTEL EXPLOSIVO), en un principio, se inspiró en las películas de Sergio Leone, Akira Kurosawa y Alfred Hitchcock», comenta. «Se trata de un cruce entre: spaghetti western, el cine negro y las películas de samuráis. Para mí, lo primero son las ideas que vertebran la trama y los géneros, y luego en ese mundo cobran vida los personajes».
El planteamiento del director claramente dio sus frutos. En palabras de Andrew Ronan: «Navot es un auténtico cinéfilo y sus conocimientos y su forma de entender el cine tienen una larga historia. Tiene influencias de numerosos directores, desde Akira Kurosawa o Sam Peckinpah a Michael Mann, Martin Scorsese o Jean-Pierre Melville. Y lo que él hace es rendir homenaje a todos esos cineastas, pero pensando en el público actual. Las películas de esos directores tenían un tono específico. En una película como esta el tono lo es todo. Tiene mucho que ver con los personajes, con los matices, los pequeños momentos y los detalles. Tiene que ver con cómo se mueven, actúan e interactúan los personajes entre sí y, en mi opinión, eso a Navot se le da muy bien.
Sabe cómo dar con esos matices, con el tono adecuado. La puesta en escena, como él dice, es decisiva. El encuadre ha de ser especial. Tiene un notable interés por las tomas largas en las que la acción se desarrolla fuera de plano, no le gustan los montajes con tomas recortadas. Quiere que el espectador se sienta realmente dentro de la escena.
Esta no es una película de efectos visuales, aquí todo es real. En cierto sentido, es casi como una vuelta a los orígenes. Dedica mucha atención a los encuadres y a la coreografía de cada secuencia, así como al modo en que se mueven los actores dentro del plano».
Tratándose de un director con semejante atención a los detalles y cuidado por la estética, resultó todo un homenaje a la personalidad de Papushado el hecho de que el rodaje se hiciera tan ligero. Como comenta Andrew Rona: «En una película tan difícil de realizar (con múltiples lugares de rodaje y aparatosas escenas de acción), es increíble que todo el mundo tuviera tan buena experiencia y se llevaran tan bien al acabar. Y en mi opinión gran parte del mérito le corresponde a Navot: reunió a un reparto y a un equipo magníficos, que encajó a la perfección. Todos hicieron muy buenas migas y eso se nota en el resultado.
El reparto hizo un trabajo muy duro en las escenas de acción y acabaron estrechando mucho sus lazos. Pasaron muchas horas con el equipo de especialistas y eso se nota».
LOCALIZACIONES y DISEÑO VISUAL...
Una vez completado el reparto, GUNPOWDER MILKSHAKE (CÓCTEL EXPLOSIVO) comenzó a rodarse en diferentes localizaciones de Berlín, así como en los estudios Babelsberg, donde se construyeron dos gigantescos decorados: una réplica de una cafetería típica norteamericana de los años cincuenta, y la biblioteca que servía de base de operaciones para las bibliotecarias.
Navot Papushado tenía una imagen muy clara de cómo sería visualmente la película: estaría ambientada en una ciudad que no se llega a especificar. En palabras del director: «La película se desarrolla en una realidad enriquecida con elementos un poco idealizados, en una ciudad y un tiempo indeterminados.
Todo resulta familiar, pero no puedes señalar con el dedo dónde y cuándo está ocurriendo la acción.
Contamos con un increíble equipo técnico y artístico; el director de fotografía Michael Seresin, el diseñador de producción David Scheunemann, y la diseñadora de vestuario Louise Frogley.
En poco tiempo, vimos cómo la película basculaba hacia un estilo art déco con reminiscencias de cine negro. Hablé mucho con David Scheunemann sobre cuál sería el estilo de los decorados y la paleta de colores, sobre cómo plasmaríamos esas texturas y esa iluminación en la película. Las localizaciones jugaron un importantísimo papel en todo ello».
«Como ocurre en muchas películas de gánsteres y de géneros similares, la ciudad en sí no es lo importante», explica el productor Andrew Rona. «Son los personajes lo que importa, lo que hace singular a una película. Y, al decidir rodar en Berlín, la ciudad terminó convirtiéndose en un personaje más.
Disponíamos de un fantástico set de rodaje, con varios decorados y localizaciones reales, algunas de las cuales se combinaban con elementos más imaginativos creando un universo increíble».
Alex Heineman añade: «No es un universo de fantasía, pero sí indeterminado. La historia se desarrolla en una ciudad sombría, como de cuento de hadas, con un aspecto familiar, pero sin llegar a concretarse cuál es ni dónde está. Ahí radica su interés. Cualquier sitio al que van los personajes resulta inesperado porque no sabes dónde estás exactamente, y eso resulta muy emocionante».
Papushado comenta: «Berlín encajaba a la perfección con lo que queríamos plasmar; por un lado, hay un montón de edificios históricos y, por otro, están todas esas construcciones colosales construidas durante la Guerra Fría».
«Junto a este tipo de localizaciones, están también la cafetería y la bolera, más representativas de Estados Unidos», prosigue. «Así, partiendo de una mezcla de localizaciones y estilos, empezamos a dar forma al resto del aspecto visual: de la indumentaria a los vehículos, los accesorios y el aspecto específico de cada personaje. Todo ello inspirándonos en diferentes géneros y épocas».
El responsable de crear este universo de realidad algo imaginaria fue el diseñador de producción David Scheunemann, que ya participó en películas como Fast & Furious: Hobbs & Shaw o Deadpool 2.
Sus diseños no solo dotaron con una nueva dimensión a la película, sino que además permitieron al director, al reparto y a todo el equipo lograr unos niveles de acción que, de otro modo, no habrían sido posibles.
Lo explica Andrew Rona: «Tuvimos la suerte de contar con David Scheunemann como diseñador de producción. Es oriundo de Berlín y la película se rodó allí, con lo cual ya partía con una ventaja importante.
Pero, además, David aportó a la película una textura y una vitalidad exuberantes. Creó, a partir de sus decorados, un personaje más, pues con ellos añadió nuevas capas a la película.
David abordó todo el trabajo tomando la historia y los personajes como punto de partida, y lo hace con un detallismo rico y exhaustivo. Así fue capaz de crear un mundo con mucho sabor. Si te fijas, la paleta de colores, las texturas, los pequeños matices de cada escena son realmente interesantes. Cada plano cuenta una historia».
«David se dejó la piel creando los inmensos decorados que se destruyen en el film», prosigue Rona. «Fue divertido ir viendo la forma de cómo destruirlos y lograr el resultado que deseábamos.
Hay secuencias que serían inviables o físicamente imposibles en un entorno real. Pero nuestros decorados nos permitían mover objetos y recrear situaciones que de otro modo serían imposibles. David y Navot crearon así un mundo divertido, muy pop, y lleno de colores y sabores intensos».
«Navot me pareció un director muy interesante y el guion me sorprendió bastante», comenta Scheunemann. «La primera vez que hablamos por teléfono, le propuse que la película se desarrollara en un lugar y un tiempo indeterminados, y en ese momento comenzó nuestra aventura juntos. La magia (y nuestro principal objetivo) era crear primero el aspecto general de la película, para luego poder recrearnos diseñando y preparando cada secuencia.
Navot y yo hicimos una revisión de la historia del cine y seleccionamos nuestras referencias favoritas, pero después pasamos de todo eso y definimos nuestro propio lenguaje visual para la película. Desde el primer momento se creó entre los dos un perfecto “tira y afloja” creativo, en el que cada uno proponía al otro sus ideas e inspiraciones y al final ganaba la mejor idea».
La cafetería de estilo retro, en la que vemos a Sam tanto de pequeña como de mayor, es uno de los lugares clave y la piedra angular dentro del mundo de las protagonistas. Es ahí donde vemos por primera vez a Sam de pequeña y también es ahí donde la conocemos siendo ya adulta.
Aunque tiene un aspecto familiar y acogedor, la cafetería alberga otros usos más siniestros: es el lugar en donde se reúnen y conspiran los personajes.
«Si hay un lugar que ha sido el corazón de la película, ese es sin duda la cafetería», asegura Karen Gillan. «Allí es donde Sam encara muchos de sus problemas emocionales, donde, hace 15 años, vio por última vez a su madre y donde durante el climax final, Sam se reencuentra con su madre.
Scarlet se ha convertido en la madre que Sam siempre quiso que fuera y Sam, por su parte, ha terminado siendo una especie de madre para Emily, cerrándose así el círculo».
Scheunemann tenía muy claro el aspecto de la cafetería. «La idea era crear la cafetería de estilo americano por excelencia, ubicada en un extraño lugar a las afueras de una gran ciudad», explica. «Queríamos que estuviera un poco desierta, deteriorada, pero que aun así impresionara por su belleza. Mezclamos varios estilos y varias ciudades, de modo que Berlín sirvió solo como metrópolis de plantilla. La película es bastante sombría e intensa y en su mayor parte se desarrolla en interiores».
El otro decorado importante es la Biblioteca, que sirve de guarida para el trío de mortíferas bibliotecarias. Al igual que la cafetería, la biblioteca tiene una apariencia que esconde su verdadera función. En palabras de Alex Heineman: «La Biblioteca, a simple vista, no tiene nada extraño; parece una biblioteca como tantas otras, pero, tras ella hay algo más: es donde las asesinas ocultan sus armas y reciben misiones concretas. Lo guay de esta película son los lugares que, a priori, son como los que todos conocemos, pero aquí ocultan una función distinta».
Andrew Rona coincide: «En un momento de la película, Sam y Emily se refugian en la Biblioteca, pero no tardamos en descubrir que no se trata de una biblioteca normal. Aquí la Biblioteca solo sirve de tapadera para las bibliotecarias, una hermandad de poderosas mujeres armadas hasta los dientes.
Al llegar, Sam, finge no haber estado nunca ahí, pero las bibliotecarias rápidamente se dan cuenta de quién es y la llevan a su santuario oculto».
Para crear este diseño, Scheunemann se inspiró en referencias arquitectónicas y pictóricas. «Rodamos los exteriores de la Biblioteca en el edificio neobarroco de finales del siglo XIX que alberga el Museo Bode, en el casco histórico de Berlín», comenta el diseñador. «Esos exteriores, en cierto modo, nos sirvieron de guía para los interiores, ya que debía haber concordancia entre ambos. No obstante, para el diseño de los interiores me remonté también al barroco, ¡y acabé enamorado de Rubens! Como punto de partida para el gran mural de la Biblioteca nos inspiramos en sus pinturas».
Hubo también otros escenarios importantes, como la bolera, el centro comercial abandonado o el videoclub en el que Sam se encuentra con los matones de Nathan.
«Todos estos escenarios nos resultan familiares ya que todos hemos crecido con ellos, pero, al igual que ocurría con la cafetería o la Biblioteca, les hemos dado una interesante vuelta de tuerca», revela Heineman.
Aportando su grano de arena al sofisticado mundo visual de GUNPOWDER MILKSHAKE (CÓCTEL EXPLOSIVO) tenemos también al director de fotografía Michael Seresin, que ha trabajado junto a figuras tan destacadas como Alan Parker o Alfonso Cuarón.
«Michael Seresin es un maestro», afirma Andrew Rona. «Ha visto y hecho de todo, y no paró de sugerirle a Navot ideas interesantes para la iluminación y el uso de la cámara que aportaron mucha fuerza y presencia a la película.
Teniendo a Seresin en el equipo, Navot sabía que los decorados se verían genial en pantalla y que los intérpretes estarían increíbles».
Y, para que esos intérpretes estuvieran increíbles, contaron con la diseñadora de vestuario Louise Frogley, cuya vasta experiencia y singular visión creativa contribuyeron a dar con el look adecuado para todos los personajes.
«Louise es un torbellino creativo e imaginativo inigualable», señala Papushado.
«Trabajar con ella fue una experiencia increíble».
«Me enamoré por completo del guion», comenta Frogley. «Resulta muy divertido y macabro a la vez. Navot es inteligente y creativo, y en cuanto nos conocimos supe que debía unirme a este proyecto».
«La idea era asegurarnos de que las actrices, al igual que sus personajes, se sintieran cómodas, profesionales y, al mismo tiempo, rebosantes de color y elegancia», explica Papushado. «Queríamos que nuestras heroínas se sintieran profesionales y eficientes, que su vestuario fuera funcional, pero sin caer en estilos monocromáticos. El color era un elemento esencial ya que queríamos que la película traspasara la pantalla. Un punto intermedio entre Jean-Pierre Melville y Jacques Demy».
«Navot tenía una visión sumamente clara y para mí fue todo un placer dejarme guiar por su visión», comenta Frogley. «Sus ideas fueron muy interesantes y yo disfruté muchísimo intentando sacarlas adelante. Las actrices también se dejaron llevar. Me encantó trabajar en una película que usaba colores tan brillantes. Trabajamos muy duro para conseguir los contrastes exactos (mediante tintes, inmersiones, y utilizando telas pensadas para otros usos)».
«El proceso de diseño de cada personaje dependía de varios factores. Esta es una película cargada de acción por lo que los diseños debían ser prácticos y cómodos para las actrices. Necesitábamos varios ejemplares de cada pieza: para las actrices principales y para el equipo de especialistas.
Cada uno de los diseños debía ser capaz de definir a cada bibliotecaria y, al mismo tiempo, funcionar como un todo», añade.
La chaqueta de bolos naranja de Sam, el personaje de Karen Gillan, fue diseñada con un objetivo concreto: «Debía ser la típica cazadora que sueles ver en una bolera, pero también debía representar la transformación gradual del personaje. Sam deja atrás su antiguo mundo (la indumentaria de colores apagados, que identificamos más con la Corporación) y pasa a elegir su propio camino (un camino más luminoso)», explica Frogley.
Por el contrario, los matones debían tener un aspecto más desaliñado. «Queríamos que los “malos” tuvieran un aire de gánster de la vieja escuela», explica Papushado.
«Por ello, sus ropas son de mayor tamaño y su cuerpo no está muy ni muy en forma ni tampoco muy aseado. Son como se supone que son los matones: sucios y desarrapados. Como si acabaran de salir del universo de La jungla de asfalto de John Houston, o del de Sed de mal de Orson Welles».
Frogley añade: «Todas las aportaciones graciosas provenían de Navot; nosotros únicamente nos guiábamos por sus ideas. Es un director entregado e inspirador. ¡Ojalá volvamos a coincidir en una película!».
Trabajar junto a Scheunemann, Seresin y Frogley fue una alegría, según Papushado: «Juntos, los tres, consiguieron crear algo único y original. Yo me crié viendo las películas en las que había trabajado Michael Seresin, desde El expreso de medianoche, El corazón del ángel o Bugsy Malone, nieto de Al Capone, a la saga de El planeta de los simios. Es todo un artista capaz de pintar con la luz. Trabajar con alguien a quien admiras tanto es toda una lección de humildad».
Lo que también hace única y original a esta película es la maravillosa síntesis que Papushado crea entre las coreografías, los personajes, los diseños y las impresionantes e hipnotizantes escenas de acción.
«A la hora de abordar las escenas de acción, queríamos que cada ubicación fuera un elemento más dentro de la narración», comenta Papushado. «Nuestra idea era tener diferentes escenarios con diferentes tipos de luz, color y estilos de lucha, que reflejaran la línea narrativa y la travesía emocional de los personajes».
La pelea entre Sam y los matones de Nathan se traslada desde una bolera al aparcamiento de un centro comercial y hasta a una clínica dental.
Papushado añade: «La primera escena de acción en la bolera está diseñada al estilo de un western y después pasa a tener una atmósfera eléctrica con luces de neón inspirada en las películas de acción de Hong Kong en general, y las de Jackie Chan en particular. Además, se trata de la primera escena en la que vemos a Sam repartiendo leña de verdad».
El tiroteo con las máscaras de monstruos en el aparcamiento del videoclub tuvo otra fuente de inspiración. «Esta se inspira más en Michael Mann y en las películas de sicarios. Por eso buscamos algo más rudo y tenebroso. La escena fue rodada en el aparcamiento del Centro Internacional de Congresos, un imponente edificio construido durante la Guerra Fría. Sam no participa en esta escena, solo la está presenciando. Aquí, la idea fue, por un lado, transmitir esa sensación cruda y realista del tiroteo, al mismo tiempo que recreábamos esa situación de perplejidad en la que Sam no puede creer lo que ven sus ojos.
Los que disparan llevan máscaras de monstruos (Frankenstein, Drácula, el Hombre Lobo, la Momia) y se traicionan los unos a los otros, lo que hace de esta secuencia no solo un inesperado giro en la película, sino el momento en el que ya está todo perdido para Sam. Por eso la escena debía resultar tremendamente intensa, cruda, y contar con un 110% extra de caos. ¡Es como un cruce entre los Looney Tunes, ¿Quién engañó a Roger Rabbit?, Charlie Chaplin y Buster Keaton!»
La escena de la pelea entre Sam y los matones en la clínica dental tiene un diseño visual radicalmente diferente al del resto de la película. «Cuenta con un aspecto brillante, frío, y todo se ve con claridad», explica Papushado. «Queríamos que el espectador se sintiera partícipe de la escena, que viera todo. Casi como si lo introdujéramos dentro de la escena.
Además, en esos pasillos blancos con puertas verdes, la sangre se aprecia muy bien. Está librándose un combate épico entre animales heridos, ¡y la película se vuelve una locura total!
Cuando la pelea se traslada al aparcamiento, quise rendir un homenaje a aquellas películas de los setenta con esas magníficas persecuciones de coches que me encantan, como Bullitt o Contra el imperio de la droga».
La acción pasa entonces del aparcamiento al otro escenario principal, la Biblioteca, unificando así toda la película. En palabras de Papushado: «En la biblioteca tiene lugar la batalla final, el enfrentamiento definitivo.
Fue un reto diferente porque aquí buscábamos algo operístico. A esta altura de la película, el espectador ya conoce a todos los personajes y se habría hecho una idea de cómo son y cómo se manejan en este universo.
En la Biblioteca vemos a todos en acción. Creamos diferentes espacios para que cada personaje se desenvolviera en un ambiente propio que encajara con su personalidad. Por un lado, están Scarlet y Sam, madre e hija, combatiendo juntas por primera vez, peleando cuerpo a cuerpo. Después está Anna Mae, el personaje de Angela Bassett, luchando con sus martillos en la Sala Océano, en la sección de niños. El personaje de Michelle Yeoh, Florence, pelea a puñetazos y con ayuda de su cadena en la Sala Bosque. Y Madeleine, el personaje de Carla Gugino, está en el sótano con una ametralladora y un hacha.
Son diferentes tipos de combate que se unen y complementan, y por ello planeamos los cortes exactos para el montaje, hasta el punto de que en ciertos momentos las distintas secuencias de pelea se sincronizan entre sí».
A CUENTA DEL REPARTO...
Aunque GUNPOWDER MILKSHAKE (CÓCTEL EXPLOSIVO) es un carrusel de explosiones, temerarias escenas de acción y una emoción que te deja pegado a la butaca, en el fondo es una historia sobre una relación maternofilial y, en este sentido, el reparto era una pieza fundamental del proyecto.
Por lo que respecta al proceso de casting, Papushado necesitaba reunir un elenco capaz de integrarse como un todo y a dos actrices centrales que engancharan al espectador.
«No podría estar más agradecido y contento de tener un reparto tan fabuloso para GUNPOWDER MILKSHAKE (CÓCTEL EXPLOSIVO)», afirma Papushado. «Ni en mis mejores sueños habría imaginado que contaría con todos ellos en mi proyecto».
KAREN GILLAN (SAM):
La primera pieza que había que encajar era el personaje de Sam. El equipo buscaba a una actriz capaz de manejar tanto las escenas de acción como los altibajos emocionales de una mujer que lucha por reconciliarse con la madre que la abandonó hace quince años.
«El primer personaje que buscamos fue el de Sam», comenta Andrew Rona. «Es difícil encontrar a alguien que pueda cargar con el peso de una película como esta y que, además tenga la juventud que requiere el personaje. Acababa de hacer Jumanji y había aparecido en las películas de Vengadores. Navot se reunió con ella y hubo química al instante».
«Karen es genial», afirma Papushado. «Es puro rocanrol. Es una actriz comprometida y apasionada, y trabaja muy duro (tuvo que entrenar mucho). Y, además, aportó cierta serenidad en el rodaje. Resultó muy agradable tenerla cerca».
No fue difícil convencer a Gillan de que se uniera al proyecto. El guion la enganchó desde la primera página: «Cuando leí el guion por primera vez, me atrapó por completo y supe que este personaje era totalmente distinto a cualquiera que hubiera hecho antes», comenta Gillan. «Pero lo que más me atrajo fueron las escenas de acción. He leído muchos guiones con escenas de acción y es mucho más sencillo verlas en pantalla que leerlas en el texto, normalmente porque contienen demasiadas explicaciones. Al verlo escrito en papel se hace bastante difícil entender cómo va a quedar visualmente, pero este guion pude leerlo con facilidad, y además era muy original y estaba repleto de secuencias que nunca antes había visto. Era evidente que en esta película el proceso creativo era increíble».
«Me reuní con Navot en Londres para hablar sobre el proyecto», prosigue Gillan. «Yo iba bastante dispuesta a aceptar, ya que se trataba de uno de los mejores guiones que había leído en mucho tiempo, pero cuando nos sentamos, quedé alucinada al comprobar que era él la persona que había escrito aquel guion.
Era él en todos los aspectos: su sentido del humor, su forma de pensar, incluso sus gustos musicales. Había visto sus trabajos anteriores y sabía que era un director prometedor y de lo más interesante. Todo ello hizo que no me lo pensara dos veces».
Gillan quedó prendada del personaje de Sam. «Sam mola mucho», comenta Gillan.
«Para empezar, se le da muy bien pelear: domina muchos estilos de combate y usa armas de todo tipo. Siempre es emocionante interpretar a un personaje así. Pero también tiene un gran trasfondo emocional: se trata de una mujer completamente perdida. Tiene una importante sensación de abandono y falta de autoestima. Piensa que no valía lo suficiente como para retener a su madre a su lado».
De repente, Sam se encuentra haciendo de madre de la pequeña Emily, de ocho años, a la que ha rescatado de la Corporación. Ese es un rol para el que no está nada preparada. «Digamos que Sam no tiene precisamente un perfil de madre», señala Gillan. «Carece de instinto maternal y es lógico puesto que ella no tuvo un modelo en el que fijarse: no solo ha desconectado de los jóvenes, sino de la mayoría de personas que la rodean. Prefiere no crear vínculos con nadie por miedo a perderlos también.
Cuando finalmente se reencuentra con su madre, siente el deseo de preguntarle por qué la abandonó. Al preguntárselo, descubrirá sus motivaciones y será entonces cuando comience la sanación, que le permitirá ejercer correctamente de madre de otra persona. Es importante señalar que no hace todo esto solo por salvar a Emily sino también sobreponerse de una vez por todas del complejo de abandono que ha tenido durante tantos años».
«Sabía que me iba a encantar interpretar a un personaje con semejantes contrastes – una persona tan fuerte y que se le da tan bien pelear pero que, a la vez, es tan vulnerable en lo emocional», añade Gillan.
LENA HEADEY (SCARLET):
Tras fichar a Karen Gillan (Sam), el equipo emprendió la búsqueda de la actriz que daría vida a Scarlet, la madre de Sam. Debía ser una intérprete de presencia imponente ya que su personaje aparece por primera vez a la mitad del metraje.
«Teniendo en cuenta que la película trata de una relación maternofilial, era importante que el reparto se ajustara a los personajes», señala Andrew Rona. «Necesitábamos a alguien que causara impacto, que fuera capaz de dejarte boquiabierto, y de hacer que el público flipara al verla. Y Lena Headey es así.
Recién salida del éxito mundial de Juego de Tronos, la actriz era conocida por todos gracias al personaje que encarnó durante las ocho temporadas de la serie. Sabíamos que Karen y Lena formarían un tándem perfecto».
«¡Lena es pura diversión!» exclama Papushado. «Ella y Karen congeniaron al instante. Desde el minuto uno la química entre ambas fue increíble. Lena aportó toda su experiencia al proyecto, lo cual para mí fue de gran ayuda. Aprendí mucho de ella».
Lena Headey se enamoró del guion nada más leerlo. «Es un guion muy divertido», asegura. «La película cuenta con un montón de mujeres de enorme talento y es muy original y entretenida. Además, mi personaje tenía varias escenas de combate, ¡y yo me apunto a lo que sea! Es fantástico ver a mujeres haciendo papeles tradicionalmente reservados a los hombres, sin miedo a utilizar la violencia con tal de sobrevivir y luchar contra las injusticias».
«Aunque Scarlet es un poco reservada puede cargarse a un tío sin pensarlo», añade Headey. Como madre deja bastante que desear. No tenía en mente criar a una hija y la abandonó. Por ello, al principio, la relación con su hija es algo conflictiva. Scarlet reaparece nuevamente en la vida de Sam; cree que puede volver sobre sus pasos y volver a hacer de madre. Pero Sam es ya una mujer que ha rehecho su vida sin su madre.
Scarlet se siente cargada de culpa, pero no se le da muy bien mostrarse vulnerable y compartir sus emociones con los demás. No sólo se ha reencontrado con su hija, también lo ha hecho con las bibliotecarias a las que, años atrás, también abandonó.
No es capaz de pedir perdón por nada de lo que hizo en el pasado. Simplemente, se limita a intentar ser la madre que, en su día, debió ser, aunque tampoco resulta ser muy hábil para eso.
Mientras, Sam está experimentando en sus propias carnes, con la pequeña Emily, lo que supone intentar ser una buena madre, empieza a percatarse de que la maternidad es, en el mejor de los casos, un asunto realmente complejo».
Entre Gillan y Headey se estableció una relación dinámica, natural y, muy divertida. En palabras de Andrew Rona: «Karen y Lena son tal para cual. Se lo pasaron genial tanto dentro como fuera del set de rodaje. Cada vez que las veía estaban subiendo una foto a Instagram o cantando juntas como si estuvieran en un karaoke. Surgió un gran vínculo entre ellas y el resto del reparto. Me agrada saber que fuimos capaces de reunir a un elenco de mujeres tan talentosas y que disfrutaron haciendo la película. Cuando dan vida a sus personajes, toda esa energía se traspasa a la pantalla».
«Hacer esta película ha sido una experiencia inolvidable», comenta Headey. «Navot dota de una nueva perspectiva a este tipo de películas. Sabía exactamente lo que quería y, durante todo el proceso, demostró mucha pasión y entusiasmo. Fue muy reconfortante tenerle cerca.
Y el apartado visual es una pasada; la principal ambición del proyecto fue que resultara visualmente espectacular. Las actrices estuvieron increíbles, ¡me enamoré de todas y cada una de ellas!», añade. «Lo cierto es que nos lo pasamos genial. Todas las actrices conectamos y mi personaje se enamora del de Angela Bassett. ¿A quién no le encantaría eso? A muchos niveles, fue una experiencia tremendamente enriquecedora».
CHLOE COLEMAN (EMILY):
El tercer miembro del trío principal es Emily, la niña cuyo destino era ser adiestrada por la Corporación para convertirse en asesina profesional, hasta que es rescatada por Sam quien, al igual que sus compañeras de misión, hará todo lo posible para protegerla de la atroz violencia que la rodea.
Supuso todo un reto hallar a la actriz adecuada para interpretar a Emily. El equipo de casting tuvo que ver cientos de audiciones hasta dar con la que resultó ser la candidata perfecta, Chloe Coleman.
«Chloe es una joven y maravillosa actriz. Fuimos muy afortunados de poder contar con ella», asegura Andrew Rona. «Hubo buena química entre Chloe y Karen desde el primer momento. Hacer una película de acción y violencia con una niña conlleva ciertas dificultades, que se suman a las habituales restricciones relativas a su horario de trabajo. Hay que ser muy cuidadosos a la hora de exponerlos a la violencia, intentar que entiendan en qué consiste cada una de las escenas, que sepan lo que está pasando, en definitiva, cuidar de ellos. Para lo pequeña que es, Chloe tiene un gran bagaje. Ha trabajado con Meryl Streep, Nicole Kidman y Reese Witherspoon, y ha hecho una película de acción con Dave Bautista, así que tiene una larga experiencia».
«Las protagonistas de GUNPOWDER MILKSHAKE (CÓCTEL EXPLOSIVO) harán todo lo posible para proteger a esta jovencita de la violencia y las palabrotas que inundan la película, a veces con resultados muy cómicos», añade Rona. «En una escena, Emily tiene que manejar el volante de un Porsche mientras Sam acciona los pedales con los pies. ¡Es divertidísimo! Durante los tiroteos hay que taparle los ojos y los oídos, poniéndole música o haciendo lo que sea para que no presencie tanta violencia».
Para Coleman, GUNPOWDER MILKSHAKE (CÓCTEL EXPLOSIVO) le ayudó a superar sus límites como actriz y también a hacer llegar un mensaje importante al espectador. «En esta película hago muchas cosas que nunca había hecho», comenta. «Fue increíble poder trabajar con estas actrices. Además, mi personaje simboliza los límites de la violencia que hay en la película, y eso me encanta. Creo que estas mujeres se unen para poner fin a ese ciclo de violencia».
En palabras de Coleman, Emily es «víctima de un secuestro que ha acabado en un tenebroso mundo de asesinatos y muerte, hasta que Sam la rescata».
Para Sam, Emily es una pesadilla, porque tiene que ir con ella a todos lados y a veces resulta un poco cargante. Emily es una niña adorable y juguetona, muy inteligente y aprende rápido todo lo que Sam la enseña. Podría decirse que se convierte en su pequeña aprendiz.
«Sam se siente identificada con Emily, porque ella también fue abandonada por su madre cuando era pequeña y, aunque tendría sentido que se deshiciera de Emily, no lo hace porque sabe lo que se siente cuando te abandonan», añade Coleman.
«A veces, Emily le es útil a Sam y la ayuda en algunas situaciones. Emily ve a Sam como una figura materna y no quiere que ella también la abandone».
Unirse al equipo de Sam, Scarlet y las bibliotecarias supone un rito de iniciación para Emily, ¡y un curso intensivo de madurez! «Emily acaba pegando pistolas a las manos, cargando munición o colocando cargadores; recibe disparos y hasta conduce (conduce de verdad). En definitiva, cosas demenciales que nunca antes había hecho. Muchas de esas cosas deberían horrorizarle, pero lo cierto es que le parecen molonas, aunque a ella en realidad no le gusta nada la violencia, solo desea que acabe para así poder volver a casa y ser una niña normal», señala Coleman.
Al conocer a las bibliotecarias, Emily queda muy impresionada y, además, recibe una importante lección vital, asegura Coleman: «Cuando Emily ve por primera vez a las bibliotecarias, su reacción es “¡guaauu!” No esperas que existan bibliotecarias como estas. Pero al ver lo guay y fuertes que son, Emily se siente muy a gusto con ellas».
A las demás actrices del reparto les impresionó el talento y la profesionalidad de Coleman. Karen Gillian comenta: «Chloe es una actriz extraordinaria. Cuando hicimos la primera lectura del guion juntas, me quedé boquiabierta al ver el énfasis y la intensidad que mostraba, tratándose de alguien tan joven. Era alucinante. Fue muy divertido trabajar con ella. Cuando tenía que ponerse ante la cámara activaba el interruptor, pero cuando terminaba, fuera del rodaje se divertía y se pone a cantar y a bailar».
«Chloe (Coleman) fue un regalo para todos», afirma Papushado. «Es una profesional con mucho talento. Durante el rodaje, a veces olvidábamos que solo tenía diez años. La química entre ella y Karen fue muy emotiva. Juntas lo hicieron genial».
Papushado y el resto del equipo prefirieron completar el resto del reparto de manera orgánica, evitando que pareciera que estaban marcando una lista de requisitos o cumpliendo con cuotas. «Desde el primer momento, Navot tuvo en mente un thriller de acción compuesto exclusivamente por mujeres», asegura Alex Heineman. «Paul Giamatti encarna al único personaje masculino importante de la película, pero de lo que trata es de un grupo de mujeres que han estado sometidas a un grupo de hombres y ahora van a dar la vuelta a la tortilla, y eso es lo verdaderamente emocionante».
Las bibliotecarias, interpretadas por Michelle Yeoh, Angela Bassett y Carla Gugino, son quienes presiden la Biblioteca, que es como el cuartel general de esta hermandad secreta de mujeres asesinas y que alberga un arsenal de armas oculto entre los libros.
Con semejante plantilla Papushado pudo sacar adelante su juego creativo. «Todas las conversaciones que tuve con Michelle, Angela y Carla me ayudaron a impulsar el guion hacia su siguiente paso evolutivo», comenta. «La historia de cada personaje, sus interacciones, las escenas de acción, todo evolucionó y creció gracias a ellas. Tengo mucho que agradecer a estas mujeres, ya que enriquecieron el guion mucho más de lo que yo jamás habría imaginado».
MICHELLE YEOH (FLORENCE):
«Las actrices tuvieron que trabajar duro, pero aun así ellas querían más», relata Papushado. «Recuerdo el día en que llegó Michelle al rodaje. Todos alucinaban con ella. Muchas de las escenas de acción estaban inspiradas en ella incluso desde antes de saber que iba a participar en la película, por lo que su llegada fue como si nos visitara la reina.
No incorporamos a Michelle Yeoh en el reparto solo para que utilizara sus pistolas, aunque, evidentemente, las utiliza. También tuvo que usar cadenas y hasta sus propios puños en algunas escenas de acción. Es increíble, salta desde un balcón justo después de estrangular a un tipo con sus cadenas, aterriza sin problemas, y se quita del pelo uno de los dientes del tipo. Michelle entrenó con el equipo de especialistas, que son sus mayores admiradores. Aportó su enorme experiencia y enriqueció la película de formas que inimaginables».
Andrew Rona añade: «Michelle Yeoh se unió al proyecto porque le encantó el guion, pero sobre todo porque quería trabajar con Angela Bassett, así que las dos formaron una magnífica piña. Y claro, luego también se unió Carla, que quería trabajar con Angela y Michelle y también con Lena y Karen, y todas ellas formaron una hermandad increíble, enérgica e imparable. Todo esto se refleja en la pantalla y contribuyó a crear una dinámica perfecta durante todo el rodaje».
ANGELA BASSETT (ANNA MAY):
Andrew Rona estaba entusiasmado por tener a Angela Bassett en el reparto. «La increíble Angela Bassett fue nuestra primera opción para el papel de Anna May. Es inteligente, una fantástica persona y actriz. Subió el listón de la película y nos hizo subirlo a todos».
Lo más interesante para Angela Bassett fue la contraposición entre lo que se supone que son las bibliotecarias y lo que realmente son. «Cuando piensas en una bibliotecaria, te imaginas a una persona afable, erudita e inteligente, que suele estar en casa cuidando de sus gatitos y leyendo», explica. «Nunca pensarías que tuvieran una cara oculta. Pero las personas tienen caras buenas y caras que no muestran a los demás, su vida secreta por decirlo así. ¡Y la vida secreta de estas bibliotecarias es digna de contemplar! Ves a unas chicas remilgadas, correctas, arregladas, y luego resulta que en la vida real se dedican a algo bastante peligroso. Anna May es la bibliotecaria líder, la que si estuviera en una biblioteca te mandaría callar y estarte quitecito».
CARLA GUGINO (MADELEINE):
En palabras de Carla Gugino, Madeleine es claramente «la más discreta de las tres bibliotecarias. Es algo así como una guerrera zen y su arma es un tomahawk, al que llama “Tommy Tomahawk”. Se lo dejó a Sam hace años, para que jugara con él, y desde entonces está desaparecido. Lo ha buscado por todos lados. Cuando Sam vuelve, aparece dentro de su equipaje, mezclado con el resto de armas. Yo creo que Madeleine no ha combatido nunca desde que perdió aquel tomahawk; es pacifista y un poco introvertida pero cuando se trata de proteger a niños nada pude detenerla».
Su punto débil es la familia. Gugino señala: «Madeleine ha anhelado desde siempre tener una familia, por eso se alegra tanto por el reencuentro entre Sam y Scarlet.
No le gusta ver a la gente enfrentándose.
Navot y yo hablamos sobre su posible origen; probablemente fue criada en un orfanato por estrictas monjas, y por eso tiene esa naturaleza tan “correcta”, y se siente tan unida a los niños. Claramente estuvo muy unida a Sam cuando era pequeña, y ahora lo está con Emily».
Para Gugino, una de las mejores cosas de trabajar en esta película fue poder formar parte de su equipo creativo. «Había un clima de trabajo maravilloso», comenta. «Todas teníamos amigas en común, pero nunca antes había trabajado con ninguna de ellas, lo cual resulta bastante insólito puesto que llevo 30 años en la industria.
Angela es una auténtica leona. Yo creo que esa es su virtud más paradigmática. Es una mujer extraordinaria y muy responsable, con un gran corazón y una naturaleza feroz como el personaje que encarna, lo cual me encanta.
A Michelle la admiro desde hace tiempo. Tiene la gracia y la delicadeza de una bailarina. Verla en acción, a cámara lenta y empuñando dos pistolas a la vez, en la escena de la cafetería, es una maravilla».
Karen Gillan estaba encantada con la idea de trabajar con un grupo de actrices tan prometedor: «Cuando nos juntamos todas por primera vez se respiraba un clima de calma y respeto mutuo. Fue increíble juntar a estas actrices tan impresionantes, extraordinarias y con tanto talento. En el rodaje había varias generaciones de actrices y aprendí mucho de todas ellas. No suelo trabajar en películas con tantas mujeres, de modo que fue todo un obsequio y una experiencia alentadora».
PAUL GIAMATTI (NATHAN):
Completa el reparto Paul Giamatti, como Nathan. Su personaje lidera la Corporación, la organización criminal secreta, de la que huyen Sam y Emily.
En palabras de Andrew Rona: «La mayoría de hombres que aparecen en esta película son tipos malos y todos los que mueren son hombres. Y, la mayoría de veces, quienes los matan son mujeres.
Paul Giamatti es el único personaje que tiene un pie en cada bando. Es él quien dirige La Corporación, pero no es La Corporación. Nathan tiene buen corazón y obedece órdenes. Ayudó en secreto a Scarlet a escapar y sobrevivir, igual que hizo con Sam hace 15 años. Es un personaje relativamente bueno que presenta luces y sombras. No es un héroe, pero, claramente no es el malo ni tampoco un villano.
Los malos de verdad son Jim y Virgil, los personajes que encarnan Ralph Ineson y Adam Nagaitis. Ambos son unos sociópatas que merecen morir y su muerte es la más violenta de todas. ¡Las bibliotecarias se lo pasan genial aniquilándolos!»
«Soy un ferviente admirador de Paul», asegura Papushado. «Y cuando empezamos a hablar de su personaje en ningún momento lo vimos como un villano. Más bien lo veíamos como alguien que está entre la espada y la pared.
Para Sam es como una figura paterna, pero también el jefe que le ordena matar gente. Se trata de un personaje que está, en todo momento, lidiando con esta doble lealtad. Creo que nadie mejor que Paul podría haber encarnado esos matices».
A Paul Giamatti le despertó curiosidad el universo de GUNPOWDER MILKSHAKE (CÓCTEL EXPLOSIVO). «El mundo que recrea la película me pareció único y peculiar», comenta. «Me gustó el hecho de que algunas cuestiones no fueran explicadas y fueran arrojadas directamente al espectador en medio de ese extraño universo. El guion está lleno de diálogos divertidos e ingeniosos. Y me gustó la idea de esa especie de Agencia de asesinas profesionales».
También sintió curiosidad por el enigma en torno a su personaje. «Me gustaba el hecho de que el espectador en realidad no supiera quién diablos era Nathan», explica el actor. «Sabemos que tiene un papel importante en la vida de Sam y Scarlet, pero realmente nunca llega a explicarse. Ese fue uno de los temas que tratamos Navot y yo y se nos ocurrió un posible pasado para su personaje que aparece vagamente mencionado en la película. Probablemente él también había sido un asesino, probablemente no muy bueno, aunque sí se le daba bien ser jefe, por eso pasó a dirigir el sindicato. Es un buen administrador, capaz de llevar la Corporación».
«Nathan tuvo algún tipo de relación con Scarlet, pero no queda claro que pasó entre ellos», prosigue Giamatti. «Imagino que estuvo colado por ella, pero nunca llegaron a tener una relación como tal. Para Sam, Nathan se convirtió en una figura paternal tras ser abandonada por su madre».
Giamatti da su opinión sobre las ambiguas motivaciones de Nathan: «La primera vez que leí el guion, no me pareció que fuera tan malo», afirma. «Trata de ser un buen padre para Sam, ella lo presiona y él ha de cuidar de su negocio, aunque también la ayuda. Trata de estar en ambos bandos, lo que lo convierte en un personaje interesante».
Al igual que el resto del reparto, Giamatti apreció el ambiente de colaboración que el director logró crear: «Navot es genial», afirma. «Es un tipo divertido muy creativo y abierto a todo tipo de sugerencias. Da la impresión de haber trabajado en proyectos más independientes, en los que él se encargaba de todo, y se maneja bien con todo su equipo. Para él significó mucho y fue una gran experiencia tener a todo ese equipo a su disposición».
Además, como Papushado dio a los intérpretes cierta libertad para jugar con el guion., eso hizo mucho más divertida la participación de Giamatti en la película. «Casi todas mis escenas fueron con Karen, que es una increíble actriz», comenta. «Es muy, muy divertida. Las escenas que hicimos juntos fueron un poco improvisadas, así que pudimos salirnos un poco del guion, lo cual fue divertido».
«No nos dio por ir a buscar a un cierto tipo de persona o perfil», explica Andrew Rona.
«El elenco fue tomando forma de manera espontánea, fue increíble. Es genial ver a Angela, a Michelle y a Carla en las secuencias de acción. Las escenas en las que pelea Michelle Yeoh son como un sueño hecho realidad. Michelle ha hecho películas increíbles, como Tigre y dragón o Supercop (Police Story 3). Y Angela Bassett es todo un símbolo; su forma de apuntar con el arma, sus frases son alucinantes. Y Carla sabe cómo aportar profundidad al personaje de Madeline. Es a la vez sensible y despiadada, y hasta puede parecer un poco recatada. Pero ese recato es solo su apariencia exterior, pues luego la ves disparando 4.000 balas por segundo con una ametralladora y piensas, “¿qué me he perdido? ¿qué está pasando aquí?” Y, por supuesto, Lena Headey es fantástica. Tuvo que practicar mucho para el personaje. Hay una emocionante escena en la que va con dos pistolas a la vez y sobrevuela el mostrador de la recepción de la biblioteca para salvar a su hija en medio de un tiroteo. Y luego está Karen, cómo no, con su emblemática chaqueta naranja, combatiendo de forma espectacular y usando todo lo que tiene a su alcance para acabar con los malos. ¡Es divertidísimo!»
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