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NOTAS DEL DIRECTOR...
   Gaua recoge un universo de leyendas, cuentos y visiones nocturnas que durante siglos se han considerado terroríficas, muchas veces construidas sobre falsedades, como las inventadas por la Inquisición del siglo XVII en torno a la brujería. En la película, esos relatos se transforman y se resignifican, ofreciendo a las protagonistas la posibilidad de convertirse en quienes realmente desean ser.
  Brujas y demonios se convierten así en símbolos de libertad: la de aquellos marginados o inadaptados que eligen un camino distinto al impuesto por la sociedad. La vida de Kattalin es miserable; es una joven oprimida, maltratada por su marido y manipulada por los estamentos de poder. Solo al desviarse del camino impuesto, y al adentrarse en el reino de Gaueko, en la oscuridad, a afrontará sus miedos y a conquistará su libertad.
  El terror y la mala fama que durante siglos persiguieron a las brujas se transforman en Gaua en un símbolo de empoderamiento, no solo para las mujeres, sino para todos aquellos que viven fuera de la norma y buscan su propio camino y su propia voz.
  Mediante un guion estructurado como una muñeca rusa, cada cuento albergará otra leyenda en su interior, relacionando todas las historias para desembocar en un climático final. Gaua está documentada de un centenar de leyendas, registros de superstición y actas inquisitoriales. 
  Aunándolas a través de un arco emocional sobre una historia de liberación humana, que resignifica a la actualidad códigos mitológicos y dignifica a las víctimas reales que sufrieron la inquisición.
  Desde niño me han fascinado las historias relacionadas con la noche que hay en la mitología de nuestro país. Cuentos con los que se educaba a los más jóvenes a tenerle respeto a los peligros de la oscuridad, así como las leyendas sobre espíritus, demonios y brujas que se crearon a raíz de las persecuciones del siglo XVII y que hoy en día han derivado en figuras de empoderamiento femenino. Es un tema que siempre me ha interesado y que con Gaua he pretendido llevar de manera espectacular, inquietante y épica a la gran pantalla. Escenas más terroríficas, pero a la vez bellas de las leyendas nocturnas de nuestra tradición oral.
  Aunque contamos con grandes referentes visuales como Francisco de Goya, nunca se ha llevado a la gran pantalla de manera fiel el conjunto de relatos oscuros y fantásticos que pueblan el imaginario de nuestro país. Muchas de nuestras leyendas han sido exportadas y reinterpretadas por otros países, pero pocas veces se han mostrado desde nuestra perspectiva.
  Todo el conjunto de deidades locales y cuentos tradicionales, tanto de nuestro país como de otros lugares, me ha inspirado, a través de un prisma actual, esta historia que en el fondo habla de libertad. La oscura senda de la noche, prohibida y repudiada, es a veces un trayecto que debemos atravesar para poder encontrar nuestro propio camino. La noche quizá es un reino donde se refugian los raros e incomprendidos que siguen la norma establecida de la corrección de la “luz”.
  Gaua no es solo una historia de empoderamiento femenino y dignificación de las mujeres reales perseguidas y acusadas de brujería, sino también un homenaje a las “malignas” brujas que pueblan la ficción de las narraciones de todas las épocas, mostrándolas en el vuelo y el frenesí de sus reuniones y en todo su esplendor y magnificencia.

LOS SERES MITOLÓGICOS DE LA NOCHE...
  La mitología rural vasca del siglo XVII formaba parte inseparable de la vida cotidiana, en un tiempo en que lo real y lo sobrenatural se confundían. La noche era territorio de GAUEKO, dios de las tinieblas, invisible y cambiante, que podía mostrarse como lobo, lechuza u oveja. Desde la medianoche hasta el amanecer reinaba bajo su propia ley, recordando con su himno ancestral: Gaua gauekoentzat (“La noche para los de la noche y el día para los del día”).
  En esas mismas horas de oscuridad acechaba INGUMA, antiguo espíritu maligno lleno de rencor, que entraba en los hogares mientras la gente dormía, oprimiendo la respiración de los durmientes y convirtiendo sus sueños en pesadillas o incluso asfixiándolos hasta la muerte. Para protegerse de él se invocaban oraciones y se usaba el Eguzkilore, la flor del sol, amuleto que aún hoy se coloca en las puertas de los caseríos.
  Otro personaje que aparecerá en Gaua será MATEO TXISTU, un cura obsesionado con la caza que según la leyenda, fue maldecido por abandonar una misa tras una liebre que resultó ser el un ser maléfico.
  También AKERBELTZ, el macho cabrío, al que según los inquisidores le rendían culto las brujas en los Akelarres. Sin embargo, es una deidad astada de carácter lunar, que ocupaba un lugar central en la cosmovisión popular: vinculada a lo salvaje y la fertilidad, guardián de los animales domésticos, capaz de protegerlos y sanar sus males. Al que se dice que se le rendía culto desde tiempos remotos y que las SORGINAK- las brujas- invocaban en sus rituales.
  En Gaua, Gaueko, Inguma, Mateo Txistu, las Sorginas y Akerbeltz, junto a otras supersticiones, símbolos y criaturas de la mitología vasca, se convierten en protagonistas esenciales del relato y de su atmósfera única llena de misterio y emoción.

LOS RETOS DEL EQUIPO DE GAUA...
  “Es una de las películas mas ambiciosas en cuanto a Efectos especiales del la historia del cine español. Empezamos la película como unos seis meses antes de empezar a rodar haciendo unas animáticas de las secuencias más complicadas para definir bien como serían los efectos” David Heras, Supervisor de VFX.
  “Construir un bosque dentro de un plató fue todo un reto, como un acto de fé. Fueron 170 árboles eligiéndolos uno a uno” Izaskun Urkijo, Directora de arte.
  “Uno de los días importantes fue el día de la orquesta, donde reunimos a 21 músicos de cuerda” Aránzazu Calleja, Compositora BSO.
“El Akelarre es un plano secuencia complejo de más de cuatro minutos, con un coreografía de 200 figurantes y de luces que interactúan” Gorka Gómez Andreu, Director de fotografía.
  “Nos enfocamos en plasmar en las pieles el frío, el ambiente sucio de las pieles, las uñas sucias” Patricia López y Paco Rodriguez, Maquillaje y Peluquería.
  “El macho cabrío es un maquillaje de cuerpo entero con una cabeza animatrónica en la que construimos unos mecanismos que movimos nosotros por radiocontrol” Nacho Díaz, Maquillaje FX.
  “Mi reto era no repetirme, intentar reinventar un poco la época o contarlo desde otra perspectiva y creo que en GAUA lo hemos conseguido porque hemos sido más realistas” Nerea Torrijos, Diseñadora de vestuario.
  “La secuencia más complicada fue en el lavadero. Se trata de un lavadero natural y teníamos agua corriendo por el riachuelo que pasa por al lado. Tuvimos que echar mano de producción y ayudarnos para hacer un invento, intentar soterrar lo más posible ese sonido de agua constante” Andrea Saenz, Sonido directo.

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