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SINOPSIS
Un joven viaja a un pueblo costero cerca de Hope Gap para pasar un fin de semana junto a sus padres. Una vez allí, su padre le confiesa su intención de marcharse de casa cuanto antes y poner fin a sus 29 años de matrimonio. Después de esta noticia, cada miembro de la familia tendrá que buscar la manera de recomponerse y tratar de salir adelante...
INTÉRPRETES
BILL NIGHY, ANNETTE BENING, JOSH O'CONNOR, AIYSHA HART, DERREN LITTEN, RYAN McKEN, NICHOLAS BURNS, ROSE KEEGAN, NICHOLAS BLANE, SALLY ROGERS, STEVEN PACEY, JOEL MacCORMACK,, NINETTE FINCH, ANNE BRYSON
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LA HISTORIA DE UNA SEPARACIÓN...
El viaje de William Nicholson para llevar a la pantalla la historia de la separación de un matrimonio ha tardado mucho tiempo en concretarse, desde la experiencia de la separación de sus propios padres.
Cuando era joven, los padres de Nicholson se separaron tras treinta años de matrimonio, lo que lo afectó profundamente y por último le cambió el modo en que veía su familia, aparentemente una unidad inquebrantable. Años después, Nicholson sintió que esta situación tan personal podía ser un terreno fecundo del que nutrirse a la hora de escribir para una película inspirada por (pero no directamente basada en) su propia experiencia.
“La separación de mis padres no tiene nada de particularmente especial, le ocurre a mucha gente” –comenta Nicholson–. “Pero he pensado mucho sobre ello, y en el hecho confuso de que estoy tanto del lado de mi madre como del de mi padre.”
“¿Por qué ocurrió? ¿Por qué treinta años de matrimonio acabaron en nada? ¿Por qué causó ello tanto dolor a mi madre?
“Cuando me senté a escribir esto, se me hizo muy emotivo. Hay algunos momentos muy intensos emocionalmente, algunos de ellos nos ocurrieron realmente a mí y a mis padres.”
Además de abordar los efectos de la separación sobre la vida de una pareja, Nicholson buscaba mostrar el impacto emocional sobre los hijos adultos cuando los padres se separan en un estadio tardío de la vida.
“Tendemos a pensar que el divorcio es devastador para los niños, pero no para los hijos ya adultos. Es falso. Si ya eres adulto y los padres se separan, ello te obliga a reconsiderar lo que ha sustentado tu infancia.”
Tras escribir el guión, Nicholson habló con el productor David Thompson, quien vio potencial en este drama de combustión lenta sobre la separación en la tercera edad, particularmente en sus resonancias contemporáneas.
“El guión me atrajo por su sabor auténtico y poderoso sin sentimentalismos. Que los padres se separen cuando los hijos rozan la veintena es muy triste, un fenómeno del todo contemporáneo, lo que hace que la historia resuene increíblemente. En particular porque la cinta se centra tanto en el impacto del divorcio sobre el hijo del matrimonio como sobre los padres.”
También era un fenómeno que conectaba a nivel personal con muchos integrantes del equipo técnico del proyecto.
“Esta historia tira de cada fibra de mi corazón” –dice la diseñadora de peluquería y maquillaje Melanie Lenihan–. “Mis padres se divorciaron cuando tenía diez años, he pasado por un divorcio, y mis hijos son dos chicos adolescentes, de modo que me identifico con todos los temas de la historia.”
Nicholson continúa: “Lo que me impresionó, mientras armábamos la película con el equipo, fue la cantidad de gente que decía que la historia resonaba en sus propias vidas, ya que algo había pasado con sus padres.”
“La película revisa las relaciones, las cargas que las relaciones generan en la gente, y particularmente las cargas que los padres generan en sus hijos.”
Dada su conexión personal con el material, A Nicholson le resultaba inconcebible que otro asumiera la dirección.
“He sido guionista durante mucho tiempo” –explica Nicholson.
“Me encanta y me siento muy orgulloso de parte del trabajo hecho, pero no tengo control sobre el resultado final de los films que escribo. Así es como debe ser, es el director quien hace la película, no el guionista. Pero hay ocasiones en que ello puede ser un tanto frustrante.
“No podía soportar que nadie más dirigiera Regreso a Hope Gap. Así que héteme haciéndolo yo mismo.”
David Thompson fue muy amable al respaldarlo como director.
“He tenido mucha suerte de trabajar con William desde hace muchos años, hace tanto como Tierras de penumbra, pero lo cierto es que quería trabajar con él como director, pues tiene una interpretación del mundo muy vívida y creativa. Pensé que sería fantástico tener la oportunidad de trabajar con un guionista y director con una visión tan poderosa, quien sé por experiencia está también abierto a colaborar.”
La naturaleza personal, y sin embargo simultáneamente universal del material era un atractivo clave para muchos de los integrantes del reparto y del equipo técnico.
“Es un tema en verdad enorme; el modo en que dos personas coexisten, cohabitan, suben juntos una familia, y permanecen fieles” –dice Bill Nighy, quien encarna al marido y padre Edward Axton en la película.
“Ello me conmovió, así de simple” –añade Annette Bening, quien da vida a la esposa de Edward, Grace Axton.
“Me sentí cautivada por la historia, y quedé muy agradecida que William me pidiera incorporarme. Se inspira en algo que le ocurrió a él, de tal modo que sé cómo de personal es para él. Quería respetar eso.”
Las emociones contenidas también se hicieron inmediatamente evidentes para la directora de fotografía Anna Valdez Hanks.
“Cuando leí por primera vez el guión, conecté muy intensamente con la historia a nivel emocional. Iba por la mitad y me sorprendí llorando.”
“Me enviaron el guión en un momento en que me estaban bombardeando con varios más” –comenta Josh O’Connor, quien encarna a Jamie, el hijo de Grace y Edward–. “A mi entender, éste parecía un tipo de proyecto muy poético; no de un modo abiertamente lírico, transmitía autenticidad.”
En todo momento, la verdad estaba siempre en el centro de lo que Nicholson quería transmitir tanto en el guión como en la historia –el hecho de que nadie gana, que a menudo no hay lado correcto y lado equivocado en tales situaciones. El reto estaba en escribir con sentido dramático pero también auténtico.
“Es difícil escribir bien si no dispones de un villano” –opina Bening–. “Es mucho más fácil si hay un protagonista y un antagonista. Aquí hay más sutilidad. Creo que es más como la vida real en este aspecto.”
Nighy está de acuerdo. “Es de admirar que esta historia sea veraz y rigurosa, y que se narre sin una actitud sentimental y sin juzgar, lo que es escaso, particularmente con esta clase de tema.”
EL REPARTO DE LOS AXTONS...
Con un reparto tan centrado y ajustado, elegir quiénes serían los Axton era vital a la hora de transmitir la confusión de este conflicto familiar de modo sensible y compasivo.
“Cuando leí el guión por primera vez, Annette y Bill fueron las primeras personas que me vinieron a la mente” –confiesa David Thompson.
“Nunca antes habían trabajado juntos, y ambos son auténticos grandes actores en sus respectivos estilos. Me pareció el reparto ideal.”
El primer reto de Nicholson fue acercarse a Annette Bening para el papel de Grace.
“Volé a Estados Unidos para verme con ella y estuvimos hablando lo suyo sobre su papel. Se mantuvo cautelosa pero le gustaba. Y también el proyecto, y el guión; pero quiso probarme y comprobar si estaría segura conmigo.
“Tan pronto como nos encontramos, comenzamos a hablar, y pensé ¡que Dios permita que lo quiera hacer!”
“Me parecía un proyecto bello y original. Me gustaba mucho esa mujer que Nicholson me pedía encarnara, y pensé que era un auténtico reto, lo que me atraía” –explica Bening.
Sin embargo, inicialmente no estaba segura de cómo hacer que el personaje funcionara en la gran pantalla.
“No sabía si podía hacer que funcionara tanto diálogo, y dije que no. Pero no podía sacármelo de la cabeza, y en torno a una semana más tarde llamé a Bill a su móvil directamente.”
Las razones de Bening para finalmente aceptar eran sencillas.
“Una de las cosas bonitas que alcanzamos a hacer como actores es ser del todo subjetivos cuando nos acercamos a nuestros personajes. Los queremos y apoyamos, somos sus defensores. Éste era alguien a quien realmente sentía podía respaldar.”
Con Bening en el proyecto, el equipo se dirigió a Bill Nighy.
“Siempre había sabido que quería a Bill Nighy, pero necesitaba saber quién iba a ser Grace antes de acercarme a él. Le dijimos que Annette sería quien interpretaría a Grace y que nos encantaría contar con él como Edward, ¡y aceptó al instante!”
Para Nighy, el mayor atractivo estaba en el conflicto que encerraba el deber de Edward para con su matrimonio y su deseo de escapar.
“Lo que me atrajo del papel de Edward era que en verdad era un buen papel; y no abundan.
“En cuanto a Edward, éste llega a la conclusión de que su matrimonio se basa en un error, y que ambos han hecho lo que han podido desde que se cometió”.
“Es el descubrimiento del ‘ser amado por ser quién uno mismo es’”–comenta William Nicholson–. “Él lleva toda la vida sintiendo que ella ha amado a alguien que no es él.”
“Bill [Nighy] me dijo al principio: ‘¿Se supone que soy el malo?’ Y yo le respondí: ‘No, no es así, aquí no hay malos. Eres un buen hombre que se ha equivocado.’”
Nighy conectó inmediatamente con Bening.
“Trabajar con Annette Bening es un gran privilegio y un placer enorme. Es una colega sólida y una compañera presente en todo momento.
“Aporta gran talento, enorme inteligencia y humanidad, además de mucho humor y una ternura maravillosa.”
Ese sentimiento era recíproco en Bening.
“Cuando supe que él estaba dispuesto a participar, sentí entusiasmo. Es generoso y atento, y siempre un buen ejemplo que seguir.”
David Thompson considera que la experiencia de juntar a Bening y Nighy aporta en pantalla una calidad especial.
“Ambos actores son muy sensibles y auténticos. No hay gesticulación. Son totalmente directos y crean un efecto emocional de una gran intensidad con un esfuerzo aparentemente mínimo.
“Creo que ambos podían percatarse de que el guión tenía muchas capas y matices y que no juzga a cada personaje.”
El tercer elemento esencial para la historia era el hijo de Grace y Edward, quien es testigo y sufre la descomposición familiar.
“Encontrar a Jamie fue mucho más difícil” –recuerda Nicholson.
“Un agente de Nueva York a quien conocía de otro proyecto me sugirió a Josh O’Connor. Me encontré con Josh y, por supuesto, supe antes de un minuto que era él, era el tipo.’”
Nada más llegar al plató, Josh se hizo con la admiración de todos por su retrato tan emocionalmente sensible e intenso de Jamie Axton.
“Es un actor consumado porque puede cambiar completamente todo su ser; es además increíblemente sensible, simpático, y transmite un cierto sentimiento de ‘humanidad entera” –comenta Nicholson.
“En cierto sentido, él es el eje de toda la película, el centro emocional de la misma, porque la cinta versa mucho acerca del impacto de cuanto hacen estos padres en este chico, Jamie.”
O’Connor no vio demasiadas similitudes entre su propia familia y la de los Axtons, pero podía concebir el impacto emocional que tendría un monumental cambio como éste en la dinámica de una familia.
“Soy de una familia en la que mis padres han estado juntos durante toda la vida, y he tenido una crianza maravillosa”.
“La trayectoria de Jamie, todo lo que se refiere a su relación con los padres, no tiene parecido con la mía. Yo me siente muy próximo a los míos, y tengo la impresión de que no es el caso de él”.
“Hay una escena en el parque en la que explica a los amigos recuerdos de los padres y comienza a llorar” –recuerda Nicholson–. “Cada vez que lo hacía decía: ‘No puedo parar, porque pienso en mis propios padres; pienso acerca de lo que ocurriría si no estuvieran allí, a ambos lados de mí.’”
La propia relación de Jamie con su padre y su madre, como individuos y como pareja, da noción del tipo de joven en que se ha convertido, algo a lo que tendrá que enfrentarse y con lo que tendrá que luchar cuando la vida de su familia se rompe.
“La relación de Jamie con su madre, Grace, es como su habitación” –opina O’Connor–. “Ella ha mantenido la habitación de su hijo como un santuario, y él existe en la vida de ella como el niño que vemos al principio”.
“Con su padre hay mucha tensión, no hay compromiso, y en cierto extraño modo eso le va bien a Jamie. No tienen necesidad de hablar; si no hablan, se hace más fácil para los demás”.
“Es posible” –añade Bill Nighy– “que Edward replique, como cierta gente, el matrimonio de sus padres; está repitiendo la relación que sus padres mantuvieron con él.”
“No sólo se trata de la sufrida madre y del hijo amable que la apoya” –nos dice William Nicholson–. “Está el hijo que descubre lo mucho que él ha fallado también.”
“Ha crecido con padres que, de hecho, no han encajado entre sí y, en tanto niño, ha percibido eso. Ha provocado que lo íntimo lo ponga nervioso, lo que le hace difícil entablar relaciones”.
“Es un hombre encantador, buen actor y una persona entregada” –opina Annette Bening de su compañero de plató Josh O’Connor.
“Es una de esas personas que está encantadoramente presente cuando trabaja, es muy receptivo. Le tengo verdadero aprecio, y a su autenticidad y sencillez”.
“Es un actor tremendo” –dice Nighy–. “Ha sido muy fácil trabajar con él, no es esclavo de ningún mito de la interpretación, es muy profesional y está preparado.”
“Es quien equilibra la ecuación entre los dos, y está bien así” –comenta Sarada McDermott, productora del film junto a Thompson.
Para Nicholson, no cabe duda sobre el futuro de O’Connor tras constatar su trabajo de cerca.
“Creo que va a ser una gran estrella. Basta con mirarlo cuando no dice nada, su reacción ante su madre o su padre. Su rostro nos lo dice todo”.
Establecido el triunvirato, contemplar la situación emocional desarrollarse aportaba una suma de interpretaciones inmensamente superior a sus particulares registros ya de por sí cargados de talento.
“He sido proveído con tres interpretaciones increíbles” –confiesa Nicholson.
“A lo largo del metraje, espero que el efecto que generen estos tres actores remarcables en la cresta de su potencial sea abrumador”.
David Thompson también se vio impresionado por cómo el peso emocional de cada escena afectaba a todos durante el rodaje, un verdadero testimonio de esas interpretaciones.
“Estos actores se han visto empujados emocionalmente al límite. En el plató reinaba gran silencio, respeto e integridad”.
HACER LA PELÍCULA...
La cinta recibió el respaldo de Screen Yorkshire, que contribuyó a las necesidades geográficas de rodaje. Los efectos positivos de ello eran evidentes para Nicholson.
“Rodamos todos los exteriores en auténticos lugares, Seaford, pero rodamos todos los interiores en Yorkshire, ya fueran la iglesia, la escuela, una oficina o la casa donde los personajes viven. Durante tres semanas, me vi en Leeds y Doncaster y alrededores rodando mi película situada en Sussex, lo que era ¡bastante extraño! Pero resultó en un beneficio tremendo.
“En torno a aquel lugar, existe toda una comunidad de técnicos que se conocen, y que resultaron ser la gente mas maravillosa. Experimenté una especie de sentimiento familiar muy intenso en esta operación Yorkshire”.
La labor de Sarada McDermott estribaba en lograr que el movimiento de toda la producción de un rodaje a unos cientos de kilómetros al norte se desarrollara tan fluidamente como se pudiera.
“La estructura de la película se estableció en tres partes desde un punto de vista logístico. Primero rodamos en Seaford, cuyos principales condicionantes eran el tiempo y cuándo se abrían las escuelas, dado que Seaford bulle entonces. Rodar en este entorno tenía sus propios entresijos, pero el tiempo nos bendijo.
“Luego nos desplazamos a Yorkshire, donde rodamos durante siete días en escenarios naturales, para a continuación seguir en estudio, que es un entorno mucho más estable. Estas escenas resultaron mucho más emocionales, por tanto fue requerible la quietud”.
La planificación previa de Nicholson junto a Valdez Hanks también fue digna de consideración al permitirles centrarse en hallar los planos que mejor mostraran la naturaleza díscola de la dinámica familiar de los Axton.
“Con un presupuesto pequeño y un programa apretado eso es exactamente lo que se necesita” –opina McDermott.
“Hay montones de planos de la familia separadamente mientras caminan por los Downs, los acantilados, combinado con planos aislados de naturaleza y planos de ellos en la casa” –añade Valdez Hanks.
“Los planos que hallamos allá a menudo eran simples planos del mar, que casi eran pintura abstracta con olas que arremetían y que corrían en paralelo a la línea del encuadre”.
Valdez Hanks también dio con otros modos de usar el entorno natural alrededor de Seaford para narrar la historia.
“Queríamos usar metáforas visuales del tiempo a partir de la naturaleza; usamos cosas como las olas y el viento para poder narrar el proceso del tiempo que avanza en la película”.
Afortunadamente para la producción, el rodaje de exteriores tuvo lugar en medio de un verano que batió récords para el Reino Unido.
“El tiempo estaba raro, afortunadamente para nosotros pues hubiera podido ser un “verano inglés”, pero disfrutamos de un sol ininterrumpido” –nos dice Bill Nighy.
“Es una costa increíble; realmente espectacular”.
Annette Bening se impresionó igualmente ante el entorno.
“El paisaje poseía cierta majestuosidad, pero el pueblo es muy modesto y pensé que aquello era una gran metáfora para la película. Hay algo muy importante en el carácter de ese lugar, el carácter del pueblo y de cómo es parte de nuestra historia.
“Muchos días, me plantaba en los acantilados, me asomaba y pensaba: ‘Éste es uno de los lugares más maravillosos en que he estado”.
A medida que el reparto iba pasando más tiempo en el plató, la comprensión y motivaciones de los respectivos personajes empezaron a desarrollarse.
“Sentía que había algo matizado y auténtico en ella” –dice Annette Bening sobre su personaje, Grace.
“Es una persona, no una idea de alguien, un ser humano real, que respira, y todo lo que viene con ello”.
Bill Nighy trató de mantener una mente abierta acerca de las motivaciones de su personaje, Edward.
“El riesgo está en empezar a enjuiciar como actor. Se hace lo que se puede para no hacer trampas, y no resolver las preguntas para el público; éste ya hace eso por sí mismo”.
Josh O’Connor disfrutó la oportunidad de actuar en presencia de tan reputada compañía.
“Para cualquier joven actor es un sueño observarlos”.
“Me tienen gran respeto. Creen en lo que hago. Nunca antes había hecho una película como ésta, en la que apareces y te sientes tan seguro porque saben exactamente lo que hacen; es una sensación agradable”.
En particular, David Thompson quedó impresionado por la rapidez con que O’Connor asumió el reto pese a su limitada experiencia cinematográfica, comparativamente hablando.
“Tiene un alcance y profundidad increíbles, altamente remarcable dado que todavía es relativamente un debutante como actor cinematográfico”.
Todo lo que quería Nicholson era hallar para cada actor su propio sentido de autenticidad en la historia, para “ser real, auténtico, y no tener que hacer nada para que sentamos algo, sino sentirlo por nosotros mismos”.
Y lo lograron.
“Creo que lo que sientes cuando miras el film es que la cámara observa, casi como un documental, gente real que atraviesa esta experiencia tan emocional” –dice David Thompson.
“Lo han vivido y respirado, ya han creado este mundo” –añade Sarada McDermott.
EL IMPACTO DE LA HISTORIA...
Aunque los temas de la separación familiar y de la confusión emocional en Regreso a Hope Gap se abordan inflexiblemente, al final emerge una brizna de esperanza.
“No es una historia desalentadora. Es una historia de tristeza pero también catártica. La gente pasa a través de experiencias muy difíciles y sale por el otro lado reforzada”.
“Es cosa difícil para un escritor hacer un drama honesto, sin enjuiciamientos o sentimentalismo” –opina Bill Nighy.
“El público puede ver a la gente en una situación muy difícil tratada con gran humanidad por el director, un relato emotivo y preciso de algo que a muchos entre el público les será próximo”.
Finalmente, la separación de Edward y Grace también lleva a una revaloración por parte de Grace de su relación con el hijo, en la que así como ha de liberar a su marido, también deberá aprender a amar a Jamie como a su propio hombre.
“Creo que lo que Grace hace con Jamie es lo que le ocurre a mucha gente inadvertidamente cuando se están separando, particularmente quien se queda” –explica Annette Bening.
“Ella no es un personaje extravagante o excéntrico; sólo es una mujer. Jamie se convierte en un modo de vincularse a su marido porque él no la verá.”
Para William Nicholson, el viaje de Jamie es algo que sintió resonaría particularmente entre el público joven.
“Cuando empezaba a escribir el guión, era la historia de la separación de un matrimonio, pero a medida que avanzaba, cambié de idea” –explica Nicholson–. “A medida que avanzaba, me daba cuenta de que, de hecho, era la película de Jamie; es la historia del hijo”.
“Pienso que las jóvenes generaciones verán el film y se sorprenderán considerablemente con nuevos pensamientos acerca de su relación con los padres, se hayan separado o no”.
David Thompson piensa lo mismo.
“Creo que lo grande del guión está en el hecho de que los jóvenes también pueden identificarse con la historia, porque se trata del impacto sobre este chico. Necesitamos a nuestros padres como faro para nuestro futuro; si no pueden serlo, y en cierto sentido abandonan, resulta bastante devastador.
Aprender a dejar ir es un camino de dos sentidos para Jamie y Grace.
“Jamie ha de cuidar a ambos padres, estar allí por ellos y ser el cuidador, lo que para él es una curva de aprendizaje” –comenta Josh O’Connor.
“Jamie dice que su padre fue el primero entre los hombres, y su madre la primera entre las mujeres. La idea de él siendo fuerte para ellos es muy poderosa para mí.”
El reflejo de las lecciones aprendidas por Jamie y Grace era un elemento clave del argumento para William Nicholson.
“Al final, ambos comprenden que deben dejar ir. Ella debe soltar el matrimonio que ha perdido de toda manera, y a su hijo; él ha de liberar a sus padres, que siempre han sido su base y lo han ayudado a lo largo de la vida a forjar su propia vida”.
“No hay final feliz, aunque es inspirador” –comenta William Nicholson acerca de lo que desea el público se lleve del film. “Creo que, en definitiva, todo gira en torno a esa cosa elusiva llamada verdad emocional. Observamos estas interpretaciones resueltamente auténticas y te das cuenta de que no se te va a mentir, ni a engañar; así es realmente como es. Así es como es la vida”.
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