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SINOPSIS
La constelación Alfa Centauri es el lugar hasta el que se dirige una expedición con la intención de encontrar formas de vida extraterrestre. Un grupo de científicos se las verán ante una serie de problemas que surgirán a lo largo de los meses que dura el viaje...
INTÉRPRETES
ZDENEK STEPÁNEK, FRANTISEK SMOLÍK, DANA MEDRICKÁ, IRENA KARCIKOVÁ, RADOVAN LUKAVSKÝ, OTTO LACKOVIC, MIROSLAV MACHÁCEK, JIRI VRSTÁLA, RUDOLF DEYL, JAROSLAV MARES, MARTIN TAPÁK, MARCELA MARTÍNKOVÁ, JOZEF ADAMOVIC
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PREMIOS Y FESTIVALES
- Festival de Cannes 2016
- Festival de Sitges 2016
- Festival de cine europeo de Sevilla 2016
- Festival Lumiere de Lyon 2016
- Festival de cine fantástico de La Coruña 2016
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INFORMACIÓN EXCLUSIVA
EN TORNO A LA PELÍCULA...
El primer cohete en poner un satélite en órbita alrededor de la Tierra, el R-7 Semiorka, fue lanzado en octubre de 1957. Ese mismo mes, el Sputnik 2 enviaba al espacio a la perra Laika y, en abril de 1961, Yuri Gagarin era el primer hombre puesto en órbita. En el contexto de la Guerra Fría, estos primeros éxitos soviéticos en la conquista del espacio fueron vividos como un auténtico fracaso por los Estados Unidos.
El Partido comunista de Checoslovaquia deseaba celebrar el éxito y, puesto que Lenin había afirmado que, de todas las artes, el cine era la más importante, decidieron poner en marcha una película grandiosa, ambiciosa y costosa en honor de la supremacía científica soviética. La elección se hizo rápidamente: se trataría de la adaptación de un libro del novelista Stanislaw Lem, uno de los pocos autores de ciencia-ficción tolerados dentro del Bloque del Este, La nube de Magallanes. Por aquel entonces, Jindřich Polák era considerado por los jerarcas de los estudios de producción de Barrandov como un artesano fiable: antiguo ayudante de Otakar Vávra en el mayor éxito cinematográfico checo de ciencia-ficción, 'Krakatit' (1948), ya había acumulado méritos suficientes como director de películas de aventuras.
Por ser un género considerado como “ joven”, la escritura del guión se le confía al joven prodigio Pavel Juráček.
Futura figura clave de la Nueva Ola checoslovaca, Juráček anota en su diario íntimo que el 26 de septiembre de 1959 es invitado a un primer encuentro para hablar del guión, que por entonces se titula El cometa de plata. Prevé que el presupuesto de la película, si es realizada de manera tan ambiciosa como parece que va a serlo, pueda alcanzar hasta los seis millones de coronas: una suma considerable para la época, teniendo en cuenta que el presupuesto medio de un largometraje en Checoslovaquia era entonces de 2 millones y medio. Se quiere asociar a Juráček con un coautor: primero se contrata al novelista Frantisek Kožík, sin duda para darle aún más prestigio al proyecto, y más tarde le toca al futuro crítico de cine Antonín J. Liehm, por entonces funcionario en el Ministerio de Asuntos Exteriores, para que sirva como garantía ideológica. Finalmente, Juráček terminará el guión con Jindřich Polák, que ya acostumbraba a reescribir los guiones de sus películas. Juntos van a Polonia para encontrarse con Stanislaw Lem, que les pide no figurar en los créditos, pues le horrorizan las adaptaciones cinematográficas de sus obras (solo hará una excepción con 'Przekladaniec', de Andrzej Wajda, en 1968, cuyo guión co-escribe él mismo). El proyecto es anunciado a la prensa en 1961 y es rebautizado con el título muy juráčekiano de “Finales de junio dentro de doscientos años”.
Al carecer de verdaderos referentes en materia de películas de ciencia-ficción, los autores del guión deben inventarlo todo partiendo de cero. El pintor y escenógrafo Zdenek Seydl colabora en el vestuario y uno de los más importantes pintores surrealistas checos, Josef Istler, concibe el diseño de las armas. El cohete principal es concebido por el hijo del principal representante del purismo arquitectónico en Bohemia, el decorador Jan Zázvorka (que ya estaba presente en Krakatit). De la nave americana se ocupa un segundo taller y es concebida por el decorador Milan Nejedlý, que acaba de trabajar en la comedia 'El hombre del siglo I', de Oldřích Lipský (1961). El diseño de vestuario es confiado a otra futura figura clave de la Nueva Ola, Ester Krumbachová, que también había destacado en 'El hombre del siglo I'. Polák puede dar rienda suelta a su perfeccionismo encarnizado: todo lo que sea fruto de la imaginación de su equipo deberá tener una base científica real y una función lógica. Al no disponer de información sobre el programa espacial americano, viaja con Zázvorka a San Petersburgo para recoger información del responsable del programa soviético. Hynek Bočan, ayudante de dirección en Ikarie XB 1, contará que, estudiando las fotos de escafandras traídas de la URSS, Krumbachová y él se preguntaron para qué podía servir la caja que se veía sobre el pecho de los cosmonautas en todas la fotografías... hasta que un experto les confesó, con el mayor de los secretos, que esas cajas no tenían ninguna función práctica y que habían sido instaladas en las escafandras soviéticas con el único objetivo de desorientar al servicio de espionaje americano.
Durante la fase de pre-producción, que duró seis meses, Polák tuvo tiempo para encontrar soluciones a menudo inéditas junto con el departamento de efectos especiales de Barrandov. Durante un tiempo, consideran la posibilidad de rodar ciertas escenas de gravedad cero en el interior de un avión a alta velocidad, pero las pruebas demuestran que sería demasiado complicado rodar secuencias largas. De ahí, la decisión de crear unas botas magnéticas cuya suela de plexiglás está en parte cubierta de pequeñas bombillas.
Para la secuencia con los cadáveres de los americanos, los maquilladores deciden finalmente utilizar ojos de cristal que lijan de tal manera que no queden más que unas lentillas fáciles de pegar sobre las pupilas de los figurantes.
El proceso es tan complicado que durante el rodaje es imposible quitar las prótesis y hay ayudantes que deben acompañar a los figurantes ciegos al comedor y al baño... El reparto reúne a varias de las grandes estrellas de la época: Zdeněk Štěpánek y František Smolík forman parte de los pioneros del cine checo, Dana Medřická es una estrella desde principios de los años cuarenta, Radovan Lukavský es uno de los más brillantes actores de teatro de la época...
Curiosamente, el único checo de la tripulación, Michal, es interpretado por un actor eslovaco, Otto Lačkovič. La elección de los figurantes también se lleva a cabo con un cuidado excepcional: se trata en particular de modelos, pero también de personas elegidas en la calle por su físico notable. Durante el rodaje, el título de la película cambia varias veces: “Ikarie, vuelve”, “El sol saldrá en quince años”, “Planeta esperanza”... hasta optar definitivamente por Ikarie XB1. Se ruedan también varias secuencias en el interior de la antena televisiva Cukrák. Último cambio importante: durante la postproducción, el compositor Evžen Illín, colaborador habitual de Polák, es sustituido por Zdeněk Liška, coronado con múltiples éxitos internacionales por su concepción novedosa de partituras a mitad de camino entre la música y el sound design, creadas para las películas de Karel Zeman.
La película se estrena el 26 de julio de 1963 y no encuentra su público. Sólo, poco a poco, se convertirá en una auténtica película de culto, hasta el punto de dar nombre a la más importante revista de ciencia ficción tras la Revolución de Terciopelo, rebautizada XB 1 a partir de 2010. Sin embargo, esta acogida más bien tibia no carece de interés y se puede interpretar como un paradójico logro artístico, siempre y cuando recordemos que la película debía servir como herramienta de propaganda. De hecho, la dimensión ideológica no está del todo ausente y proviene del libro de Lem: el futuro es evidentemente descrito como una sociedad socialista ideal, sin capitalistas, sin propiedad privada, el jefe de la tripulación es un ruso, los malvados son unos americanos ricos y corruptos... Que la crítica no haya pensado en señalar ninguno de esos aspectos sino que, desde el primer momento, haya tratado a la película como una verdadera obra, aunque imperfecta, es revelador.
En el extranjero, en cambio, el éxito es inmediato. El Financial Times designa la película como la obra de ciencia-ficción más importante desde el final de la guerra.
En un registro más anecdótico, cuando Ikarie XB 1 gana el gran premio del Festival de Trieste (ex-aequo con La jetée, de Chris Marker), Umberto Eco, por entonces joven crítico en el Corriere della sera, escribe: “En Ikarie XB 1, somos testigos del más verosímil twist del futuro, bailado por los cosmonautas en el salón de un cohete espacial...” La película es vendida a cuarenta y dos países, entre ellos Estados Unidos, donde es distribuida por American International Pictures. Para la distribución americana Sam Arkoff, como es su costumbre, remonta la película, cambia los diálogos y llega hasta a cambiar el nombre de los autores, Jindřich Polák se convierte en Jack Pollack, Pavel Juráček en Paul Jurist, Ester Kumbrachová en Esther Smith, Zdeněk Liška en Danny List...
Desde '2001: una odisea del espacio', hasta 'Alien', o incluso 'Interstellar', la influencia de 'Ikarie XB 1' en el cine de cienciaficción ha sido considerable. Cuando Gene Roddenberry le propuso su concepto de “convoy espacial” a los dirigentes de la Paramount para la serie 'Star Trek' tenía en mente dos películas: 'Planeta prohibido' e 'Ikarie XB 1', pensando en la segunda sobre todo por la idea de un equipo de personas de edades, sexos y nacionalidades diversos que trabajan juntos en perfecta armonía. Anthony Frewin, que fue durante mucho tiempo el ayudante de Stanley Kubrick, confirmó que entre todas las películas de ciencia-ficción que el cineasta veía para preparar '2001' figuraba 'Ikarie XB 1'. Encontramos en ella los trajes espaciales, las luces interiores, los pasillos hexagonales, las llamadas por vídeo a los familiares, la atención a los detalles no narrativos, como el descanso durante el viaje, y el tema principal de la búsqueda de una inteligencia extraterrestre.