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SINOPSIS
Un panadero y su esposa desean formar una familia pero una bruja les ha echado una maldición...
INTÉRPRETES
ANNA KENDRICK, DAVID HUTTLESTONE, JAMES CORDEN, MERYL STREEP, EMILY BLUNT, CHRISTINE BARANSKI, TAMMY BLANCHARD, LUCY PUNCH, TRACEY ULLMAN, LILLA CRAWFORD, JOANNA RIDING, JOHNNY DEPP, CHRIS PINE, RICHARD GLOVER, FRANCES DE LA TOUR
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Hace 12 años, después del éxito de la adaptación a la gran pantalla del musical "Chicago", el director Rob Marshall se reunió con Stephen Sondheim y le comunicó que estaba interesado en dirigir una versión cinematográfica de una de las legendarias producciones teatrales del compositor. La favorita de la lista de Sondheim era “Into the Woods”, uno de sus trabajos más aclamados y conmovedores. Además estaba convencido que encajaba a la perfección con Marshall.
Marshall y John DeLuca, su socio de producción, se convirtieron en fans del famoso musical de Sondheim y James Lapine desde que se estrenó en Broadway en el Martin Beck Theatre en 1987. Al describir la obra, Marshall afirma: "La historia entrelaza perfectamente la partitura emotiva, divertida y brillante de Sondheim con el intrincado y magistral libreto de Lapine, que es una versión moderna de varios entrañables cuentos de hadas, y es entretenido, además de abordar temas complejos como las consecuencias de los deseos, de las relaciones entre padre e hijo, la codicia, la ambición, la pérdida y quizás lo más importante, el amor incondicional y el poder del espíritu humano”.
Después, en 2011, en el décimo aniversario de los ataques del 11 de septiembre, Marshall escuchó alresidente Obama dirigirse a las familias de las víctimas. Obama intentaba consolarlas y dijo: "No estáis solos... Nadie está solo”. La frase “Nadie está solo”, que también es una de las canciones más conmovedoras y memorables de “Into the Woods”, causó un gran impacto en Marshall, y en ese momento supo que había llegado la hora de llevar el entrañable musical a la gran pantalla.
“Creo que en muchos sentidos ‘Into the Woods’ es un cuento de hadas del siglo XXI, de la generación posterior al 11 de septiembre”, dice Marshall.
Marshall y DeLuca llevaron su apasionado proyecto a Disney, y supieron inmediatamente que habían encontrado la compañía perfecta para hacer realidad el musical. “Nos impactó la forma en la que la compañía acogió el proyecto”, dice Marshall.
Así que después de 27 años, el muy esperado clásico se puso en marcha para iniciar su andadura. “El Bosque de nuestra historia representa un concepto universal y puede significar muchísimas cosas”, dice Marshall.
Cuando Stephen Sondheim y James Lapine se reunieron por primera vez para hablar de “Into the Woods”, su intención era crear un musical provocativo basado en un mundo de fantasía en el que los personajes se embarcaban en una búsqueda. El dúo, que ya había colaborado en el musical ganador del Pulitzer “Sunday in the Park with George”, empezó con algunos cuentos de hadas tradicionales, combinándolos con una historia nueva sobre un Panadero y su Mujer. El resultado final es una historia entrañable con temas actuales que se narran a través de personajes clásicos como Cenicienta, Jack y las judías mágicas, Rapunzel y Caperucita Roja. Todos ellos exploran juntos lo que ocurre después de "fueron felices y comieron perdices”.
Los cuentos de hadas se remontan a los primeros tiempos de la narrativa y desde entonces se han transmitido de generación en generación. Aunque a primera vista sólo parecen una manera de entretener a los niños, también conforman una herramienta educativa y emocional muy importante ya que ofrecen una visión de la aventura de la humanidad. Meryl Streep se hace eco de esta filosofía y afirma: "Al principio, los cuentos de hadas servían de advertencia. Se contaban a los niños para prevenirles de los peligros que encontrarían en la vida y para animar a las jóvenes a casarse con hombres ricos. Se animaba a todo el mundo a encontrar un príncipe y vivir felices para siempre. Pero a veces no salía bien”.
Situar los cuentos de hadas en un escenario realista, que era uno de los primeros objetivos de Sondheim y Lapine, fue uno de los aspectos que más atrajo a los actores. Sondheim añade: "James Lapine hizo algo con la historia de 'Cenicienta' que nadie había hecho en 500 años. Hace que pierda el zapato a propósito, lo que es muy ingenioso porque así es la forma de saber si el Príncipe la quiere de verdad”.
“Into the Woods” se estrenó en Broadway el 5 de noviembre de 1987 en el Martin Beck Theatre. La producción, que puso en cartel 764 funciones, ganó los Premios Tony® a la Mejor Partitura (Stephen Sondheim), al Mejor Libreto de un Musical (James Lapine) y a la Mejor Actriz de un Musical (Joanna Gleason en el papel de la Mujer del Panadero). Entre otros premios, el musical recibió cinco Drama Desk, incluyendo al Mejor Musical y un Premio GRAMMY® a la Mejor Grabación del Reparto Original. Desde entonces, “Into the Woods” se ha representado en todo el mundo, incluyendo una gira por Estados Unidos en 1988, una producción en el West End en 1990 y reposiciones en Broadway y Londres, además de una producción televisiva de PBS y un concierto en su décimo aniversario.
Crear una obra teatral tan compleja como "Into the Woods" fue una tarea tremendamente ardua. Sondheim lo explica así: "Te sientas a hablar sobre el espectáculo con quien lleva muchas semanas escribiendo el guión, y decides cómo se va a contar la historia. Lo más importante es que los dos tenéis que escribir el mismo espectáculo. Tus actitudes sobre la historia y sobre los personajes necesitan ser las mismas”.
Durante el proceso de desarrollo, Sondheim y Lapine hablaron mucho sobre cuál debía ser el mensaje central, pero no tardaron en darse cuenta de que podía haber múltiples mensajes.
Para Sondheim, la historia trata el tema de la responsabilidad de la comunidad. Al principio de la historia los personajes sólo piensan en sí mismos y el resultado es un desastre. Pero a medida que la historia avanza todo el mundo comprende que debe unirse para formar una comunidad y corregir sus errores, y para Sondheim, ese mensaje es universal. Para Lapine, está el hecho de que lo bueno y lo bonito no siempre van juntos, y hay que tener cuidado con lo que se desea.
“No pensamos con detenimiento en lo que queremos... Sabemos que queremos X, Y y Z, pero no pensamos en por qué lo queremos y cómo van a cambiar nuestras vidas si logramos conseguir esas cosas”, dice Lapine. “La historia habla sobre las consecuencias de nuestros actos, por muy pequeños que sean”.
A partir de ese momento, el tema de discusión fue si la historia debía ser un musical o no. Algunas historias no exigen necesariamente música, y para Sondheim, todas las canciones tienen que ser imprescindibles. Y en muchos musicales, las canciones permiten al público conocer a los personajes. Lapine lo explica: "Para Stephen es muy importante que su música y las letras se conjuguen con los diálogos y la historia que se cuente. Tiene una capacidad extraordinaria para meterse dentro de la cabeza de los personajes y hablar a través de sus voces; apropiarse de los diálogos y los monólogos y convertirlos en canciones”.
La combinación infalible de las canciones de Sondheim con la historia de Lapine es una de las razones del éxito del musical a través de los años. Así que cuando se empezó a hablar de llevar el musical al cine, para los realizadores era muy importante mantener esa colaboración. Por eso recurrieron a Lapine para adaptar su historia a la gran pantalla. El productor John DeLuca afirma: "La voz de Stephen Sondheim está tan inextricablemente unida a la palabra de James Lapine que sabíamos que le necesitábamos para crear la película. Y se incorporó al proyecto con la actitud más abierta que jamás he visto en un guionista”.
Desde que “Into the Woods” debutó en los escenarios teatrales, todo el mundo esperaba que algún día se convirtiera en una película. Pero se necesitaba a un director experimentado como Rob Marshall para conjuntar todos esos elementos tan complejos y complicados en una película musical y saber trasladar la historia a la gran pantalla. Según James Corden: "Esto es una obra coral y cada historia de los personajes tiene un inicio, un desarrollo y un final. Hay que crear un entorno mágico, de fantasía que también es un maravilloso y enorme musical. Así que necesitas tener un talento especial para fundir esos mundos”.
Stephen Sondheim afirma: "Rob Marshall tiene un background teatral, y eso es muy importante. También es coreógrafo lo que también es crucial ya que este tipo de música necesita un director que sepa cómo funcionan los números de un musical”. Marshall, que siempre había admirado la producción teatral original, se enamoró inmediatamente del proyecto. “Siempre me ha gustado esta obra, desde que la puso en escena la compañía original en 1987”, dice.
Cuando el productor Marc Platt leyó las primeras 20 páginas del guión de Lapine para “Into the Woods”, fue fácil visualizarlo cinematográficamente, y la forma en la que Rob Marshall lo filmó superó sus expectativas. Lo explica así: "El prólogo tiene una duración de unos 16 minutos. Sólo hay música pero aun así consigue que el público conozca a todos los personajes, sus conflictos que se verán en la película. Empieza con gente viviendo su vida cotidiana en el pueblo y termina con los protagonistas dirigiéndose ‘Into the Woods,’ para emprender su aventura. Rob has construido una aventura cinematográfica perfecta”.
Cuando los realizadores empezaron a hablar sobre dónde iban a rodar la película, llegaron a la conclusión que la historia bien conservada de Inglaterra y su maravillosa energía constituían el lugar perfecto para crear un mundo en el que los personajes de cuentos de hadas cobran vida. Además la abundante vegetación del país, los paisajes pintorescos, los castillos y las mansiones ofrecían un sinfín de posibilidades. Y Rob Marshall tuvo la impresión de que había que rodar lo más posible en las localizaciones.
En la historia, el Bosque es casi un personaje. Según Marshall, es la metáfora de muchas cosas de la vida: Es el lugar a donde vas a encontrar tus sueños, donde se cumplen tus deseos, donde te enfrentas a tus miedos, te pierdes, te encuentras a ti mismo, creces, aprendes y avanzas.
El rodaje comenzó en las profundidades de un antiguo bosque de Ashridge Estate a la afueras de Berkhamsted, en septiembre de 2013. El bosque, que es una de las zonas de vida salvaje más antiguas e históricas de la región, se utilizó como escenario de la canción “Giants in the Sky”.
El pueblo de Hambleden, cerca de Henley on Thames, sirvió para reproducir el pueblo del Panadero situado en la linde del Bosque.
Hace tiempo que Hambleden es una localización que gusta mucho a los realizadores que han acudido en masa al pueblo de Oxfordshire para filmar sus calles históricas y encantadoras.
Tal y como indica el título de la película, gran parte de la historia se desarrolla en el Bosque. Por esa razón el departamento de localizaciones pasó muchísimas horas recorriendo el campo inglés en busca de un gran abanico de exteriores en bosques. Afortunadamente, encontraron Windsor Great Park, en la frontera de Berkshire y Surrey, y pudieron aprovechar los cientos de acres de bosque que tiene el parque.
Para el diseñador de producción Dennis Gassner, “Into the Woods" encerraba dos retos. Primero había que fundir muchos cuentos de hadas y convertirlos en uno solo y en segundo lugar había que encontrar algo fresco y original que despertara el interés del público. Gassner se inspiró en el trabajo de Arthur Rackham, el aclamado ilustrador de libros inglés. Utilizó su estilo como punto de partida para elaborar sus diseños,
Al hablar de su proceso creativo, afirma: "Mi trabajo es reforzar la historia con imaginería en cada escenario. Tengo que acertar con la filosofía de vida de los personajes y lo que desean y después encontrar la mejor forma de comunicar con el resto de los departamentos creativos. ‘Into the Woods’ trata sobre lo que más se desea en la vida. Luego los personajes descubren que el viaje que emprenden para conseguirlo es lo más importante y aprender a disfrutar de ese viaje”.
Una buena parte de la película se rodó en localizaciones físicas, pero también se filmó mucho en los estudios. Eso hizo que los realizadores tuvieran que adaptar constantemente ciertos elementos ya que había que modificar los platós para que coincidieran con que habían visto en las localizaciones.
La logística de rodar en localizaciones de Inglaterra en otoño exigió un planning muy meticuloso ya que los realizadores disponían de una ventana de tiempo reducida para rodar antes de que llegara el invierno. Como resultado, todo el trabajo en las localizaciones se programó para el inicio del plan de rodaje, cuando todavía había hojas en los árboles. El set del Bosque, que es la pieza central de la película, se construyó en el Plató H de los Estudios Shepperton a las afueras de Londres, cuyos platós han acogido películas que van de "Alien" y "Blade Runner" a la saga de "Harry Potter". Los realizadores querían que la película tuviera un aspecto muy elaborado, pero con una textura y una sensación de algo real. Dice el productor Marc Platt, "La destreza del equipo de Dennis es extraordinaria. Han construido unos árboles imponentes y han reproducido hasta el último detalle la profundidad y el ambiente de un bosque de verdad".
Para la diseñadora de vestuario Colleen Atwood, la oportunidad de diseñar el vestuario de todos estos personajes de cuentos de hadas diferentes era impagable. Y el hecho de que “Into the Woods” fuera la cuarta colaboración de Atwood con el director Rob Marshall, fue la guinda del pastel. Atwood lo explica así: "Conecté con Rob desde que nos conocimos y desde entonces hemos desarrollado un sistema de trabajo fantástico. Rob se implica en el proceso de diseño pero al mismo tiempo no impone lo que quiere”.
La inspiración de todos los diseños de Atwood para "Into the Woods" y muchos de los trajes de los personajes incluían de alguna manera la textura de la madera. Por ejemplo, el traje de Bruja que lleva Meryl Streep, se hizo con diminutos trozos de cuero que se cosieron a la gasa y después combinado con cuero que parecía una corteza agrietada. Después, esas piezas se montaron en red para facilitar los movimientos de su personaje.
Con un proyecto de este tamaño y envergadura, la peluquería y el maquillaje eran muy importantes para la producción. Y para el diseñador de peluquería y maquillaje Peter Swords King esto significaba trabajar estrechamente con Colleen Atwood y su departamento de vestuario. Lo explica así: "Mi trabajo empieza cuando Colleen ha hecho todo el vestuario. Así veo qué estilo ha escogido. Es un trabajo de equipo, pero quiero asegurarme que no tenemos trajes del siglo XVIII con peinados del XIX”. Lo mismo que con Atwood, le encantó crear looks basándose en diferentes épocas, debido a los elementos de los cuentos de hadas. “En realidad se trata de una película de época con un estilo muy contemporáneo”, dice Swords King, "Así que dispuse de bastante libertad para hacer lo que mejor encajaba con cada personaje individual”. Continúa diciendo: "Es un musical de Sondheim que tiene música muy moderna. Eso te da una fantástica libertad de acción para jugar con los looks”.
Una de las ventajas de llevar una historia como "Into the Woods" a la gran pantalla es poder crear un mundo en el que vivan los personajes. Cuando los realizadores necesitan superar los confines de los platós físicos, es cuando interviene el Matt Johnson, el supervisor de efectos visuales. “Mi papel es añadir efectos a la película sin que el público se dé cuenta”, dice Johnson, entre cuyos créditos está “La brújula dorada”, que recibió un Oscar® a los Mejores Efectos Visuales. En “Into the Woods”, estos efectos incluían muchos elementos clásicos de los cuentos de hadas que son clave para la historia, como una vaina de judías generada por ordenador que se alza hasta el cielo, un gigante de 18 metros pisoteando el bosque, la transformación del traje harapiento de Cenicienta en un vestido nuevo y deslumbrante y el remolino que gira alrededor de la Bruja cada vez que aparece y desaparece (algo que los realizadores denominaron con cariño “Meryl Magic”). Aunque los efectos se generaron por ordenador, parecen muy reales porque Johnson y su equipo comprendieron cómo debían funcionar y sólo utilizaron los efectos cuando eran absolutamente imprescindibles.
El estilo de efectos generados por ordenador fue una mezcla de efectos físicos a la antigua usanza y tecnología punto en el campo de los efectos visuales. Johnson lo explica: "A Rob le gustan mucho las películas clásicas, así que aportamos algunos de sus elementos. Por ejemplo, muchos realizadores hubieran querido que el Gigante fuera una criatura generada por ordenador, pero Rob quiso que lo hiciera una actriz (Frances De La Tour) de forma que la interpretación fuera completamente humana”.
GALERÍA DE FOTOS
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