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INFORMACIÓN
Titulo original: Informe General II. El Nuevo Rapto De Europa
Año Producción: 2015
Nacionalidad: España
Duración: 126 Minutos
Calificación: No recomendada para menores de 12 años
Género: Documental
Director: Pere Portabella
Guión: Pere Portabella
Fotografía: Elisabet Prandi
Música: No tiene
FECHAS DE ESTRENO
España: 5 Febrero 2016
DISTRIBUCIÓN EN ESPAÑA
Films 59

SINOPSIS

Documental que trata sobre las dimensiones políticas, económicas y sociales de la cultura de hoy en día. En resumidas cuentas, nos lleva por el sendero de una serie de cuestiones que están a la orden del día y que son de dominio público. Secuela de una película rodada por Pere Portabella en 1976...

INTÉRPRETES

Documental con ITZIAR GONZÁLEZ, ADA COLAU, ZDENKA BADOVINAC, JESÚS CARRILLO

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Informacion exclusivaINFORMACIÓN EXCLUSIVA

   “Informe general II. El nuevo rapto de Europa” se compone fundamentalmente de tres tipos de imágenes. En primer lugar, la cámara de Portabella filma el funcionamiento y las estructuras internas de la institución museográfica y su entorno. En segundo lugar, filma personas que se expresan dialogando en diferentes escenarios. En tercer lugar, se apropia de imágenes fimadas por otros, que documentan movilizaciones sociales y actividades políticas ciudadanas recientes.
  Mediante esta reunión de tres tipos de imágenes, Portabella orquesta una composición compleja que facilita tres niveles de observación sucesivos. Al inicio, la mirada del cineasta acompaña al espectador en el análisis de las estructuras institucionales y las actividades museográficas, así como los escenarios urbanos contemporáneos, donde tienen lugar acontecimientos sociales y políticos recientes. En definitiva, la película comienza invitando a observar el museo y la ciudad. En segundo lugar, la cámara facilita participar del diálogo entre personas: intelectuales, científicos, activistas sociales o militantes políticos. En tercer lugar, la película nos muestra cómo otros se relatan y se representan a sí mismos y a los acontecimientos políticos mediante las imágenes. Ése es el motivo por el que se hace uso de materiales registrados por otros: imágenes grabadas con teléfonos móviles, vídeos sobre las movilizaciones ciudadanas realizados por sus protagonistas o noticiarios televisivos.
  Sin embargo, la película se sitúa en las antípodas del reportaje cinematográfico. El cine de Portabella se ha caracterizado siempre por hacer un uso sobrio, contenido y elegante de todas las herramientas expresivas del cine. “Informe general II” no es un mero reportaje sobre la crisis o la situación política actual. Es un trabajo que interviene activamente mediante la puesta en escena y el montaje. Rechaza el tópico formato de entrevistas, disponiendo a los personajes en escenarios diversos, siempre mediante una puesta en escena: ascendiendo a las alturas del museo, debatiendo en las salas de exposiciones, dialogando sentados en círculo en los espacios habituales de trabajo de la organización política o conversando mientras se toma un café junto a las plazas donde tienen lugar habitualmente movilizaciones. En tales situaciones dispuestas por Portabella, los invitados a hablar lo hacen con total libertad, sin un guion prefijado. La cámara nunca se mantiene estática: circula acompasadamente con los personajes. Se produce así un efecto de fluidez. La cámara es testigo de cómo el diálogo evoluciona libremente en tiempo real. Al mismo tiempo, la propia cámara se acompasa elegantemente con el movimiento de los cuerpos o de la palabra.

  En este sentido, Portabella 'documenta' situaciones reales de conversación de la misma manera que habitualmente filma escenas de ficción: el uso de la steadicam permite movimientos de cámara suaves y nunca bruscos, favoreciendo una especie de mirada fluida, que acompaña o atraviesa el movimiento o el diálogo de los personajes, sean estos indistintamente ficcionales o reales.
  De esta manera, incluso cuando sus películas tratan de la realidad contemporánea, el cine de Portabella es enérgicamente 'antinaturalista': las herramientas del cine no se ocultan, pretendiendo reflejar objetivamente la realidad. Por el contrario, los recursos del lenguaje cinematográfico se subrayan, de tal forma que la película constituye otra forma de intervenir en los procesos sociales.
  Por su parte, el montaje busca operar de manera eficaz y sintética, haciendo dialogar los acontecimientos entre sí a través de diferentes tipologías de imágenes que los documentan.
  Portabella opera mediante un uso del guion cinematográfico radicalmente distinto del habitual cine de ficción. Y aunque el proceso de “Informe general II” permanece abierto a los acontecimientos durante el periodo de !filmación, no funciona tampoco como el proceso de un documental al uso, persiguiendo la noticia o los acontecimientos. Portabella se ha referido habitualmente a cómo inicia la conceptualización de una película en una situación semejante a la de un pintor frente a un lienzo en blanco. Al igual que en otros trabajos anteriores, el origen de “Informe general II” es un sencillo diagrama, que dispone sobre el papel una serie de elementos. En este caso, se partió de la filmación del encuentro con actividades en el Museo Reina Sofía, y se empezó por pensar su relación con dos acontecimientos aparentemente ajenos: la Vía Catalana del 11 de septiembre de 2013 y la noche electoral del 24 de mayo de 2014.
  Un guion de Portabella funciona desplegando así un sistema de relaciones entre elementos aparentemente desconectados. El dibujo de un diagrama de relaciones inicial se desarrolla de esta forma modificándose de acuerdo a un proceso abierto, en el que se van incorporando nuevos datos o acontecimientos. El cine de Portabella es así todavía un representante característico de la forma en que operaba el cine moderno europeo. La película no se organiza en base a un relato literario o teatral. El armazón “argumental” es mínimo y las anécdotas son descartadas. Los guiones de Portabella no comprenden ninguna retórica anecdótica ni filma jamás meros planos de recurso. El guion es más Ariadna Trillas y Daniel Raventós bien el dibujo de un diagrama despojado de elementos superfluos.
  El resultado es así siempre una película organizada mediante una consecución de secuencias semiautónomas, en muchos casos dotadas de un sentido propio, pero al mismo tiempo indisociables de un todo articulado. La relación entre los elementos que constituyen la película no se corresponde con la linealidad de un argumento literario. En las películas de Portabella, los vínculos entre las partes responden más bien a resonancias internas de carácter temático, formal o expresivo.

  En términos temáticos, la película unifica sus partes en base a conceptos como “ocupación” y poniendo en el centro el protagonismo de las personas comunes en la acción política. En lo que se refiere a sus aspectos formales, la película discurre armoniosamente mediante la fluidez con que son filmadas las conversaciones, en las que resuenan los flujos internos de las marchas y la movilidad de las marchas multitudinarias. También en las puestas en escena donde conversan personajes invitados, resuenan los grupos de trabajo político en el museo o en las plazas. En términos expresivos, el trabajo artístico con las formas y los lenguajes, tiene su correlato en la manera en que la película muestra cómo las manifestaciones, las marchas y las acampadas constituyen grandes performances, cuyas formas expresivas son la manera en que se transmite una actividad política.
  Todo ello hace de las películas de Portabella artefactos “extraños”, en el sentido en que el clásico teatro de Bertolt Brecht producía efectos de “extrañamiento” en el espectador, quien ha de acometer la tarea de construir el sentido de esa articulación de elementos que constituye la película.

  Al mismo tiempo, el cine de Portabella atrapa el pensamiento mediante la riqueza expresiva que permite el lenguaje cinematográfico: la belleza de las imágenes filmadas o la capacidad hipnótica de los movimientos de cámara son indisociables de la activación crítica del espectador. Esto resulta de especial importancia en una película como “Informe general II”, que no recurre ni a la voz en off, ni a los rótulos informativos, ni a otras retóricas habituales del reportaje televisivo o de cierto cine documental clásico. La potencia expresiva de las imágenes y la riqueza de relaciones entre las imágenes y la palabra, son los materiales fundamentales que se ofrecen al espectador para poder reflexionar sobre las crisis actuales y las transformaciones sociales en curso.


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