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   Según palabras de los productores Lina Badenes y Gonzalo de Santiago: “ha sido un desafío muy bonito y complejo rodar KEPLER SEXTO B, un largometraje que trata sobre un Quijote espacial, que construye su propia nave (espacial) con sus manos. Una auténtica obra de arte que crea el personaje de Jonás, interpretado por Karra Elejalde, que será guiado por una niña muy especial Zai, interpretada por Daniela Pezzotti. Hemos contado con un equipo muy talentoso que nos ha ayudado a crear e imaginar el mundo de Kepler Sexto B y a contar esta historia tan bella y original."
  Bajo un trasfondo de realidades complejas, el director propone un canto a la vida, a la amistad y, sobre todo, a la esperanza, que describe como “un viaje espacial surrealista, cómico, emocional y agridulce que trata de despegar de una realidad cruda y desgarradora hacia una propuesta vitalista y optimista donde la vida, a pesar de todas las dificultades, siempre merece la pena ser vivida”.
  Karra Elejalde confiesa haberse sentido cautivado por el emotivo y original guion y por el reto interpretativo que supone para él un personaje como Jonás, quien vive entre la lucidez y la locura.
  La Comunidad Valenciana es el escenario de esta película cuyo rodaje se ha desarrollado en localizaciones de Castellón, Vall d'Uxo, Valencia y Torrente.

NOTAS DEL DIRECTOR...
   Nací rodeado de celuloide. Antes incluso de tener uso de razón ya estaba gateando por el set de las películas de Súper 8mm que mi padre se dedicaba a filmar con amigos en su tiempo libre. Aquellas películas eran especiales, súper imaginativas, hechas con lo que se encontraban y podían reutilizar, ya fuese una nave espacial en la cocina, o un submarino en el comedor.
  Eran películas de personajes atípicos, locos y entrañables que desafiaban las reglas de lo cotidiano. Tal vez por mi infancia, siempre me han atraído las historias de personajes que crean mundos surrealistas en su imaginación, personajes que rompen las convenciones de la realidad.
  En 2008 llegó la crisis y con ella miles de afectados por pérdidas de empleo, hipotecas impagadas, desahucios, abandono social… la crisis dejó una profunda herida social que nos ha marcado a todos. Una herida que sin duda sigue sangrando, cosa que queda patente tras la reciente pandemia. Esto me marca profundamente y se convierte en el motor fundamental de mi primera película.
  KEPLER SEXTO B es una fábula social de ciencia-ficción que une mis pasiones con mis preocupaciones. Es un viaje espacial surrealista, cómico, emotivo y agridulce que trata de despegar de una realidad social cruda, pero a la vez esperanzadora. Es esencialmente una historia humana sobre la importancia del vínculo familiar, ya sea biológico o creado, para poder sobrellevar los avatares de la vida.
  La historia está a medio camino entre el cine de ciencia-ficción americano y el cine de autor europeo, mezclando estilos y géneros, jugando con referencias consideradas clásicas, pero sin perder de vista la solidez dramática de su historia, la psicología y el arco de sus protagonistas. Dos personajes aparentemente opuestos, en edad y en universos. JONÁS es un viejo en sus últimas que ha perdido la cabeza y ZAI, una niña inteligente, con mucha imaginación y sensibilidad a la que la vida le ha negado la infancia y el privilegio de tener una familia. Este casual encuentro se convierte en una peculiar relación en la que ambos se embarcan en una misión de rescate mutuo a través del mundo imaginario de Jonás. KEPLER SEXTO B es una especie de Quijote en el espacio.

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