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SINOPSIS
Una pareja se ve envuelta en una trama de espionaje internacional cuando descubren que sus nuevos vecinos son espías del Gobierno...
INTÉRPRETES
GAL GADOT, ISLA FISHER, JO HAMM, ZACH GALIFIANAKIS, MARIBETH MONROE, MING ZHAO, INDER KUMAR, CULLEN MOSS, AMY PARRISH, ARI SHAFFIR, DARIN COOPER
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LOS ATRACTIVOS DE UNA CALLE CORTADA AL TRÁFICO...
El guionista Michael LeSieur encontró la inspiración para este filme en la idílica vida de unos amigos suyos que viven en las afueras, en una calle sin salida, cortada al tráfico en un sentido. “La ubicación era similar a la de LAS APARIENCIAS ENGAÑAN, y mis amigos no podían haber estado más felices de vivir allí”, dice LeSieur. “Parecía como si hubieran descubierto el paraíso. Resulta entrañable y extraordinariamente divertido el hecho de que la gente pueda encontrar tanta felicidad en algo tan simple.”
A LeSieur también le parecía curiosa la idea de un matrimonio formado por superespías —como el propuesto en la película Sr. y Sra. Smith— y un matrimonio de lo más normal al que imaginó viviendo enfrente de esa pareja tan reservada.
“Yo me preguntaba, ¿Qué pensarían un marido y una mujer convencionales sobre toda la locura que acontece en el hogar de los espías? Desde la perspectiva de los vecinos, existe otra película. Empecé a pensar en eso y lo combiné con algunos aspectos de las vidas de esos amigos míos que viven en su adorada calle cortada”.
El director Greg Mottola, entre cuyos filmes anteriores destacan la exitosa comedia 'Supersalidos' y la aclamada película 'Adventureland', animó también a esa yuxtaposición, advirtiendo al mismo tiempo que el guión de LeSieur evocaba a un clásico de la comedia como El apartamento, dirigida por Billy Wilder en 1960, así como al drama romántico de 1945 'Breve encuentro', del director David Lean. Tal y como Mottola señala, “Wilder coescribió El apartamento después de ver Breve encuentro, que describe una historia de amor entre un hombre y una mujer casados, pero no entre sí, que utilizan el apartamento de un amigo para sus relaciones. Wilder vio esa película y reflexionó en particular sobre el tipo que presta su apartamento a personas que mantienen relaciones ilícitas. Me pareció que era una forma divertida de contar una historia”.
En opinión de Mottola, el otro gran atractivo de la historia radica en el estilo y el enfoque que LeSieur le proporciona. “Me gusta mucho la manera de escribir de Mike. No se ocupa únicamente de crear chistes y diálogos ingeniosos; Mike, además, compone unos personajes muy reales y tiene un cáustico y en ocasiones absurdo sentido del humor. El filme LAS APARIENCIAS ENGAÑAN tiene una personalidad propia. Se trata de una comedia basada en los personajes pero disfrazada de cine con afán recaudatorio (la llamada fórmula high-concept), y ése es el tipo de historia que a mí más me gusta”.
Antes incluso de que Mottola se embarcara en el proyecto, LeSieur había presentado con éxito su guión a los productores Laurie Macdonald y Walter F. Parkes, responsables de producciones tales como Gladiator, Minority Report y las películas de la saga Men in Black. “Creo que la reacción de Walter respondió al contraste entre esa típica pareja de urbanización, que vive una vida aburrida, y esa fantástica, sofisticada y cosmopolita pareja que se traslada a un barrio al que parece no pertenecer”, dice el guionista. “La mujer sospecha de sus nuevos vecinos, pero el marido está encantado de tener a unas personas tan interesantes viviendo cerca. Ésa es una premisa muy valiosa”.
Parkes y Macdonald añaden que también apoyaron la idea de que los miembros de la pareja convencional, señala Parkes, “quisieran desesperadamente hacerse amigos de sus vecinos. Esta conexión proporciona una reconocible base emocional para una comedia high-concept; y el filme no trataba de que simplemente funcionara el chiste fácil”.
Mientras que el oro de la comedia se extrae del abismo que separa los estilos de vida, conductas y profesiones de las dos parejas, en realidad hay algo muy importante que ambas tienen en común: los Gaffney descubren finalmente que los Jones, a pesar de su imagen perfecta, comparten el mismo tipo de problemas endémicos que hay en su matrimonio; al igual que prácticamente en todos.
CONOCE A LOS GAFFNEY...
Jeff Gaffney es uno de esos tipos, dice Zach Galifiankis, que “pone buena cara ante todos y todo, por lo tanto resulta muy divertido ver cómo le cambia cuando tiene que enfrentarse a un peligro real. Me encantó interpretar a un personaje cuya verdadera personalidad empieza a salir a la luz, gracias a unos espías de los que se ha hecho amigo”.
Jeff ve incluso el lado positivo a su puesto de mando intermedio en el departamento de Recursos Humanos, trabajo que podría decirse es uno de los menos respetados dentro de la actual cultura corporativa. “Está claro que Jeff es bueno haciendo lo que hace en lo que mucha gente describiría como un puesto de lo menos deseable”, dice Galifiankis. “Pero él lo enfoca como si fuera el trabajo para el que ha sido elegido”.
Jeff posee incluso una profundamente condescendiente “cara de Recursos Humanos”, una imagen de él pensando, procesando y haciendo lo que hacen los directores de Recursos Humanos. “¡Y a él le funciona!”, dice Galifiankis. “Jeff hace un gran trabajo consiguiendo que la gente se abra y comparta su opinión.
“Yo mismo creé esa cara de Recursos Humanos”, prosigue el actor, representándola como “una mezcla de aburrimiento y profunda comprensión del tema que ha llevado al empleado hasta su departamento. Jeff se esfuerza tanto en escuchar las quejas de todo el que acude a él que le hace creer que realmente le importa”.
Galifiankis interpretó entonces esa “cara de Recursos Humanos”, una mezcla perfecta de concentración con puntero láser y “me duermo del aburrimiento”, llegando a concluir que “así es cómo Jeff escucha a la gente cuando intenta actuar de manera inteligente”.
LeSieur le asignó este tipo de trabajo a Jeff no sólo porque añadía al personaje una dimensión cómica adicional y absolutamente reconocible, también era algo que tenía una conexión familiar para el guionista. “Admiro mucho a las personas que tienen un trabajo que nadie más quiere pero que, sin embargo, ha encontrado la forma de amarlo y hacerlo lo mejor posible. A continuación, claro, lo yuxtaponemos a un personaje como el de Tim Jones, que es espía, un trabajo que parece que a la gente le podría gustar, pero que para Tim genera todo tipo de problemas”.
LeSieur cuenta entonces que su abuelo trabajaba en el Proyecto Manhattan, en el departamento de Recursos Humanos. “Mi abuelo verdaderamente no tenía ni idea de que estaban construyendo una bomba atómica. Él simplemente iba a trabajar y hacía las cosas propias de Recursos Humanos. Cuando le pregunté por qué no sabía casi nada sobre el proyecto que le proporcionaba el empleo, mi abuelo me respondió, ‘Nosotros sólo sabíamos que era alto secreto y que estábamos felices de tener un buen trabajo, y no hacíamos preguntas’. Esta historia siempre me ha fascinado”.
La visión de Mottola sobre Jeff y su profesión es algo más cáustica. “Las personas que tienen que presentarse en su despacho a menudo están de muy mal humor”. No obstante, de todas formas, a él le gusta su trabajo, ¿verdad? “Jeff es el eterno optimista, así que, sí, se ha esforzado por sentirse orgulloso de trabajar en Recursos Humanos. Pero yo creo que Jeff no es plenamente consciente de que su vida apesta hasta que aparecen los Jones y se lo hacen ver”.
El respetable y bien intencionado Jeff es un tipo de personaje diferente para el actor Zach Galifianakis, quien, señala Laurie Macdonald, “tiende a tener una presencia cómica muy extrema en sus películas. Y nosotros pensamos, ¿No sería genial darle a Zach la oportunidad de ser el auténtico protagonista cómico del filme?”
El actor, prosigue Macdonald, aprovechó al máximo dicha oportunidad. “Básicamente, Zach abordó la película y el personaje como actor. No se trata de un cómico que actúa; es un actor que aporta sus extraordinarias dotes cómicas a un personaje. A nivel emocional, Zach es el cuerpo y alma del filme”.
La realidad es que los problemas de Jeff empiezan en casa, con su esposa Karen. Jeff, por supuesto, ama a su familia y quiere fortalecer su vínculo matrimonial. Sin embargo, dice Mottola, “las cosas tienen que ir todavía a peor antes de que los Gaffney consigan evolucionar en su relación”. Uno de los obstáculos que se interponen en el camino hacia la consolidación de la pareja es la obsesión de Karen con los Jones; ella está convencida de que hay algo… raro… en ellos. ¿Por qué unas personas con esa apariencia, esa actitud y esa impecable forma de vestir se mudarían a su barrio?, se pregunta Karen. “Para ella, es una forma de evitar mirarse a sí misma o a su matrimonio, o reflexionar sobre lo que Jeff y ella podrían hacer para mejorar las cosas ahora que los chicos no están”, añade Mottola.
Resulta que Karen tiene razón… respecto a los Jones. En última instancia, Jeff y ella logran realizarse como pareja y ser más felices, gracias a los infortunios que soportan junto al dúo de espías. Isla Fisher explica: “Los Gaffney necesitan conectar el uno con el otro, romántica y emocionalmente. Al final lo consiguen, pero de la manera más absurda”.
La actriz señala además que aceptó la premisa de la historia porque “hay mucha comedia inherente en una típica pareja de urbanización que tiene las narices pegadas al cristal, envidiando la glamurosa vida de sus vecinos”.
Cuando Karen terminar de husmear en la vida de sus vecinos, se da cuenta de que realmente tiene una sorprendente predisposición para el espionaje. “Karen es diseñadora, pero, hasta conocer a los Jones, no se había dado cuenta de su verdadera vocación”, dice LeSieur. “Karen la estaba buscando y entonces descubre que es bastante hábil en materia de espionaje. En otra vida, Karen podría haber sido una buena agente secreto”.
ESTAR A LA ALTURA DE…
Cuando Tim y Natalie Jones se trasladan a la calle cortada, todos los vecinos, incluyendo Jeff y Karen, consideran, comprensiblemente, a los recién llegados como unos exóticos forasteros. Pero enseguida descubrimos que incluso personas tan cosmopolitas, adineradas y versadas (¡en todo!) como los Jones tienen sus problemas. “Da igual la imagen perfecta que la gente tenga exteriormente, todo el mundo tiene problemas”, señala Mottola.
A simple vista, Tim Jones encarna todo aquello que el cine nos ha mostrado sobre los espías. Es una persona atractiva y agradable, así como un experto en armas y artes marciales. Pero fue la forma en que el personaje desafía las expectativas lo que realmente llamó la atención de Jon Hamm para interpretar el papel. “Lo interesante en Tim es que un espía reticente”, dice el actor. “Tim es muy bueno en lo que hace, pero su trabajo no tiene por qué gustarle necesariamente. A él le gustaría más ser como Jeff, un tipo normal que vive en las afueras”.
“Como agente encubierto, hay que estar constantemente mintiendo y engañando a otras personas, y eso está empezando a pasarle factura a Tim”, añade Mottola. “No es que vaya a empezar a fabricar su propia cerveza, como hace Jeff, pero a Tim no le importaría aprovechar más la vida, y eso es algo en lo que él y Natalie no están básicamente de acuerdo”.
Además de las sorprendentes complejidades que tiene el personaje de Tim, a Hamm le atrajo la combinación que hay en el filme de comedia y acción, ninguna de las cuales aparecía mucho en la aclamada serie Mad Men que el actor ha protagonizado. A Hamm también le satisfacía tener la oportunidad de colaborar de nuevo con Galifiankis, con quien había trabajado en algunos cortometrajes cómicos del entorno digital. “Zach tiene una cabeza excepcional para la comedia, y siempre es divertido tratar de alcanzar su energía”, explica Hamm. Galifiankis devuelve el cumplido: “Yo conocía a Jon antes de que fuera el ‘encantador Jon’”, bromea. “Realmente es una persona muy divertida. Ser además tan guapo, es un poco injusto, ¿verdad?”
“No hay muchas personas que tengan el aspecto físico de Jon y que además sean graciosos”, ratifica Mottola. “Jon tiene ese estilo de Cary Grant, gracias al cual sabe moverse de una forma increíblemente ágil y ser además muy irónico y divertido. Y entre él y Zach hay una química extraordinaria”.
Esa química se muestra plenamente cuando sus dos personajes se hacen amigos a raíz de una comida de serpientes exóticas y una tarde de paracaidismo bajo techo. Pero, ¿y eso dónde deja a su preciosa esposa, Natalie? “Bueno, no hay mucha comunicación entre ellos precisamente, y es a través de su amistad con el ingenuo Jeff cuando Tim comprende que las cosas no son perfectas, ni en su vida ni en su matrimonio”, dice Mottola.
Gal Gadot, que recientemente ha sido la Mujer Maravilla en Batman v. Superman: El amanecer de la justicia y que repite papel en el próximo filme Wonder Woman and Justice League, interpreta a Natalie, una exagente del Mossad que ahora trabaja para la Agencia en asociación con su marido. A diferencia de Tim, a Natalie le encanta ser espía; cuestionarse el trabajo de su vida, simplemente, no está en la naturaleza de Natalie. Sin embargo, “Cuando los conocemos, entre Natalie y Tim hay una buena relación, excepto que él no comparte mucho con ella”, dice Gadot. “Puede que Tim se sienta un poco intimidado por Natalie. Después de todo, ella es bastante dominante y siempre tiene el control. Natalie quiere que las cosas sucedan cuando ella quiera que sucedan”.
Además, la fascinante –pero de armas tomar– Natalie no tolera en absoluto la falta de respeto, algo que algunos de sus vecinos aprenden de la manera más cruda durante una fiesta que celebran anualmente en la calle cortada conocida como Junetoberfest. Celosas de Natalie, bueno, de todo, las mujeres se ponen de inmediato en su contra, mientras que los hombres destilan condescendencia cuando se une a ellos en un torneo de dardos que pronto no será tan amistoso. “Esa dualidad es algo con lo que Gal conectó mucho; el hecho de que bajo esa belleza y todas sus habilidades hay una persona con sentimientos”, dice LeSieur.
Al igual que su marido en la gran pantalla, Gadot disfrutó de la oportunidad de hacer comedia. “Me impresionó lo fácilmente que me reía cuando estaba leyendo el guión”, señala, apuntando a una escena donde Natalie sale disparada del vestidor de unos grandes almacenes —llevando nada más que un escotado sujetador y un tanga— para enfrentarse a Karen, que estaba haciendo el seguimiento de su misteriosa vecina. Aquí, de nuevo, se exhibe la mezcla de risas e inesperados momentos de emoción y vulnerabilidad del filme. Hay un verdadero sentido cómico en la intimidación cuando Natalie consigue con facilidad controlar la situación y a Karen, hasta que Natalie, repentinamente, baja la guardia y se abre a su vecina.
La capacidad intimidatoria de Gadot, incluso en circunstancias humorísticas, impresionó a muchos en el set, incluyendo a su director. “Gal tiene una intensidad extraordinaria”, señala Mottola. “Puede ser muy seria e intensa e inmediatamente después estallar en sonrisas y, cambiando por completo, convertirse en la mujer más cálida y sencilla del mundo y ser todo dulzura”.
SCORPION (SÍ, VERDADERAMENTE ASÍ SE LLAMA A SÍ MISMO)...
Una película sobre superespías, incluso una con un festivo sentido del humor, garantiza la presencia de un súper megamalvado, ¿verdad? No es tanto el caso en LAS APARIENCIAS ENGAÑAN, que presenta a un villano excepcionalmente normal; y muy divertido. No resulta sorprendente, dado que un cómico sin igual como Patton Oswalt, muy activo en las redes, es el encargado de interpretar el papel del perverso Scorpion (“Espera, ¿de verdad se llama a sí mismo Scorpion? Es patético”, observa uno de los personajes).
Además, Scorpion es un “cerebrito”, igual que Jeff, con quien comparte una sorprendente y desafortunada conexión. “Nos gustaba la idea de que nuestro villano fuera un enojado y amargado antiguo ingeniero que tuvo un encontronazo por un motivo tan insignificante como una plaza de aparcamiento con la compañía a la que robaba secretos”, dice Mottola.
“Hemos hecho un montón de películas que dependen del tipo de supervillano, y son los personajes más difíciles de adecuar a los tiempos”, afirma Macdonald. “Para LAS APARIENCIAS ENGAÑAN, concebimos un villano que actúa, al igual que muchas personas, impelido por su inseguridad. Es una sorprendente perspectiva en esta clase de personaje”.
Los realizadores señalan que fueron muy afortunados de poder contar con Oswalt, quien, dice LeSieur, era la elección perfecta para encarnar al personaje y “la peregrina energía de un ingeniero que se convirtió en un granuja y empezó a vender secretos militares”. La sinergia entre actor y personaje así como la sorpresa ya eran evidentes en las primeras proyecciones. Como LeSieur recuerda, “Cuando aparece por primera vez Patton interpretando a Scorpion, se puede notar cómo todos los espectadores se inclinan hacia adelante en su asiento. En plan de, ‘¡Oh! Esto va a ser muy interesante’.”
AL TIMÓN...
Aunque, en general, todos los miembros del elenco valoraban mucho la hábil mezcla de acción y comedia del filme, lo que verdaderamente ratificó la adhesión de todos ellos fue el hombre al timón del proyecto: el director Greg Mottola. Y Mottola tenía una gran fan en Isla Fisher, quien, cuando le preguntan sobre él, inmediatamente recita de un tirón toda su filmografía y relata cómo disfrutó de cada una de sus películas. “He sido una gran fan de Greg Mottola desde que vi su primer filme, The Daytrippers”, afirma Fisher, haciendo referencia a la mezcla de drama y comedia que el director realizó en 1997. “Supersalidos' era una comedia que rayaba la genialidad, igual que Adventureland. Me sentí muy afortunada por el hecho de que Greg me diera este papel, pues siempre he querido trabajar con él. Me recuerda mucho a Blake Edwards; al igual que él, tiene un enorme talento”.
Galifiankis destaca la habilidad de Mottola a la hora de aportar “una sensación de verdadera emoción incluso en situaciones de comicidad extrema”, mientras que Gadot apreciaba el hecho de que el director permitiera a cada uno de los actores “trasladar nuestra propia personalidad a los personajes”.
LA PERSECUCIÓN ESTÁ EN MARCHA...
El diseñador de producción Mark Ricker (Criadas y señoras) y el director artístico Jeremy Woolsey (Dando la nota) aprovecharon al máximo las principales localizaciones de LAS APARIENCIAS ENGAÑAN: la adorada calle cortada al tráfico de los Gaffney, y la desvencijada antigua base del ejército donde tiene lugar la escena central de la acción del filme: una feroz persecución automovilística.
Un barrio en el noroeste de Atlanta albergó el set de la calle cortada, al que el equipo de producción añadió una gran isla central para reducir la notable extensión de la carretera. “Se trata de una calle cortada más amplia de lo normal, por lo que añadimos una isla construida con acero y madera, y cubierta con hierba y arbustos”, dice Woolsey.
Igual esmero se puso en encontrar las casas perfectas para los Gaffney y los Jones, una de las cuales estallaría finalmente en pedazos, arrojando escombros por todas partes. “Eso, desde luego, despertó a todo el barrio”, dice Woolsey en un épico eufemismo.
El rodaje se trasladó posteriormente a Sany America, Inc., una fábrica de tractores que reprodujo el sitio donde trabaja Jeff: una ficticia corporación de industria militar especializada en contratos de Defensa, incluyendo satélites, tecnología de misiles, radares o sistemas de telecomunicación. En otras palabras, un escenario perfecto para unos espías y villanos que pretenden robar material secreto.
A continuación, la producción circuló a toda velocidad, captando la persecución por parte de veloces motocicletas de propulsión eléctrica, conducidas por los secuaces de Escorpión, del coche de los Jones (acompañados de los Gaffney a lo largo de todo un recorrido “fast and furious”).
Mottola evitó en buena medida el uso de pantallas verdes y efectos informáticos a favor de lo que él denomina “‘proporcionar la sensación de escena de acción de la vieja escuela”. Mottola disfrutó tanto creando la secuencia que advierte que “tuvo que tener cuidado de no dedicarle demasiado tiempo. Pero también pensé, si vamos a hacer una escena de acción primordial, vamos a hacer bien las cosas. Fue muy divertido”.
La habilidad de Mottola dirigiendo potentes escenas de acción impresionó especialmente a los productores del filme. “Nos entusiasmó mucho cómo mostraba la acción”, dice Parkes. “En muchas comedias, la acción puede ser simplemente un insulso accesorio, pero Greg se comprometió a hacerlo bien. Este tipo de secuencias son extraordinariamente satisfactorias”.
Mottola atribuye a Steven Ritzi, coordinador de especialistas y director de la segunda unidad, el mérito de montar escenas de acción con el máximo impacto y emoción. Pero tanto reparto como director otorgan también un reconocimiento especial al actor Jon Hamm, ya que él mismo llevó a cabo gran parte de la conducción. “Jon hizo algunos donuts [maniobras con el coche] realmente geniales con el Mercedes y con todos nosotros hacinados dentro”, dice Gadot. Hamm es modesto sobre su contribución a la escena, señalando que para prepararse la escena “estuvo conduciendo por un estacionamiento vacío durante horas, con el fin de acostumbrarse al coche y a sus movimientos. Contar con ese tiempo extra al volante me ayudó mucho a perfeccionar mi forma de conducir el auto. La clave estaba en que la escena no sólo fuera divertida, sino también segura. Steve Ritzi consiguió que así fuera para todos nosotros”.
Isla Fisher, que durante la escena se pasa la mayor parte del tiempo gritando —y algunos de sus gritos, bromea Mottola, puede que no sean propiamente del personaje— valoró mucho las habilidades de héroe de acción de Hamm, que iban más allá de persecuciones a alta velocidad. “Hamm es capaz de romper algo con el codo mientras tira una puerta de una patada y saca un arma”, afirma la actriz.
Tras una semana de persistentes y ensordecedores disparos y rechinar de llantas, reparto y equipo técnico se trasladaron al lujoso ático del hotel de Scorpion, reproducido en lo alto de uno de los hoteles Hyatt, ubicado en el centro de Atlanta. El interior del ático fue construido por fases en el barrio de Grant Park, en Atlanta, en un complejo de edificios que antaño albergó una compañía distribuidora de helados.
En el interior, la suite del hotel, tal y como la concibió Ricker, constaba de bar/salón comedor, salón y habitación, además de una auténtica chimenea de mármol y un selecto papel pintado procedente de Alemania. “Queríamos crear una elitista y elaborada habitación de hotel, tan fabulosa como ridícula; justamente como el propio Scorpion”, dice Woolsey. Posteriormente, la piscina del hotel sirvió de localización principal, con nuestros cuatro protagonistas saltando a ella cuando el ático estalla en llamas.
Aunque la acción es un elemento clave de LAS APARIENCIAS ENGAÑAN, la película siempre sitúa en primer lugar la comedia y el romance. Durante las proyecciones iniciales, a LeSieur le satisfizo oír risas y notar esos “momentos en los que se advierte que los espectadores conectan emocionalmente con el filme. Eso, desde luego, resulta tan satisfactorio como escuchar una gran carcajada”.
“No diseñamos la película para estar todo el tiempo soltando chistes como una metralleta”, concluye Mottola. “El humor, la acción y el romance tienen siempre una base muy sólida. La vocación de estos personajes es ser reconocibles, y yo creo que al público le gustarán mucho”.