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NOTAS DEL DIRECTOR...
Formulada como una película cooperativa y autogestionada que trata de buscar alternativas al modelo de producción tradicional, "La mano invisible" toma prestada la esencia de la novela de Isaac Rosa en la que se basa para colocar al espectador en un espacio intermedio entre los protagonistas de la historia y ese público que asiste a verlos trabajar cada día, obligándole así a replantearse ciertas preguntas que no siempre resultan cómodas: ¿Por qué trabajamos?, ¿De qué sirve el trabajo?, ¿Nos dignifica de alguna manera?, ¿Nos ennoblece?, ¿Lo hacemos para realizarnos?, ¿Para alcanzar metas o sueños, para triunfar, para vivir bien, para sobrevivir?.
"La mano invisible" invita a la reflexión constante, azuza al espectador y no le permite la contemplación pasiva de los hechos que se narran. Lo que busca es que nos cuestionemos cosas que damos por sentadas, que pensemos en axiomas que nos transmiten e inclucan desde pequeños y que rara vez ponemos en duda.
Al final la gran pregunta es: ¿podríamos trabajar de otra manera?
LA PRODUCCIÓN...
Para la producción de "La mano invisible" se decidió crear una empresa, llamada como la propia película, que sirviera como herramienta de gestión de todo el capital humano, material y financiero que los distintos colaboradores de la película han aportado a la producción.
Contando con contribuciones de una veintena de empresas y más de un centenar de mecenas.
De esta manera, bajo el paraguas de la productora "La mano invisible", se organizaban las asambleas entre el equipo técnico y creativo que han servido para dar forma tanto al diseño de financiación y producción, como a las estrategias de distribución y publicidad.