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NOTAS DE LA DIRECTORA...
Según el psicólogo Bruno Bettelheim: “El bosque en el que se adentran los cuentos simboliza el lugar en el que la oscuridad propia se confronta y se trabaja, donde lo incierto sobre quién es uno mismo se resuelve y donde uno empieza a entender quién quiere ser”.
Así, la adolescencia es como un bosque, un momento de la vida en el que hay cambios y luchas.
Incluso para algunos, es un lugar en el que entran y nunca más salen.
Un lugar de belleza y horror.
En los cuentos de hadas el bosque representa el camino hacia lo salvaje, lo oscuro, lo terroríficamente desconocido. Es el punto donde la gente tiene que transformarse para confrontar lo profundo. En nuestra historia predomina el bosque como metáfora: “Todos los adolescentes se adentran en él. Algunos lo atraviesan y aparecen al otro lado. Otros sufren duros momentos a lo largo de su viaje. Y algunos entran en el bosque y no salen nunca más”.
Durante los últimos seis años he colaborado con (el guionista) Matthew Whittet llevando historias adolescentes al escenario. La etapa de la adolescencia es un momento de la vida de terreno fértil, como si fuera ahí donde realmente empezamos a entendernos a nosotros mismos como individuos, separados de nuestra familia y amigos, y es la cúspide del determinismo como ser humano, cómo vamos a ser y cómo vamos a vivir.
Cuando hacíamos teatro nos gustaba apoyarnos en nuestra capacidad de invención y en la imaginación en directo de nuestra audiencia para hacer cosas imposibles. En este sentido, nuestro trabajo en el teatro ha sido trasladado a la gran pantalla por completo. La oportunidad de usar todo lo que nos ofrecía el cine ha sido un subidón de adrenalina: las múltiples localizaciones, el montaje y el punto de vista, ¡todo lo necesario para hacer una película!
A la vez, queríamos seguir colaborando con nuestros compañeros de trabajo habituales, los profesionales del teatro. El diseñador de escenografía Jonathon Oclade y el diseñador de sonido Luke Smiles estuvieron encantados de trabajar con artistas fílmicos como el director de fotografía Andrew Commis y el editor Karryn de Cinque. Había mucha alegría creativa y toda la voluntad de abrazar y absorber nuestras respectivas formas artísticas para crear esta historia híbrida: el mundo de Greta Driscoll, el cuento de LA CHICA DORMIDA.
CÓMO SE LLEVÓ A CABO LA PELÍCULA...
La trilogía de historias de la adolescencia del Teatro Windmill de Adelaida incluía 'Fugitive' (2010), 'School Dance' (2012) y 'Girl Asleep' (2014). Estos trabajos fueron reconocidos por su voz artística y única que conectaba poderosamente con la audiencia juvenil, durante temporadas con el teatro lleno y numerosos premios. Estos tres trabajos son potentes ritos adolescentes, historias-pasajes de navegación, un complejo viaje de la infancia hacia la madurez.
Los colaboradores artísticos compartieron desde el inicio una brillante sensibilidad estética y, durante estos seis años, han desarrollado un potente diálogo creativo. En 2012, la directora Rosemary Myers y Matthew Whittet fueron invitados a participar en Hive Fund, una iniciativa única de financiación del Festival de Cine de Adelaida que provee a artistas creativos de cualquier disciplina explorar en el mundo del cine. El resultado fue un proyecto innovador: llevar una obra de teatro a la gran pantalla y convertirla en esta exitosa película sobre adolescentes.
LOS ORÍGENES DE LA HISTORIA, SEGÚN EL GUIONISTA MATTHEW WHITTET...
Ya habíamos hecho obras de teatro que satisfacían cuestiones sobre chicos adolescentes y machos alfa, y cuando nos dispusimos a hacer una tercera pieza decidimos hablar sobre la experiencia de una chica. Rose y yo empezamos a ver La bella durmiente como un punto de partida, y a darle vueltas a esa idea de lo que pasa cuando los adolescentes, especialmente las chicas, entran en periodos de abstracción donde todo ocurre en su interior y donde (como adulto) no tienes manera de entrar. Nos pareció un buen recurso para comenzar, algo lleno de drama, de gran exploración, algo que se podía usar para construir un personaje muy tranquilo y tímido por fuera, pero con un montón de cosas pasando en su interior, con muchísima imaginación, miedos y deseos.
EL PRODUCTOR JO DRYER, APROXIMACIÓN A LA CINEMATOGRAFÍA...
El proceso de crear esta película contó con una enriquecedora mezcla de artistas del mundo del teatro y del mundo del cine. Se produjo un fórum entre los dos grupos de profesionales donde se reconsideraban ideas fundamentales sobre su trabajo, provistos de frescas y genuinas perspectivas: permitió a ambos equipos absorber del otro nuevos procesos, y cuestionar a la vez algunas “reglas” sobre sus procesos. En concreto, la invención creativa propia de los autores de teatro que crean para una audiencia en directo, dio a los realizadores un sentido único que impregnó de veracidad la película.