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NOTAS DEL DIRECTOR...
Es el retrato de Iván, un diplomático que viaja por el mundo sin comprenderlo. Es el retrato de Ismael, un director de cine que viaja a través de su vida sin tampoco comprenderla. Es el regreso de una mujer de entre los muertos. Es también una película de espías. Cinco películas comprimidas en una, como los desnudos femeninos de Pollock.
Ismael está frenético, y el guión creció frenético en paralelo. Pese a todo, en su ático, Ismael, intenta mantener unidos los distintos hilos en que se divide la acción...
Describí el proyecto a un amigo: "Creo que he inventando un montón de planos de acción que se quebrarán contra la pantalla. Cuando todos estén rotos, me desvaneceré". Potlatch, bulimia ficcional...pero, ¿por qué necesitaba hacer añicos estos fragmentos de historias? Pues porque tres mujeres nacen de sus pedazos: una mujer amada, el recuerdo de una mujer que desapareció y una amiga traviesa. Es por ellas que las acciones se agotan.
El reto era hablar claro y directo a través de los aconteceres de la trama. Quería que cada escena surgiese cruda, brutal, como un directo que el espectador no pueda esquivar. A menudo ha sido necesario para mí proporcionar mis referencias cinematográficas, pero Ismael’s Ghosts tuve que forjarla solo, por más que viva rodeado de las películas que amo. Veo algunas de ellas de manera desapasionada: 81⁄2, Providence... las reverencio, pero no me ayudan.
Como Truffaut escribió a Deneuve: "Está prohibido pensar que haremos una obra maestra. Intentaremos hacer una película que se sienta viva". Creo que estas tres mujeres están vivas. Creo que Bloom, peleando contra la edad, también está vivo. Si Iván es melancólico, una especie de "idiota" en el molde de Dostoyevsky, Ismael, con sus errores, es un hombre vivo. Y es Silvia la que le enseña cómo vivir.