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NOTAS DEL DIRECTOR...
¿Qué queda de un hombre cuando le han quitado todo? Incomunicado, aislado del tiempo, sin estímulos ni nada material a lo que aferrarse, sus propios sentidos comienzan a traicionar-le. Pero en su fuero interno hay algo que no le pueden quitar: su imaginación. La noche de 12 años es ante todo un viaje hacia las tinieblas. Basada en hechos reales, relata la historia de tus personajes despojados durante 12 años de todo lo que los constituía como individuos. Un descenso físico y mental para llevarlos a la locura cuyo objetivo último era aniquilar la resis-tencia del yo más íntimo. Debieron reinventarse desde los restos de su condición humana, para resistir a uno de los desafíos más siniestros imaginables.
Como director y guionista este proyecto me ha llevado más de cuatro años de investigación y documentación. Uno de los grandes desafíos era que no fuese una película carcelaria sino un viaje existencial. La orden militar fue precisa: “como no pudimos matarles, vamos a volverles locos”. Más allá de la meticulosa recreación histórica de los hechos, lo que quise es trasladar un viaje estético y sensorial, en donde poder experimentar cómo se sobrevive a dicha batalla interior.
Los 3 actores (Antonio de la Torre, Chino Darín y Alfonso Tort) tuvieron que realizar un durí-simo trabajo de acondicionamiento físico (pérdida de casi quince kilos cada uno) y mental para acercarnos a las circunstancias extremas que padecieron. La puesta en escena debía hacernos sentir como si estuviésemos con ellos, sumergiéndonos a esa lucha que se orques-ta dentro del hombre por conservarse hombre.
Fue un viaje oscuro pero extremadamente gratificante. Lleno de complejidades y desafíos, la película me reafirmo que aún en los momentos en dónde las circunstancias hacen parecer que todo está perdido, la fuerza y la resistencia del ser humano no debe ser subestimada