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“La Divina Misericordia” explora aspectos menos conocidos de esta devoción universal, gracias al descubrimiento de varios escritos originales del Padre Michał Sopoćko, el confesor de la Hermana Faustina Kowalska.
Escrito y dirigido por Michał Kondrat, este docudrama pone el foco en Santa Faustina, una joven polaca que fue elegida por Dios para la crucial misión de llevar al mundo el mensaje de la Divina Misericordia. Para elaborar el guion, Kondrat ha podido contar con cartas y documentos recientemente descubiertos, de modo que la película arroja una nueva luz sobre la realidad de la Divina Misericordia y enfatiza la veracidad de las apariciones de Jesús a Faustina. “La Divina Misericordia” muestra cómo nació y se difundió el movimiento de la Divina Misericordia, y revela los detalles del proceso de elaboración del famoso cuadro, tal como Jesús indicó a la Santa. Además, aporta datos científicos que confirman la similitud entre los rasgos faciales de Cristo en la imagen y los que aparecen en la Sábana Santa de Turín.
El filme se detiene en el importante papel que jugaron el Beato Padre Michał Sopoćko y el Papa San Juan Pablo II en la difusión del mensaje de la Divina Misericordia.
Para garantizar el rigor del relato, Michał Kondrat reunió a un grupo de asesores especialistas en Teología, y expertos conocedores de las vidas y escritos de Santa Faustina y del Padre Michał Sopoćko. En concreto:
- Hermana Teresa de la Fuente, monja filipina de la Congregación de Nuestra Señora de la Misericordia.
- Hermana Michaela Rak, monja polaca de la Congregación de Nuestra Señora de la Misericordia, responsable de la puesta en marcha de un hospicio en Vilnius.
- Cardenal Henryk Hoser, exArzobispo de la Diócesis polaca de Varsovia-Praga.
- Obispo Krzysztof Nitkiewicz, Postulador de la causa de beatificación del Padre Michał Sopoćko.
- Fray Seraphim Michalenko, Postulador de la causa de canonización de Santa Faustina.
- Padre Joseph Roesch, Vicario General de los Padres Marianos de la Inmaculada Concepción.
En la década de 1930, Dios reveló a Faustina Kowalska, una desconocida religiosa polaca, un mensaje especial para nuestro tiempo. En una época marcada por el conflicto, la desesperación y la falta de respeto por la vida y la dignidad humanas, le dijo: “La humanidad no tendrá paz hasta que se vuelva con confianza hacia Mi misericordia”.
¿Qué es la Divina Misericordia? El mensaje de la Divina Misericordia es simple. Se puede resumir en que Dios nos ama a todos y quiere que reconozcamos que Su misericordia es mayor que nuestros pecados. Él desea que le invoquemos con confianza, que recibamoSu misericordia y la dejemos fluir a través de nosotros hacia los demás. Así, todos podrán compartir Su gozo.
El mensaje de la Divina Misericordia podría condensarse en tres consejos:
- Pide a Dios Su misericordia.
- Sé misericordioso con los demás.
- Confía plenamente en Jesús.
Este mensaje se basa en los escritos de Santa Faustina, que escribió un diario de unas 600 páginas donde registró las revelaciones que recibió sobre la misericordia de Dios. Incluso antes de su muerte en 1938, la devoción a la Divina Misericordia ya había comenzado a extenderse.
La Congregación de los Padres Marianos de la Inmaculada Concepción es la principal institución promotora del mensaje de la Divina Misericordia en todo el mundo desde 1941, apenas tres años después de la muerte de Faustina. En la sede norteamericana de los Padres Marianos en Stockbridge, Massachusetts, donde está enclavado el Santuario Nacional de la Divina Misericordia, sus imprentas producen cada año unos 50 millones de publicaciones (texto e imágenes). Gracias en gran parte a este esfuerzo, la devoción de la Divina Misericordia se ha convertido en el movimiento de base más grande en la historia de la Iglesia Católica.
En 2001, San Juan Pablo II envió una bendición apostólica a los padres marianos, y les pidió un renovado impulso de su misión con estas palabras: “Sed apóstoles de la Divina Misericordia bajo la guía maternal y amorosa de María”.
Los Padres Marianos continúan con su especial tarea de dar a conocer el mensaje de Jesús a Santa Faustina: “Yo soy el Amor y la Misericordia. Mi Corazón rebosa de gran misericordia por las almas, especialmente por los pobres pecadores. Es por ellos por quienes brotaron la Sangre y el Agua de Mi Corazón como de una fuente desbordante de misericordia.
Que ningún alma tema acercarse a Mí, aunque sus pecados sean como escarlata.
Mi misericordia es mayor que tus pecados y los del mundo entero".