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UN POCO DE HISTORIA...
'Las hijas del Reich' está ambientada en Bexhill on Sea, un pueblo costero en el que Eddie Izzard pasó mucho tiempo de pequeño visitando a su familia. Aprovechando el fuerte vínculo de la estrella con el lugar, el Museo de Bexhill le propuso convertirse en patrono. La primera vez que Izzard visitó el museo, Julian Porter, el encargado, le mostró la insignia del colegio para chicas Augusta-Victoria College, convirtiéndose así en el artífice de esta película.
Eddie se quedó muy sorprendido al comprobar que el emblema del colegio utilizaba una esvástica en la esquina superior derecha y la bandera inglesa en la esquina superior izquierda. Desconcertado, se reunió con historiadores locales y con personal del museo hasta descubrir que el centro había sido una escuela para las hijas y ahijadas de la élite alemana, entre ellos altos oficiales del partido nazi. La ahijada de Himmler y la hija de Von-Ribbentrop fueron alumnas en la década de 1930. A Eddie le pareció fascinante que nadie pareciera recordar que un pedazo de la Alemania nazi había existido en la costa del sur de Inglaterra durante una de las épocas más trascendentales de la historia del país.
El proyecto no empezó a tomar forma hasta que Izzard coincidió con el también actor Celyn Jones en Cannes y le habló de su idea. A Celyn y a la productora Mad as Birds les gustó tanto la historia que al par de semanas ya estaban escribiendo el guion con Eddie y poco a poco las partes del puzle fueron encajando.
LA VISIÓN ARTÍSTICA...
Al director Andy Goddard le interesó el proyecto por la premisa y por el equipo creativo. Además de volver a trabajar con Celyn Jones y de llevar al cine el debut como guionista de Eddie, la historia le resultaba tremendamente interesante. La idea de unas adolescentes alemanas que estudian en la costa sur de Inglaterra en los años anteriores al inicio de la guerra le parecía fascinante. ¿Cómo fue la experiencia de esas jóvenes en Inglaterra? ¿Qué trato recibieron? ¿Cuál era su vínculo con Alemania y el nacionalsocialismo?
Para profundizar en esas ideas y plantear esas preguntas, Andy ha trazado paralelismos con eventos que están ocurriendo ahora en el panorama político y con el aumento de los nacionalismos. La intención de conectar una historia ambientada en los albores de la Segunda Guerra Mundial con la situación política actual se convirtió en un objetivo común para todo el equipo creativo. Han querido mostrar el fascismo como un problema humano, no como un problema “alemán” y subrayar la importancia de analizar ese periodo tan importante de la historia para identificar los peligros de “las políticas simplistas”.
Es un problema universal que puede afectarnos a todos.
Más allá de la política, el equipo se centró en crear una historia divertida, profunda y ambiciosa con la que transmitir un mensaje potente: las personas pueden ser buenas y malas.
A Andy le emocionaba mucho la idea de contar esta historia ambientada en un típico pueblecito de la costa británica, en un entorno tan emblemático y con un paisaje tan representativo de una época pasada. También le interesaba explorar la yuxtaposición entre la diversión y la alegría de un pueblo de playa y las maquinaciones políticas de la guerra en un entorno tan dinámico y único. Las localizaciones permitieron a Andy Goddard captar el espíritu del momento y también introducir pequeños pistas visuales que indican que Gran Bretaña estaba preparándose para la guerra. Son todos esos detalles los que enmarcan la historia principal en un contexto increíblemente rico.
Otra de las claves de la película fue el casting de las seis alumnas alemanas, ya que sus personalidades y la dinámica del grupo tendría muchísimo peso en la historia. Cada personaje tiene su propia personalidad, pero la forma de actuar de las chicas como grupo es a veces más importante que sus características individuales. Lo importante era transmitir que son adolescentes, tienen inseguridades, se ríen de tonterías y pueden ser desagradables, amables y también son muy influenciables. Por eso durante el casting Andy tuvo muy claro que cada una de las chicas tendría un papel dentro del grupo: Astrid era la abusona, Gretel la marginada, Sigrid la pardilla, etc. Conocerlas en persona fue tan importante como sus pruebas de cámara y sus audiciones para hacerse una idea de cómo eran y de cómo encajarían dentro del grupo.
Andy ha descrito el proceso como “uno de los proyectos más interesantes para los que he hecho casting”. “Empezamos con unas 70 pruebas de cámara y fuimos descartando hasta quedarnos con 12 chicas. Entonces fuimos a Berlín para hacer más pruebas y allí encontramos a las seis actrices, que han superado con creces mis expectativas. Son maravillosas. Puede que el público acuda al cine para ver al elenco de grandes estrellas encabezado por Judi, Eddie y Jim, pero estoy seguro de que al terminar la película le seguirán la pista a estas jóvenes actrices alemanas”.
La construcción que alberga el colegio es otro de los elementos visuales fundamentales, tanto que se convierte prácticamente en un personaje en sí mismo. Fue complicado acertar con el edificio, puesto que la mayoría de antiguas residencias ahora funcionan como hoteles o sedes de instituciones. Fue toda una suerte dar con Gelli Aur en Carmarthenshire, una residencia privada en plena reforma. Encontrar el edificio que haría las veces del colegio nos ayudó a centrar la historia y nos llevó a decidir que las chicas estarían aisladas del resto del mundo, ajenas al rechazo que la población inglesa sentía hacia todos los alemanes, y del que probablemente no se hubieran librado estas estudiantes adolescentes.
CONVERTIR A GALES EN LA COSTA DEL SUR DE INGLATERRA...
Toda la película se rodó en Gales, gracias al apoyo del Gobierno de Gales y Ffilm Cymru, y supuso un reto interesante a la hora de recrear la costa del sur de Inglaterra sin estar allí. En Llandudno (Gales del Norte) encontraron los elementos victorianos necesarios para ambientar correctamente la época histórica: el embarcadero, el paseo, los edificios y las playas. En Carmarthenshire encontraron las playas vírgenes, el colegio y “el castillo de Pevensey”, cuyas escenas se rodaron en el castillo de Llansteffan. Aunque el equipo tuvo que viajar bastante durante el rodaje, mereció la pena y las imágenes de la campiña galesa lucen espectaculares gracias al mejor verano que se ha visto en Inglaterra en los últimos 20 años. Así, la idea del “último verano” de las jóvenes se convierte también en una metáfora de despedida de la niñez.