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LA MUJER ILEGAL
INFORMACIÓN
Titulo original: La Mujer Ilegal
Año Producción: 2020
Nacionalidad: España, República Checa
Duración: 112 Minutos
Calificación: No recomendada para menores de años
Género: Thriller, Drama
Director: Ramón Térmens
Guión: Daniel Faraldo, Ramón Térmens
Fotografía: Pol Orpinell
Música: David Solar
FECHA DE ESTRENO
España: 11 Diciembre 2020
DISTRIBUCIÓN EN ESPAÑA
Segarra Films


SINOPSIS

Fernando es un abogado de inmigración que acepta un caso en apariencia sencillo: evitar la deportación de una joven kosovar, Zita Krasniqi. Todo cambia cuando la joven aparece muerta en un Centro de Internamiento de Extranjeros y las autoridades declaran que se trata de un suicidio. Fernando busca la ayuda de la única amiga de la víctima, Juliet, una inmigrante nigeriana atrapada en una red de prostitución. Mientras Fernando intenta averiguar la verdad se enfrenta a la férrea oposición del jefe de policía Oriol y pronto empieza a descubrir la corrupción, los abusos sexuales y los “falsos suicidios” que se suceden dentro del sistema de deportaciones del Estado. Fernando luchará contra ese sistema arriesgando su propia vida...

INTÉRPRETES

DANIEL FARALDO, ISAK FÉRRIZ, YOLANDA SEY, MONTSE GERMÁN, GORKA LASAOSA, RAQUEL CAMÓN, KLAUDIA DUDOVÁ, ADELINE FLUN, BORIS RUIZ, ÁNGELS BASSAS, ABDEL AZIZ EL MOUNTASSIR, AHMAD ALHAMSHO

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NOTAS DEL DIRECTOR...
    La película nació en una fiesta de Navidad del colegio de mi hijo. Allí conocí al abogado de inmigración Ferran Villuendas, que ha dedicado toda su vida a algo tan simple y complejo a la vez como es conseguir “los papeles” a inmigrantes que están en situación irregular, es decir, “ilegales”. Le mostré a Ferran una película anterior que había hecho, Catalunya Über Alles!, donde trataba la intolerancia desde distintos puntos de vista y abordaba el racismo de la gente que dice “Yo no soy racista, pero...”.
  A partir de allí empezó un cruce de e-mails y Ferran me contó casos chocantes a los que él se había enfrentado. El tema me interesó rápidamente. Contacté con Daniel Faraldo, con el que llevo más de una década trabajando, y él compartió mi entusiasmo desde el primer momento. Cabe decir que Daniel vive en EE.UU. y Donald Trump acababa de asumir la Presidencia...
  Empezamos a hablar con más abogados, con organizaciones de Derechos Humanos, investigamos por Internet y nos topamos con un monstruo de ladrillo, con un auténtico muro construido con sufrimiento humano: los CIEs (Centros de Internamiento de Extranjeros), nuestros Guantánamo, centros de los que apenas se sabe nada. No hay vídeos ni fotografías, solo internos, deportados y fallecidos en extrañas circunstancias...
  De esta forma, recogiendo testimonios e investigando por nuestra cuenta, escribimos un guión de un contenido duro e intenso, cuyas fatalidades narradas no son más que la punta del iceberg de un sistema legal que oprime, humilla y rebaja a unos seres humanos a ser pura cifra: la del numero de ilegales, la del número de deportados, la del número de muertos del Mediterráneo...
  Y estamos tan acostumbrados a esas cifras que apenas nos conmueven. Las consumimos como quien escucha el número de goles de la última jornada de liga o el tiempo que hará mañana. Decir que detrás de cada unidad de esa cifra hay la vida de un ser humano puede resultar de Perogrullo, pero la realidad es que apenas le prestamos atención. Como máximo podemos soltar algún comentario condescendiente: “Mala suerte”, “No hay para todos”, “¡Qué mundo tan cruel!”, y así nos movemos entre la indiferencia, el desdén y la indignación de salón.
  ¿Se puede romper estas barreras? ¿Existe todavía una posibilidad para la lucha? ¿Estamos a tiempo de vencer el miedo y cambiar las cosas? Aunque parezca mentira hay gente admirable que responde que sí a todas esas preguntas.
  Gente como Fernando Vila, nuestro protagonista, que está lejos de ser un héroe, pero que con sus dilaciones, dramas personales, dudas y temores, es una personificación de toda la gente valiente que piensa que solamente estará perdida la batalla cuando nadie golpee el muro.

ENTREVISTA AL DIRECTOR...
Con La mujer ilegal, vuelves al formato del thriller con temas valientes y comprometidos que aspiran a generar un debate; ¿piensas que desdeel cine se puede conseguir movilizar a la sociedad y presionar desde la opinión pública al Gobierno para realizar cambios?...
Ojalá, aunque no es tan claro que se pueda conseguir nada. Pero sí reivindico un cine en el cuál se puedan decir cosas y que trate sobre temas espinosos, sobre todo aquello que es mejor barrer bajo la alfombra para no estorbar nuestro confort. Así como hay gente que con todo el derecho reivindica un cine para entretener y “que no haga pensar mucho”, yo estoy también en mi derecho de defender la postura contraria. Quizás ahora éste no sea el pensamiento dominante y estemos sometidos a la dictadura de lo superficial y de lo inmediato, pero a mí me gustan las películas que te dejan un poso, que te hacen pensar, que te conmueven por dentro y que hacen que salgas de la sala trastocado.

Es la cuarta colaboración con Daniel Faraldo en el guion...
Sí, y espero que vengan muchas más. Por un lado, ahora ya tenemos mucho territorio común recorrido y podemos ir al grano en lo que se refiere al trabajo de escritura sin necesidad de mucha diplomacia. Por otro lado, la experiencia que tiene Daniel de 50 años trabajando como actor es un valor impresionante para poder luego transmitirlo en los personajes que creamos. Además, es muy bueno escribiendo diálogos, que es una de las cosas más difíciles del proceso de la escritura de un guión.

Habitualmente combinas caras conocidas del cine y la televisión catalana –como Àngels y Boris, que ya pueden ser considerados actores fetiche con esta tercera colaboración - con intérpretes de diversas procedencias; en este caso, contáis con la premiada actriz checa Klaudia Dudová o la intérprete de origen gambiano Yolanda Sey, ¿consideras que su participación dota de veracidad a la historia o crees que el cine debe reflejar la riqueza de la realidad de convivencia multiétnica que vivimos?...
Queda todavía un buen trecho para que el cine refleje la realidad multiétnica que vivimos, pero supongo que esto va a cambiar pronto, y para bien, a no ser que alguien quiera hacer una película totalmente al margen del mundo en el que vivimos.
Respecto a los “actores fetiche”, es verdad que hay algunos que se repiten felizmente en nuestras películas, como es el caso de Boris, Àngels o el propio Daniel Faraldo (o en su día, el añorado Jordi Dauder) porque me siento muy cómodo trabajando con ellos. Ya hay una complicidad establecida y sé que van a estar siempre perfectos en su rol. Pero también me gusta descubrir caras nuevas como Yolanda Sey, Raquel Camón o Adeline Flaun. Creo que el potencial de las tres es increíble y ojalá la película les sirva de trampolín en sus carreras.
Más allá de la etnia a la que pertenecen, son actrices fabulosas.
Luego están los casos de Isak Férriz y Gorka Lasaosa. Gorka debutó conmigo en Jóvenes, y tenerlo en La mujer ilegal ha sido un reencuentro genial. Además hizo un esfuerzo bestial viniendo desde México (donde rodaba Narcos: México) directamente al rodaje de Lleida. Me encantó la manera como construyó su personaje. Respecto a Isak, hablamos de un crack, de un animal de la pantalla, con una fuerza inusitada, pero también capaz de mostrarse vulnerable. Creo que es uno de los mejores actores que tenemos en el país en este momento.
Quiero citar también a Montse Germán, con quien ha habido un flechazo artístico casi inmediato. Su papel era muy complicado porque es muy fácil
“pasarse” en los papeles extremos, pero ella dio la contención y la categoría que necesitaba el personaje de Rosa. Montse llena la pantalla con su belleza física y espiritual. Y además tiene un aura que me recuerda a las actrices bergmanianas...

Por lo que tengo entendido, algunos actores que encarnan a los inmigrantes que acuden al despacho del abogado protagonista a pedir ayuda para conseguir su documentación han vivido dramas reales como los que muestra la película, ¿verdad?...
Sí, es cierto. El mérito fue del director de casting de la película, David Arribas, que consiguió algunos actores increíbles, como es el caso de Ahmad Alhamso, que incorporó al personaje de “Samir” su propia historia como refugiado de la guerra de Siria. En el caso de Abdel Aziz el Mountassir, su papel es inventado, pero también sufrió la represión policial en sus carnes. Ha sido realmente un placer contar con él, ya que lo admiraba desde la película En construcción de José Luis Guerín. Incluso asistí de público a alguna charla que él había dado como activista social.
Hay mucha gente que sale en la película que ha sufrido lo que la propia película denuncia, como es el caso de uno de los actores que hace de mantero, que estuvo encerrado en el CIE de Tenerife, o el de una extra que cruzó el Mediterráneo en una patera estando embarazada y que cuando íbamos a rodar su escena no pudo evitar emocionarse.

Habéis escogido Lleida como localización principal por ser un núcleo con gran presencia de inmigrantes de diversos países que, en ocasiones, se enfrentan a los dilemas que propone la película; pero además habéis rodado en la icónica cárcel ‘Modelo’ de Barcelona que simula ser el CIE de Valencia en la película, ¿qué han aportado los dos espacios a la atmósfera del film?...
Es cierto que Lleida era ideal para lo que se cuenta en la peílcula. Era volver a algunos espacios que ya conocía de cuando hicimos Catalunya Über Alles!.
Me gusta mucho ir a rodar allí, porque aunque vivo en Barcelona soy de un pueblo pequeño de la provincia de Lleida (Bellmunt de Segarra) y la tierra tira mucho. El ayuntamiento también nos facilitó las cosas para que fuéramos a rodar y les estoy muy agradecido. Y además tiene un aeropuerto con no demasiado tráfico.
Lo de la Modelo fue realmente especial. Es un lugar muy cinematográfico, en el que sólo con colocar la cámara el encuadre ya te quedaba bien.
Además se podía sentir la carga histórica de todo lo que ha sido y ha significado la Modelo.
Sin duda ha sido un enorme privilegio haber podido rodar ahí.

ENTREVISTA A DANIEL FARALDO...
¿Qué llevó a un veterano con amplia experiencia en Hollywood a cambiar su radio de acción a Europa y comenzar a protagonizar y co-escribir guiones de cine independiente con un cineasta adicto al riesgo, que disfruta haciendo el cine que le gustaría ver y empeñado en cambiar la sociedad a través del cine como es Ramon?...
Ramon y yo nos conocimos en el Festival Internacional de Gante (Bélgica).
Hablamos de cine por muchas horas y luego cada uno se fue a ver la película del otro. Yo presentaba How did it feel...?, una adaptación de una obra de teatro mía, y él estaba con Jóvenes. Cuando nos volvimos a ver en Los Ángeles, yo le propuse trabajar conmigo en los guiones que estaba escribiendo y ahí empezó todo. Nos dimos cuenta que teníamos las mismas ambiciones creativas y que también compartíamos una misma filosofía del mundo y de la vida. El riesgo es intrínseco a nosotros porque no nos conformamos, siempre estamos generando nuevas ideas, nuevas películas, nuevas formas de contarlas. No importa de quién surja la idea, el otro siempre la recoge y realiza su aportación. No sé si cambiaremos la sociedad, pero al menos queremos dejar bien claro nuestro punto de vista sobre la misma.

En las películas en las que habéis colaborado, los críticos hablan del estilo de los dos como un ‘tándem’. ¿Cuál es la aportación que crees que hace cada uno para que cada uno de esos films sea bien acogido por la crítica?...
De alguna manera nos complementamos y ahí está la gracia. Yo vengo de una carrera de muchos años de actor en Broadway y Holywood, y él bebe del cine europeo clásico. Yo me pongo en la piel de los personajes y sus emociones, él está más pendiente de la estructura y de la parte visual. En general, nos gustan las mismas películas, ya sea el gran cine americano de la época dorada o los grandes maestros del cine europeo. En particular, el cine de los 70 nos inspira mucho: Lumet, Pakula, Scorsese (sus inicios pero también las más recientes como El irlandés), Coppola, etc.
Creemos que es perfectamente factible combinar una película entretenida, que tenga un ritmo vertiginoso tanto en la parte de la acción como en la parte emocional, con un film que contenga un trasfondo profundo e intelectual. Pretendemos que la película tenga muchas capas, que funcione también la segunda vez que la veas, que el espectador sea activo en ellas, que no se quede indiferente con lo que le contamos.

¿En lo que se refiere a la La mujer ilegal, cómo habéis realizado Ramon y tú el proceso de escritura del guion?...
Partíamos de un material real, de la información de un abogado de inmigración, Ferran Villuendas, que nos contó historias que él había vivido durante muchos años ejerciendo su profesión. A partir de ahí nos decidimos por las historias que nos interesaron más. Posteriormente empezamos un trabajo de investigación, hablando con otros abogados y organizaciones de derechos humanos y también investigando por Internet. La situación de los CIEs, lo poco que se sabe de ellos, nos dejó perplejos. Posteriormente, empezamos los brainstormings, la primera sinopsis, la estructura, y las primeras escrituras. Lo siguiente ya es reescribir, reescribir y reescribir. Incluso durante las pausas del rodaje o los días libres. No paramos nunca, siempre pensamos que podemos darle más profundidad a los personajes y a las escenas. Y ahí está la clave, en un flujo creativo perpetuo.

¿Cómo fue el proceso de composición de tu personaje? ¿Lo has preparado con abogados reales que se dediquen a ayudar a inmigrantes sin papeles?...
Sí, pasé tiempo con Ferran, estuve en su despacho, asistí a juicios con él, y fue de una gran ayuda. Lo siguiente ya es la preparación íntima del personaje, ponerte en su piel, saber todo de él: cómo piensa, cómo reacciona a cada situación, sus acciones, sus dudas, sus miedos, sus convicciones... Cómo cambia a lo largo de la película, cómo le afecta la situación dramática de su esposa, qué siente cuando ocurre lo de Zita en el CIE, su implicación para ayudar a Juliet mucho más allá de lo meramente profesional...
Cuando escribimos el guión, me pongo en el punto de vista de todos los personajes, pero cuando empieza el rodaje me centro en el mío y es importante ahí también el trabajo con Ramon, hablar mucho de lo que ocurre en cada escena para que luego él con la cámara pueda captar todas las emociones del personaje.

¿Cómo ha sido la experiencia con un reparto de diferentes procedencias?...
Ha sido un reparto variado con actores con mucha experiencia como Isak Férriz, Montse Germán, Boris Ruiz, Àngels Bassas o Gorka Lasaosa, junto con debutantes como Yolanda Sey, Raquel Camón o Adeline Flaun, y con todos hemos hecho un gran trabajo. Todos se han implicado al máximo y ha sido realmente muy satisfactorio como actor y como escritor poder hacer las escenas, tanto tiempo trabajadas, con todos ellos.
Luego tenemos gente en la película que no son actores profesionales, como algunos de los que hacen de clientes de Fernando, o la escena en la ONG, donde a partir de una idea previa improvisamos en el set. Incluso Ramon me puso como clienta, por sorpresa, a la script de la película, que es mejicana, y tuve que reaccionar en el momento como Fernando. También está el caso de Ahmad Alhamsho, que en pantalla explica su huida real de Raqqa, escapando del Estado Islámico, y su terrible experiencia cuando su patera naufragó cerca de las costas de Grecia.

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