INFORMACIÓN EXCLUSIVA

NOTAS DEL DIRECTOR...
   Lo primero que me sedujo inmediatamente del guión de LA JEFA escrito por Laura Sarmiento, fue la riqueza y la precisión del retrato de las dos protagonistas, Beatriz – la jefa española- y Sofía- la empleada inmigrante- y cómo su relación condensa muchas de las tensiones presentes hoy en día en nuestra sociedad: el clasismo, el ultra liberalismo, el feminismo, los vientres de alquiler… están presentes en la película desde el primer minuto.
  Laura Sarmiento ha conseguido condensar todas estas tensiones presentes en la actualidad del debate público en la relación entre estas dos mujeres sin caer en lugares comunes. Ésa es otra de las grandes virtudes del guión: ambas protagonistas son imprevisibles, no encajan en ninguno de patrones predefinidos en los que la ficción encapsula a menudo a los personajes femeninos.
  Beatriz no es sólo una empresaria ultra capitalista que podría aprovecharse de la empleada inmigrante; también es una mujer profundamente humana en la que lo interesante son sus debilidades: el cariño casi involuntario que desarrolla hacia Sofía, su dificultad para enfrentar el paso del tiempo, su incapacidad para entablar relaciones de igual a igual.
  Y por su lado Sofía no es la arquetípica inmigrante engañada por sus empleadores. Si bien, quizás por su edad, trasmita cierta candidez, también es perspicaz, inteligente y conoce a la perfección el sistema de valores en el que se juega la partida, de hecho, en sus planes está poder vencer a ese sistema. Pero de nuevo, lo interesante de Sofía son sus debilidades: tiende a subestimar su futuro apego por la criatura que está creciendo en su vientre, ya que ha interiorizado tan profundamente los valores del sistema capitalista que se ha convencido de que todo puede convertirse en un bien de mercado, incluso ella misma.
  Dirigir a estos dos personajes tan complejos y tan actuales es el gran reto de esta película, porque de lo que realmente creo que va LA JEFA, es de la enorme complejidad que tiene ser persona, y concretamente mujer en el siglo XXI, y por extensión de la enorme crisis de valores a la que nos enfrentamos y en la que todos estamos, por mucha seguridad que aparentemos, profundamente inmersos.
  LA JEFA es una película sobre la confusión, sobre la inseguridad, sobre las apariencias y sobre los límites de la moral personal. Eso son los temas que me fascinaron del guión y los que hacen que, más allá de la trama, LA JEFA sea una película de personajes con potencial para contribuir al debate público y a crear preguntas en sus espectadores.

NOTAS DEL PRODUCTOR...
  El reto de producir LA JEFA tiene que ver con convertir en imágenes el magnífico guión escrito por Laura Sarmiento en el que la guionista consigue crear una asfixiante dinámica entre las dos mujeres protagonistas y en el que los espacios y los pasos de tiempo están descritos con una precisión extraordinaria, llegando a convertirse en elementos esenciales de la propuesta narrativa de la película.
  Mantener y a ser posible enriquecer este nivel de detalle es uno de nuestros objetivos principales.
Todos las decisiones a nivel de diseño de producción tienen que ver por lo tanto con traducir a imágenes la dinámica entre los personajes de Beatriz - la jefa que anhela ser madre para completar su colección de logros personales- y Sofía - la empleada que anhela convertirse en la triunfadora que cree que es Beatriz. Una dinámica que comienza siendo de admiración y que se va enrareciendo hasta convertirse en un enfrentamiento a vida o muerte.
  Esta dinámica entre los dos mundos de Sofía y Beatriz, se ve reflejada en multitud de elementos, desde las localizaciones, al vestuario, el maquillaje, e incluso a la iluminación y los movimientos de cámara. Cada uno de estos elementos tiene que contribuir en su medida para describir estos dos universos tan alejados el uno del otro, que a su vez van mutando según avanza el relato, a veces acercándose – cuando Sofía admira Beatriz y desea a toda costa ser como ella- y a veces alejándose – más tarde, en el momento en que sus objetivos vitales se revelan incompatibles.
  Por otro lado, la precisión casi milimétrica con la que en el guión están descritos los pasos de tiempo y cómo afectan estos a la relación entre las dos protagonistas, es otro de los desafíos de la producción de este largometraje. Esta precisión ha de convertirse en detalles visuales que estén presentes a lo largo de toda la película y que ayuden a que la narración sea fluida y que avance casi sin necesidad de apoyarse en el diálogo.
  Dotar a la película de una personalidad única que la distinga de manera inmediata y conseguir que el mundo exterior en el que habitan los personajes y al que vamos a dar vida en el proceso de producción, sea un fiel reflejo de los atormentados mundos interiores de las dos mujeres protagonistas, es un trabajo que requiere una interlocución constante entre todos los departamentos creativos y cuya recompensa es conseguir que LA JEFA llegue algún día a los espectadores y espectadoras para enriquecer el debate público el interrogante fundamental que plantea la película.
  ¿Queda algo que no esté en venta en este mundo?

CONCEPTO VISUAL...
  Es lógico e imprescindible que la cinematografía acompañe al género. La densidad de la fotografía y la dirección de arte son claves para enmarcar el suspense y la sensación de estar atrapados en la trama. Cuando hablamos de densidad no nos referimos a la oscuridad. Muchas de las secuencias transcurren de día en sitios públicos y no se trata de oscurecerlos, pero sí de trabajar los planos con corta profundidad de campo, con cierto nivel de contraste, con ambientaciones realistas tendiendo a lo recargado más que a lo minimalista, para contribuir a la sensación de estar atrapado en un “itinerario” que poco a poco va enrareciéndose.
  La historia se desliza por una pendiente sin frenos desde el naturalismo a lo insospechado. La percepción visual también acompañara el enrarecimiento de los eventos.
  Creemos que la narrativa debe ser simple. Los hechos, la acción interna deben manifestarse sin fuegos artificiales, aunque utilizando todas las herramientas cinematográficas del genero: composiciones de encuadre simples pero sugerentes, ángulos inquietantes, poca profundidad de campo y sobretodo claridad narrativa en la puesta en escena.
  “El Escritor” de Polanski, por ejemplo, logra narrar con simpleza y arte una trama de suspense que nos sirve como inspiración. De la misma manera, Fincher lo hace con “Perdida”.
  Creemos en la historia y creemos en los personajes. Por eso, nuestra intención es crear una atmósfera visual que refuerce los puntos fuertes de una trama llena de giros y de unos personajes a los que nunca se acaba de conocer del todo.

GALERÍA DE FOTOS