INFORMACIÓN EXCLUSIVA
SOBRE EL DOCUMENTAL...
Con la perspectiva que dan los años se miden las figuras icónicas, el tiempo es el único juez que determina cuándo un nombre pasa a ser leyenda y sus hitos a formar parte de la memoria colectiva. Diez años después de su pérdida (el 19 de septiembre de 2010), José Antonio Labordeta había pasado la prueba del tiempo. De eso no tenían duda su viuda, Juana de Grandes, ni sus hijas Ana, Ángela y Paula, ni sus nietas Marta y Carmela, por eso era el momento de emprender este viaje por la vida de un esposo, un padre y un abuelo.
Estas tres generaciones unidas por su persona son el hilo conductor de una película que repasa los momentos cumbre de un cantautor que emocionó a toda España con himnos como el Canto a la libertad, con Aragón siempre en su corazón, desde el Congreso de los Diputados o desde la pequeña pantalla en Un país en la mochila. Pero además descubre a través de recuerdos, videos, imágenes familiares inéditas y lugares cargados de simbolismo el lado más privado del que el imaginario colectivo recuerda como poeta, cantautor, escritor, comunicador, político y profesor; por su compromiso, sus luchas, sus sueños y su rebeldía valiente y honesta.
Para sorpresa de todos, el propio Labordeta también es narrador activo a través de un diario que escribió a lo largo de una década y que su mujer descubrió durante el rodaje. Un manuscrito que ve la luz por primera vez en este documental y que revela una parte desconocida para propios y extraños: la del origen de sus tristezas, sus frustraciones, el lugar donde esconde sus confesiones.
Los paisajes y sus lugares queridos son fundamentales para comprender a Labordeta, por ello la película se plantea como un viaje por Aragón con imágenes que inmortalizan sus giras como cantautor, su presencia en Madrid... Como no podía ser de otra forma, las canciones de Labordeta son un personaje más en este recorrido que se desarrolla al ritmo de sus canciones.
Son también protagonistas enclaves zaragozanos como el Mercado Central, la Plaza del Justicia, la Casona del Buen Pastor en el antiguo Palacio de Gabarda, el Teatro Principal, el Parque José Antonio Labordeta, la Aljafería, su despacho de trabajo, la estación Delicias, la Plaza de Toros donde tuvo lugar el mítico concierto del PSA en 1978... Fuera de la capital aragonesa, el tren, en este viaje apasionante, nos llevará hasta Teruel y Canfranc, lugares esenciales en su vida.
DETRÁS DEL DOCUMENTAL...
'Labordeta, un hombre sin más' es una idea original de la Fundación José Antonio Labordeta, presidida por su viuda Juana de Grandes y gestionada por su hija pequeña Paula Labordeta, que lleva varios años preservando y, sobre todo, difundiendo el legado de su padre. Diez años después de su muerte comenzaron el rodaje de este “viaje” con el que desean honrar su memoria de una forma intimista.
Codirigida por la propia Paula Labordeta y el ganador de un Goya y recientemente nominado, Gaizka Urresti (Auterretrato, El último guion. Buñuel en la memoria). El compromiso de la familia con el proyecto es total como lo constata la participación por primera vez de todos los miembros como personajes y, además de Paula a la dirección, de Ángela Labordeta en la escritura del guion, que ha perfilado junto al escritor y locutor Miguel Mena y a los directores.
El documental ha sido producido por Urresti Producciones junto con la AIE Un hombre sin más, con la colaboración de Aragón Televisión y la ayuda de la Diputación de Zaragoza, el Ayuntamiento de Zaragoza y el Gobierno de Aragón. Se estrenará en toda España el próximo 23 de septiembre, semana en la que se celebra el 12º aniversario de la pérdida (el 19 de septiembre de 2010) de José Antonio Labordeta.
NOTAS DE LOS DIRECTORES...
A pesar de que el título de la película lo reivindique como un hombre sin más, citando a su amigo y colaborador Eloy Fernández Clemente, Labordeta desborda a la persona para convertirse en una idea, una leyenda que encarna la voz de Aragón y lo coloca a la altura de su venerado Costa, el respetado Cajal y el admirado Buñuel. Incluso a nivel nacional lo asemeja a figuras como Azaña y Machado por su bonhomía.
Una figura poliédrica en nuestra cultura: no se entiende su poesía sin la necesidad de cantarla, sus canciones sin su compromiso político, su compromiso político sin su vocación por la enseñanza, su vocación por enseñar sin su capacidad de comunicar…
La película tiene un componente elegíaco. Como decía José Antonio de su hermano Miguel Labordeta, nos haces una falta sin fondo. Le echamos de menos y le necesitamos, por eso esta película no se limita a recrear su biografía, ya conocida por sus memorias y otros trabajos audiovisuales televisivos realizados, sino que quiere profundizar en su faceta más íntima a través de su familia y de, quizás, su faceta menos conocida y que él más amaba, la escritura, donde se muestra en su forma más auténtica y también en todos sus dolores y contradicciones.
Se trata de un viaje por su vida, sus pasiones, sus miedos, sus sueños y todas sus banderas rotas, para de esta forma repasar el legado que nos dejó y que, con el paso del tiempo, no hace sino crecer, porque de alguna forma representa valores y luchas que hoy están igual de vivas y de necesitadas de que una voz, su voz, nos las recuerden con pasión, hondura y verdad.
Labordeta, un hombre sin más repasa la vida de este hombre que fue un niño de la guerra y que creció con el recuerdo de los muertos y el aprendizaje en filas de dos en dos en una España franquista y ausente de libertad. Su familia es fundamental en la historia de su vida y en su forma de entender la sociedad y de admirar y amar la cultura como única forma de salir adelante y poder avanzar. La película es una nueva visión sobre el hombre y los acontecimiento que tuvo que vivir y cuenta, a través de su familia y amigos más cercanos, todo lo que fue como padre, abuelo, poeta, escritor, profesor, agitador social, revolucionario, político y comunicador a lo largo de cinco décadas en la historia de Aragón y España.
El niño acompaña a Labordeta en este viaje que hace su familia a través de sus escritos, de su poesía, de sus palabras, de sus canciones, de sus pensamientos y de su amor.
Te precisamos Labordeta, de la misma forma que él precisaba de la duda para no equivocarse, de la risa para atrincherar al dolor, de la palabra para ser libre y ayudarnos a ser un poco más libres.