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NOTAS DEL DIRECTOR...
Jem Belcher fue un brillante boxeador de finales de la Inglaterra georgiana que procedía de una larga estirpe de púgiles. Tímido en los círculos sociales, pero entretenido y adorado cuando estaba en el ring, fue una figura fascinante en la historia del deporte cuya vida estaba trágicamente predestinada a tener un final como el de Ícaro.
El catalizador de mi visión de la película fue el retrato de Belcher de 1800 que se encuentra en la National Portrait Gallery. Se trata de un joven apuesto, casi bíblico, sin duda dotado, pero incapaz de resistirse a las trampas de la fama y el éxito repentinos. Siempre me han atraído los personajes brillantes y autodestructivos, así que Jem Belcher me pareció mi siguiente paso lógico. Mi objetivo estético final en la realización de LA FORJA DE UN CAMPEÓN era crear un lenguaje visual que fuera a la vez único en el género de la película de boxeo y que estuviera arraigado en la gran tradición de películas como Barry Lyndon y La puerta del cielo, que tan bien combinan la difícil situación del individualista condenado con el imparable barrido de la historia.
LA FORJA DE UN CAMPEÓN es una epopeya del boxeo enraizada en un oscuro drama familiar. Con la estrecha colaboración de un reparto realmente excepcional encabezado por Ray Winstone, Jodhi May, Marton Csokas, Russell Crowe y el excitante recién llegado Matt Hookings, me dispuse a desenterrar la rica tierra del guion para llevar a la pantalla la convulsa vida de Jem Belcher con toda la emoción, el peligro y la pasión de su efímera, pero exitosa carrera profesional.