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INFORMACIÓN
Titulo original: Loin De Hommes
Año Producción: 2014
Nacionalidad: Francia
Duración: 101 Minutos
Calificación: No recomendada para menores de  12 años
Género: Drama, Bélico, Western
Director: David Ohelhoffen
Guión: David Ohelhoffen, Antoine Lacomblez. Basados en una novela corta escrita por Albert Camus 
Fotografía: Guillaume Deffontaines 
Música: Warren Ellis 
FECHAS DE ESTRENO
España: 2 Octubre 2015
DISTRIBUCIÓN EN ESPAÑA
Good films


SINOPSIS

La pasión de Daru es la enseñanza, por eso anhela una vida fácil.  Actualmente ayuda a los niños árabes a escribir y leer francés,  hasta que una mañana un policía le confía a Mohammed, un chico argelino acusado de asesinar a su primo. Los dos hombres tendrán que huir a través de las montañas de sus perseguidores los cuales reclaman venganza...

INTÉRPRETES

VIGO MORTENSEN, REDA KATEB, DJEMEL BAREK, VINCENT MARTIN, NICOLAS GIRAUD, JEAN- JÉROME ESPOSITO, HATIM SADIKY, YANN GOVEN, ANTOINE RÉGENT, SONIA AMORI, ANGELA MOLINA

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Festivales y premiosPREMIOS Y FESTIVALES

- Festival de Venecia
- Festival de Toronto
- Premio Sodapin al Mejor guion
- Festival de Sarlat: Mejor actor Viggo Mortensen
- Festival de la Reunión
- Festival de Múnich: Premio Fritz Gerlich

Informacion exclusivaINFORMACIÓN EXCLUSIVA

NOTAS DEL DIRECTOR...
   Desde que leí por primera vez el relato corto ‘El huésped’ de Camus, visualicé un western. Aparentemente se trataba de un western poco convencional impregnado de la Historia europea y con el telón de fondo de las tierras altas norafricanas, pero un western, al fin y al cabo. Fiel al género, en el film aparecen colonizadores y colonizados, un prisionero que debe ser escoltado y una trama que conduce a una espiral de violencia. En definitiva, la colisión entre dos sistemas legales está en el corazón de la historia y marca las relaciones entre los personajes. Damos testimonio de dos culturas y dos mentalidades forzadas a coexistir por la Historia. Yo soñaba con contar a bordo con Viggo Mortensen; su singularidad le hacía perfecto para el papel de Daru. Reda Kateb –misterioso y terrenal- ofrecía el perfecto contrapunto como Mohamed. El paisaje desértico, además asume el papel de un personaje adicional en la historia. La radiante luz norteafricana fue un impredecible y hermoso compañero durante el rodaje.
  ‘El huésped’ de Albert Camus es un texto maravilloso. Su relato breve de 13 páginas se desarrolla a lo largo de una noche y cuenta con tres personajes: Daru, un profesor de escuela; Balducci, un gendarme; y Mohamed, un joven prisionero argelino que ha matado a su primo. Abrumado por el comienzo de una insurrección nacional, el gendarme entrega el prisionero a Daru ordenándole que escolte a Mohamed a la ciudad más cercana para que sea juzgado por su crimen.
  Daru es feliz en su escuela de una alta meseta desconectado del mundo. Sin embargo, trata de salvar al joven aldeano, a pesar de la evidencia de su crimen, arriesgándose a comprometer su posición y todo lo que es importante en su vida porque él no puede asumir el abandono de otro hombre a una ejecución segura por parte del bando francés. El acompaña a Mohamed y le ofrece la oportunidad de huir; pero el prisionero insiste en entregarse a las autoridades francesas. Cuando Daru vuelve a su escuela, recibe un mensaje en la escrito en la pizarra que dice que pagará por entregar a Mohamed a la policía.
  Adaptar esta historia al cine significó profundizar en los personajes y proveer de una mayor densidad a la narrativa. Una de las maneras en las que esto se hizo fue incluyendo el contexto argelino y el comienzo de la guerra por la independencia. Pero el mayor cambio fue alterar la naturaleza de la relación entre Daru y el joven argelino, lo que confluyó en un final completamente distinto al de la historia de Camus. Me trasladé del texto al guión, pero siempre con la idea de permanecer fiel al espíritu de Camus, cuyas preocupaciones me resultan habituales: la falta de humanidad, la denuncia de la injusticia y sobretodo, la dificultad de mantener un compromiso moral sin entrar en enjuiciamientos hacia la actitud del otro.
  La trayectoria de Daru es la de un hombre que quiere salvar a otro, a pesar de que sea un criminal, pero yo quería poner énfasis en la energía que Daru emplea para convencer al prisionero para no obedecer las leyes feudales de su comunidad y para no entregarse a las igualmente injustas leyes de los colonizadores. Yo me imaginaba así mismo un personaje más torturado y maltratado por la vida que el original, un hombre que había sufrido durante la Segunda Guerra Mundial participando en ella y que quería huir de la violencia, un hombre agobiado por la pena que le empuja a aislarse. Y, por último, un hombre con una dolorosa identidad: un hijo de españoles que es europeo y es visto como tal por los aldeanos árabes pero que aún así no ha olvidado que sus parientes andaluces fueron considerados ‘árabes’ por los colonos franceses de Argelia.
Respecto al personaje de Mohamed, sobre todo no quería que siguiera siendo el prototipo del perturbador árabe a lo largo del film, misterioso y opaco como en la historia original, sino más un hombre que tiene sus motivos, su propia brújula moral y que gradualmente se va abriendo a lo que Daru le propone: la posibilidad de actuar por si mismo, como un individuo que sigue sus propios principios.
  Donde Camus tenía dos hombres herméticamente marcados por la separación, dos mundos irreconciliables, traté de crear un lazo entre ellos, una especie de entendimiento que termina siendo lo que les salva a los dos.
  La historia de Camus fue escrita en 1954, unos pocos meses antes del brote del conflicto en Argelia. Es un texto escrito por un hombre que siente que la guerra es la única vía, pero que no lo expresa abiertamente.
  Adaptándolo a hoy, más de 50 años después, quería sumergir a esos dos personajes en el caos de una guerra incipiente (en este caso, justo después de los ataques apodados ‘Toussaint Rouge’, que para los argelinos suponen el estallido de la guerra de liberación, en noviembre de 1954) y enfrentarles a una situación en la que lo que prima es el instinto de supervivencia.
  El viaje de Daru entonces se convirtió en el de un hombre que abre los ojos al mundo en el que creció y que siente, de repente, la inutilidad y el carácter comprometido de su presencia en la escuela aislada, dándose cuenta de que la violencia llegará seguro antes o después a su enclave en la montaña. Ha llegado el momento para él de irse, por razones personales.
  Para salvar al joven aldeano Mohamed, Daru sacrifica este lugar en la meseta, pero no es un sacrificio a ciegas. Gracias a este joven hombre, algo despierta en él de nuevo: una necesidad de vivir, de amar, una necesidad de volver al mundo de donde vino al principio.
Las imágenes iniciales que vinieron a mi mente, inspirada por las situaciones y paisajes de la historia, son las propias del western: una naturaleza hostil, el peligro y la tensión de hombres que deben decidir entre la dignidad o el salvajismo en una encrucijada entre el anhelo de vivir y el de morir.
  También vi a los tipos propios del western: hombres blancos aportando civilización y la encarnación de la ley y el orden y, su contrapunto, los ‘incivilizados’ árabes.
El mito fundacional que está detrás de LEJOS DE LOS HOMBRES no es el norteamericano de la conquista del Oeste. Daru es un profesor, un misionero, una influencia civilizadora. El es así mismo el portador de un mito, ese del universalismo francés, la conquista del mundo por parte de los valores europeos con todo lo que eso significa en términos de contradicciones justo como lo que el mito norteamericano implica.
  En LEJOS DE LOS HOMBRES, veo un film más cercano al western humanista que una película de corte histórico. Pertenece a una familia de westerns que atacaron o subvirtieron el mito, más que magnificarlo; los pro-indios de los 50 como 'La puerta del diablo' (Devil’s doorway) de Anthony Mann y 'Río de sangre' (The big sky) de Howard Hawks, por ejemplo, y más tarde los films de Arthur Penn, Sydney Pollack y Clint Eastwood.
Como creo que la historia de la película es muy universal, me imaginaba a un actor como Viggo Mortensen en el papel de Daru, porque desde el principio aspiraba a ir más allá de la simple exploración de un episodio de la historia francesa. El es un actor camaleónico con múltiples identidades y para mí, es perfecto en términos de intensidad y acercamiento a la hora de internalizar los personajes. Sabía que hablaba castellano fluido, pero no sabía que también hablaba francés.
  Una vez lo descubrimos, le ofrecimos el papel. A él le encantó el guión. Cuando nos encontramos, vi al personaje de Daru aparecer ante mis ojos. Su francés es perfecto. Sus múltiples identidades se fusionaron con la de Daru. Y más allá de sus cualidades como actor, nadie podía transmitir la dimensión universal de la historia y su afinidad con el western como él.
  Respecto al papel de Mohamed, Reda Kateb se había involucrado en el proyecto había tiempo. Mientras que Viggo Mortensen tuvo que hacer un esfuerzo considerable para aprender árabe, Reda Kateb tuvo que hacer un enorme esfuerzo físicamente y en el plano lingüístico para dominar el dialecto rural argelino del oeste de las Mesetas Altas, y para reproducir de forma creíble el francés de un pastor que nunca fue ala escuela, en el que él trabajó escrupulosamente.
  El rodaje tuvo lugar en el lado marroquí de las montañas del Atlas, un vasto paisaje con dificultades para avanzar a través de él.
Con la excepción de las secuencias del principio de la película, filmamos en exteriores y en localizaciones naturales, usando la mayor parte del tiempo luz natural, tal y como habíamos pactado con el director de fotografía, Guillaume Deffontaines. La historia la tomó prestada para su tratamiento, con muchas secuencias que se desarrollaban al atardecer o al amanecer.
  Durante el montaje, Juliette Welfling y yo queríamos mantener el film en un estado de tensión, con un ritmo bastante ralentizado roto por momentos de acción y emoción y de ruptura como el del ataque a la escuela.
  La música fue compuesta por Nick Cave y Warren Ellis con los que fue increíble colaborar. Siempre intentaron fluir con el film y crearon una banda sonora original que va gradualmente desde una oscura y cálida atmósfera al comienzo, a unas piezas más melódicas al tiempo que los motivaciones íntimas de los personajes ganan la partida a su instinto de supervivencia.

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