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NOTAS DEL DIRECTOR...
   Cuando terminé el montaje de “La chaqueta de piel de ciervo” me di cuenta que todas mis películas eran comedias profundamente atormentadas por el tema de la muerte. Mis trabajos siempre giraban en torno a las mismas obsesiones y con el mismo sentido del humor. Desde el principio tenía la sensación que estaba creando un sello propio: realidades distorsionadas, relaciones humanas extremadamente retorcidas, retratos surrealistas de nuestra sociedad, fantasías profundas e infantiles...
  Con MANDÍBULAS, que encaja perfectamente en todo esto, he conseguido abandonar el tema de la muerte para centrarme en la vida. En ella quiero glorificar a la pareja cómica Grégoire Ludig y David Marsais, para quienes escribí el guion, filmando su complicidad y su alegre jugueteo con absoluta benevolencia.
  MANDÍBULAS es por encima de todo una comedia sincera y genuina sobre la amistad. Pero también es cine fantástico gracias a la presencia de la mosca gigante en el centro de la historia.

ENTREVISTA AL DIRECTOR...
Cuando decides hablar de personas que son, bueno, un poco tontas, ¿cómo haces para hacerlas más agradables?...
Supongo que algunas personas rechazarán a los protagonistas: pueden rechazar el hecho de que sean tan tontos. ¡Y ni siquiera hay una explicación! Son así: lo tomas o lo dejas. Alguien me dijo que era una “buddy movie” pero en realidad es un código bastante clásico. Recuerdo cuando descubrí Dos tontos muy tontos. Me encantó y quise mostrársela a mi novia. Ella dijo: “Parecen adolescentes, no es gracioso”.
Pensé que ese tipo de humor era universal pero no lo era. Es, más bien, el comportamiento de los chicos cuando tienen entre 12 años y…

…y 60 años....
Sí, ¡no acaba nunca! Es terrible. Y me hace reír. Empiezas con esas ideas locas, pero después necesitas construir personajes reales. Aunque estén locos, debes hacer que sea creíble el hecho de que alguien así pueda existir. De lo contrario, puedes perder por completo la perspectiva o hacer una película que no conecta con nadie. Eso ya me ocurrió con Wrong. Es una buena película pero está tan alejada de la realidad y es tan absurda, que sólo unos pocos geeks la disfrutaron. La gente normal pensó: “¿Por qué, por qué, por qué?” Demasiados porqués.

Tus personajes no cuestionan nada de lo que les sucede. Cuando descubren que en el maletero del coche no hay un secador de pelo, simplemente lo aceptan....
Esa era la idea: encuentran una mosca gigante. Cualquier persona en su lugar gritaría y saldría corriendo, pero ellos se limitan a decir: “Puaj. ¿Está viva?” Es una perspectiva completamente diferente de la situación.
Además, no es una película de terror. La mosca no da miedo y pienso que cuando estás viendo la película, estás más centrado en su amistad, en los personajes y en lo que les ocurre. La mosca está allí, pero es como una mascota. Por supuesto, es un monstruo simpático, pero ellos tienen sus propios problemas humanos.

¿Tenía en mente a todos esos “monstruos” de las películas de los años 50, que parecen tan divertidos cuando los vemos en la actualidad?...
Pues tienes razón. Crecí con esas películas de monstruos de goma. En los años 80, también se hacían así, ya que el CGI no existía. Así que era lógico ir a las fuentes, también porque quería que el monstruo tuviera una conexión con mis actores. Lo hicimos “a la vieja usanza”. Es una marioneta. Después creamos las patas con CGI, y listo.
Todo el mundo se pregunta “¿Por qué la mosca?”, y antes se preguntaban “¿Por qué el neumático de “Rubber”?”. Probablemente, algunas personas lo cuestionarán y sugerirán que un mosquito era una opción mejor. Normalmente tengo muchas ideas pero cuando una de ellas no se me va de la cabeza, entonces sé que hay algo en ella que puede funcionar. Y esta mosca atrapada en el maletero seguía volviendo una y otra vez.

Parece que te gustan los personajes que se obsesionan con alguna idea, como Jean Dujardin con su chaqueta en tu anterior película, o, en este caso, Manu y Jean Gab, convencidos de que su descubrimiento les cambiará la vida...
Quizás yo soy así también y me obsesiono con lo que hago. Tengo una vida personal normal con mi esposa e hijos pero ni juego al tenis, ni tengo un barco, ni viajo. Soy, más bien, un hombre familiar obsesionado con hacer películas. ¡Es lo único que hago!

Si uno tuviera que resumir tus películas, siempre parecen historias simples. La locura está en los detalles...
Por lo general, es algo que se nos ocurre en el set. Le puedo decir a un actor: “No tienes nada que hacer durante unos segundos, ¿por qué no te tocas el pelo?”. Creo que la forma en que hago mis películas, el planteamiento y la música, hacen posible mi presencia en festivales de cine. Intento hacer que una comedia tonta parezca una película seria. Cuando ves una comedia tonta con Will Ferrell, sabes que es una comedia tonta con Will Ferrell. No es una película, es entretenimiento. Sin embargo yo hago comedias en serio.
En este caso, pensé en No es país para viejos, pero sólo por el aspecto de la película y el hecho de que no usaron música. Para mí, era un concepto interesante porque cuando veo una película con demasiada música, me quedo helado. Ni siquiera me río. Cuando la música está ahí para explicar: “Aquí está el momento sentimental y aquí el momento divertido”, pienso: “No, así no”.

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