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NOTAS DEL DIRECTOR...
La noción de alteridad está en el centro de la película, tanto desde lo antropológico como desde lo metafísico, la relación del yo con el resto, el infinito. La narración parte de la construcción clásica del otro, mostrando rituales y creencias ancestrales y evoluciona hacia un reflejo del otro en el yo, o una especie de juego entre el yo y el mí.
Paralelamente, mi relación con los personajes ha experimentado una evolución similar a lo largo de los más de cuatro años que ha durado el proyecto. La propia película, el espacio creado por cine, ha sido el vehículo a través del cual hemos explorado las distancias, construcciones de la realidad y formas de comunicación que, de algún modo, trascienden a tales construcciones.
En el pequeño pueblo de Bulusari, donde se desarrolla la película y donde viven todos los personajes, observé la coexistencia de tres estratos mitológicos identificables con la reciente historia colonial de Indonesia: el tecnocapitalismo, el islam y el animismo hinduista. Era fácil pensar en situaciones, espacios y rituales con paralelismos en esas tres dimensiones y a partir de esa idea, de forma bastante intuitiva y lúdica, construimos la estructura del filme.
También nos condicionó el hecho de que la imagen de los mineros de azufre del Kawa Ijen se relaciona habitualmente con la situación de miseria a la que están condenados aquellos que no participan del comercio global. Entendimos como primordial distanciarnos de tal estigma, adentrarnos en un terreno quizás más elevado y de alguna forma cuestionar el progreso como mito de la modernidad.
En cuanto a la forma, me pareció adecuado utilizar un encuadre fijo y un solo plano por escena para liberar a los personajes dentro de la imagen y permitirles componer con su propio movimiento, limitando al mismo tiempo el poder concedido a la cámara y al montaje. Y también me atraía el espacio que se daba de esto modo al azar, permitiéndole intervenir a voluntad, en una especie de acto de fe cinematográfico.
Es difícil decir por qué elegí este proyecto, nunca me imaginé haciendo una película, sino que más bien me encontré haciendo una. Algunos años después de empezar a vivir en Indonesia, conocí a Yono, Nurus Pendi y los demás y todo se desarrolló como un movimiento incesante.