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DE LA NOVELA A LA PANTALLA: EL PROCESO DE ADAPTACIÓN...
Desde que empezara su carrera de escritor, hace veintiún años, John Marsden ha escrito y editado más de una treintena de libros, que han vendido cuatro millones de ejemplares en todo el mundo y se han traducido a catorce idiomas. John ha ganado todos los premios de literatura juvenil más importantes de Australia.
La popular saga “Tomorrow”, de siete títulos, ha vendido más de 2,5 millones de ejemplares y se ha traducido a siete idiomas. Desde su publicación en 1993, Marsden supo que había algo en “Mañana, cuando la guerra empiece” que parecía querer salirse de las páginas.
«Al escribir “Mañana, cuando la guerra empiece” y los siguientes libros, me di cuenta que había en ellos un aspecto muy visual que otros de mis libros no tenían. Incluso cuando lo estaba escribiendo, podía ver mentalmente una película, y eso lo hacía diferente.»
El productor Michael Boughen se sintió inevitablemente atraído hacia el proyecto: «El enorme éxito de la serie de libros hacía que este proyecto resultara ideal para trasladarlo al cine».
Al principio, Marsden no estaba muy interesado en hacer una película de su novela. «Me resistía mucho a convertirla en una película, y con el tiempo me lo acabaron proponiendo unas 120 o 130 productoras», recuerda. «Cada varias semanas recibía un email, una carta o una llamada de alguien para preguntarme si los derechos estaban libres y para mostrar su interés, pero yo seguía rechazándoles, porque quería que la novela se quedara tal cual.»
Antes de la producción, Stuart Beattie, junto a los productores viajó a la escuela de Marsden, en Victoria, Australia (en 2006 Marsden se convirtió en director fundador de una escuela alternativa, Candlebark, en sus propiedades, al norte de Melbourne), para hablar en detalle sobre el guión.
“Mañana, cuando la guerra empiece” toca temas universales, como la pérdida de la inocencia, la amistad y el liderazgo, y Marsden cree que la novela sigue vigente y ha tenido éxito debido a los conceptos clave que trata.
ACERCA DE LA PRODUCCIÓN...
Para Stuart Beattie, la decisión de debutar como director con una novela tan querida para él fue fácil: «Enseguida me sentí atraído por el proyecto, porque yo quería hacer una película de acción ambientada en Australia que tuviera el peso en los personajes pero que al mismo tiempo fuera comercial y pudiera competir a nivel internacional».
El productor Michael Boughen reconoce que se encontró con un arma de doble filo a la hora de conseguir la financiación para la película: «La naturaleza de la historia abría sin duda muchas puertas, pero había algunas dudas sobre si funcionaría bien como superproducción».
Tras meses de preparación y con el equipo ideal reunido, el rodaje de “Mañana, cuando la guerra empiece” comenzó en septiembre de 2009 en Hunter Valley, en las Montañas Azules, y en otras localizaciones de Nueva Gales del Sur. Aunque la inversión para la producción provenía de Screen Australia con la ayuda del Departamento de Estado y Desarrollo Regional de Nueva Gales del Sur, la película no se iba a rodar íntegramente en ese estado australiano.
En palabras del productor Andrew Mason, «En un momento dado se habló de rodar en el estado de Victoria, pero es una región muy desértica, y había que hacer grandes recorridos desde los centros urbanos para encontrar la estética adecuada. Hunter Valley tenía la ventaja de estar cerca de Sídney, además de contar con muchos lugares donde conseguir alojamiento y suministros».
El rodaje de “Mañana, cuando la guerra empiece” incluyó varios efectos visuales y explosiones impactantes. Andrew Mason explica: «Hay muchos efectos físicos en el rodaje, y un montón de pirotecnia, porque en la historia hay una guerra. De hecho, en el clímax de la película volamos un puente... era una miniatura, pero una miniatura gigante, si se le puede llamar así.